APOCALIPSIS

Capítulo Ocho de

 Análisis de las profecías y visiones

  “La gran ramera... gran ciudad”

 Diapositiva

Para el Escenario 1, de la Escena 1, del Acto 1

En “SENTIDO ESPIRITUAL”
 “la gran ciudad" es la Roma pagana
del siglo I hasta 312 de la Era Cristiana

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Diapositiva de múltiples imágenes. Dioses, diosas y emperadores romanos ubicados en la línea del tiempo. Mapa del Imperior Romano. Textos explicativos. Orientaciones y aplicaciones.

 

A continuación, el "Texto" principal incluido en esta diapositiva. 

“La gran ramera” es, “en sentido espiritual”“la gran ciudad” de la Roma pagana. 

Tiempo de la aplicación de esta visión a la Roma pagana: del 33 al 312 de la Era Cristiana

Enfoque: el dominio espiritual-filosófico-moral de los gobernantes en Roma sobre “los reyes y moradores de la tierra”, y no su dominio político-secular-económico. 

“En sentido espiritual”, la Roma pagana es “Sodoma-Egipto-Jerusalén-Babilonia”. La religión falsa reina mediante miles de dioses. El emperador es el pontifex máximus (sumo sacerdote). 

1. “Los reyes y moradores de la tierra” fornican con “la gran ramera” romana pagana al adorar a sus dioses, incluso al emperador

2. La mujer-ciudad se viste “de lino fino, púrpura escarlata, oro, perlas” (Apocalipsis 17:4; 18:16). Así se vestían los poderosos y ricos de la Roma pagana. 

3. Su “cáliz de oro”: “lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación” moral y espiritual.

Lleno de sus orgías, cultos pervertidos, blasfemias, vanas filosofías, orgullo, juegos sangrientos, matanzas, avaricia.

Catorce gráficas integradas en esta diapositiva: dioses y diosas de la Roma de los siglos I, II y III, emperadores romanos, senado romano, orgías romanas, mapa del Imperio Romano.

 

Orientaciones y aplicaciones adicionales

A.  Muchas profecías sobre "la gran ciudad", que es, "en sentido espiritual""Babilonia la Grande", Sodoma, Egipto y Jerusalénya se cumplieron, efectuándose, efectivamente, una parte de "la sentencia contra la gran ramera", sinónima esta mujer corrupta de aquella ciudad inicua. 

Faltan las acerca de su destrucción definitiva y final.

B. El cumplimiento comprobado de estas profecías evidencia, indisputablemente, la inspiración divina del libro de Apocalipsis.

Cumplidas, pues, estas profecías sobre "la gran ciudad-la gran ramera", ¿con qué justificación dudar del cumplimiento de las demás profecías de este libro, y del resto del Nuevo Testamento?

Recordemos: "el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía" (Apocalipsis 19:10).

No fallando sus profecías, su "testimonio" acerca de su Padre celestial, el designio de este para la humanidad y el universo material, el fin de la creación material, el fin del tiempo mismo, su Segunda Venida en gloria, triunfo y juicio, el destino tanto de los justos como de los malos y desobedientes a su Evangelio, ha de tomarse muy en serio.

¿Lo está tomando muy en serio usted, respetado lector, estimada lectora?

C. "Tomar en serio" el "testimonio de Jesús" significa no solo estudiar "profecías" sino aprender y obedecer al "evangelio de nuestra salvación".

Bondadosa y amorosamente, Dios ofrece salvación a todos, queriendo "que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad" (1 Timoteo 2:3-4).

De hecho, según 1 Pedro 1:22, la purificación del alma se alcanza "por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu...".

Desde luego, lo que infunde a la verdad el poder de librar y salvar es "la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha" (1 Pedro 1:18-20).

Las condiciones para salvación establecidas en esta poderosa "verdad" se destacan en la Gran Comisión emitida por Jesucristo, a saber: "El que creyere y fuera bautizado será salvo..." (Marcos 16:15-16).

De manera que el bautismo (inmersión en agua) Cristo lo declara esencial para salvación.

Y esto lo confirma el Espíritu Santo mismo en el día de Pentecostés, al proclamar, por medio del apóstol Pedro y los demás apóstoles: 

"Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo" (Hechos 2:38).

Toda persona que esto lo hace sinceramente es añadido por Cristo mismo a la iglesia que él mismo edificó (Hechos 2:47; Mateo 16:16-18), y no a cualquier iglesia.

Aclarando un poco más, es añadido a la iglesia que se rige por el Nuevo Testamento sellado con la sangre del Cordero mismo (Mateo 16:27-28).

Respetuosamente, le animamos a obedecer, de no haberlo hecho ya, este evangelio puro, perseverando en él hasta el fin de sus días para que se salve eternamente.

Para estudios más completos sobre el Plan divino de salvación y La iglesia edificada por Cristo conforme al modelo de Dios, recomendamos los temas básicos en la Página:

El evangelio de nuestra salvación.

Para conocer a la iglesia de Cristo más cercana a su residencia, consultar al Directorio de congregaciones, o contactarnos.

[email protected]

 


 

Próxima entrada en la secuencia de este comentario sobre Apocalipsis: Historia de “la gran ciudad” Roma-Constantinopla. Años del 33 al 600. Parte 1

El TEXTO de: el “SENTIDO ESPIRITUAL” de “la gran ciudad”. Escenario 1, de la Escena 1, del Acto 1.

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