Capítulo Tres del Análisis

 

Los Siete Sellos

 

Sección IV

El Sexto Sello

 

Nubes, tornado y fuego sobre campos de Australia.

 

 

Parte 1

Cuatro ángeles detienen los cuatro vientos de la tierra

hasta que los ciento cuarenta y cuatro mil queden sellados.

 

PDF de este estudio

 

 

 

“Cuatro ángeles detienen los cuatro vientos de la tierra”
Apocalipsis 7:1-3. Pintura por Joe Maniscalco. www.biblical-illustrations.com  

 

Nota. En el Capítulo Dos de este Análisis, estudiamos ya la porción del Sexto Sello revelada en Apocalipsis 6:12-17, teniendo a bien hacerlo así por la similitud del pasaje con otros en Apocalipsis que enfocan igualmente el fin del universo material. Dos visiones principales son reveladas en el Capítulo 7 del libro de Apocalipsis. La primera es la de los “ciento cuarenta y cuatro mil”, y la segunda, la de la “gran multitud”. Nuestra convicción es que estas dos visiones también pertenecen al Sexto Sello, expandiendo sustancialmente el panorama de acontecimientos programados para el tiempo del fin. Al considerar la ubicación de estas dos visiones en la estructura de Apocalipsis, nos parece poco lógico que nada tuvieran que ver con el Sexto Sello, pues, dudamos que hayan sido intercaladas entre el Sexto Sello y el Séptimo Sello como si no integraran el total de las revelaciones de los Siete Sellos, y del Sexto Sello en particular. 

 

Apocalipsis 7:1-3

 

“Después de esto vi a cuatro ángeles en pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, que detenían los cuatro vientos de la tierra, para que no soplase viento alguno sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol. Vi también a otro ángel que subía de donde sale el sol, y tenía el sello del Dios vivo; y clamó a gran voz a los cuatro ángeles, a quienes se les había dado el poder de hacer daño a la tierra y al mar, diciendo: No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios” (Apocalipsis 7:1-3).

 


 

“Vi a cuatro ángeles… que detenían los cuatro vientos de la tierra…” 

Pintura por Ted Larson. Derechos reservados. [email protected]  

 

A.  “Después de esto vi…”

1.  ¿“Después de” qué? Después de lo visto cuando primero se abre el Sexto Sello, conforme a la revelación de Apocalipsis 6:12-14. Recapitulamos lo estudiado en el Capítulo Dos de este Análisis. Al abrir el Cordero el Sexto Sello, las primeras escenas que presencia el apóstol Juan son de horrendos desastres acaecidos en el universo material –“un terremoto tan grande, cual no lo hubo jamás”, el sol se pone como tela de cilicio y la luna como sangre, todo monte y toda isla se remueve de su lugar y el cielo se desvanece “como un pergamino” (Apocalipsis 6:12-14; 16:18-20). Luego, según la secuencia de las visiones, el apóstol ve los vanos intentos de los impenitentes en la tierra de escapar de “la ira del Cordero” (Apocalipsis 6:15-17). Con esta escena concluye el Capítulo 6 del libro de Apocalipsis, pero las revelaciones del Sexto Sello continúan en el Capítulo 7, escenificándose la visión de los “cuatro ángeles”, quienes detienen los “cuatro vientos” de la tierra hasta que hayan sido sellados los “ciento cuarenta y cuatro mil” siervos de Dios (Apocalipsis 7:1-8). A esta visión le sigue la de “una gran multitud… delante del trono y en la presencia del Cordero” (Apocalipsis 7:9-17). Tengamos presente siempre que las divisiones de las Sagradas Escrituras en “capítulos y versículos” lo ha hecho el hombre, y no el Espíritu Santo.

2.  Por otra parte, postulamos que no es necesario concluir que la secuencia de las visiones establezca obligatoriamente la secuencia exacta de los eventos proyectados para el tiempo del fin.

a)  Por ejemplo, según el trozo de Apocalipsis 6:12-17, el cielo se desvanece “como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla” se remueve “de su lugar” (Versículo 14). Luego, el apóstol Juan ve a los reyes, etcétera, escondiéndose “en las cuevas y entre las peñas de los montes; y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros…” (Versículos 15 y 16). Pero, si los montes ya han sido removidos (Comparar Hebreos 12:27), es decir, si ya “no fueron hallados” (Apocalipsis 16:20), ¿cómo esconderse entre sus penas? Así que, razonamos que la escena de los Versículos del 15 al 17 definitivamente no sigue en la línea del tiempo a la de los Versículos del 12 al 14, siendo más bien simplemente una escena añadida con el propósito de presentar más acontecimientos que ocurrirán durante los días que preceden de inmediato la consumación del “misterio de Dios”, sin que se fije con exactitud en la línea del tiempo su lugar preciso en la secuencia de todos los acontecimientos.

