¿Tienes PROBLEMAS
con el DIABLO?
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Una dama con una damita ángel sentada sobre el hombro derecho y una damita domonia sobre el izquierdo ilustra el tema ¿Tienes problemas con el diablo?

 

¿QUIÉN NO? Aun antes de la pubertad, muchos niños hacen maldades, desde travesuras teñidas de malicia dañina hasta fechorías de índole inmoral-cruel-criminal. Imitando a progenitores, amigos o sujetos admirados. Consabido es que los Problemas con el Diablo (el Mal, lo malo) suelen aumentarse en número e intensidad durante la etapa de la pubertad, y, después, ¡quizás todavía más!  

Ahora bien, una cosa es tener Problemas con el Diablo. Otra, muy distinta, la de confabularte gustosamente con él, recreándote en la maldad hasta la saciedad, hinchándote, como un globo, de sus deleites siniestros. Engordándote viciosamente del mal. Peor aún, hacer contrato con el Diablo, vendiéndole tu cuerpo, alma y espíritu.

Si andas emparentado con él -ojalá que no- orgulloso de tenerlo por compañero, de amigo del alma, jactándote de tu relación íntima con él, acarrearías compartir las consecuencias, tanto presentes, como futuras, aun eternas, determinadas para él. Se te vaticinarían inevitables conflictos peligrosos, en particular, con las gentes de la misma mentalidad. Altercados frecuentes, peleas, sangre derramada: la tuya y/o la de tus opositores. Sirenas, policía, corte, juicios, prisión. Enfermedades severas por vicios. Relaciones sociales, familiares y sexuales arruinadas. Altísimos niveles de estrés, de día, y todavía más de noche. Las angustiosas aflicciones de mente agitada llena de tinieblas, temores reales o fantasiosos; de aterradores sueños, visiones, efluvios de desatinos, fantasmas y pesadillas. Terminando la vida prematuramente a causa de los males y excesos. O sea, ¡un infierno aquí de tu propia creación, esperándote, de no rectificarte tu andar, otro peor más allá de tu muerte! ¿Culpar y maldecir a Dios? ¿Cómo te atreverías? Aunque vivas en la barriada más infame, sumido en los entornos de la más densa oscuridad, rodeado de fieras humanas, tú sabes que fuera de tu mundo malo existe la LUZ, libradora y salvadora. ¿Sí, o no?

¿No te agrada el cuadro de tu vida actual? Afortunadamente, tienes la maravillosa opción de cambiarlo. ¿Acaso hiciera falta una puñalada en tu carne viva, una bala, un rayo del cielo, un trauma familiar o una enfermedad catastrófica para moverte al cambio? Problemas con Dios tendrás si no te mueves, astronómicamente más serios que tus problemas con el pusilánime Diablo, sentenciado ya al Infierno.

El cambio comienza en el Territorio de tu Corazón-Mente, con tus PENSAMIENTOS. Combatir los malos, sustituyendo buenos. Proeza que logran solo los fuertes de voluntad, de recio dominio propio, impulsados por el deseo imperioso de ejercer la potestad que nos ha sido conferida, como derecho innato, sobre el tipo de persona que quisiéramos ser. ¿Quieres ser malo? Fácil: admitir y hacer tuyos los MALOS pensamientos. ¿Quieres ser bueno? Fácil: admitir y hacer tuyos los BUENOS pensamientos.

 

Esta gráfica de un hombre sentado en un sillón en la ladera de una montaña, con los ojos cerrados y múltiples  nebecillas interlazadas de distintas formaciones y colores encima de su cabeza, ilustra el tema ¿Tienes problemas con el Diablo?, en editorialla paz.

 

Pues bien, no tan fácil ni sencillo, por la pugna grandísima y complicadísima que se lidia entre las fuerzas del Bien y del Mal en dos dimensiones, a saber: la material-carnal-temporal y la mental-espiritual-eterna. A causa de la cual nos llegan, todos los días, pensamientos tanto malos como buenos. Pero, la selección es tuya; es mía. El Diablo no me puede forzar a internalizar los pensamientos malos, implementándolos en momento determinado. Ni tampoco me obliga Dios a hacer míos los pensamientos buenos. Soy autónomo. Tú también. Aceptemos valientemente nuestra responsabilidad, decidiendo sabiamente.

