“Mi experiencia a lo largo del caminar en la Iglesia Católica, el pentecostalismo y la Iglesia de Cristo”

Una hermosa vista del planeta Tierra en el espacio ilustra el relato de Johnny Montaño Parra sobre su caminar en la Iglesia Católica, entre pentecostales y en la iglesia de Cristo, en editoriallapaz.

Johnny Montaño Parra

Bogotá, Colombia  

"Muchas gracias por su invitación para compartir un poco de mi experiencia a lo largo del caminar en la iglesia católica, el pentecostalismo y la Iglesia de Cristo. Si para alguna persona es de utilidad, será motivo de gran alegría. No pretendo con este testimonio atacar a alguien en especial o a alguna denominación, sino dar a conocer el proceso que Dios me ha permitido vivir en procura de “conoceréis la Verdad y la verdad os hará libres”. (Juan 8:32).  

PARTE A

LA IGLESIA CATÓLICA

 

Mi infancia transcurrió en un hogar católico como la gran mayoría de los hogares en nuestra nación (Colombia) por el año de mi nacimiento, 1953. Recuerdo vívidamente cómo mi madre, una católica practicante me llevaba de la mano el día domingo a participar de la misa. Esto me llevó a servir como acólito o monaguillo durante un buen tiempo, donde “nació” en mí el deseo de ser sacerdote hasta el día en que un sacerdote me dio una cachetada por haberle reclamado el que nos disminuía la ayuda que nos daban los domingos. Creo que ha sido la mejor cachetada que he recibido en mi vida ya que hubiera sido un pésimo sacerdote, habida cuenta que el celibato no es para mí y nunca he concebido la sumisión a Dios a punta de cachetadas. En esta etapa de mi vida conocí muchas cosas del sistema religioso católico por la cercanía que siempre mantuve con los sacerdotes y monjas de la época. Leía la Biblia pero como si fuese un libro más, de historietas atractivas por los héroes que yo veía como Sansón, David, Josué, etc. Era un católico practicante como me enseñó mi madre, de actos religiosos. Siempre he creído que la Biblia es la Palabra de Dios, más, en esta época era más importante para mí lo que mis mayores dijeran, lo cual acataba ciegamente y lejos de mí pensar que estuvieran equivocados. Fueron 37 años. 

PARTE B

EL PENTECOSTALISMO

 

Cuando llegaron los hijos, quise repetir la historia de mi madre conmigo en cuanto a las creencias religiosas y el día domingo la misa era imprescindible en mi vida e igualmente debía serlo para mis hijos. Pero las historias conocidas de primera mano y a través de otras personas, sobre el comportamiento no bueno de algunos sacerdotes y otras cosas más que observé, comenzaron a generar inquietudes en mi mente y me llevaron a buscar respuestas pero siempre con el temor de desagradar a mi madre en especial. Fue así como continué manteniendo las prácticas religiosas acostumbradas, tratando de acallar mi conciencia con estos actos. Mi esposa era católica de nombre, mas no era practicante y creo que eso ayudó a mantener una puerta abierta para el conocimiento de la Verdad. Inicialmente ella fue abordada por una persona que se mueve en el pentecostalismo y mi gran sorpresa fue que luego de ir por dos fines de semana a culto (esta palabra me sonaba rara), la encontré leyendo la Biblia y eso me llamó mucho la atención. Le dije: “Amor, ¿te lavaron el cerebro? Pero si te han puesto a leer la Biblia debe haber algo bueno. ¡Invítame!” 

Y allí comenzó mi caminar en la iglesia pentecostal, donde durante catorce años pude conocer el sistema religioso pentecostal habiendo servido en varias denominaciones. Desde el primer momento me llamó la atención el hecho que no había mayor diferencia entre el sistema católico y el pentecostal. Entre algunos aspectos similares que encontré, están:  

1.   En el catolicismo está el sacerdote que es quien tiene la última palabra y en el pentecostalismo está el pastor quien igualmente es el que tiene la última palabra en cuanto a la “parroquia” se refiere y la última palabra es la de la denominación en muchos casos y no la de la Biblia.

2.   En el catolicismo es prohibido pensar y menos cuestionar e igualmente sucede en las denominaciones. Tanto en uno como en otro se le tilda de hereje y rebelde al que pide explicaciones bíblicas a las actuaciones. Esa fue mi experiencia en los dos Institutos Bíblicos por los cuales pasé.

