"¿Lo que más aman

los latinoamericanos?"

 

 

Querida alma que busca de Dios, ¿quiere usted seleccionar, por favor, de la lista siguiente las tres cosas que ama usted más que todas las demás en el mundo, apuntándolas, según su importancia para usted, en los espacios indicados? Ande, ¡hágalo! Y, sea rigurosamente honesto para consigo mismo.


-Su cónyuge

-Su novio o novia 

-Sus hijos 

-Las fiestas 

-Su trabajo

-Los deportes 

-La Iglesia Católica Romana

-Comer 

-La Verdad

-Apostar 

-Beber con los amigos 

-El Reino de los Testigos de Jehová 

-La Iglesia Mormona

-Ver televisión y videos 

-Su casa

-Pasear o salir de vacaciones 

-La Iglesia Pentecostal

-Dormir 

-Hacer el amor

-Su propio "yo" 

-La paz

-El dinero 

-La música sensual

-Leer 

-La naturaleza

-Sus padres 

-Usar drogas

-Ver pornografía

 

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(3) __________________________________

 

De haber usted apuntado "La Verdad" en el espacio número uno, si la ama, de veras, con toda sinceridad, más que cualquier otra cosa, si la procura tenazmente, si la abraza con gozo al encontrarla, asentándola en el trono de su corazón, entonces se deduce que sería usted una persona excepcionalmente sabia, inteligente y madura, pues, usted coloca "La Verdad" sobre sentimientos, emociones, placeres, objetos y aun sobre los seres humanos más allegados a usted. Se deduce que odia la mentira. Abomina el engaño. Desprecia las fábulas. ¡Pocos seres humanos llegan a este nivel de madurez! Así que, pertenecería usted a una minoría infinitesimal de los cientos de millones de seres humanos que habitan los países de habla hispana, integrando el grupo muy selecto y digno de admiración, y de emulación, a saber: a los "Latinoamericanos Amantes de la Verdad".

En tal caso, usted no se contaría entre los "Latinoamericanos Hedonistas". Estos aman, más que cualquier otra cosa, las sensaciones físicas

Modas provocativas, desnudez, pornografía, sexo, fiestas alborotosas, bebidas embriagantes, estupefacientes, todo lo chabacano y sucio de la televisión, el cine, la música, el teatro, las relaciones interpersonales.

Ellos son la inmensa mayoría. No les interesa la Verdad. Aún más, ¡la temen! Hasta la odian, burlándose de ella. De entre ellos sale la cruel plaga de delincuentes y criminales que azota infinidad de comunidades, sembrando el caos social y moral en nuestro mundo. Lo que más necesitan es un encontronazo con la Verdad para que comprendan cuán pequeños, miserables, dañinos y peligrosos son y que su triste destino será el Infierno Eterno, a menos que se arrepientan. ¡Qué tengan tal encuentro muy pronto! ¡Qué la Verdad los quebrante y transforme!

La Verdad lastima solo a aquellos que no la aman o no la tienen.

Para que la Verdad haga su obra en los tales,

es necesario declarársela con claridad.

Nuestros pueblos latinos son célebres por ser hospitalarios, amigables, alegres, fiesteros y tradicionalistas. Su vida suele girar en torno a sentimientos, emociones, ilusiones y tradiciones. Lamentablemente, nuestros pueblos no son célebres por amar, sobre todo, la pura Verdad, el conocimiento profundo y amplio, la razón correcta, con los argumentos sólidos que la sostienen, o la lógica sana e imparcial, con todas las conclusiones irrefutables que de ella fluyen. Gran parte del pueblo es indiferente a la Verdad. Aun cuando la aprende, no la sigue. Este mal aflige no solo a nosotros sino a todos los pueblos de la tierra.

 

 

Usted ama la Verdad. Pero, ¿la posee?

¿Dónde se puede encontrar la poderosa Verdad? Muchos la buscan...

…en la evolución darwiniana...

…en el misticismo...

…en los escritos filosóficos...

…en las ciencias naturales...

…en las religiones orientales...

…en la meditación trascendental...

…en las estrellas...

…dentro de sí mismos.

Incontables multitudes aseguran haberla encontrado en alguna que otra iglesia.

