AMOR entre progenitores y sus hijos

AMOR ROMÁNTICO

Damas y caballeros Evolucionistas Darwinianos, ¿qué es el AMOR? ¿Cuándo, cómo y por qué se originó? ¿Qué es, en particular, el AMOR ROMÁNTICO?

 

Este esquema traza el desarrollo de la evolución a través de eones conforme a las enseñanzas de evolucionistas darwinianos, ilustración para el estudio Amor entre progenitores y sus hijos; Amor romántico, según las explicaciones de doctores de la filosofía evolutiva darwiniana, tema en editoriallapaz.

 

Damas y caballeros Evolucionistas Darwinianos, ¿qué es el amor? ¿Cuándo, cómo y por qué se originó? ¿Qué es, en particular, el AMOR ROMÁNTICO? Según ustedes. Leí detenidamente unos interesantísimos estudios publicados en el Internet por correligionarios suyos, algunos con doctorados en filosofía, que dan respuestas a estas preguntas. A continuación, extractos claves, seguidos por Orientaciones y observaciones nuestras.

Dario Maestripieri, Ph.D., citando a Paul Eastwick, Ph.D., evolucionistas ambos, escribe sobre la VINCULACIÓN de PAREJAS y el ORIGEN del AMOR ROMÁNTICO

La vinculación de parejas humanas es una novedad evolucionaria. Surgió muy recientemente -unos pocos miles de miles de años en la escala evolucionaria es equivalente al día de anteayer- y muy precipitadamente como reacción a los cambios rápidos en el tamaño del cerebro y en los patrones del desarrollo de hijos que hacían necesario o ventajoso el cuidado de vástagos por ambos padres.”

Orientaciones para el lector poco familiarizado con estos temas. La “vinculación de parejas humanas” significa unirse y permanecer unidos, sexual y socialmente, el macho y la hembra. Paso hecho posible, según evolucionistas, por el crecimiento rápido en el tamaño del cerebro de los seres catalogados por ellos como Homo. Este engrandecimiento del cerebro obedece a su vez, en parte, a “patrones del desarrollo de hijos”. En estas circunstancias de vinculación de parejas y crianza de hijos por ambos progenitores nace algún tipo de AMOR, o más de uno. Por inferencia, estos amores no existían anteriormente en el reino animal. “La vinculación de parejas humanas es una novedad evolucionaria”, y, por ende, lo sería también el amor en este contexto. Una novedad evolucionaria surgida “muy precipitadamente… muy recientemente”. ¿Cuándo? Hace cientos de miles de años.

 “…cuando las circunstancias se volvieron favorables para la evolución de vinculación de parejas en el linaje humano, la selección natural debía modificar los cerebros humanos de formas tales como para contrarrestar los atributos que habían sido pulidos a través de eones por la selección natural. Lograr que el cerebro masculino de un tipo de simio que se pareciera al chimpancé, sexualmente promiscuo, agresivo y misógino, se transforme en cerebro paternal de ser humano, socialmente monógamo que ame a la mujer, no fue un paso evolutivo fácil. La necesidad de esta transformación rápida creó un problema evolutivo especial, el que requería una solución especial. Esta solución especial fue el amor romántico y la vinculación de adultos. Mas, ¿cómo encontró la selección natural esta solución especial? ¿Cómo sacó de la manga el amor romántico?

Observaciones nuestras

Según este párrafo por el Dr. Maestripieri…

La selección natural posee fuerza de voluntad. “…debía” hacer algo. Se sentía obligada.

Discierne la necesidad de actuar prontamente. “…debía modificar rápidamente…”

Puede deshacer “rápidamente” lo que había tardado “eones” en perfeccionar. Repitiendo: “…modificar los cerebros…” para “contrarrestar… atributos” que había “perfeccionado a través de eones…”

¡Asombrosa inteligencia y poder! Parecidos a los de un dios creador, ¿no le parece?

La tremenda dificultad de la tarea que la selección natural debía encarar (Estoy atribuyendo a la selección natural poderes, de la misma manera que lo hacen los evolucionistas. En realidad, ¿tiene la selección natural la capacidad intelectual y el poder de identificar y encarar alguna tarea?) la pone de relieve el propio Dr. Dario Maestripieri. Dice:

“Lograr que el cerebro masculino de un tipo de simio que se pareciera al chimpancé, sexualmente promiscuo, agresivo y misógino, se transforme en cerebro paternal de ser humano, socialmente monógamo que ame a la mujer, no fue un paso evolutivo fácil.”

