APOCALIPSIS

Capítulo Ocho de

 Análisis de las profecías y visiones

“La gran ramera... gran ciudad”

Diapositiva

Historia de “la gran ciudad”
de Constantinopla

Parte 2

De 600 a 1200 d. C.

 

Ver aplicaciones y observaciones prácticas después de la siguiente diapositiva.

 

Diapostiva. Historia ilustrada de la Nueva Roma-Constantinopla desde el año 600 hasta 1200. Eventos claves fijados en línea del tiempo. Gran ciudad Roma-Constantinopla.

 

A continuación, una parte del TEXTO incluido en esta diapositiva.

"La gran ramera" es "la gran ciudad que reina sobre los reyes de la tierra".

Una ciudad literal, compuesta de edificios (gubernamentales, comerciales, estadios, residenciales), calles, parques, etcétera, NO REINA literalmente.

"REINA", retóricamente, si cuenta con personas poderosas las que, teniéndola como capital o sede, GOBIERNAN, bien sea política o espiritualmente, o de ambas formas. "La gran ciudad", personificada por "la gran ramera", es ROMA-CONSTANTINOPLA.

Inaugurada la Nueva Roma (Constantinopla), en el año 330 d. C., como capital del Imperio, la antigua Roma pierde su dominio. Pero, la Nueva Roma, creciendo muy rápido, sigue imponiendo el mismo dominio.

La Nueva Roma es, efectivamente, la continuación de la antigua Roma, en Italia.

Ambas ciudades son, "en sentido espiritual" (Apocalipsis 11:8), una sola ciudad.

Ambas ciudades "reinan", política y espiritualmente, "sobre los reyes de la tierra".

Luego, se ve, en la diapositiva, un esquema superpuesto a la línea del tiempo, mediante el que se enseña la relación entre la Roma pagana, la Roma cristiana y la Constantinopla cristiana. Entre "la gran ramera" pagana de la Roma occidental, "la gran ramera cristiana", también de la Roma occidental, y "la gran ramera cristiana" en Constantinopla.

"La gran ramera", ¡se hace "cristiana"!

B. Muchas profecías sobre "la gran ciudad", que es, "en sentido espiritual", "Babilonia la Grande", Sodoma, Egipto y Jerusalén, ya se cumplieron, efectuándose, efectivamente, una parte de "la sentencia contra la gran ramera", sinónima esta mujer corrupta de aquella ciudad inicua.

Faltan las de su destrucción definitiva y final.

C. El cumplimiento comprobado de estas profecías evidencia, indisputablemente, la inspiración divina del libro de Apocalipsis.

Cumplidas, pues, estas profecías sobre "la gran ciudad" - "la gran ramera", ¿con qué justificación dudar del cumplimiento de las demás profecías de este libro, y del resto del Nuevo Testamento?

Recuerde: "el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía" (Apocalipsis 19:10).

No fallando sus profecías, su "testimonio" acerca de su Padre celestial, el designio de este para la humanidad y el universo material, el fin de la creación material, el fin del tiempo mismo, su Segunda Venida en gloria, triunfo y juicio, el destino tanto de los justos como de los malos y desobedientes a su Evangelio, ha de tomarse muy en serio.

¿Lo está tomando muy en serio usted?

D. "Tomar en serio" el "testimonio de Jesús" significa no solo estudiar profecías sino aprender y obedecer al "evangelio de nuestra salvación".

Bondadosa y amorosamente, Dios ofrece salvación a todos, queriendo "que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad" (1 Timoteo 2:3-4).

De hecho, según 1 Pedro 1:22, la purificación del alma se alcanza "por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu...".

Desde luego, lo que infunde a la verdad el poder de librar y salvar es "la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha" (1 Pedro 1:18-20).

Las condiciones para salvación establecidas en esta poderosa "verdad" se destacan en la Gran Comisión emitida por Jesucristo, a saber: "El que creyere y fuera bautizado será salvo..." (Marcos 16:15-16).

De manera que el bautismo (inmersión en agua) Cristo lo declara esencial para salvación. Y esto lo confirma el Espíritu Santo mismo en el día de Pentecostés, al proclamar, por medio del apóstol Pedro y los demás apóstoles: "Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo" (Hechos 2:38).

El que esto hace es añadido por Cristo mismo a la iglesia que él mismo edificó (Hechos 2:47; Mateo 16:16-18), y no a cualquier iglesia.

Aclarando un poco más, es añadido a la iglesia que se rige por el Nuevo Testamento sellado con la sangre del Cordero mismo (Mateo 26:27-28).

Respetuosamente, le animamos a obedecer, de no haberlo hecho ya, este evangelio puro, perseverando en él hasta el fin de sus días para que se salve eternamente.

Para estudios más completos sobre el Plan divino de salvación y La iglesia edificada por Cristo conforme al modelo de Dios, recomendamos los temas básicos en la Página El evangelio de nuestra salvación.

Para conocer a la iglesia de Cristo más cercana a su residencia, consultar al Directorio de congregaciones, o contactarnos.

 


 

Esquema de la historia de "la gran ciudad" Roma-Constantinopla .Parte 1

Próxima entrada en la secuencia del Análisis. Los diez cuernos de Apocalipsis identifican a la gran ramera como la Iglesia Católica Romana. Acto 1, Escena 1, Escenario 2 del Capítuo 8 sobre la "gran ramera-gran ciudad".

Contenido completo del Capítulo Ocho

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Índice de SOLO los TEXTOS que componen el comentario Apocalipsis: análisis de las profecías y visiones

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