El apóstol Pablo
en Latinoamérica
Suponiendo que el apóstol Pablo pudiera materializarse en estos días y dar una larga recorrida por la América Latina del siglo XXI, ¿qué ámbitos y eventos religiosos observaría él? ¿Qué evaluaciones haría de las tantas y tantas religiones distintas? ¿Cuáles textos del Nuevo Testamento aplicaría a las veintenas de millones de almas que se identifican como cristianos?
Pues…
¡Vamos a imaginarlo para nuestra mutua orientación y edificación!
El apóstol PABLO se materializa en el hemisferio occidental, comenzando a observar ámbitos y eventos religiosos de actualidad en los países de la América Latina.
Se dirige a los latinoamericanos, haciendo evaluaciones y dando consejos tal como lo hacía en el Imperio Romano del siglo I.
¡Prestémosle mucha atención!
Damas y caballeros latinoamericanos, en todo observamos que son muy religiosos; porque pasando y mirando sus templos, capillas y catedrales, hallamos muchos altares, unos humildes, otros espléndidos, donde ofrecen muchos sacrificios, y también gran número de estatuas de la Virgen María, con inscripciones tales como: “Virgen de la Guadalupe”, “Nuestra Señora de Luján”, la “Virgen de Chiquinquirá” y “Nuestra Señora de la Divina Providencia”.
Además, vimos infinidad de estatuas y cuadros de santos. También, encontramos incontables Casas de Oración de todo tipo y tamaño, muchísimas oficinas de Concilios religiosos, carpas evangelísticas, emisoras religiosas, diversos Ministerios de sanidad y evangelismo, Salones del Reino, centros espiritistas, centros cristianos de retiro, campamentos cristianos, academias, colegios, institutos y universidades religiosas; imprentas y casas editoriales cristianas.
Entre ustedes, mis queridos latinoamericanos, gran número de personas luce crucifijos, u otros talismanes, como prendas de vestir o de adorno, o los llevan, como amuletos, en sus vehículos. Lo hacen Incluso no poca gente inmoral, aun delincuentes, drogadictos y criminales. Se escucha decir por doquier y en toda suerte de ámbito expresiones tales como: “¡Dios mío!” “¡Ave María!” “¡Santo Dios!” De veras, son muy religiosos. Aunque no todos, de modo alguno, pues también observo mucha incredulidad, particularmente en la juventud, y veo que los campamentos de los ateos están registrando un crecimiento alarmante.
Ahora bien, al que ustedes afirman conocer y adorar correctamente, pues, de muchas maneras distintas y conflictivas, ¿cierto?, es a quien les anunciamos con más claridad, ya que la proliferación de sus divisiones excede por mucho cualquier fenómeno de la misma categoría jamás visto en siglos anteriores.
Quiero que sepan que el Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos de manos humanas; tampoco en catedrales, capillas, santuarios, relicarios, hostiarios o cualquier otro edificio u objeto fabricado por ustedes.
Él no es honrado por manos de hombres que esculpen, pintan o confeccionan artefactos consagrados a él; por manos que hacen cruces, cualquiera que sea su material, forma o tamaño; por manos que edifican pomposas y carísimas Torres de Oración, malgastando recursos, energías y tiempo, ni por manos que tocan instrumentos de música o palmotean alabanzas carnales. No necesita nada de todo esto, pues él es quien da vida a todos, y aliento y todas las cosas.
De una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra, no aislándose algunos en comunas religiosas o monasterios, pues él no es honrado por almas que siguen los rudimentos del mundo, sometiéndose a preceptos tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques (en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres), cosas que se destruyen con el uso. Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carnea.
A los hombres él les ha prefijado el orden de los tiempos. Reserva para sí mismo la potestad sobre los tiempos o las sazonesb, no divulgando el día o el año cuando enviará su Hijo por segunda vezc. Los siglos pasan, y las épocas, hasta la consumación de sus designios para el hombre y el universod, porque él es el Señor del tiempo. Censura a quienes guardan los días, los meses, los tiempos y los añose.