b)  Asimismo, en el relato de Juan, la visión de “cuatro ángeles en pie sobre los cuatro ángulos de la tierra” (Apocalipsis 7:1-8), sigue las escenas vistas cuando primero se abre el Sexto Sello (Apocalipsis 6:12-187), más sin embargo, lógicamente, no las sigue en la secuencia de acontecimientos estrictamente ordenados en la línea del tiempo. Es decir, obviamente los ángeles detienen los vientos de destrucción y son sellados los “ciento cuarenta y cuatro mil” siervos de Dios antes de que el cielo desvanezca, enrollándose como un pergamino, y la tierra firme es removida como cosa hecha (Hebreos 12:27).

B.  “…a cuatro ángeles en pie sobre los cuatro ángulos de la tierra.”

1.  “Cuatro ángeles...” Tal cual los demás números en Apocalipsis, el número “cuatro” no ha de ser interpretado literalmente. Quizá simbolice la cantidad necesaria para efectuar el propósito de Dios. “Cuatro ángeles”, o sea, el número, sea cual sea, necesario para hacer la obra asignada. Aparece una y otra vez este número “cuatro” en pasajes proféticos. “Cuatro ángulos de la tierra.” “Cuatro vientos.” También los cuatro caballos de los primeros cuatro Sellos. Comparar Zacarías 6:1-7. En estos contextos proféticos, el número “cuatro” parece representar “plenitud, completad”.

2.  Los “cuatro ángulos de la tierra” son sus cuatro puntos cardinales, a saber, norte, sur, este y oeste. La misma expresión ocurre en Apocalipsis 20:8, donde se profetiza que Satanás saldrá, después de los mil años de libertad religiosa (el Milenio), “a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra. La frase paralela en Apocalipsis 16:14 es “la tierra en todo el mundo”, siendo sinónima la expresión “muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes” (Apocalipsis 10:11).

a)  “Puntos cardinales, modo de expresar la dirección en términos de norte, sur, este y oeste, y por medio de una jerarquía de puntos intermedios que pueden utilizarse para subdividir la circunferencia de la brújula.” (Diccionario de la Real Academia Española. Biblioteca de Consulta Microsoft ® Encarta ® 2005. © 1993-2004 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.)

b)  El sentido natural e ineluctable de toda esta terminología es que se está visualizando al mundo entero, a toda la tierra, y no tan solo a Israel o al Imperio Romano del Siglo I. Certeramente, los “cuatro ángulos de la tierra” comprenden todo el globo terráqueo.

c)  El apóstol Juan ve a estos cuatro ángeles “en pie sobre… la tierra, y no sobre el mar de cristal en el cielo.

d)  Los ve “sobre… la tierra”, pero no por ello tendríamos razón para pensar que cuatro ángeles verdaderos se pararan visiblemente, materialmente, sobre “los cuatro ángulos de la tierra” de manera tal que los vieran materialmente los seres humanos en la tierra. Seguramente, este lenguaje apocalíptico ha de entenderse retóricamente. La participación de los ángeles de Dios en la ejecución del poder divino en las naciones (Daniel 10), y en su cuidado providencial de los “herederos de la salvación” (Hebreos 1:14), es materia para indagaciones dedicadas exclusivamente al tema, por ejemplo, el estudio “Ángeles y humanos”, en http://www.editoriallapaz.org/angeles_humanos_evolucion.html/.

C.  Los cuatro ángeles “detenían los cuatro vientos de la tierra, para que no soplase viento alguno sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol”.

1. “…los cuatro vientos…” La misión específica asignada a los cuatro ángeles es la de “hacer daño a la tierra y al mar”. “Los cuatro ángeles, a quienes se les había dado el poder de hacer daño a la tierra y al mar, diciendo: No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles hasta que…” “...hacer DAÑO” es, pues, la encomienda que reciben los cuatro ángeles, constituyendo los “cuatro vientos”  la fuerza que utilizan para efectuarla.

