La aparición de esposas

sin velo en Corinto


1 Corintios 11:2-16

 

Parte 6

Del libro…

Esposas romanas, viudas romanas:

la nueva mujer emergente

y las comunidades paulinas

Por Bruce W. Winter

Director of the Institute for Early Christianity in the Graeco-Roma World.

Derechos reservados. William B. Eerdmans Publishing Co. 2003. www.eerdmans.com

Partidas 1142 – 1179 en el libro electrónico.

Palabras o expresiones aclaratorias añadidas por el traductor aparecen entre corchetes en Ariel de 10 puntos. El autor Bruce W. Winter también encierra entre corchetes algunos elementos de su escrito. Estos aparecen en Ariel de 12 puntos, el mismo tipo de letra utilizado en el cuerpo de la versión en español.

 

 

 

 

 

Inquierda. El Camino Lechaión, de la antigua Corinto, con la Acrópolis al fondo. Mercantes y artesanos tenían tiendas o talleres en ambos lados de este camino hecho de mármol, cuyo ancho era de aproximadamente siete metros (veinte pies) en la ciudad, con aceras en ambos lados. El Camino Lechaión conducía desde el puerto de Lechaión hasta la Ágora, el centro mercantil y cívico de Corinto. Sin duda, el apóstol Pablo y los cristianos de Corinto habrán caminado por esta misma calle y estos lugares. Fotografía de  www.photobucket.com  Información de www.ancientsites.com


Derecha. El emperador romano Marcus Aurelio ofrece sacrificios.
176 – 180 d. C. Un velo pende de su cabeza.

 


 

Un anciano romano con el velo pendiendo de la cabeza. 

www.britannica.com

 

VI.  Dando la apariencia de ser contenciosos

 

El Sr. Bruce Winter escribe…

“Antes de tratar el asunto de la motivación tras remover el velo (1 Corintios 11:16), lo consideramos importante examinar la terminología usada en 1 Corintios 11:2-16 para ponerse el velo y quitarse el velo, pues es algo intrigante y pueda que arroje luz sobre lo que estaba sucediendo. …

No fue escogido el término griego usual para ‘velo’ (prokalumma), ni el verbo ‘Me pongo el velo sobre la cabeza; me cubro’ (egkalu ptw), ni su antónimo ‘Me quito el velo (ekkalu ptw).

En otros textos del Nuevo Testamento donde se menciona ponerse el velo, el verbo usado es kaluptw.82 También se usa metafóricamente dos veces en 2 Corintios 4:3 para denotar que el “evangelio está aún encubierto” en cuanto al entendimiento (kekalu m me non), cónsono con la idea de poner un velo sobre los ojos, para lo cual el escritor Ateneo, del siglo II d. C., provee un ejemplo.83 

Sin embargo, en 1 Corintios 11:3-7 y 13, no se usa ‘Me quito el velo’ (ekkaluptw), ni su antónimo ‘Me pongo el velo sobre la cabeza; me encubro’ (egkaluptw), sino ‘Me pongo el velo’ (katakaluptw), su antónimo ‘Me quito el velo’ (akatakaluptw), y el cognado ‘sin el velo’ (akatakalupton).

En 1 Corintios 11:4, se usa la cláusula kata kefalhz ecwn, la cual sería más o menos el equivalente de ‘Me pongo el velo’ (egkalu ptw).

¿Cuál es la significancia de añadir el prefijo kata a la raíz del verbo?

“El verbo ‘Me pongo el velo’ (katakalu ptw) fue usado en otras fuentes antiguas. En [los escritos de] Diodorus Siculus se refirió a la convención de cubrir las murallas de una ciudad en señal de alguna tragedia o luto.84 

Fue usado por Dio Cassius cuando Claudius ordenó que su cubriera la estatua de Augusto, evitando que él viera las matanzas en los juegos de gladiadores, y por Strabo para cuando se cubrieron, con propósitos sagrados, los trípodes sagrados.85 

En el Festival de Jóvenes Desnudos, en Esparta, Herodotus indicó que Demaratus se cubrió su cabeza, abandonando el teatro, no porque el espectáculo le ofendiera, pues él mismo lo había presidido anteriormente, sino por la vergüenza que sentía por haber perdido su posición de poder, se le recordando públicamente ese hecho.86 

En todas estas instancias, figuraron una tela y la acción de encubrir, lo cual significaba una reacción premeditada a una situación de crisis o a una ofensa.

“Sin embargo, en 1 Corintios 11:16 se dice que “…si alguno quiere ser contencioso…”  [“Con todo eso, si alguno quiere ser contencioso, nosotros no tenemos tal costumbre, ni las iglesias de Dios.Puede que esto arroje alguna luz sobre lo que estaban haciendo aquellos varones y esposas. Plutarco llamó atención a ‘lo pendenciero y lo voluntarioso que pertenecen al vicio’, al espíritu de contender y reñir sobre cuestiones debatibles, y al hecho de que en discusiones académicas la ira convierte en dimes y diretes al amor de aprendizaje. Los estoicos decían que la ‘nueva’ mujer romana era contenciosa.