“Paso evolutivo no fácil. Problema evolutivo especial. Solución especial.”

Hemos notado que los evolucionistas darwinianos tienden a referirse a menudo a la “Selección Natural” como si fuera un ser poderosísimo. Ella tiene metas, concibe, prepara, logra, discierne, hace, deshace, modifica, quita, pone, contrarresta, reduce, incrementa, perfecciona, etcétera.

Tomamos la libertad de hacer lo mismo en lo referente a este “problema evolutivo especial”, y su “solución especial”, expresándonos de la siguiente manera con el propósito de resaltar los roles variados que los evolucionistas asignan a la Selección Natural.

[Homero se dirige a la Selección Natural] “Así pues, Selección Natural, he aquí ‘un problema evolutivo especial’ para ti. Un reto grandísimo para ti. De hecho, este problema requiere ‘una solución especial’. Desde mi punto de observación ventajosa en el siglo XXI, veo que has respondido exitosamente al reto. ¡Diste con la solución especial! Fue ‘el amor romántico y la vinculación de adultos’. ¡Caracoles! ¿Cómo la encontraste? ¿Cómo sacaste de la manga aquello de amor romántico? A la verdad, tú tienes sí la habilidad de concebir cosas grandiosas. Increíblemente, ¡algo tan extraordinario como ‘el amor romántico’! Tú obras mediante casualidades; sin embargo, ¡los resultados son fenomenales!

“Pero, tengo una pequeña inquietud, a saber: si estás haciendo las cosas por pura casualidad, ¿cómo puedes dar con una solución especial a un problema evolutivo especial? Diríase que los parámetros dejaran poco lugar a la ‘casualidad’. Y, operando mediante casualidades, ¿cómo puedes comenzar a preparar para la aparición de un problema complejo futuro y una solución especial futura eones antes de que el problema surja? Me refiero al súbito aumento en el tamaño del cerebro, y por ende, del tamaño del cráneo de algunos mamíferos cientos de miles de años, aun tres o cuatro mil miles de miles de años (tres o cuatro billones), después de la aparición, por pura casualidad, de los cerebros chiquititos, con sus cavidades craneales muy pequeñas, fruto de tus múltiples adaptaciones ingeniosas anteriores. ¿Te sorprendió este nuevo problema? Comoquiera, ¡lo resolviste con prontitud! Tu maravillosa solución: ‘El amor romántico y la vinculación de adultos’.¿Quién lo hubiese pensado? Una solución que aparentaría pertenecer un tanto a una dimensión fuera de lo puramente físico y material, pero que tal no es el caso, según nos aseguras. ¡Estupendo!”

Por cierto, me quedaría, personalmente, estupefacto ante las ejecutorias de la selección natural de resultar cierto que ella hiciera las proezas que los evolucionistas darwinianos le atribuyen, y con tantísima paciencia -a través de billones de años. Pero, no debo perder de vista que se trata de un lenguaje altamente especulativo, con aserciones intercaladas como hechos indisputables.

Me enseñan los evolucionistas darwinianos que “la selección natural es una LEY”, pero pienso que una ley no piense por sí sola, ni planifique, prevea, conciba, modifique o tenga metas. Sin embargo, los evolucionistas darwinianos aseguran que “la LEY de la selección natural” hace todo esto y muchísimo más. Una ley ¿qué fuerza puede tener si alguna autoridad o poder no la infunde de fuerza? Solita, sin quién o qué la aplique, ¡nada hace! ¡Ningún efecto tiene! ¿Quién o qué infundiría a la ley de la selección natural con fuerza hace cuatro billones de años? ¿Surgió por sí sola? ¿Con las primeras células simples? En ellas, por naturaleza, entre sus componentes químicos simples, ¿los poderes de vida y voluntad? ¿La capacidad de “seleccionar” adaptaciones favorables? Curiosamente, los biólogos y químicos más inteligentes del presente no pueden combinar elementos en su placa de Petri que adquieran vida espontáneamente, mucho menos la voluntad de empezar a desenvolverse según la ley de la selección natural.