¿Cuál iglesia la tendría? ¿Acaso la tendrían todas? ¿O, una sola? ¿O quizás ninguna?

En el siglo I de esta Era Cristiana, vivió en tierras de Palestina un varón que se atrevió a proclamar: "Yo soy... la verdad" (El evangelio según el apóstol Juan, 14:6). Se llamaba Jesús. Pocas horas antes de morir por su fe, este Jesús dijo al gobernador Pilato: "Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la VERDAD. Todo aquel que es de la VERDAD, oye mi voz." A lo cual respondió Pilato con la misma pregunta que inquieta a toda persona pensante: "¿Qué es la verdad?"

Este mismo maestro Jesús identificó la fuente de la Verdad. En cierta ocasión oró a su Padre Dios, diciendo: "Santifícalos en tu verdad; tu PALABRA es VERDAD" (Juan 17:17). Así que, la "palabra" de Dios es la fuente de la Verdad. Anteriormente, Jesús había resaltado el gran poder de esta Verdad divina, diciendo: "Conoceréis la verdad, y la VERDAD os hará LIBRES" (Juan 8:32). Luego de su muerte, resurrección y ascensión a la gloria, sus apóstoles y otros seguidores inspirados por Dios escribieron la "verdad" que trajo el Hijo de Dios en libros y epístolas, los que componen la porción de la Biblia que se conoce como el Nuevo Testamento.

Apelan a la Biblia infinidad de iglesias y movimientos religiosos distintos, muy diferentes en doctrina y práctica, y esto tiende a confundir muchísimo a muchas personas que sienten amor por la Verdad, aunque sea siquiera un poquito. ¿Quién entiende correctamente la Verdad expuesta en la Biblia? ¿Los católicos romanos, los pentecostales, los evangélicos, los mormones, los protestantes, los testigos de Jehová, los adventistas del séptimo día?

Estimado lector, estimada lectora, ¿le parece lógico que la Verdad divina, suprema y universal sea tan elástica o relativa que todas las iglesias o sectas del cristianismo, por diferentes y contradictorias que sean, encuentren apoyo en ella? Si usted conoce y aprecia la ciencia exacta de la lógica, seguramente comprendería que la "Verdad", por naturaleza propia innata, simple y llanamente, ¡no puede contradecirse! Pese a ideas populares contrarias, es del todo imposible que la "verdad pura" sea relativa o elástica. Por lo tanto, no todas las religiones y sectas que difieren marcadamente en doctrina y práctica, contradiciéndose abiertamente entre sí, pueden tener la Verdad de la Biblia. ¿No le dice la pura razón, objetiva e insobornable, que esto tiene que ser así, obligatoriamente, aunque tal vez nuestros sentimientos y deseos personales resistan creerlo?

¿Puede usted mismo, o cualquier otra persona de mente normal, discernir la Verdad en la Biblia? ¡Seguro que sí! Por lo menos, las verdades básicas llamadas "los rudimentos de la doctrina de Cristo" en Hebreos 6:1. Fíjese: usted abrió este estudio utilizando sofisticados medios electrónicos de comunicación. Ese mismo poder intelectual tan maravilloso también le capacita para buscar, encontrar, entender y seguir la verdad que libera de todo tipo de engaño, hasta de los más sutiles.

Vagancia mental, subterfugios, lógica irracional y temor de enfrentarse a realidades que descubran la desnudez del alma. Estas actitudes insanas, estos autoengaños tramposos, trastornan a no pocas personas de tal manera que no echan mano de la Verdad suprema que liberta y pone a salvo, incluso a hombres y mujeres intelectualmente sobresalientes, aun brillantes, en materias de la vida secular. La causa primordial de este fracaso, el cual acarrea repercusiones eternas, es la falta de verdadero AMOR por la Verdad. Digan lo que digan, la simple realidad es que no aman la Verdad sobre todas las demás cosas de esta vida. No se trata de habilidades intelectuales sino de sincero interés por conocer la Verdad y de la honestidad espiritual necesaria para hallarla. ¿Tenemos razón, o no?