A las personas “buenas”, ¿se les ocurren malos pensamientos? Algunos, quizás muchos, hasta a las más pasivas y santitas. Aun a los ermitaños. Tú puedes dar un giro de 180 grados en tu vida, repudiar al Diablo y al Mal, salir de vecindades corruptas, renunciar empleos deshonestos, romper con amistades de las tinieblas, humillarte, arrepentirte con lágrimas, poner tu fe en Dios y Cristo, confesarlos públicamente y bautizarte para perdón, para lavar todos tus pecados, entregándote al Bien (Hechos 2:37-47; 22:16; Romanos 6:3-7; 1 Corintios 6:9-11). De no haberlo hecho, ¡hazlo “enseguida”! Como el carcelero de Filipos (Hechos 16:25-40). Pero, ten por seguro que estas acciones, tan sensatas y necesarias para la salvación de tu alma-espíritu, NO ponen coto final a los malos pensamientos, sinónimos de tentaciones, los que te seguirán llegando hasta la muerte, para probar la calidad y constancia de tu fe (1 Pedro 1:6-9; 4:12-16). Esto, no para desanimarte sino para que estés alertado a tiempo, entiendas y te prepares, no alarmándote, desesperándote ni atribuyéndote a ti mismo locura.

Fíjate: a la mente-alma del propio Jesucristo le llegaron, después de bautizado él, tentaciones fuertísimas, expresadas por el Diablo como pensamientos malos. Repudiándolas y resistiendo, el Diablo “se apartó de él” solopor un tiempo (Lucas 4:1-13). El apóstol Pedro fue zarandeado por Satanás (Lucas 22:31). La lucha del apóstol Pablo contra pensamientos malos se hizo olímpica y angustiosa en grado sumo (Romanos 7:7-21). ¿Eres tú, soy yo, mayor que estos ilustres? ¿Tuvieron Problemas con el Diablo (el Mal, lo malo)? ¡Claro que sí! Pero, salieron airosos, dejándolo tumbado en el suelo de la derrota, porque se valieron de armas no carnales sino espirituales, poderosas para derribar argumentos diabólicos y llevar cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” (2 Corintios 10:3-6).

“Tomad toda la armadura de Dios para que podáis resistir en el día malo, y… estar firmes” (Efesios 6:10-20). Acciones indispensables para una victoria aplastante sobre el Diablo y los pensamientos malos. Se asegura el triunfo, haciendo tuya esta armadura espiritual, las seis piezas completitas, y usándola con gran destreza, resistiendo tenazmente.

“Resistid al diablo, y huirá de vosotros” (Santiago 4:6-10). NO aceptar sus pensamientos malos. NO decir “Tengo pensamientos malos”, a menos que te hayas hecho dueño de ellos. Más bien, decir: “Me llegan… pasan por mi mente, pero los rechazo tajantemente, las veces que se materialicen”. RESISTID con autoridad, severidad y finalidad, pues si no, ¡tu desmoronamiento será inminente! Afirmar categóricamente que no puedes maldecir, mentir, hurtar, adulterar o matar, “porque la simiente de Dios permanece en” ti, y “NO”puedes “pecar, porque” has “nacido de Dios”(1 Juan 3:8-10). ¡Punto, y se acabó! Andando derechito, frente en alto, con dignidad, seguro de que tus “Problemas con el Diablo” ¡cesarán, prontamente, para siempre!

* “…con el Diablo” significa, esencialmente, “con el Mal, lo malo”, en todas sus manifestaciones, a través de todos los medios utilizados para su promulgación, incluso seres humanos. Con énfasis en este escrito sobre pensamientos malos. Sin querer implicar una presencia visible del “Diablo” como tal, ya que, siendo ser espiritual, ningún ojo material lo puede ver.

 

¿Tienes problemas con el DIABLO? PDF para imprimir el tema como folleto de una doblez y cuatro páginas.

 


 

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