 

En esta fotografía un Homo sapiens de actualidad sostiene en sus manos un cerebro humano de un ser humano moderno, referente al cual los evolucionistas darwinianos aseguran que se trata del producto de la selección natural, ilustración para el tema Amor romantico, Amor entre progenitores e hijos, en editoriallapaz.

 

A continuación, el Dr. Dario Maestripieri explica “cómo encontró la selección natural” una “solución especial” al “problema evolutivo especial” de la vinculación de parejas humanas. Dice:

Sugiero que la historia evolutiva del amor romántico humano haya progresado, posiblemente, de la siguiente manera. Al crecer los cerebros humanos y volverse los infantes más necesitados y vulnerables por un período más largo de desarrollo, de tal manera que se hiciera necesario el envolvimiento del padre y el cuidado de ambos progenitores, la selección natural debía concebir una forma de motivar a hombres y mujeres a permanecer juntos durante el tiempo necesario para criar exitosamente a un hijo.”

Observaciones nuestras

“Sugiero que… haya progresado, posiblemente…” es lenguaje altamente especulativo. Lenguaje de hipótesis. El lenguaje de opiniones personales, y no de hechos sostenidos por evidencias fehacientes. Efectivamente, esta expresión subjetiva significa que las explicaciones dadas por el Dr. Maestripieri también serían especulativas.

“…la historia evolutiva del amor romántico humano…” Bien que el Dr. Maestripieri dé por sentado que el amor romántico humano tenga una “historia evolutiva”, en realidad, esto mismo está para probarse. Tiene historia, ¿pero evolutiva? O sea, vinculada inextricablemente con la evolución darwiniana.

“Al crecer los cerebros humanos…” ¿De Homo sapiens o de los anteriores Homos? ¿Eran humanos los Homos habilis que existían, según se plantea, dos mil miles de miles de años atrás? No pretendemos analizar extensamente en este escrito todas las creencias o convicciones de evolucionistas en torno al desarrollo de los distintos “Homos” que ellos identifican. Nos limitamos a observar que en lo concerniente a tipos y tamaños de “cerebros” existen otros conceptos fundamentados en evidencias y argumentos también tenidos como muy fuertes por sus partidarios.

“…la selección natural debía concebir una forma de motivar…” Ejemplo clásico de cómo los evolucionistas atribuyen poderes a la “Selección Natural” como si esta fuera un ser inteligentísimo y poderosísimo. “Debe” hacer algo. Puede “concebir una forma de motivar…” Justamente como si fuera ella una diosa que alterara físicamente cerebros, cráneos, motivaciones y vinculaciones de seres humanos. Pero, ¿no es la selección natural una “LEY”? ¿Quién o quiénes infunden esta Ley con los poderes de concebir, motivar y seleccionar? Pues, obviamente, diríase que los propios evolucionistas darwinianos.

 

En esta pintura cuatro rostros distintos ilustran el progreso evolutivo desde una especie de simio grande hasta quizás el hombre neandertal, representación artística que obedece a tesis de evolucionistas darewinianos en torno al desarrollo de los humanos, ilustración para el tema Amor romántico, su origen, en editoriallapaz.

 

[Escribe Dario Maestripieri] “Ahora bien, la selección natural nunca inventa nada desde cero sino que modifica y reagrupa estructuras preexistentes. Ya existían en los cerebros de nuestros ancestros simios adaptaciones psicológicas y emocionales para el sistema de vinculación de infantes, las que funcionaban bastante bien para mantener unidos a infantes y madres. La selección natural toqueteó este sistema, haciéndolo operacional durante la adultez, a fin de poder usarlo para lograr que parejas [de machos y hembras] se vincularan. Algunos de los circuitos neurales y sustancias neuroquímicas usados para unir a madres con sus crías, tales como los que incluyen oxitocina y opoides endógenos… también comenzaron a funcionar para intermediar la vinculación entre adultos [vivir juntos el hombre y la mujer].”