La Verdad de la Biblia, ¿quién la tiene? ¿Cuál iglesia, si alguna? Toda la Verdad necesaria para el entendimiento correcto tanto de esta vida como de la venidera. ¿Basta tener una porción, nada más, de la Verdad? ¿Cuánta quiere poseer usted? ¿Estaría usted satisfecho con tan solo una pequeña porción?

La Verdad de la Biblia, ¿quién la tiene? Amado lector, respetada lectora, le invitamos a hacer una breve recorrida de algunos lugares donde los habitantes de cada uno aseguran confiadamente tener la Verdad. O sea, la misma que a usted le haría falta para librarse de las diosas seductoras del sensualismo-materialismo, como también de los dioses de supersticiones religiosas, tradiciones espirituales de origen humano y tergiversaciones ingeniosas de las Sagradas Escrituras en apoyo de interpretaciones infundadas e ilógicas. De sentir alguna inquietud al contemplar semejante aventura intelectual-moral-espiritual, le rogamos encarecidamente armarse de valor para realizarla, ya que su ejecución exitosa trae bendiciones tan gratas como sorprendentes.

 

 

Latinoamericanos de corte pentecostal o carismático

¿Tienen la Verdad que libera y santifica?

Visitemos primero a los entornos muy anchos de los pentecostales, ya que estos constituyen una gran fuerza religiosa pujante de actualidad, especialmente en los países de habla hispana en el hemisferio occidental, como, además, en Brasil, de habla portuguesa. Se informa que más de mil millones de seres humanos alrededor del globo terráqueo se identifican con el “movimiento pentecostal-carismático” que comenzó en 1906. O sea, la séptima parte de la población mundial. ¿Acaso posea toda esta inmensa muchedumbre de pentecostales-carismáticas la Verdad de Dios?

De hecho, sus muchísimos promotores y adeptos afirman, categóricamente, que sí. Pero, nuestro deber es analizarlo todo de forma inteligente y objetiva, no dejándonos engatusar por meras afirmaciones, apariencias o convocaciones grandísimas.

Al escuchar y observar a los pentecostales en sus cultos y actividades, pronto comprendemos que lo que más siguen, y ofrecen al público, es el puro existencialismo, filosofía que exalta los "sentimientos" y las "experiencias" por encima de la Verdad.

Tratándose de sus “alabanzas”, nuestras observaciones agudas nos llevan a preguntar lo siguiente: ¿qué sería de los pentecostales si de pronto no pudieran contar con panderetas, guitarras, baterías, combos, corritos calientes, grupos de baile, griterías extáticas, meneos sensuales y el frenesí del emocionalismo colectivo? Pues, escrutando lo que hacen, concluimos que, ciertamente, su música y el éxtasis que la misma induce, es, efectivamente, el motor que los mueve. Sin él, quizás se desinflen tal cual un globo que pierde repentinamente su aire caliente. A lo mejor mengüen marcadamente sus congregaciones, a la larga desapareciendo aun la mayoría. ¡Por falta de su música y espectáculos que imitan, bajo el manto de “fe, santidad, adoración a Dios y poder del Espíritu Santo”, el patrón de música y espectáculos seculares del mundo secular, incorporando en sus “fogosas alabanzas” muchos elementos de lo mundano-sensual, aun sexual!

Estudiando objetivamente a los pentecostales en general, vemos que abundan entre ellos infinidad de líderes diestros en la manipulación psicológica de las masas, bien sea en plazas públicas, coliseos, templos, tabernáculos, capillas, carpas, o por televisión, radio y el Internet. Pero, discernimos, en nuestra búsqueda de la Verdad que libera y santifica, que sus "experiencias síquicas, sentimientos y emociones místicas" giran errática, aun locamente, tal cual un torbellino devastador, causando en ellos y sus simpatizantes desatinos alarmantes y peligrosos, los que desembocan en fanatismos ciegos y abren paso a los tantos y tantos escándalos sexuales y la crasa mercadería que suelen mancharlos.

Prosiguiendo nuestro escrutinio de los pentecostales, quienes proclaman a voz en cuello haber alcanzado la Verdad de Dios que otros religiosos, según ellos, no tienen, vemos que cada vez más de ellos, hoy día, en pleno siglo XXI, abrazan el aberrante y egoísta "evangelio de prosperidad y salud", el cual se opone diametralmente a enseñanzas fundamentales del verdadero evangelio de Jesucristo. Por ejemplo, las de 1 Timoteo 6:5-10.