Su designio y su deseo son que le busquen, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, donde él mismo se encuentra, en el cielo sobre su tronof, en la verdad de su revelación perfecta por el Espíritug, en su reino espiritual y no carnalh, en las cosas hechas, las cuales manifiestan las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, de modo que no tienen excusa para no conocerle, creer y seguirlei. Ciertamente, no está lejos de cada uno de ustedes.
Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos. Porque linaje suyo somos. Ustedes también, damas y caballeros latinoamericanos, son seres espirituales, engendrados por el Padre de los espíritusj. Salidos de él; por él creados; almas vivientes. Glorifiquen, pues, a Dios en su cuerpo y en su espíritu, los cuales son de Diosk.
Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres. No deberían ustedes pensarlo, ni proyectarlo en su imaginación. Sin embargo, a través de sus países, en las ciudades y en los campos, en las montañas y en los valles, en sus casas, negocios y santuarios, abundan y sobreabundan sus esculturas y demás obras de arte religioso, donde acomodan lo material a lo espiritual. Se glorifican en la hermosura de sus creaciones, ¿cierto? Se enorgullecen de las maravillas que sus manos han hecho, aun atribuyéndolas poderes sobrenaturales y venerándolas. ¡Qué piedras y qué edificios! ¡Qué altar, qué estatuas, qué pinturas, qué arquitectura, qué grande! El templo está adornado de hermosas piedras y ofrendas votivas, comentaron los discípulos al Señor. Pero, Jesús, respondiendo, dijo: ¿Ves estos grandes edificios? No quedará piedra sobre piedra, que no sea destruida. Amados, más sabio sería acomodar lo espiritual a lo espirituall, y buscar las cosas de arriba, donde está Cristo a la diestra de Dios, poniendo la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierram. Me temo de ustedes, que se haya predicado el evangelio en vano a ustedes.
Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de la ignorancia de la Era de los Patriarcas (Adán, Abraham, Isaac, Jacob) y de la Era Mosaica, ahora , durante la Era Cristiana, desde Pentecostés hasta el fin del mundo y del tiempo mismo, manda a todos los hombres en todo lugar, incluso, la América Latina, que se arrepientan de sus idolatrías y disoluciones carnales; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos. Por lo tanto, exhorto...
-A que se ocupen en la lectura, la exhortación y la enseñanza;
-Que se ejerzan para la piedad;
-Que tengan cuidado de sí mismos y de la doctrina, que persistan en ello, pues haciendo esto, se salvarán a sí mismos y a los que les oyerenn.
Deben ser llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, para que anden como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios; fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidado.
Porque, me consta que sus guías espirituales son como Nicodemo, quien, siendo maestro de Israel, no sabía ni entendía que hay que nacer del Espíritu y del agua para entrar en el Reino de Diosp. Tampoco saben sus maestros los rudimentos de las palabras de Diosq, pues les someten a la ley de Moisés, mandándoles a diezmar, a guardar los sábados o cosas semejantes, no entendiendo que los que tales cosas hacen, se desligan de Cristo, cayéndose de la graciar. También tienen a maestros que engañan por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristos, siguiendo fábulas artificiosast. Además, algunos les anuncian un evangelio diferente, tal como el evangelio social, o el de la prosperidad. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, les anunciare otro evangelio diferente del que les hemos anunciado, sea anatemau. No obstante, se mueven entre ustedes evangelistas y pastores que anuncian el evangelio de la sanidad y del avivamiento, conmoviéndoles y persuadiéndoles con sus visiones y sueños, no habiendo ellos recibido de Dios ninguna revelación, pues el Espíritu Santo de Dios nos ha guiado ya a toda la verdadv. Pero, ustedes toleran si alguno les esclaviza, si alguno les devora, si alguno toma lo vuestro, si alguno se enaltece, si alguno les da de bofetadasw. ¿Habrán creído en vano?
El Dios que resucitará a los muertos, a los justos y a los injustosx, también manda a todos los seres humanos en todo lugar que crucifiquen al viejo hombre de pecado, sepultándolo en las aguas del bautismo. ¿O no saben ustedes que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. Fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte. Sepultados por el bautismo; plantados con ély.