2.  ¿Son simbólicos estos “cuatro vientos” o se trata de vientos de la naturaleza material? Quizá el sentido más correcto y armonioso sea una combinación de ambas posibilidades.

a)  De ser simbólicos estos “cuatro vientos”, razonamos que no representarían a las naciones, o gentes, de la tierra. No perdamos de vista el hecho de que esta visión se ubica, en la línea del tiempo, específicamente en el “poco de tiempo”. ¿Se valdrían los cuatro ángeles al servicio de Dios de las naciones y gentes engañadas del “poco de tiempo” para hacer daño físico a la tierra literal? ¿O para hacer daño moral y social? “Los reyes de la tierra en todo el mundo” (Apocalipsis 16:14), o sea, todas aquellas naciones engañadas del “poco de tiempo”, ya se habrán corrompido, social, moral y espiritualmente, al extremo de reunirse contra Dios. ¿Emplearían los ángeles de Dios a semejantes fuerzas satánicas, instrumentos del diablo, acérrimos enemigos endurecidos y recalcitrantes, para la realización de su misión? Sumamente dudoso, a nuestro parecer. Además, aquellas naciones engañadas estarán en paz entre sí, apoyándose mutuamente, postulamos, no solo en su infernal oposición a Dios y el pueblo electo sino también en la conservación de su hábitat, no prestándose fácilmente a dañarlo en escala global.

b)  De poseer estos “cuatro vientos” elementos de simbolismo, representarían, opinamos, el total de las fuerzas atmosféricas naturales de las que se apoderarían los cuatro ángeles para la realización de su tarea. Fuerzas aumentadas a su poder máximo. Aun más allá de lo jamás visto en la tierra. Como en el caso del “gran temblor… un terremoto tan grande, cual no lo hubo jamás desde que los hombres han estado sobre la tierra” (Apocalipsis 16:18). Poderosas corrientes y efluvios arrolladores que arropen todo el globo, remolinándose velozmente sobre tierras y mares, causando enormes daños a los recursos del planeta.

c)  Personalmente, encuentro más armoniosa con el cuadro del fin pintado en otros textos de Apocalipsis, y fuertemente respaldado por numerosos pasajes adicionales de otros escritos bíblicos, la idea de que estos “cuatro vientos” sean vientos de la naturaleza material-terrenal. Suponiendo acertada esta interpretación, el “daño” que hacen sería de índole material, y pertenecientes, pues, al universo material la tierra, el mar y los árboles nombrados en la visión. Estimado estudioso de estos temas proféticos, le invito a considerar, al respecto, las siguientes informaciones y observaciones.

(1)  El fin terriblemente violento del planeta Tierra está ampliamente testificado y descrito en numerosos textos de la Biblia. Vientos extraordinariamente destructivos desatados simultáneamente sobre tierras y mares alrededor del globo armonizarían perfectamente con la increíble destrucción material proyectada.

(2)  La mención de “árboles” en la visión prácticamente nos obliga a tenerlos como árboles de nuestro mundo material, y por extensión lógica, entenderíamos que la tierra y el mar de la visión también serían la misma tierra y mar que nuestros ojos materiales ven, pues los tres aparecen juntos en la misma expresión. “No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles...”  ¿Con qué justificación interpretar “árboles” retóricamente, pero no así “tierra” y “mar”? ¿Simbolizarían los “árboles” a seres humanos, gentes o naciones? Entonces, ¿qué simbolizarían “la tierra” y el “mar”?

(3)  Ahora bien, el viento que sopla a alta velocidad es, certeramente, una de las fuerzas más poderosas y destructivas de la tierra. Conforme a la visión, contemplamos vientos huracanados. Enormes torbellinos arrasadores. Por todos los continentes, islas y mares. Sueltos simultáneamente. Destruyen casi todo a su paso –huertos, sembrados, pastos, árboles frutales, bosques, aun muchas construcciones humanas. Imposibilitan la pesca. Traban el comercio marítimo. “Cuatro vientos” reservados para los últimos días agónicos de la tierra. Preguntamos: ¿Cuándo sufre el planeta Tierra los golpes más desastrosos desde aquel Diluvio del tiempo de Noé? Precisamente, a finales del “poco de tiempo”, según lo ya estudiado en el Capítulo Dos de este Análisis.

(4)  A continuación, algunos ejemplos e información relacionados con los vientos de nuestro planeta. Esto, para el lector que aprece datos de esta categoría.