3.   La posición de “monarca” que tienen los sacerdotes, igualmente la encuentra uno en muchos pastores.

4.   La manipulación por temor es marcada tanto en unos como en otros.

5.   En algunas denominaciones pentecostales, la última palabra la tiene el Concilio, como en la iglesia católica la tiene Roma.  

 

Encontré una diferencia muy marcada entre el catolicismo y el pentecostalismo: Mientras en el catolicismo tienen un solo papa, en el pentecostalismo, muchos pastores fungen como “papas”.  

A raíz de mi experiencia de trabajar por casi dieziocho años como Director de Ventas tanto local como nacional, tuve la oportunidad de conocer muy de cerca la Nueva Era y muchas de sus prácticas, las cuales aplicaba en las reuniones con los vendedores. La hipnosis, la parapsicología, la regresión, la visualización, la metafísica, los rosacruces, el manejo (manipulación) de grupos, el liderazgo carismático (especial capacidad de algunas personas para atraer o fascinar), etc.  

En la medida que fui entrando en las experiencias pentecostales, fui encontrando gran similitud entre estas experiencias y algunas de las que conocí en la Nueva Era.  

1.  Me llamó mucho la atención luego que conocí lo que en el Pentecostalismo llaman “Sanidad Interior”, cómo se parece a la Regresión.

2.  En la “liberación” nunca pude entender cómo es que hay tantos manuales de liberación escritos por uno y otro pastor y en la Biblia el Señor Jesús les decía a los demonios “Vete” y se iban. Y cómo había pastores o líderes que duraban horas y horas “luchando” con el diablo hasta que “por fin se iba”. Y cómo es que veía siempre a los mismos con las mismas. Siempre eran los mismos que iban a recibir “liberación” y a los quince días regresaban a lo mismo.

3.  No entendía porqué si en el instituto Bíblico me habían enseñado que Marcos 16:17 me hablaba de las señales que supuestamente seguirían a los que creían y observaba yo a muchas personas que en vez de que “las señales le siguieran”, ellos seguían a las señales.

4.  Nunca entendí cómo es que hacíamos de Dios nuestro siervo y nosotros nos convertíamos en sus amos. Le dábamos órdenes a Dios. Le decíamos a qué hora era que debía hacer los “milagros”, le ordenábamos devolverle al ciento por uno a todos aquellos que llevaban el diezmo juiciosamente, etc.

5.  Nunca entendí porqué era prohibido pedir sustento bíblico a lo que hacíamos, so pena de ser tildado como rebelde, hereje o cosas similares. Hubo un momento en el cual me di cuenta que la inquisición ahora es pentecostal.

6.  El manejo del diezmo siempre me pareció desagradable y no lo pude aceptar. No entendía cómo era que le hacían promesas a la gente de recibir cien veces la cantidad que depositaran y cómo era que se utilizaban estratagemas para lograr que la persona diera gran cantidad de dinero así no la tuviera, pero con la promesa de recibir de vuelta “al ciento por uno”.

7.  No entendía porqué había más preocupación por construir grandes edificios y tener muchas propiedades para la “iglesia”, que ocuparse de las familias que permanentemente participan en estos lugares, con hambre y todo lo que se les dice es “ayune”, cuando llevan días de ayuno forzoso y anhelan la mano amorosa de sus “hermanos”.

8.  No acepté el tratamiento preferencial que se da en el Concilio a los pastores que se vanaglorian de tener una gran congregación numérica y a aquellos que tienen un reducido número le aplican las normas implacablemente.

9  No acepté el tratamiento preferencial en algunas comunidades para aquellos que diezman abundantemente, permitiéndoseles inclusive observar comportamientos pecaminosos hasta incurrir en acoso sexual a las jóvenes de la congregación sin ser objeto del llamado de atención que la palabra de Dios ordena.

10.  El emocionalismo, lo cual conocía muy bien por mi trayectoria en dirección de Ventas, era la constante de muchos cultos.

11.  La risa desenfrenada, los gritos, el desorden, estaban a la orden del día en muchos cultos.  

 

Pero claro, estaba simplemente repitiendo lo que la denominación enseña mas no haciendo lo que la Palabra de Dios dice. Nunca me había tomado la tarea de confirmar si lo que hacíamos era conforme a la Palabra, como lo hacían los de Berea.  