Pero, sus guías tradicionalistas no bautizan por inmersión, como fue bautizado nuestro Señor en el río Jordánz. Por consiguiente, el bautismo que administran no es una sepultura en las aguas, para que resucite de ellas el nuevo hombre, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno1.
¿Se presentarán ustedes ante Dios en el juicio final con ese bautismo de aspersión, no habiendo recibido el verdadero?
¿O con ese bautismo defectuoso que practican otros tantos maestros religiosos, diciendo que no salva, habiendo dicho el Espíritu Santo claramente que el bautismo ahora nos salva y que es para perdón de los pecados2?
Pero, gracias sean dadas a nuestro Padre celestial, hay entre ustedes quienes enseñan y practican el bautismo conforme al mandamiento de Cristo. También, adoran en espíritu y en verdad, según el Nuevo Testamento, sellado con la sangre del Cordero3. Los mismos son solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz, predicando un cuerpo, y un Espíritu, una misma esperanza, un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos4. Se dan a conocer únicamente como cristianos, no tomando otros nombres5, y pertenecen a la iglesia que nuestro Señor Jesucristo edificó, a la iglesia de Cristo6. Instamos a que los procuren, uniéndose a ellos7. Conocerán la verdad, y mediante la verdad divina, conocerán a plenitud al único Dios verdadero8, quien premia con gloria e inmortalidad a todo aquel que, palpando, lo halla, lo ama y lo obedece9.
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Estimado lector, estimada lectora, este mensaje se compone, principalmente, de palabras que se encuentran en las Sagradas Escrituras. Toda palabra en letra itálica es de la Biblia. Tan impactante, conciso y claro es el sermón de Pablo predicado en la ciudad de Atenas, Grecia, que hemos tenido a bien adaptarlo para nuestro tiempo y el ámbito religioso en que nos desenvolvemos, incorporándole otros escritos y enseñanzas espirituales relevantes. Recomendamos que lo lea una y otra vez tal cual aparece en Hechos de los Apóstoles 17:22-31, que haga suyas las sublimes verdades proclamadas y que alinee su propia alma con ellas, preparándose para el día establecido cuando Dios juzgará al mundo con justicia (Hechos 17:31). En cuanto al título, el apóstol Pablo está "presente en espíritu" (1 Corintios 5:3) en Latinoamérica, dondequiera se lean y se estudien las extensas cartas de él que integran el Nuevo Testamento. La letra o número sobrescrito al final de una frase u oración, corresponde a la misma letra en la siguiente lista, donde aparecen los textos bíblicos citados.
a. Colosenses 2:20-23 b. Hechos 1:6-8 1. Colosenses 3:10
c. Marcos 13:32 d. Apocalipsis 10:5-7 2. 1 Pedro 3:21 ;
e. Gálatas 4:10-11 f. Apocalipsis 4 Hechos 2:38
g. Romanos 12:1-2 h. Juan 18:36 3. Mateo 26:26
i. Romanos 1:18-20 j. Hebreos 12:9 4. Efesios 4:1-6
k. 1 Corintios 6:20 l. 1 Corintios 2:12-16 5. Hechos 11:26 ;
m. Colosenses 3:1-4 n. 1 Timoteo 4:6 :16 Efesios 3:14-15
o. Colosenses 1:9 :14 p. Juan 3:1-12 6. Mateo 16:18 ;
q. Hebreos 5:11 – 6:1-3 r. Gálatas 5:4 Hechos 2:47
s. Colosenses 2:8 t. 2 Pedro 1:16 7. Hechos 5:12-15
u. Gálatas 1:6-10 v. Juan 16:13 ; Judas 3 8. Juan 17:3
w. 2 Corintios 11:18-20 x. Juan 5:28-29 9. Romanos 2:5-11
y. Romanos 6:3-9 z. Marcos 1:9-11
Lo que más aman los latinoamericanos. En general, ¿todo menos la verdad? Gira en busca de la Verdad en los países de la América Latina.
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