-“Viento catabático. Vientos que descienden desde las alturas hasta el fondo de los valles producido por el deslizamiento al ras de suelo del aire frío y denso desde los elementos del relieve más altos. Aparecen de forma continuada en los grandes glaciares, adquiriendo enormes proporciones en los inlandsis de Groenlandia y de la Antártida, donde soplan a velocidades continuas que superan los 200 km/h motivado por la ausencia de obstáculos que frenan su aceleración.” http://es.wikipedia.org/wiki/Viento

-El viento de más alta velocidad  jamás registrada en la tierra: 375 kilómetros por hora, sobre la cumbre del monte Washington, en el estado de New Hampshire, Estados Unidos de América. El nombre indio para el monte era Agiocochookhttp://www.mountwashington.com/

 

Imagen:Ivansmall.jpg

Fotografía de un potente huracán, con su ojo bien definido.

-Huracanes

-Datos para un huracán de Categoría 5:

-Velocidad máxima sostenida de viento: Sobre 250 Kilómetros (155 millas) por hora.

-Categoría del daño: catastrófico.

-Presión atmosférica aproximada: debajo de 920 mb.

-Oleaje aproximado: más de 6 metros (18 pies).

-Un huracán que impacta tierra firme puede provocar daño de cuatro formas diferentes, a saber:

-Vientos. Los vientos de un huracán poderoso pueden dañar o destruir completamente estructuras de distintas clases, sembrados, bosques, caminos, vehículos, aviones en tierra, etcétera. Pueden recoger y lanzar, a gran velocidad, objetos materiales por los aires, como si fueran proyectiles.

-Mareas. Los huracanes causan un incremento en el nivel del mar, tanto que se inundan ciudades, pueblos o comunidades costeras. De hecho, se ha comprobado que esto mismo es uno de los efectos más dañinos, ya que el 80% de las víctimas de ciclones muere en las áreas donde estos tocan tierra.

-Lluvias torrenciales. Precipitaciones intensas suelen acompañar los huracanes, causando inundaciones y deslizamiento de tierras. Socavan edificios, puentes y caminos.

-Tornados. La rotación continua de un huracán fomenta, en no pocos casos, la formación de tornados. Aunque estos tornados normalmente no sean tan fuertes como sus contrapartes no tropicales, pueden provocar graves daños.

-Después del paso de un ciclón, los efectos secundarios de estos fenómenos siguen afectando a la población. Estos incluyen:

-Epidemias. El ambiente húmedo que permanece tras el paso de un huracán, combinado con la destrucción de instalaciones sanitarias y un clima cálido, puede inducir epidemias que sigan enfermando y cobrando vidas por mucho tiempo.

-Apagones. Los ciclones tropicales provocan, a menudo, apagones masivos, los que dificultan la comunicación y obstaculizan los esfuerzos de rescate. Ante el embate de vientos furiosos, cede el tendido eléctrico, partidos y arrancados postes o torres, tardándose semanas, aun meses, la restauración completa de los sistemas.

-Vías de comunicación y transportación averiadas o destruidas. Torres de comunicación derribadas. Puentes rotos o llevados por las fuertes corrientes. Carreteras intransitables a causa de derrumbes, árboles caídos, vehículos averiados, etcétera. Así se complica, a veces gravemente, la entrega de alimentos, agua potable, medicamentos. También medidas de rescate.

-Tornados

-“Un tornado (del latín tornare, girar) es un fenómeno meteorológico que se consiste en un torbellino violento de aire que gira sobre sí mismo y que se extiende desde las nubes hasta la superficie terrestre. Los vientos giratorios de los tornados pueden alcanzar velocidades desde los 100 hasta más de 400 kilómetros por hora (250 millas por hora) y su forma suele ser parecida a la de un cono invertido.” 

 

http://img84.exs.cx/img84/8708/tornado_3-13-1990.jpg

Datos de http://es.wikipedia.org/wiki/, con las excepciones indicadas.

-Cada año, muchos tornados azotan la tierra, particularmente en Estados Unidos de América, no solo destruyendo sembrados, árboles y estructuras sino también segando no pocas vidas. Por ejemplo, en abril del 2011, murieron al menos cuarenta y seis personas a causa de los tornados engendrados por un solo sistema meteorológico que afectó los estados del medio oeste, sur y sureste de Estados Unidos de América. Pero, ningún tornado del presente, por grande, poderoso y destructivo que sea, podrá compararse con los feroces vientos descomunales que se proyectan para cierta etapa del “poco de tiempo”.