Observaciones

“…la selección natural nunca inventa nada desde cero sino que modifica y reagrupa estructuras preexistentes.” Siendo LEY, la selección natural no tiene por sí sola ni mente ni voz. Los evolucionistas darwinianos son su “mente” y su “voz”. Ellos dicen lo que ella no hace y lo que hace. No “inventa nada desde cero”. “…modifica y reagrupa estructuras preexistentes.” Bien que no invente nada, modificar una estructura ya existente sería una hazaña bastante notable. Más todavía cuando de hacer crecer la masa del cerebro se trata. Ya sea de un gorila o de Homo habilis. Hacer que se expanda con miles de miles de miles de células nuevas especializadas que aumentaran la inteligencia y las destrezas del ser que sea. Y hacer que crezca simultáneamente la cavidad craneal compuesta de huesos duros, también hechos de células vivas -billones de ellas.

“…los cerebros de nuestros ancestros simios…” Dr. Maestripieri, usted reconoce a los simios como sus ancestros, pero derecho no tiene de hablar a nombre mío o de la humanidad entera. Todavía no estoy dispuesto a llamarlos “mis ancestros”.

“La selección natural toqueteó este sistema, haciéndolo operacional durante la adultez, a fin de poder usarlo para lograr que parejas [de machos y hembras] se vincularan.” Así que, la selección toquetea sistemas. Los hace operacionales donde no operaban antes. Tiene metas y propósitos para sistemas biológicos. Por ejemplo, usar un sistema biológico para lograr que parejas humanas se vinculen. ¡Qué poderosa es la selección natural! Como una diosa que se mantenga viva y activa durante billones de años y que tenga su propia cosmovisión. Tiene potestad sobre todo lo existente. Para hacer que nazca el amor romántico en el linaje humano de criaturas terrenales toquetea algún sistema biológico de los simios precursores de las especies Homo, “a fin de poder usarlo para lograr que parejas [humanas] se vincularan”.

Vuelvo a preguntar, pues me inquieta muchísimo: ¿qué fuerza, voluntad o autoridad activaría la LEY de la selección natural? ¿Hemos de aceptar que aquella LEY se activara espontáneamente? ¿De la manera que se activara espontáneamente, según se postula, la vida misma en alguna combinación fortuita de químicas inertes, hace 4.5 billones de años? ¿Por qué Charles Darwin dijera que así fuera? Darwin, que desarrolló su propia cosmovisión, sin saber absolutamente nada sobre, por ejemplo, el ADN.

Dr. Maestripieri, ¿cómo toqueteó la selección natural referido sistema de los simios? El doctor responde: “Algunos de los circuitos neurales y sustancias neuroquímicas usados para unir a madres con sus crías, tales como los que incluyen oxitocina y opoides endógenos… también comenzaron a funcionar para intermediar la vinculación entre adultos [vivir juntos el hombre y la mujer].”

Bien, estimado Dr. Dario, usted lo dice como si fuera un hecho del todo evidente. Sin embargo, su afirmación cae en la categoría de sus especulaciones, pues, usted, respondiendo a sus propias preguntas de “¿cómo encontró la selección natural esta solución especial? ¿Cómo sacó de la manga el amor romántico?”, dice: “Sugiero que la historia evolutiva del amor romántico humano haya progresado, posiblemente, de la siguiente manera. Por lo tanto, lo de “comenzar a funcionar circuitos neurales y sustancias neuroquímicas ya existentes en precursores de los humanos para intermediar en estos la vinculación entre adultos”, lejos de ser un hecho real e indisputable, se reduce a una especulación enmarcada por “sugiero que… que haya progresado, posiblemente”, de tal “manera”.

Dr. Maestripieri, lo desconcertante para mí en lo referente a muchos evolucionistas darwinianos es su costumbre de formular conclusiones a base de premisas rodeadas de “probable, probablemente, pienso, sugiero”, etcétera, luego presentar sus conclusiones como hechos obvios e irrebatibles. Esto despista y engaña al lector o investigador quizás un tanto falto de perspicacia y objetividad. A continuación, algunos ejemplos adicionales que encuentro en sus propios escritos.

Aserción. “En las aves, la vinculación de parejas es una adaptación antigua.” Seguida por una afirmación totalmente especulativa. Probablemente, las aves hayan sido organismos vinculados durante muchos miles de miles de años.” La cual oración es seguida, a su vez, por una deducción fundamentada en la afirmación especulativa. Esto significa que la selección natural ha tenido más que suficiente tiempo para esculpir los cerebros de aves y realizar la instalación de circuitos necesarios para hacer posible las adaptaciones psicológicas y de comportamiento para la vinculación de parejas.”

