Réplicas apasionadas de adolescentes,

jóvenes y adultos jóvenes, al igual

que de muchos hombres y

mujeres maduros,

a la pregunta:

¿Me puedes decir

lo que es el amor?

 

Esta fotografía de un grupo de jóvenes hispanos ilustra el tema Réplicas apasionadas de adolescentes, jóvenes, adultos jóvenes y muchos hombres y mujeres maduros, a la pregunta ¿Me puedes decir lo que es el amor?, editoriallapaz.org.

 

De verdad, quisiera saberlo.

Escuchemos por un momento lo que pudiera ser una conversación entre un grupo de jóvenes y algún extraño que les haga la pregunta: “Hola, queridos jóvenes. Perdonen mi atrevimiento, pero estoy realizando una encuesta acerca del “amor” y quisiéramos preguntarles: ¿me pueden decir lo qué es el amor, a su entender?” Uno de ellos responde, recogiendo el sentir de sus compañeros. Parafraseamos.

Bueno, señor, ¿qué te pasa? ¿Todavía no sabes lo que es el amor? ¿Aún no te acuestas con una mujer? ¿No has hecho el amor? ¿Qué, qué es el amor? ¡Válgame! ¡Qué cerrado y atrasado estás! Para que sepas. El amor es tener relaciones íntimas hasta experimentar el placer máximo. ¿Te lo digo en el oído para que no te ruborices ante nosotros? Importa poco con quien. No tienes que estar casado. Ni siquiera convivir. Mejor no comprometerte. Para estar siempre libre. Y no tener que sostener a ninguna persona. Y si la mujer sale encinta, ¡déjala! La culpa la tendría ella por no cuidarse. ¿Ser yo papá? ¡Yo no quiero ser papá! Si mi pareja del momento sale encinta, qué busque el aborto enseguida. Ella tampoco quiere tener hijos. Hermano, hay que ser listo. Los niños atan y molestan. Pero, el sexo, a menudo, ¡Eso es lo máximo! Y beber, y un poquito de narcóticos. Y sentirte bien alegre. Y gozar de la vida. Te veo tan serio, tímido y medio asustado. Mira, no te vayas. Te voy a traer a una muchacha linda que te caliente la sangre.”

¡Eh! ¡Tranquilo, muchacho! No te ofendas con lo que te voy a comentar, ni tus compañeros, por favor. Ven acá. ¿No están yendo un tanto lejos ustedes?

No se pongan resentidos conmigo, pero, sinceramente, tengo que decirles que aun los animales, aves, peces e insectos se juntan sexualmente, cada uno conforme a su especie, y procrean, pero no abandonan ni matan a su cría, con raras excepciones..

¡Claro, que no estoy llamando a ustedes “animales” o “insectos”, pero, ¡caramba!, eso de tener sexo, y más sexo, con abandono, sin ningún tipo de amor que no sea el sexo…

…sin amor o compromiso de pareja…

…sin ningún amor natural el uno por el otro…

…sin importarle carácter, personalidad o valores…

…sin querer en ningún momento procrear…

…repugnando a cualquier criatura humana concebida por casualidad hasta el extremo de abortarla…

…o matarla una vez procreada…

…o abandonarla completamente…

Pero, queridos jóvenes… sí, los quiero, aunque no me lo crean… ¡hasta el amor de ateos evolucionistas me parece superior al tuyo!

Sí, porque ellos me han dicho que el amor es la capacidad de recibir en el YO personal de uno al YO de otra persona”. ¿Oyeron, amados jóvenes? Voy a gritárselo, aunque se enfaden más: EL AMOR ES “LA CAPACIDAD DE RECIBIR EN EL YO PERSONAL DE UNO AL YO DE OTRA PERSONA”.

Pero, ustedes, amigos y amigas, al parecer, ¡no saben nada de tal amor! Haciendo el amor sexual con todo su vigor de jóvenes sin inhibición o compromiso alguno, no reciben en su Yo personal al YO de su pareja.

Entonces, ¿qué son ustedes? ¿Acaso incrédulos de una categoría aún por debajo de la de los ateos que dicen que somos todos los humanos descendientes de los gorilas? ¡Oh, qué no! Pues, ¡qué me lo demuestren! Y a todos los demás seres humanos.

