El BAUTISMO BÍBLICO. Muchos estudios e intercambios en esta Web. Nacer del agua. PowerPoint.

 

"Bautismo en la sangre de Jesús"

 

Esta fotografía de personas, vestidas al estilo de israelitas del siglo I, bautizándose en el río Jordán encabeza la Página del estudio Bautismo en la sangre de Jesús, en editoriallapaz.

 

Estudioso de las Sagradas Escrituras concluye que el "bautismo" que necesita todo creyente es el "bautismo en la sangre de Jesús".  

 

"Qeriduos hermanos en Cristo, nuestro Señor y Rey Salvador, yo he sido un estudioso de la Biblia por espacio de treinta y un años. Lo he hecho solo con la ayuda y luz verdadera del Espíritu Santo. En el tema desarrollado por ustedes de la segunda venida de Cristo, estoy de acuerdo con su interpretación que es la de muchísimos hermanos en el Señor. Pero hay algo que les ruego e insisto que estudien muy bien: Cristo, nuestro Señor, dijo claramente que él es el manantial de agua que salta para vida eterna. En él es que hay que sumergirnos y lo hacemos al recibirlo como Señor, Rey y Salvador. En ese momento somos sumergidos en su sangre para perdón de pecados, somos purificados en el manantial de agua que salta para vida eterna y recibimos al ESPÍRITU SANTO, ya que Pablo escribió que nadie podía confesar que Jesús es el Señor, si no tiene el Espíritu Santo. Hermanos, ahí tienen el Bautismo real en Jesucristo nuestro Señor. No soy teólogo; mi instrucción bíblica me la da el Señor."

Respondemos a esta interpretación de "bautismo en sangre",
ofreciendo pruebas bíblicas para comprobar
que sumergirse en agua literal es
el bautismo de la Gran Comisión.

Es de admirarse su dedicación al estudio de las Sagradas Escrituras. También a este servidor Dios le ha concedido la dicha de escudriñarlas por muchos años, con más exactitud, por unos cincuenta y dos. Sigo llenando lagunas en el conocimiento y tratando de corregir cualquier percepción errónea que me revele la Palabra.

Usted escribe: "Cristo... es el manantial de agua que salta para vida eterna; en él es que hay que sumergirnos y lo hacemos al recibirlo como Señor, Rey y Salvador. En ese momento somos sumergidos en su sangre para perdón de pecados".

¿Nos está diciendo usted que, de acuerdo con sus propios estudios, el bautismo de la Gran Comisión no es en agua literal sino en la sangre de Cristo? De ser así, la Gran Comisión de Mateo 28:19 leería como sigue: "Id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos (entiéndase, no en agua literal sino en la sangre de Cristo)". La versión de Marcos 16:15-16 leería : "Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado (entiéndase, no en agua literal sino en la sangre de Cristo) será salvo".

¿Le parece correcto que lea así la Gran Comisión de Jesucristo? A este servidor le parece incorrecto. Entre las razones presento la siguiente: Cristo manda a sus apóstoles a bautizar. El mandamiento no es que el creyente se bautice a sí mismo sino que sea bautizado. O sea, para efectuarse el bautismo de la Gran Comisión se requieren dos personas, a saber: el creyente dispuesto a ser bautizado y el siervo del Señor que lo bautizará.

¿Puede usted explicar de qué manera el siervo del Señor puede sumergir en la sangre de Cristo al creyente dispuesto a ser bautizado? Realmente, ¡imposible!, ¿no le parece? Los siervos de Cristo que pusieron en práctica la Gran Comisión en el primer siglo comprendían que hacía falta dos personas para el bautismo que el Señor ordenó.

1. Considere el caso del bautismo que recibió el eunuco de Etiopía. "Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado? Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios. Y mandó parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó. Cuando subieron del agua..." (Hechos 8:36-39).

Las circunstancias y el lenguaje de este relato prueban que el eunuco se bautizó en agua literal. No "llegaron a cierta sangre" sino "a cierta agua". El eunuco no exclama "Aquí hay sangre" sino "Aquí hay agua". No descendieron ambos a sangre ni subieron de ella sino "descendieron ambos al agua... subieron del agua". Que conste: "ambos", y no uno solo. El creyente no se bautiza a sí mismo sino es bautizado por un ministro de Cristo.