Observación. No puede “significar” nada en absoluto si está fundamentado en una afirmación especulativa, y lo es. La deducción NO es comprobada por descansar sobre la cláusula “probablemente… hayan sido…”. El trozo completo adolece de razonamiento defectuoso. Engañoso para el lector, la lectora o el pensante descuidado, poco analítico.

Otro ejemplo. “…probablemente, evolucionaran los humanos de la especie de chimpancé parecido al simio, cuyos integrantes eran sexualmente promiscuos…”

En español, el adverbio “probablemente” requiere, en este caso, el verbo subjuntivo “evolucionaran”, el cual indica una posibilidad, y no un hecho, mientras en el inglés “evolved” es el pretérito pasado, indicando un “hecho”. Desde luego, el adverbio “probably” significa que no se trata de un hecho.

Y todavía otro. Probablemente, los cerebros de nuestros ancestros simios hubiesen sido formados por la selección sexual durante muchos miles de miles de años en apoyo de estrategias de apareamiento y reproducción que no envolvieran la vinculación de parejas.”

“…probablementeindica hipótesis, especulación, conjetura, y no, en definitivo, hechos comprobados.

En los siguientes tres párrafos, el Dr. Maestripieri continúa su lista de lo que hiciera la selección natural para hacer que naciera el amor romántico en los humanos. Al auscultar su prosa, tengamos presente su afirmación introductoria: “Sugiero que la historia evolutiva del amor romántico humano haya progresado, posiblemente, de la siguiente manera. Entonces, lo que esperamos son más y todavía más hipótesis acerca del origen del amor romántico y más acciones de la selección natural. Asignamos números a las acciones.

“Para (1) lograr la meta de (2) producir vínculos emocionales y sociales duraderos entre machos y hembras adultos, la selección natural (3) toqueteó no solo los cerebros de nuestros ancestros simios sino también sus cuerpos. Probablemente, los cuerpos de nuestros ancestros simios fueran similares a los cuerpos de chimpancés de actualidad: adaptados muy bien para la competición intensa sexual y conflicto sexual, pero no para la vinculación de parejas.”

“…la selección natural (4) redujo las diferencias entre machos y hembras en lo referente al tamaño de su cuerpo, fuerza y defensas. Entonces, (5) eliminó en las mujeres las señales obvias de ovulación e (6) incrementó su receptividad [sexual] durante el ciclo menstrual. Esto (7) proveyó la oportunidad tanto para hombres como para mujeres de siempre sostener relaciones íntimas, de esta manera (8) reforzando su unión y (9) aumentando la confianza del hombre al efecto de que, al nacer un niño, el mismo fuera suyo de verdad, lo cual a su vez (10) aumentó su voluntad de brindar cuidado paternal. Al mismo tiempo, la selección natural (11) redujo, en el caso de hombres vinculados [con mujeres], su deseo por variedad sexual y promiscuidad, haciéndolo por medio de (12) reducir el tamaño de sus testículos y (13) los niveles de testosterona.” [No se olvide, querido lector, lectora: ¡puros hipótesis!]

 “Todavía otra adaptación fisiológica a favor de la vinculación de machos humanos [con mujeres] es la (14) reducción de su producción de testosterona cuando se comprometen a mantener una relación o son casados con hijos. Los varones comprometidos románticamente [con mujeres] tienen niveles más bajos de testosterona y esto frena su deseo de tener a otras mujeres, haciendo posible que se concentren en sus esposas e hijos. Muchos estudios han confirmado esto…”

Argumentos de Paul Eastwick, PH.D., en su artículo "Beyond the Pleistocene: Using Phylogeny and Constraint to Inform the Evolutionary Psychology of Human Mating"Psychological Bulletin, 135: 794-821, 2009). Citados y parafraseados en La historia evolucionario del amor. Lo que es el amor y de dónde proviene. Por Dario Maestripieri, PH.D. Psychology Today -La psicología de hoy día. 26 de marzo de 2012. www.psychologytoday.com/blog/games-primates-play/201203/the-evolutionary-history-love

 

Esta imagen contiene muchas gráficas de cráneos de homínidos y homos, mostrando configuraciones y tamaños, con líneas que indican cuándo existían en términos de miles de miles de años, ilustración para el tema Amor romántico, Amor entre progenitores y sus hijos, según enseñanzas de evolucionistas darwinianos, en editoriallapaz.