“…hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad… toman la piedad como fuente de ganancia; apártate de los tales. Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.”

¿Acaso desconozcan los proponentes latinoamericanos del falsísimo evangelio de prosperidad este texto? ¿No saben leer?

Afirman realmente amar la Verdad de las Sagradas Escrituras, pero todo un caudal de evidencias arroja que aman más el bullicio, testimonios, lenguas angelicales, milagros de sanidad, señales, profecías, sueños y visiones de su propia confección que “la doctrina de Cristo” (Hebreos 6:1), la “sana doctrina” que sí salva. “Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ellos, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren(1 Timoteo 4:16; Tito 2:1; 1 Juan 1:9-11). Examinados cuidadosamente y comparados con los auténticos dones espirituales del Nuevo Testamento, los “dones” de los pentecostales se descubren como “mentirosos” (Ezequiel 13; Jeremías 23:9-40; 2 Tesalonicenses 2:9). 

¿Qué de “Verdad divina” hay en todo este cuadro de los pentecostales y carismáticos latinoamericanos? Pues, sinceramente, nada remotamente parecido al cuadro auténtico presentado en el Nuevo Testamento de Cristo, única fuente de “toda la verdad” para los “verdaderos adoradores” que adoran a Dios “en Espíritu y en verdad” (Juan 16:13; Juan 4:23-24).

Pensamos que ha de ser evidente al buscador informado y sincero que, lamentablemente, los "latinoamericanos de corte pentecostal o carismático" no poseen la pura Verdad de Dios. Una parte de ella, pues, sí. Pero, sucede que una porción inadecuada de la Verdad, una vez mezclada con muchos errores, resulta nociva para muchísimas almas ingenuas carentes de toda la verdad necesaria para verdadera santificación espiritual, llevándolas a creer que los errores no sean errores sino parte de la Verdad.  

Amigo o hermano que nos acompaña en esta gira, según mi apreciación personal, la Verdad suprema e inefable de Dios no se halla en la religión pentecostal. ¿Qué opina usted? De encontrar usted duras nuestras observaciones y conclusiones, le rogamos leer los textos bíblicos citados. Comparado con el tono de muchos señalamientos, advertencias y censuras de Dios, ¡nuestro lenguaje resultaría relativamente suave! Dios es la Verdad. Ama la Verdad sobre todo. No tolera a quienes la cambien o desprecien.

 

Latinoamericanos testigos de Jehová

¿Dónde se puede encontrar la brillante Verdad de Dios? ¿Acaso en los Salones del Reino de los testigos de Jehová de la América Latina? Clausurada su enorme imprenta en Brooklyn, Nueva York, y despojados los "amos" en Brooklyn del poder dictatorial que ejercen sobre los pobres "esclavos fieles" que andan por las calles tal cual unos robots programados, sin duda la "Teocracia" terrenal de los testigos de Jehová se desplomaría enseguida.

Amigo, amiga, que anda con nosotros en esta recorrida en busca de la Verdad, considere las Verdades bíblicas encontradas en 2 Corintios 4:16-18. El texto dice: “Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.”

A. Todo lo visible es temporal. 

B. Esta tierra es visible. 

Conclusión irrebatible: Por lo tanto, esta tierra es temporal.

“Temporal” significa limitado por el tiempo y no eterno. 

Por lo tanto, esta tierra no existirá eternamente.

Argumentos sólidos; lógica racional; conclusión irrefutable.

A pesar de este argumento del todo irrefutable, los testigos de Jehová siguen alimentando a los pueblos de Latino América con la falsa esperanza de un eterno "Paraíso Terrenal", siendo incapaces, al parecer, de entender las verdades más elementales de la Biblia. ¿Tienen los latinoamericanos testigos de Jehová la Verdad? Seguramente, usted es capaz de juzgar correctamente, con tal de aplicar racionalmente el texto bíblico citado.