2. Cuando Cornelio y su familia creyeron el evangelio, el apóstol Pedro pregunta a los presentes: "¿Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo?" (Hechos 10:47).

¿"Impedir el agua", o "impedir la sangre"? Si el bautismo de la Gran Comisión es solo en la sangre de Cristo, la pregunta que hace Pedro carecería totalmente de sentido, pues ¿quién es capaz de impedir la sangre de Cristo? Pero, su pregunta tiene lógica porque el bautismo de la Gran Comisión es en el agua literal.

3. Si el bautismo de la Gran Comisión es solo en la sangre de Cristo, ¿con qué razón salieron el carcelero de Filipos y su familia de su casa para que Pablo y Silas los bautizaran? Estaban en la casa cuando Pablo y Silas les "hablaron la palabra" (Hechos 16:32). Al creer, "enseguida se bautizó él con todos los suyos. Y llevándolos a su casa..." (Hechos 16:33-34).

¿Se da cuenta? ¡Los llevó a su casa después de ser bautizados! Quiere decir que los bautismos no se efectuaron en la casa. Pero, si el bautismo de la Gran Comisión es en sangre ¿con qué razón o lógica salir de la casa durante horas de la noche para recibirlo? Sí, durante horas de la noche. La frase adverbial de tiempo "Cuando fue de día" (Hechos 16:35) ubica los bautismos antes del alba.

 

El bautismo de la Gran Comisión es en agua literal.

Las evidencias bíblicas son irrefutables.

  

Cristo dijo: "mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna" (Juan 4:14). En este texto, "agua" es simbólica de la verdad divina, de la Palabra inspirada, del Espíritu de Dios que recibe todo aquel que obedece el evangelio completo de Jesús. Esta "agua" simbólica "se bebe" simbólicamente , formándose en el alma, en el espíritu, en el "interior" (Juan 7:37-39), simbólicamente y no literalmente, "una fuente de agua que salte para vida eterna" . En cambio, el agua que requiere el bautismo de la Gran Comisión no es simbólica sino literal. No se bebe , sino que es el elemento externo y literal en que se sumerge el creyente obediente.

¿Por qué resisten tantos pastores, predicadores, evangelistas y teólogos el bautismo en agua literal "para perdón de los pecados" (Hechos 2:38)? Ofrecen el perdón sin el bautismo en agua literal. Su evangelio es falso. Ponen en peligro la salvación de todas las almas que escuchan su evangelio cojo. Cojo, porque le falta la mitad de las condiciones para perdón que Cristo asentó en Marcos 16:16, siendo la mitad que falta el bautismo en agua literal para perdón. " El que creyere, y fuere bautizado, será salvo."

A propósito, el creyente no recibe "el don del Espíritu Santo" antes de bautizarse sino después . "Bautícese cada uno... para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo" (Hechos 2:38). "Bautícese... y recibiréis." ¿Está observando bien la secuencia de los verbos?

Antes de bautizarse, y aun antes de arrepentirse, cualquier persona que cree en Cristo puede confesar o invocar su nombre, pero no es salva hasta no arrepentirse y bautizarse, es decir, sumergirse en agua literal, para perdón. "Muchos me dirán en aquel día; Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí " (Mateo 7:22-23). "Nunca" significa que referidos creyentes Cristo jamás los reconoció. ¿Por qué? ¿No creyeron? ¿No invocaron el nombre de Cristo? Sí, lo hicieron, pero ¡no se bautizaron en agua literal, en cumplimiento de la Gran Comisión! Por consiguiente, ¡nunca fueron perdonados! ¡Nunca fueron añadidos a la iglesia! ¿Y sus "milagros"? Pues, ¡no auténticos sino mentirosos! De cierto, decir "Señor, Señor, tú eres mi Rey y mi Salvador" no significa que Cristo perdone o acepte al que enuncia tales palabras. "¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?" (Lucas 6:46). ¿Por qué dicen, Señor, Señor, pero rechazan el bautismo en agua literal enseñado en la Gran Comisión?

Respetuosamente, le animamos a leer "El plan divino de salvación" en "Preceptos espirituales fundamentales".

Sigamos estudiando la Palabra de Verdad para que comprobemos "cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta" (Romanos 12:2).

 


 

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