 

 

Una razón siniestra de por qué las personas se enamoran

Melissa Hogenboom, reportera de la BBC, citando a la
Dra. Stephanie Cacioppo, Ph.D., de la Universidad de Chicago

El sistema límbico y el origen del amor

“El sistema límbico desempeña un papel clave en todas las etapas conocidas del amor. Otros muchos mamíferos, aun reptiles, poseen alguna clase de sistema límbico. Esta área del cerebro existía mucho antes de los primeros primates. Las partes más antiguas del cerebro tienen que ver con apego y vinculación de parejas, y estas áreas están activadas en muchas especies’, dice Stephanie Cacioppo, de la Universidad de Chicago. En otras palabras, los cerebros de animales han sido preparados para al menos algunas formas de amor desde hace cientos de miles de miles de años.”

Una razón siniestra de por qué las personas se enamoran. Por Melissa Hogenboom, reportera. (https://about.me/melissahogenboom), en:www.bbc.com/earth/story/20160212-the-unexpected-origin-of-love

Dra. Stephanie Cacioppo, PH.D. Assistant Professor of Psychiatry and Behavioral Neuroscience and Director of the High-Performance Electrical Neuroimaging (HPEN) Laboratory at the University of Chicago. https://psychiatry.uchicago.edu/directory/stephanie-cacioppo-phd

Orientaciones. El sistema límbico es una parte del cerebro compuesta por varias estructuras interconectadas anatómica y funcionalmente que participan en el procesamiento de las emociones.” www.lifeder.com/sistema-limbico/

Comentario. “…los cerebros de animales han sido preparados para al menos algunas formas de amor desde hace cientos de miles de miles de años.” Así que, “…preparados”, pero, cabe preguntar: ¿experimentaban tales animales “algunas formas de amor”, o no? Y si no experimentaban ninguna, entonces ¿por qué la selección natural los había dotado de tal capacidad? ¿En anticipación del momento propicio? En tal caso, surge otra pregunta: ¿Posee la “selección natural” alguna inteligencia anticipatoria de necesidades futuras? Aclaro que la oración que enfoca “cerebros de animales… preparados” desde hace miles de miles de años para “algunas formas de amor” fue escrita por la reportera Melissa Hogenboom, y no por la Dra. Cacioppo.

 

En esta imagen un hombre y una mujer se miran de frente, encendiéndose en sus respectivos cerebros neuronas asociadas con la atracción física y quizás el amor, ilustración para el tema Amor romántico, Amor entre progenitores e hijos, en editoriallapaz.

 

Los aspectos evolutivos del amor y la empatía

El amor definido

Por Robin Allott, evolucionista

http://cogprints.org/3392/1/lovempat.htm

(Nota del traductor. Pues, busqué sin encontrarla alguna biografía sobre el Sr. Robin Allott. Lo que sí he podido saber es que, para mí, el Sr. Allott escribe con una claridad admirable y que cinco de sus libros, en inglés, están disponibles en Amazon. Varias obras sobre el origen y desarrollo de lenguajes, aprendizaje del habla por niños, etcétera, en adición a este tratado sobre aspectos evolucionarios del amor y la empatía, todo en el contexto de la exposición y defensa de la evolución darwiniana.)

El AMOR definido por el evolucionista Robin Allott. A continuación, extractos de su tratado.

“La empatía no es amor…”

Tener relaciones íntimas no es amor. “Entre los animales, ciertamente no hay necesariamente alguna conexión entre la sexualidad y el amor. …aun en los humanos no existe necesariamente enlace alguno entre amor y el deseo sexual o el comportamiento sexual.” “La violación… no requiere lenguaje, gracias sociales, previsión, conciencia de uno mismo o capacidades cognitivas.”

El amor humano tal cual lo experimentamos, al igual que cómo es reportado y manifestado, es esencialmente una relación entre una persona y otra, y no una relación corporal sino una relación cerebral, una relación neural.”