Su tremendo egoísmo, pues, qué reflexionen ustedes sobre el sufrimiento que traen sus actitudes y acciones en su propio ser interior, como, además, en las personas -familiares, amigos y conocidos- en derredor suyo. Recapacitando, reordenando sus pensamientos, controlando su empuje sexual, procurando satisfacer sus deseos sexuales más responsablemente y buscando un amor más puro y elevado del que conocen en la actualidad.

Muchachos, les dejo con estas observaciones para que las consideren un poco.

¿Qué? ¿Están aquí solo para explotar y destruir a sus semejantes, y a esta bella tierra? ¡No, señores! Ustedes no son gorilas sino humanos puestos aquí para bien. Así que, ¡a respetar, animar, conservar y amar sanamente! ¡Ya, ya! Me voy. Gracias por escucharme. ¡Chao!

 

 

Esta fotografía de dos parejas de adultos jóvenes hispanos ilustra el tema Réplicas apasionadas de adolescentes, jóvenes, adultos jóvenes y muchos hombres y mujeres maduros, a la pregunta ¿Me puedes decir lo que es el amor?, editoriallapaz.org.

 

Hola, queridos muchachos. ¡Heme aquí de nuevo! Me fui, pero me quedé inquieto, reconviniéndome a mí mismo por haberme ido precitadamente sin decirlos casi nada de lo que es el amor para mí. De lo que entiendo hasta el día de hoy acerca del amor y amar. Me despistaron un tanto al reírse y burlarse de mí, incitándome a desahogarme contra ustedes, pero he recuperado mi compostura, y quiero decirles que quizás sepa yo más del sexo y del amor de lo que piensen. Así que, el turno me toca, y bondadosamente pido que me presten atención solo un ratito más.

Francamente, no me gusta regañar, ni me agradan las confrontaciones, como tampoco hablar de lo negativo. Pero, antes de lo positivo, quisiera llamar brevemente su atención a unos MALOS AMORES. Sí, porque, mis amigos… ¿podemos ser amigos?... no todos los amores son buenos. ¿Es bueno el amor sexual entre personas con SIDA, gonorrea, sílfilis? ¿Entre drogadictos que procreen a hijitos ya adictos antes de salir de la matriz? ¿Son buenos los enredos sexuales que resulten en peleas, venganza, crímenes pasionales, cortes, cárcel? Amar a Satanás y sus tinieblas es malísimo. A mentiras y engaños; al lenguaje soez; a violencia, crimen, caos y muerte; a la injustica y la destrucción. A lujurias, conductas sexuales innaturales, pornografía, drogas, glotonerías, lo obsceno, lo chabacano. A riquezas, fama, reconocimiento o poder, más allá de los límites racionales. Con obsesión. Con excesos que atropellan hasta a familia y amigos. ¡OJO, mis amigos, a los AMORES MALOS! Te consumirán en sus llamas -a cuerpo, alma y espíritu. Entonces, ¡se apagarán para siempre! Dejándote cubierto, cubierta, de cenizas, ¡todo gris! Rodeado de tinieblas eternas. ¿Amas las noches, las penumbras, la oscuridad, las tinieblas? ¡Cuidado de no meterte tan adentro en ellas que no te sea posible salir jamás ni nunca! Me refiero a las tinieblas de afuera, guarida del diablo y los suyos.

¡Ah! Y qué conste: yo sé -y me parece que también lo sepan ustedes- que no todos los de su generación comparten completamente los conceptos de amor que ustedes creen y practican. Como que las ideas de ellos no sean tan radicalmente sexuales, sensuales o egoístas, girando más bien hacia el amor mutuo responsable que, en adición a la atracción física, valora mutuo aprecio, respeto, afinidad de carácter, de personalidad y de criterios morales-espirituales. ¿Qué dicen?