Los últimos cinco años que estuvimos en el pentecostalismo fueron de clamor a Dios porque nos permitiera entender por qué había muchas cosas que no entendíamos, que no aceptábamos y que no podíamos poner en práctica. En varias oportunidades, con lágrimas en los ojos, le pedíamos al Señor que si era necesario que colocar el culto “al revés”, lo hiciera, porque entendíamos que el culto era para Él y no para la satisfacción nuestra.  


PARTE C

LA IGLESIA DE CRISTO

 

Fue así como el Señor nos ayudó a buscar en Su Palabra las respuestas. Lo que siempre debimos haber hecho, solamente hasta después de doce años comenzamos a hacerlo. Tomar tema por tema y examinarlo a la luz de las Escrituras. ¡Y el velo fue corrido por la Palabra de Dios! 

Examinamos el orden en el culto cristiano, la oración en la congregación, la alabanza, la participación en la Cena del Señor. El tema de la ofrenda no nos fue necesario examinar tanto porque ya el Señor nos había guiado a hacerlo como Él dice, solo que ha de hacerse el primer día de la semana.  

Unos hermanos de los Estados Unidos (Elías Rodríguez y Randall Tidmore) que vinieron a visitarnos y a ayudarnos a entender estos temas, fueron muy importantes para tener claridad con la palabra. Trabajamos durante quince días seguidos con todos los hermanos que quisieran asistir al estudio y con cualquier persona de fuera que quisiera hacerlo, desde las diez de la mañana hasta las diez de la noche. Nunca olvidaré el primer día que se habló del plan de salvación. Obviamente el tema del bautismo estaba allí presente. Yo había sido el Pastor durante casi diez años y cuando entendí la necesidad del bautismo para el perdón de pecados y ser añadido a la iglesia de Cristo y no a una denominación, dentro de mi hubo por un espacio de diez a quince minutos la lucha interior entre hacer lo que la palabra de Dios dice y evitar el reconocer que me había equivocado durante tanto tiempo por no escudriñar las Escrituras. Finalmente, gracias al Señor, me permitió levantarme como el etíope y decir como él: “Aquí tenemos agua, ¿qué impide que yo sea bautizado?”. Eran las nueve y media de la noche, estaba lloviendo y en una ciudad como Bogotá el frío a esa hora es intenso. Pero ese día nos bautizamos veinticuatro personas de las que veníamos reuniéndonos frecuentemente. Luego vinieron otros.  

Nos reuníamos un poco más de doscientas personas, pero muchas de ellas no quisieron aceptar lo que la Palabra de Dios nos dice y prefirieron seguir en el sistema religioso pentecostal. Son muchas las excusas que presentan, más ningún argumento bíblico. Les seguimos amando y oramos por ellos para que la luz del verdadero evangelio ilumine su mente y corazón.  

Hoy nos reunimos aproximadamente noventa personas, con la tranquilidad de saber que procedemos conforme a las Escrituras y eso nos da mucha paz. Creemos en la obediencia plena al Señor independientemente de las circunstancias. 

Aprendimos a hablar “…conforme a la Palabra de Dios…” (1 Pedro 4.11)

Aprendimos a hacer las cosas “…decentemente y con orden…” (1Corintios 14:40)

Aprendimos a hacerlo “…todo para el Señor…” (Colosenses 3:23).

Aprendimos a ser “…adoradores en espíritu y en verdad…” (Juan 4:24).

Aprendimos a ofrendar “…cada primer día de la semana… conforme hayamos prosperado…”; “…con alegría, no con tristeza…”; “…no por necesidad…”

 

Amamos las Sagradas Escrituras y por ello procuramos diaria y humildemente escudriñarlas individualmente y en congregación procurando hablar con el Señor a través de la oración. Creemos que la oración, el estudio de la Palabra, el congregarse, son herramientas que el Señor ha dejado a Su pueblo para caminar victoriosos y estar preparados para su gloriosa venida o su llamado. 

Hermano en Cristo,  

JOHNNY"

[email protected]

La iglesia que Dios concibió fue establecida por su Hijo Jesucristo. Rasgos fundamentales de ella.

El plan divino de salvación

Historia y dogmas del catolicismo romano en esta Web

Otros testimonios y muchísima información acerca del pentecostalismo en esta Web

 

  

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