3.  No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios.”

a)  ¿Por qué mandar a los cuatro ángeles a no desatar enseguida los “cuatro vientos”? Pues, nos explica la razón el “otro ángel que subía de donde sale el sol, y” que “tenía el sello de Dios”, dando a entender que aún falta la ejecución de una obra importantísima, a saber, sellar “en sus frentes a los siervos de… Dios”, específicamente, a los “ciento cuarenta y cuatro mil… de todas las tribus de los hijos de Israel”.

b)  Pero, ¿cómo impedirían cuatro vientos de la naturaleza terrenal la acción de sellar a los “ciento cuarenta y cuatro mil”? Para entender tal vez mejor las circunstancias proyectadas, sugiero que nos coloquemos, mentalmente, en aquel escenario futuro que se desarrollará en los días previos al fin del universo y el tiempo mismo.

-Aquel escenario como lo visualizamos. El mundo entero está convulsionado a causa de las naciones engañadas, las que concretizan su oposición agresiva contra Dios y su iglesia fiel. Hace tiempo, llegó a terminación la entrada de la “plenitud de los gentiles” en la iglesia (Romanos 11:25). Aún está pendiente la salvación profetizada de muchos israelitas (judíos), según Romanos 11:26 y otros versículos del mismo capítulo, proyección hecha también en las dos visiones apocalípticas sobre los “ciento cuarenta y cuatro mil sellados de todas las tribus de Israel”. Suponiendo que la destrucción material del globo terráqueo se iniciara prematuramente, las condiciones físicas resultantes seguramente dificultarían enormemente la obediencia de judíos al evangelio del Señor, si bien no lo imposibilitaran del todo. Esto se debe a que su conversión, sinónima de su sellamiento, toma lugar precisamente en la tierra, y no, en absoluto, en el cielo. Además, su sellamiento se efectúa por los mismos medios y de la misma manera que la conversión, o sellamiento, de todos los discípulos del Señor desde Pentecostés, del año 33 d. C., y durante todo el transcurso de la Era Cristiana hasta la Segunda Venida de Cristo. O sea, para quedarse “sellados” los judíos del tiempo del fin, tanto las “primicias” (Apocalipsis 14:4) –nos referimos a “los ciento cuarenta y cuatro mil”- como los restantes que hacen, por inferencia, el grueso de judíos redimidos en Cristo, es necesario que todos:

(1)  Oigan o lean el mismo evangelio del Señor divulgado en el Nuevo Testamento...

(2)  Crean el mensaje del evangelio...

(3)  Acepten y confiesen a Jesucristo como el Mesías y…

(4)  Que también sean bautizados por inmersión “para perdón de los pecados” (Hechos 2:38; 8:34-40; 22:16; Marcos 16:15-16; Romanos 6:3-7; 10:10-17).

Una vez añadidos a la iglesia,…

(5)  También sería imprescindible que comiencen a vivir en santidad y…  

(6)  Que adoren a Dios, no conforme a la antigua ley de Sinaí dada al pueblo de Israel mil quinientos años antes de Cristo, sino “en espíritu y en verdad” (Juan 4:24), de acuerdo con el “nuevo pacto” sellado con la sangre del Cordero.

-Pero, ¿cómo pasar ellos por este proceso bíblico si el mundo material entero está desplomándose y deshaciéndose en derredor suyo? Vientos globales descomunales de la naturaleza ya descrita. Terremotos tan grandes como jamás registrados. “Enorme granizo.” Relámpagos, truenos y los demás eventos catastróficos programados. Realmente, en medio de condiciones tan convulsionadas y catastróficas, obedecer plena y cabalmente al evangelio sería quizá del todo imposible. A estas consideraciones obedece, teorizamos, la orden dada a los cuatro ángeles. Parafraseando y ampliando lo que dijo el “ángel que subía de donde sale el sol”: “¡Alto! Todavía no ha llegado la hora para iniciar la destrucción material de la tierra, con esas hordas de ateos engañados que odian al Creador. No se precipiten. No desaten aún los cuatro vientos destructores. Todo lo que ha pasado en el mundo desde el comienzo del poco de tiempo ha hecho cambiar de parecer a muchos judíos respecto a Jesucristo como Mesías. Muchos, aun muchísimos, están al punto de confesar su nombre y someterse en obediencia. La voluntad del Padre es concederles esta última oportunidad. Su orden  para ustedes es no empezar a hacer daño a la tierra hasta que hayan sido selladas tanto las primicias como los restantes judíos dispuestos a cumplir su voluntad”.