Ahora, voy a traer lo positivo sobre amar y el amor. He vivido muchos años más que ustedes. ¿Cuántos más vivirán ustedes? ¡Cuidado que su estilo de vida no acorte por mucho su vida! Más les vale no despreciar mi edad. En lo concerniente a “amores de distintas clases”, he hecho infinidad de observaciones a través de los años, las que almaceno en mi cabeza, analizando y comparando. He experimentado en carne viva, además, en mi ser interior, a no pocos. También he leído mucho acerca del amor en sus distintas manifestaciones. ¿Qué tal ustedes? No he excluido de mis lecturas un libro cuyo nombre molesta demasiado a gran número de sus contemporáneos. Ojala que no a ustedes. Por favor, un poco de sensatez y objetividad cuando pronuncio su nombre, ni se mofen sin tener conocimiento de su contenido. Me refiero a la Biblia. Libro que cubre toda suerte de amores, tanto malos como buenos. Sé que ustedes saben el nombre del autor de este libro, pues los escucho decirlo a menudo, pero con nada de respeto, teniendo conceptos distorsionados de él porque no lo conocen. Sin embargo… pacientes, ¡eh!, soportándome un poco más- se trata no del “diablo” sino del Dios Creador que “es el DIOS de PAZ y de AMOR” (2 Corintios 13:11). “…el amor es DE Dios(1 Juan 4:7). “Dios es amor” (1 Juan 4:8 y 16). O sea, él es la fuente de todo amor sano, siendo su manifestación perfecta. Como tal, él es absolutamente el único con derecho innato a definir el amor puro y sin mancha en sus distintas manifestaciones tanto en el entorno físico-material como en el moral-espiritual. ¡Claro que ustedes pueden llegar a entender esto en toda su plenitud y esplendidez! Ese corazón encogido y esos ojos duros que echan chispas, ¡ablándalos!, dejando penetrar un poco de luz celestial, y pronto todo su ser estará lleno de luz, con tal de NO hacerle resistencia.

Bueno, ¡qué mucho hablo!, ¿verdad? Ahora, llego al meollo de asunto. Tres o cuatro minutos para decírselo, ¿les parece? Agradezco de todo corazón su bondad.

Los AMORES SANOS y PUROS el Dios de amor los identifica y define. Tú puedes, y debes, amar a tu propio cuerpo físico, el casado al cuerpo de su esposa, la esposa al cuerpo de su marido, teniendo presente cada uno que el cuerpo físico es la morada terrenal del alma y del espíritu, y como tal merece ser tratado con honor (Efesios 5:25-32; 1 Corintios 6:12-20). Tú puedes “amar la vida y ver días buenos”(1 Pedro 3:10), viviendo y disfrutando las bendiciones materiales del Creador, siempre consciente de que “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces…” (Santiago 1:17), “dando siempre gracias” (Efesios 5:20). Tú puedes, y debes, amar a tus padres, cónyuge e hijos, respetándolos y honrándolos en todas las relaciones, interacciones y convivencias entre tú y ellos, procurando sin fallar su bien tanto material como moral y espiritual. Tú puedes, y debes, amar a tu prójimo como a ti mismo (Gálatas 5:14). Tú puedes, y debes, amar al Dios de amor, con todo tu corazón, mente y alma, comprendiendo que él primero amó a ti, al igual que a todo ser humano, deseando tenerte cerca de él y haciéndolo posible mediante el sacrificio de su único Hijo, máxima expresión de amor de parte de ambos. Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos (Juan 15:13). Tú puedes, y debes, amar la luz (Juan 3:21), sinónimo de amar la Verdad de Dios. Además, puedes y debes conocer y amar a la iglesia edificada por Cristo, pues él la amó tanto que se entregó por ella (Efesios 5:25-27). Aclaro: a la de él, y no a las de los hombres. También, amar la Segunda Venida de Cristo en gloria (2 Timoteo 4:8), no temiéndola porque significa la glorificación eterna de los buenos, justos y obedientes, su premiación de inmortalidad en el Paraíso del Dios de Amor.