El amor no es una pasión. Quizás no sea siquiera correcto describirlo como una emoción en el sentido de que una emoción es una respuesta -probablemente una respuesta motor y psicológica- a una situación particular, a un conjunto en particular de eventos. El amor esla capacidad derivada de la interacción neural de un número de componentes, siendo el evento decisivo el de una reestructuración neural para acomodar la idea que se tiene del yo de otra persona con y dentro de la idea que tiene uno de sí mismo. Así, el amor es algo que puede permanecer, y, contrario al deseo sexual, no puede ser ni complacido ni disipado por cualquier comportamiento como respuesta. Ciertamente, el deseo sexual es poderoso, pero, tal y como indicado ya, se trata de un empuje que conduzca más al conflicto con el amor que a fortalecerlo. De hecho, una vez satisfecho el deseo sexual, puede que quede eliminada cualquier relación con el amor.”

Observaciones. Robin Allott, evolucionista, dice enfáticamente que el amor humano es “una relación cerebral, una relación neural… la capacidad derivada de la interacción neural de un número de componentes”. Explica que hace posible este amor una “reestructuración neural para acomodar…”¿Acomodar qué cosa? A saber: “…la IDEA que se tiene del YO de OTRA PERSONA con y dentro de la IDEA que tiene uno de sí mismo.” Entendemos que se trata del amor romántico.

De la manera que el Dr. Dario Maestripieri postula la modificación y reestructuración de sistemas neurales como condición para el desarrollo del amor romántico, así mismo el Sr. Robin Allott identifica la “reestructuración neural” como “evento decisivo” necesario para el surgimiento de tal amor. Un proceso físico, netamente material, que resultara, necesariamente, en el nacimiento de un amor también físico en todas sus dimensiones y manifestaciones.

En el escrito del Sr. Allott se encuentran palabras y frases que, al igual que en el del Dr. Maestripieri, obligan a catalogar la exposición en la categoría de hipótesis. A continuación, un ejemplo.

“¿Qué es la base fisiológica o neurológica para el amor? El amor puede tener muchos diferentes efectos psicológicos: agudizamiento de percepción, aumento de energía, fortalecimiento de propósitos, mejoramiento de la salud, complexión, brillo, etcétera. Estos representan cambios en la estructura y funcionamiento neurales aún difíciles de identificar. Tal vez lo más importante resulte ser mayor integración neural, la reducción de conflictos que agotan energías, de preocupaciones egoístas, etcétera.”

“…cambios… difíciles de identificar.” De hecho, no identificados detalladamente, con precisión convincente. Semejante laguna de información observamos en la cláusula la capacidad derivada de la interacción neural de un número de componentes”. ¿Cuáles componentes? Quisiéramos ver una lista de ellos y explicaciones de sus interacciones.

“Tal vez… resulte ser…” Más conjeturas. Más especulaciones.

 

Esta imagen de una cabeza de hombre y una cabeza de mujer transparentes con sus respectivos cerebros visibles ilustra el tema Amor romántico, Amor entre progenitores e hijos, enseñanzas de evolucionistas darwinianos, en editoriallapaz.

 

Damas y caballeros Evolucionistas Darwinianos, ¿qué es el amor? ¿Cuándo, cómo y por qué se originó? ¿Qué es, en particular, el amor romántico?

Ya tenemos sus respuestas. En síntesis: el amor, incluso el amor romántico, es una relación cerebral, una relación neural. Es la capacidad, derivada de interacciones neurales complejas, de recibir en el YO personal de uno al YO de otra persona, acto hecho factible por una anterior reestructuración de cerebros y cráneos humanos efectuada muy paulatinamente a través de muchos cientos de miles de años por la selección natural. Todo con el propósito de asegurar que los humanos sigan propagándose, mejorándose en todo aspecto y sobreponiéndose a todo enemigo, como también a todo obstáculo. La supervivencia de su linaje en el planeta Tierra y todo el universo material es la meta estampada por la selección natural en el cerebro humano.

Ningún humano tiene alma o espíritu. No existe dios alguno. Ni cualquier entorno spiritual.

