Serie

"Ejemplos para nosotros...

para amonestarnos"

"Estas cosas les acontecieron como ejemplo,
y están escritas para amonestarnos a nosotros,
a quienes han alcanzado los fines de los siglos."

1 Corintios 10:1-11

Diapositiva

Moisés, “muy manso, más que todos los hombres”,
pero sus reacciones precipitadas, aun violentas,
le costaron caro.

Lecciones para líderes espiritales de hoy

Parte C

Coré y su séquito de divisionistas se sublevan contra Moisés.

Moisés desobedece a Dios, sufriendo consecuencias muy amargas.

 

 

Coré y su séquito de divisionistas se sublevan contra Moisés.

Moisés desobedece a Dios, sufriendo consecuencias muy amargas.

 

6. Moisés se enoja “en gran manera” contra Coré y su séquito (Números 16). 

a) Coré, Datán, Abiram y On, “con doscientos cincuenta varones... príncipes de la congregación, de los del consejo, varones de renombre... se juntaron contra Moisés y Aarón y les dijeron: ¡Basta ya de vosotros! Porque toda la congregación, todos ellos son santos” (Números 16:1-3). 

Aplicaciones.

Hoy por hoy, no faltan líderes de congregaciones, entre ellos, varones destacados, de confianza (“del consejo”y poder, que repudien a otros siervos, incluso a obispos (ancianos) y evangelistas, sublevándose, disimulando y causando divisiones (Hechos 20:28-32). Tal cual Coré, llaman “santos” a los que no lo son. 

c) Datán y Abiram niegan reunirse con Moisés, culpándole de forzarlos a salir de Egipto, “tierra que fluye leche y miel”, y de enseñorearse “imperiosamente” de Israel (Números 16:12-15). 

Aplicaciones

Hoy día, algunos en la iglesia tuercen hechos, culpan injustamente, difaman y rechazan el diálogo, pereciendo “en la contradicción de Coré” (Judas 11). Esto causa dolor, aflicción y aun ira, pero el siervo de Dios no debería perder los estribos. 

7. Moisés golpea la peña dos veces en vez de hablarla. Números 20:1-13. 

a) De nuevo, los israelitas hablan contra Moisés porque no había agua, lamentando su salida de Egipto.

(1) Mandamiento específico. Dios instruye a Moisés: “Toma la vara... y hablad a la peña a vista de ellos”.

(2) Desobediencia al mandamiento divino. Moisés, molesto y enojado, dice al pueblo: “¡Oíd ahora, rebeldes!” Luego, alza su mano y golpea dos veces la peña. Discernimos que Moisés cometió dos errores garrafales, a saber:

(a) Se dirigió con gran coraje al pueblo, diciendo: “¡Oíd ahora, rebeldes!”. Pero, Jehová no le había instruido a hablar al pueblo.

(b) Según el orden divino claro y preciso, Moisés debía tomar la vara y “hablad a la peña a vista” del pueblo. Pero, Moisés, arrebatado por su ira, no habló a la peña sino que la golpeó dos veces con la vara.

(3 Desobediencia es sinónima de incredulidad. Jehová Dios dice a Moisés: “No creísteis en mí... por tanto, no meteréis esta congregación en la tierra que les he dado”.

(4) Aplicación para la actualidad. Toda desobediencia a mandamientos específicos dados por Jesucristo en su Nuevo Testamento Dios la interpreta como no creer en él. Bien sea no acatar el mandamiento de bautizarse “para perdón de los pecados” (Hechos 2:38), bien sea judaizar, enseñando a iglesias a diezmar, guardar el séptimo día o someterse a cualquier otro precepto de aquella ley abrogada por Dios en la cruz del Calvario (Colosenses 2:14-17; Hebreos 7:12; 8:6-13). O tergiversar cualquier otra norma o directriz de “la ley de Cristo” (1 Corintios 9:21), la cual es “la doctrina de Cristo” (Hebreos 6:1; 2 Juan 9-11).

b) Moisés sufre las consecuencias duras de su ira y desobediencia. Jehová le dice: “No creísteis en mí... por tanto, no meteréis esta congregación en la tierra que les he dado”. ¡Qué vergüenza y decepción! Habiéndose esforzado tanto, luchando y sacrificándose durante más de cuarenta años, al gran caudillo del pueblo de Israel no le es permitido participar en el evento culminante de pasar Israel a la “tierra prometida”. De marchar frente a la gran multitud, cruzando el río Jordán e introduciéndose en aquella tierra que fluía “leche y miel”. De cierto, ¡sus arranques de ira y su desobediencia le costaron muy caro!

b) Aplicación

¡Ojo, amado siervo del Señor! ¡Mucho cuidado de no perder, en la ejecución de sus ministerios, el control y desobedecer a Dios, siquiera en lo pequeño! Le puede costar grandes pérdidas ante Dios y el pueblo, aun el privilegio de ser admitido a la “tierra nueva, con cielos nuevos”.

 

Más información en Números 27:12-14

“Jehová dijo a Moisés: Sube a este monte Abarim, y verás la tierra que he dado a los hijos de Israel. Y después que la hayas visto, tú también serás reunido a tu pueblo, como fue reunido tu hermano Aarón. Pues fuisteis rebeldes a mi mandato en el desierto de Zin, en la rencilla de la congregación, no santificándome en las aguas a ojos de ellos. Estas son las aguas de la rencilla de Cades en el desierto de Zin” (Números 27:14).

Sucede, pues, que ni Aarón ni Moisés pudieron entrar en la tierra prometida por no haber santificado a Jehová Dios “en las aguas a ojos” del pueblo.

Aplicación. Hay día, el siervo del Señor que desobedece personalmente cualquier mandato de Dios, o enseña a cualquier discípulo a desobedecer por  medio de engañarle con doctrinas erradas, no santifica a Dios en presencia de personas que estén observando o escuchando. Ciertamente, el tal siervo acarrea el peligro de no ser admitido a la tierra prometida celestial, es decir, a la “tierra nueva” prometida a los que si santifican a Dios, acatando fielmente sus instrucciones.

 

 


 

Lista de deiznueve diapositvas para la serie Ejemplos para nosotros

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El tabernáculo-templo de Israel es Símbolo para el tiempo presente. Tema mediante once diapositivas.

 

 

  

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