 

Latinoamericanos mormones

¿Dónde se puede encontrar la pura Verdad? ¿Acaso en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días? Para el escrutinio de esta poderosa Iglesia Mormona, conviene saber al menos las siguientes verdades bíblicas:

-Al que añade a las profecías de las Sagradas Escrituras "Dios le quitará su parte del libro de la vida" (Apocalipsis 22:18-19).

-La Verdad de Dios (el evangelio) para la Era Cristiana fue revelada en su totalidad por el Espíritu Santo durante la vida de los apóstoles (Judas 3; Juan 16:13). Dijo Jesucristo: "Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad..."

-No debemos ir más allá de la palabra de Verdad que contiene el Nuevo Testamento de la Biblia (1 Corintios 4:6). "Para que... aprendáis a no pensar más de lo que está escrito..."

-No deberíamos jamás seguir "fábulas artificiosas" (2 Pedro 2:16).

Pero, ¿qué hacen los mormones?

-Añaden el Libro de Mormón a la Biblia. ¡Añaden todo un libro!

-Añaden a la Biblia un libro compuesto, precisamente, de "fábulas artificiosas".

-Piensan y van mucho más allá de la Palabra inspirada encontrada solo en el Nuevo Testamento.

Por lo tanto, los mormones hacen exactamente lo que Dios condena en su libro, la Biblia.

Hechos verídicos; deducción ineludible.

¿Tienen los latinoamericanos mormones la Verdad? Juzgue usted. Al parecer del que escribe, ¡solo tienen al falso profeta José Smith, polígamo. Vidente tramposo. Hombre de sedición, pues organizó su propio ejército y se postuló para la presidencia de los Estados Unidos de América. Encarcelado, fue ahorcado en medio de un motín. ¡Que "profeta"! ¡Que fundador de iglesia! 

 

Latinoamericanos católicos romanos

¿Dónde se encuentra la gloriosa Verdad? ¿En la antigua Iglesia Católica Romana? Pues, consabido es que ella reclama para sí misma el patrimonio exclusivo de la Verdad. Dice que ninguna otra iglesia es poseedora de ella. Sin embargo, ante ella y su imponente jerarquía no deberíamos temblar o acobardamos en nuestra búsqueda de la Verdad. Más bien, nos incumbe saber y aplicar las siguientes verdades bíblicas:

-El propio Jesucristo afirma que las "tradiciones de los hombres" invalidan el "mandamiento de Dios" (Mateo 15:6).

-El Espíritu Santo advierte claramente que las "tradiciones de los hombres" engañan (Colosenses 2:8).

Pero, la Iglesia Católica Romana está fundada justamente sobre tradiciones culturales y religiosas desarrolladas en el seno del paganismo antiguo, como también en el sacerdocio levítico del Antiguo Testamento, sacerdocio que fue "cambiado", juntamente con la "ley" dada en el monte de Sinaí mediante Moisés (Hebreos 7:12). Hecho amplia e irrefutablemente establecido por documentos históricos fiables.

Por consiguiente, la Iglesia Católica Romana invalida el "mandamiento de Dios" al elevar a tradiciones humanas por encima de la Verdad declarada por el Espíritu Santo en el Nuevo Testamento. Ya que el Espíritu Santo, en cumplimiento cabal de su encomienda (Juan 16:13), reveló “toda la verdad” a los apóstoles elegidos por Cristo, cualquier tradición religiosa o edicto posterior, incluso, los edictos de concilios ecuménicos, no debería jamás colocarse en la misma categoría de los libros que componen el Nuevo Testamento.

Enseñanzas claras. Datos comprobables, al alcance de todo aquel que quisiera tenerlos. ¡Conclusión válida!

Privado de sus innumerables tradiciones veneradas, esta gigantesca entidad religiosa, con toda su jerarquía imperiosa de riquezas incontables, ¡se colapsaría! Aferrados a sus tradiciones, ¿pueden los latinoamericanos católicos romanos contar con la sencilla y perfecta Verdad del Nuevo Testamento? Desde la cuna hasta el sepulcro, su vida espiritual es dictada por tradiciones importadas del paganismo antiguo. La historia no miente. La evidencia es contundente. Solo "la verdad os hará libres" (Juan 8:32) de las "tradiciones de los hombres".