‘Pero, es necesario que la mujer tenga autocontrol (si uf rona). Por un lado, ella estará libre del desenfreno lujurioso, y, por el otro, estará libre de otros placeres, no una esclava de pasión, no contenciosa (uhde filoneik on einai), no derrochadora en términos de gastos (mh polutelh), ni extravagante en su forma de ataviarse (mh kallwpistrian)’.88

“La mismita cláusula ‘ser contencioso’ (Giluneikoz einai) se halla en 1 Corintios 11:16, con la implicación de que ellas hicieran esto deliberadamente [que las mujeres cristianas casadas en Corinto se quitaban el velo deliberadamente]. La conflictividad de estas mujeres bien puede explicar el por qué de añadir el prefijo kata al verbo, con el propósito de enfatizar la fuerza de la acción, es decir, que fue una acción deliberada (1 Corintios 11:2 y 16), y, por ende, una selección hecha entre alternativas. Parece indicar que lo hicieran deliberadamente frente a la congregación como señal de algo o para hacer una declaración.89

“La descripción de las esposas difiere de la de los varones debido a la cláusula [refiriéndose a estos], ‘teniendo [el velo colgando] de la cabeza (kata kefal hz ecwn) (1 Corintios 11:4). No fue puesto por encima de la cabeza –de haber sido así, entonces se hubiese usado uper con el genitivo. Robinson cita ejemplos en el Nuevo Testamento en los que kata significa ‘pender hacia abajo’, anotando que en 1 Corintios 11:4 el velo está pendiendo de la cabeza hacia abajo.90 Esto confirma lo que sabemos por medio de observar estatuas del tipo sacerdotal romano, a saber, que la toga fue halada sobre la cabeza, cayendo por la espalda. Así que, los varones [en la iglesia de Corinto] no eran menos culpables que las esposas, pues atraían atención, mediante su acción, a su estatus secular, imitando una convención romana del emperador y la élite en un escenario religioso, tal como Gill ha sugerido.91

“También estaba haciendo una declaración la mujer casada que se quitaba, deliberadamente, el velo para orar o profetizar. Ello no significaba que simplemente estuviera reaccionando a las acciones del varón cristiano que imitara la costumbre de los imperiales y la élite en el contexto religioso al halar él la toga sobre su cabeza, quitándose ella, a manera de respuesta contrastante, el velo de su cabeza.

“Ni tampoco se trataba de que las mujeres cristianas hubiesen entrado en un hogar y que simplemente quitasen el velo por no estar ya en un lugar público. El término ekklhsia [iglesia] significaba una reunión formal, no importando el escenario.92 Esto se refleja en la expresión ‘se reunían en un solo lugar’ (sunercomenwn ... epi to auto) ( 1 Corintios 11:20). Así pues, esto no podía interpretarse simplemente como una visita al hogar de algún compañero cristiano.93

“Al quitarse el velo, deliberadamente, mientras desempeñaban el rol significante de orar o profetizar en las actividades de adoración cristiana, la esposa cristiana estaba ignorando a sabiendas la convención legal romana que era el corazón del matrimonio. Hubiese sido muy evidente a los corintios que, haciéndolo, estaba enviando una señal particular a los congregados (1 Corintios 11:13).

De acuerdo con las observaciones [en 1 Corintios 11], también está claro que, si ella estaba empeñada en presentarse como una mujer casada adúltera, debía acogerse a las consecuencias de la vergüenza asociada con tal acción, a saber, tener su pelo cortado o rapado (1 Corintios 11:6).

Siguiendo el texto, tal parece que estuviera no solo indiferente a su apariencia como mujer de mala fama, conforme a los estándares del siglo I, sino que, al quitarse deliberadamente el velo, estaba siendo contenciosa, al igual que los varones [ya señalados; los que se cubrían la cabeza con la toga, o velo] en la reunión de los cristianos (1 Corintios 11:4 y16).

Si, conforme a la ley romana, ‘ella era lo que vestía’, o en este caso, lo que quitaba de su cabeza, entonces su gesto comunicaba un mensaje en apoyo de la moral de algunas de sus colegas seculares, las esposas nuevas, quienes estaban decididas a burlarse de la virtud de modestia, altamente valuada y que reunía todo lo que debía ser la mujer casada.”

 


 

El velo y otras vestimentas en las culturas de Grecia y Roma.
Lista, con enlaces, de estudios a fondo en esta Web.

 

Conducta moral, sexualidad, modas, vicios, gangas, pornografía.

 

  

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