¿Cómo amar? Amar verdadera y sinceramente a cualquier ser, ya humano ya espiritual, significa amarlo “con todas tus fuerzas”(Marcos 12:30). Dentro de las normas establecidas para la relación, cual sea. No con un fanatismo que raye en locura, pero tampoco con un amor insípido, débil, sin pasión normal. Ir más allá de mera amistad, empatía, fascinación, infatuación o cariño. Llegar a sentir intensa afección por él. Querer, anhelar, desear, ansiar fervientemente estar cerca de él, en su presencia. Compenetrarse, sin violar su dignidad, integridad o privacidad de ser autónomo. Gozar la relación, mental y sentimentalmente. Aun físicamente en el caso de los humanos casados legítimamente según las directrices del Dios de amor. Ser UNO. Fusionarse de corazón y mente, aun de espíritu. Sentirse feliz, completo, seguro y a gusto en su compañía. Triste, inseguro e incompleto cuando no. Tener la vida del amado hasta más importante que la suya, estando dispuesto a dar su vida por la de él. Sentirse frustrado, solitario y desesperado al encontrarse separado por la razón, ofensa o error que fuera, lamentando y llorando. No tener paz, desvelarse, aun abstenerse de alimentos hasta no lograr la reconciliación. Situación que demanda ACCIONES POSITIVAS. Eso, y mucho más, es amar “con todas sus fuerzas”. Ya sea a un ser humano ya sea a Dios el Padre de nuestros espíritus (Hebreos 12:9) o a Jesucristo quien, amándonos con amor supremo, sacrificó su vida de la manera más cruel para salvar toda brecha y unirnos de nuevo a la “familia de Dios”.

Queridos amigos y amigas, ACCIONES POSITIVAS definen el amor sano y puro. ¿Lo saben y entienden? Jesucristo dijo: Si me amáis, guardad mis mandamientos El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama…” El que me ama, mi palabra guardará; el que no me ama, no guarda mis palabras…” (Juan 14:15, 21, 23 y 24). Ahora bien, mandamientos de Cristo tiene cada uno de creer, de verdad, en Dios, arrepentirte sinceramente y bautizarte “para perdón de los pecados”, es decir, sumergirte en agua para que sean lavados tus pecados (Marcos 16:15-16; Hechos 2:37-47; 22:16). ¿Estás dispuesto? ¿Dispuesta? ¡Qué alivio! ¡Qué salvación! ¡Qué esperanza de vida mejor tanto acá como allá!

Queridos muy pacientes y atentos, un poco más, y ya. El amor sano y puro enseñado y ejemplificado por el Dios de amor lo definen los ATRIBUTOS que él lo asigna. Escuchen. El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta” (1 Corintios 13:4-7). ¿Se fijan? Dos atributos positivos posee el amor verdadero; ocho cosas que no tiene o no hace; cinco cosas que hace. ¿Cómo se ve el amor tuyo hasta el momento a la luz de tan tremenda explicación de cómo debe ser el amor?

Ahora, termino, amorosamente dejándote, amiga, amigo, con las siguientes poderosas palabras: El amor nunca deja de ser…” ¿Cuál amor? ¿El tuyo o el que Dios enseña? “Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el AMOR” (1 Corintios 13:8 y 13). ¿Tienes los tres, o ninguno? Fe, esperanza y amor. ¿Hasta cuándo permanecerán tus creencias, esperanzas y amores de actualidad? Si tienes los sesos en su sitio y funcionando normalmente, aunque sea siquiera un poco, ya comprenderás que solo la fe, la esperanza y el amor espirituales sostienen hasta más allá de la muerte y que el amor espiritual es el mayor de los tres, ya que una vez convertidas en realidades la fe y la esperanza las mismas dejan de ser. En cambio, el amor permanece sempiterno. ¡Está a tu alcance! ¡Échale mano!

Ahora sí que me despido en paz, deseándolos paz de Dios, la que sobrepasa todo entendimiento y que guarda el corazón y los pensamientos, que conozcan el verdadero amor de Dios y el verdadero amor, en sus múltiples manifestaciones, que debería haber entre todos nosotros los seres humanos.

 


 

¿Me puedes decir lo que es el amor? Réplica de evolucionistas darwinianos. Réplicas del clero católico romano. Réplicas de pentecostales y demás practicantes del evangelio de prosperidad. En adición a Réplicas de jóvenes. Amores en el siglo XXI.

 

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