 

La Verdad solo en la Biblia, específicamente,

para la Era Cristiana, en el Nuevo Testamento.

Entonces, ¿dónde encontrar la poderosa Verdad, única y eterna? Solo en la Biblia, específicamente en el Nuevo Testamento, ya que el Antiguo Testamento, con sus diezmos, sábados, sacerdocio levítico, etcétera, fue abrogado en la cruz (Colosenses 2:14-17; 2 Corintios 3:6-17; Hebreos 7:12; 8:8-13). De ahí, que tampoco los adventistas del séptimo día tienen la Verdad, dado que se adhieren al Antiguo Pacto dado en el monte de Sinaí.

"Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad" (Juan 17:17). Esta Verdad la proclama solo la iglesia de Cristo fundada en el día de Pentecostés, portavoz del único Mensaje divino que realmente transforma mentes y salva almas (Romanos 1:16; 12:2; Santiago 1:18), conforme al plan de Dios y no conforme a los "evangelios" sociales-seculares-humanos inventados por hombres.

De manera que si usted ama la Verdad sobre todas las cosas, la buscará hasta encontrarla en la iglesia que Jesucristo estableció, en una congregación que se rige por el Nuevo Testamento. Luego, obedecerá la Verdad, permaneciendo en ella todos sus días, hasta el último.

Los latinoamericanos que no tienen la Verdad no están preparados para la muerte, el fin del mundo, la Segunda Venida de Cristo, la resurrección o el juicio final. Quienes "no reciben el AMOR de la VERDAD para SALVACIÓN" se exponen a recibir "un poder engañoso para que crean la mentira". Serán "condenados todos los que no creyeron a la verdad" (2 Tesalonicenses 2:10-12). La Verdad es dura, ofensiva e insoportable solo para quienes no la aman. En cambio, los que la aman, amando con igual intensidad su salvación, saldrán de organizaciones religiosas que no la tienen (Apocalipsis 18:4). Arrepentidos, procurarán el único bautismo bíblico, el cual es por inmersión, "en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo" y "para perdón de pecados" (Mateo 28:18-20; Hechos 2:36-47; 8:26-40; Romanos 6:3-6). Añadidos por Cristo a su iglesia (Hechos 2:47), adorarán "en Espíritu y en verdad" (Juan 4:24 ), siguiendo fielmente a Jesús quien dijo: "Yo soy el camino, y la VERDAD, y la vida" (Juan 14:6), y al Espíritu Santo de quien se dice que él "es la verdad" (1 Juan 5:6), porque nos ha guiado, a través de los apóstoles, a "toda la verdad" (Juan 16:143) la cual tenemos en el Nuevo Testamento..

Solo "el amor de la verdad" y el sincero deseo para que toda persona se salve eternamente nos impulsan a publicar este mensaje. Contrario a la falsa doctrina del "rapto", ya estamos en el Milenio, un tiempo cuando los gobiernos garantizan libertad de culto, no persiguiendo a la iglesia verdadera (Apocalipsis 20:1-10). Todos los latinoamericanos amantes de la Verdad deberíamos aprovechar al máximo este tiempo oportuno para anunciar denodadamente toda la Verdad de Dios. Deberíamos unirnos para nuestra mutua edificación en "un solo cuerpo" con "una sola fe" (Efesios 4:1-6).

¡Le esperamos!

 


 

El apóstol Pablo en Latinoamérica. Andando por los países del hemisferio occidental, observa ámbitos religiosos, aplicando muchos textos del Nuevo Testamento.

 

Respuestas de adolescentes, jóvenes y adultos jóvenes, al igual que de muchos hombres y mujeres maduros, a la pregunta: ¿Me puedes decir lo que es el amor?

 

¿Me puedes decir lo que es el amor? De verdad, quisiera saberlo. Réplicas de evolucionistas darwinianos. Réplicas apasionadas de adolescentes, jóvenes, adultos jóvenes y muchos hombres y mujeres maduros. Del Papa católico romano. De pentecostales. Amores en el siglo XXI. Pero, ¡qué amores!

 

Amores innaturales del siglo XXI

 

  

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