-Sin duda, esta explicación no impactaría en absoluto a las personas que creen en una salvación acomodaticia. Por ejemplo, que tanto el judío como el gentil reciba perdón de pecados solo y exclusivamente en virtud de pronunciar “la oración del pecador para salvación”, “hacer profesión de fe” o “confiar en la gracia salvadora de Dios”. Cualquier de estas acciones la podría tomar una persona sin salir de su vivienda. Sin tener que exponerse a fieros elementos destructores. Sin verse obligada a confrontar los intransigentes enemigos de Dios. En cuanto a sumergirse en agua (bautizarse), los proponentes de la “salvación acomodaticia” descartan, hasta burlonamente, el bautismo como requisito para recibir perdón de pecados. Mas sin embargo, todo texto bíblico sobre el propósito del bautismo, tal cual fijado por Dios, establece lo diametralmente opuesto, o sea, que el bautismo es tan necesario para obtener el perdón de los pecados que la fe y el arrepentimiento; que el bautismo es, efectivamente, un requerimiento divino para salvación. “Bautícese… para perdón de los pecados” (Hechos 2:38), dice el Espíritu Santo. “Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre” (Hechos 22:16). Respondiendo a esta misma exigencia, el carcelero de Filipos, juntamente con su familia, habiendo oído “la palabra del Señor”, salieron de su casa, después de la medianoche, antes del alba, “y enseguida se bautizó él con todos los suyos. Y llevándolos a su casa, les puso la mesa… Cuando fue de día…” (Hechos 16:25-40). Así que, vemos que caminaron hasta el lugar seleccionado para bautizarse, exponiéndose a las tinieblas y los peligros de la noche. Fueron zambullidos en las aguas, tal vez frías, de un río, charca o estanque, mojándose de pies a cabeza. Volvieron a su casa. Obviamente, su salvación no fue tan fácil como la que ofrece la abrumadora mayoría de evangelistas y pastores del presente tiempo.

-A la misma exigencia bíblica de ser bautizados por inmersión, y “para perdón”, habrán de responder “enseguida” los israelitas del “poco de tiempo” que quisieran recibir el perdón de sus pecados, sometiéndose a la voluntad buena y perfecta del verdadero y único Mesías, Jesucristo. El que Dios tuviera en el juicio final misericordia de casos que él juzgara como “excepciones”, no rinde nulo para el resto de la humanidad el bautismo como esencial “para perdón de los pecados”. Francamente, cuestionaríamos la objetividad, sinceridad o capacidad intelectual de la persona que discrepara de esta conclusión. Cualquiera que no pueda, o no quiera, entender esta doctrina tan explícita, ¿cómo pensar que pudiera comprender o interpretar el libro de Apocalipsis?

-Pues, sin lugar a dudas, los israelitas del “poco de tiempo” tendrán que ser sumergidos en agua (bautizados) “para perdón”. Pero, ¿cómo acatar este mandamiento decenas de miles, quizá cientos de miles, si vientos huracanados están arrasando tierras y aguas en todo el globo, está cayendo “un enorme granizo”, la tierra está agrietándose y abriéndose a causa de terremotos como jamás registrados, las ciudades están desplomándose y rajan los cielos relámpagos y truenos aterradores? De ser correcta nuestra interpretación, la medida que toma Dios para facilitar la plena obediencia al evangelio de los israelitas del “poco de tiempo” es mandar a detener los “cuatro vientos” destructores, posponiendo el inicio del tiempo agónico final de la tierra. Pero, que conste: se posterga solo “hasta que” hayan sido sellados los “ciento cuarenta y cuatro mil” como “primicias”, y en adición, los demás judíos que deseen la salvación.

D.  Vi también a otro ángel que subía de donde sale el sol, y tenía el sello del Dios vivo… Y clamó a gran voz… No hagáis daño a la tierra hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios.”

1.  El “sello” que reciben los “ciento cuarenta y cuatro mil” en sus frentes no lo concebimos como materialmente visible, tratándose más bien del mismo sello espiritual que recibe toda persona que obedece “aquella forma de doctrina” revelada por el Espíritu de Dios (Romanos 6:17). “Habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa(Efesios 1:13).