El amor, incluso el amor romántico, resultando de las interacciones de redes neurales, se limitan enteramente a lo físico-material. Las neuronas son células físicas, eléctricamente excitables, que procesan y transmiten información a través de señales eléctricas y químicas. Compuestas exclusivamente de elementos físicos-materiales, no operan en ellas ninguna “fuerza o influencia mística-espiritual-religiosa”. Por lo tanto, el amor, incluso el amor romántico, son del todo de naturaleza física-material. No existe otra naturaleza.

Mi reacción a sus respuestas

No me convencen porque todas sus explicaciones, aplicaciones y conclusiones se fundamentan en hipótesis, conjeturas, suposiciones e interpretaciones carentes de evidencias que las sostengan. Ya señalé, recapacitando: lo desconcertante para mí en lo referente a muchos evolucionistas darwinianos, a saber: su costumbre de formular conclusiones a base de premisas rodeadas de “probable, probablemente, pienso, sugiero, pudiera haber sido, debía haber sido asociado con, generalmente aceptado, tal vez la conclusión sea”, etcétera, luego presentar sus conclusiones como hechos obvios e irrebatibles.

Hago unas observaciones mías muy personales, no con el intento de lastimar sentimientos sino con el de quizás enfocar perspectivas que pudieran tener algún valor para algunos miembros de Homo sapiens. Ustedes, los Evolucionistas Darwinianos, han acumulado un montículo de huesos humanos y de homínidos que estudian tan intensamente y por tanto tiempo, proyectándose hacia atrás por cuatro billones de años, herméticamente cerrados en sus convicciones sobre la selección natural, que ven lo que quisieran ver, dándolo por real, la única verdad, la única cosmovisión racional, y rechazando tajantemente cualquier otra posibilidad. Esto es así en lo referente al AMOR, especialmente, el AMOR ROMÁNTICO. Este AMOR ROMÁNTICO resulta ser un hueso durísimo para ustedes, un verdadero “PROBLEMA EVOLUTIVO ESPECIAL”, dificilísimo de armonizar con los principios básicos de la evolución darwiniana. Pero, totalmente renuentes a ceder un centímetro, sus doctores de la filosofía evolutiva gastan sus energías mentales para dar con “soluciones especiales” a sus “problemas evolutivos especiales de la vinculación de parejas y el amor romántico”. Terminando con unas soluciones muy ingeniosas que prácticamente se vuelvan una sopa insípida de “sugerencias, suposiciones, probabilidades y adivinanzas, con poca o ninguna carne”.

Veo un paralelo fascinante, para mí, entre ustedes y los teólogos que estudian intensamente la Biblia, o el libro sagrado que sea, fanáticamente decididos a encontrar “pruebas para sus convicciones doctrinales”, tanto que todo lo escudriñan a través de sus lentes de prejuicios, suposiciones y egoísmo religioso. Con gríngolas que no admiten luz de afuera. Y encuentran lo que buscan, porque aíslan y apartan cualquier texto, hecho o principio que no armonice con su posición intransigente. Bien pudiera darles ejemplos muy grandes y claros de montones de libros y artículos escritos para sostener equis doctrina religiosa, la cual desmiente un solo texto, un solo argumento, pero, estaría perdiendo el tiempo, ¿verdad?, pues esto mismo es lo que ustedes denuncian vehementemente en religiosos, y con razón. Sin embargo, adolecen ustedes de la misma mentalidad. Tal es mi apreciación.

Entonces, tanto ellos como ustedes se hacen “doctores” de esto o aquello, enseñando sus convicciones en escuelas, universidades o el foro que sea. Escribiendo libros, haciendo videos y ganando mucho dinero. Al menos, algunos. Aun reconocimiento y fama. Acumulando adeptos. Engatusando a los ingenuos Homo sapiens poco conocedores o analíticos.

¿Y tanto los unos como los otros son productos de la selección natural operante, según se postula, a través de cuatro billones de años?

Tengo la ilusión de pertenecer a una rama muy distinta del árbol genealógico humano.

 


 

Réplicas apasionadas de adolescentes, jóvenes y adultos jóvenes, al igual que de muchos hombres y mujeres maduros, a la pregunta: ¿Me puedes decir lo que es el amor?

¿Me puedes decir lo que es el amor? Réplicas de evolucionistas darwinianos, pentecostales, católicos romanos, la juventud y según la Biblia.

Evolución darwiniana, ateísmo, humanismo y hedonismo. Mucho material relevante en esta Web.

 

  

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