2.  El ángel que sube “de donde sale el sol” se atribuye a sí mismo, y por inferencia, a otros ángeles, la obra de sellar “a los siervos de… Dios”. Dice …hasta que hayamos sellado”. Plural. La asistencia de ángeles en la predicación del evangelio de Cristo en la tierra lo reservaríamos como tema para un estudio independiente. Hasta donde alcance nuestro entendimiento en el momento, ninguno de ellos se encarna en la tierra para predicar el evangelio a ser humano alguno, pese a percepciones o creencias populares contrarias. Más bien, su asistencia la entendemos como de índole providencial. Estas consideraciones se las aplicamos también a los “ciento cuarenta y cuatro mil”. La iglesia fiel al Señor sigue existiendo durante el “poco de tiempo”. Por consiguiente, aún habrá en la tierra de aquel tiempo instrumentos humanos capaces de anunciar el evangelio a israelitas dispuestos a oírlo. Contemplamos otra posibilidad, a saber: un acercamiento a Cristo entre los judíos mismos, no vinculado necesariamente con gentiles que sirvan al Señor, motivado por sus propios estudios de toda la Biblia, incluso el Nuevo Testamento, y la reevaluación del cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento sobre el Mesías, como también el cumplimiento de profecías del Nuevo Testamento, particularmente de Apocalipsis, en las naciones engañadas que los rodeen. Todos estos factores bien pudieran combinarse para hacer a judíos sinceros recapacitar en lo concerniente a su rechazo de Jesucristo como el Mesías, llevándoles a cambiar de parecer.

 

Imágenes para la Parte 1 del Sexto Sello

 

Visión de cuatro ángeles que detienen fuerzas destructivas. Apocalipsis 7:1-2.

 

Visión de los cuatro ángeles que detienen a los cuatro vientos de la tierra

Reciben "poder de hacer daño a la tierra y al mar". Tiempos determinados por Dios para la tierra. Tiempo para no dañar. Tiempo para dañar. Los daños catastróficos programados para finales del "poco de tiempo".

 

 

"Daño... al mar." "Daño... a los árboles.

Visión de los cuatro ángeles que detienen los cuatro vientos de la tierra. Tiempo de sellar "a los siervos de nuestro Dios". Tiempo de soltar "los cuatro vientos" de destrucción. "Cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán" (1 Tesalonicenses 5:3).

 

 

"Cuatro vientos" para "hacer daño a la tierra y al mar

Los "cuatro vientos", detenidos temporalmente por los "cuatro ángeles", son instrumento para "hacer daño a la tierra y al mar". El "recio viento oriental" que dividió las aguas del Mar Rojo, evento que permitió que los israelitas marcharan "en seco" entre los muros de agua, es ejemplo de cuán poderoso puede ser el viento.

 

PD   Porque, ¿qué aprovechará al hombre dedicar mucho tiempo al estudio de la misión de los “cuatro ángeles”, determinar el significado de los “cuatro vientos” o identificar a los “ciento cuarenta y cuatro mil”, si no tiene él mismo el sello del Espíritu Santo por no haber aprendido las enseñanzas más fundamentales del evangelio? Entre ellas, que referido “sello” se obtiene mediante oír “la palabra de verdad, el evangelio de… salvación” (Efesios 1:13-14), y obedecerlo, lo cual quiere decir no solo creer en Jesucristo como el Mesías sino también arrepentirse y ser bautizado (sumergido en agua) de acuerdo con el propósito determinado por Dios, a saber, “para perdón de los pecados” (Hechos 2:38; 22:16; 1 Pedro 3:21; Marcos 16:15-16). Por cierto, nos conviene ordenar sabiamente prioridades con el fin de asegurar nuestro llamamiento y elección, es decir, nuestra salvación eterna.

 

 

Parte 2 del Sexto Sello: Identificación de los ciento y cuatro mil sellados

 

 


 

El Séptimo Sello. El silencio en el cielo por media hora.

LISTA del contenido completo del Capítulo Tres

Apocalipsis: análisis de las profecías y visiones. Solo el TEXTO del comentario.

Apocalipsis: análisis de las profecías y visiones. El contenido completo del comentario. Textos y diapositivas.

Archivos en PDF para el comentario Apocalipsis: análisis de las profecías y visiones

 

DANIEL. Lista de estudios y diapositivas en esta Web.

Profecías de Jesucristo sobre Jerusalén y el templo. LISTA.

 

 

  

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