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Iglesia productiva, vida productiva, durante todo el año 2013

Año 2013 números grandes ilustra el sermón 'Iglesia productiva, vida productiva, durante todo el año 2013'.

 

Lectura: Apocalipsis 19:5-9

I.  Introducción

A.  Salutación. ¡Feliz año 2013, y muchísimas bendiciones para todos y cada uno!

B.  Título del mensaje: “Iglesia productiva, vida productiva, durante todo el año 2013”.

1.  ¿Cuáles estadísticas arroja el “Record de producción para el 2012” de esta congregación [Identificar la congregación]? ¿Y de cada miembro o visitante en particular?

2.  ¿Qué “Record” lograremos para el 2013?

II.  El Dios que hoy honramos es Dios trabajador y productivo, que da mantenimiento continuo a lo que ha hecho. Además, es Contable en jefe, sumamente eficiente. Muchas evidencias demuestran estos atributos de él, entre ellas:

A.  El inmenso universo material, con sus billones de galaxias, que él creó y sostiene. El planeta Tierra, con sus cientos de miles de especies de vida vegetal y animal, incluso el maravilloso ser humano –ser de doble naturaleza, animal y espiritual. También creó las vastas expansiones celestiales-espirituales, con sus multitudes de ángeles, obras maravillosas que aún no podemos ver por nuestras limitaciones físicas.

B.  Pero, alguien bien pudiera objetar: “Dios no trabajó sino que solo dijo la palabra y todo apareció de la nada”. Discrepo. Consideremos.

1.  Primero, ideó y planificó todo lo que luego hizo realidad. Esto implica trabajo mental en escala grandísima a través de tal vez mucho tiempo.

2.  Solo después de concebir lo visto y no visto dice Jehová Dios, parafraseando: “Sea la luz.” “Qué aparezcan distintos árboles frutales, con frutas ya maduras.” “Qué aparezca un par de elefantes, macho y hembra, capaces de engendrar.” “Qué sea formado el varón humano, luego la hembra humana, y que sean como nosotros, con espíritu e inteligencia extraordinaria”.

a)  Entiendo que pronunciar estos y otros mandatos semejantes, al instante, ¡fluyen de él fuertes corrientes de energía que resultan en la creación de todo lo ideado!

b)  ¡Trabajo y productividad, mental y actual, en escalas absolutamente extraordinarias!

3.  Entonces, “reposó” Dios “de toda la obra que había hecho en la creación” (Génesis 2:3). Desde luego, el verbo “…reposó…” implica haber trabajado.

4.  Pero, Dios no siguió reposando sino que comienza a ocuparse en el manejo y mantenimiento de su vasta y complicadísima creación.

a)  Interviene directamente, como en el huerto del Edén al desobedecerle Adán y Eva, y a través de los milenios de la historia humana subsiguiente, tanto por medio de milagros beneficiosos como destructores –las diez plagas traídas sobre el faraón y Egipto; maná y codornices para Israel en el desierto durante cuarenta años.

b)  Interviene providencialmente infinidad de veces, tema para muchos mensajes.

c)  Además, continuamente “sustenta todas las cosas con la palabra de su poder” (Hebreos 1:3). “…sustenta”, tiempo presente, indicando acción sostenida.

III.  El ser humano creado para trabajar. Así que, muy creativo, trabajador y productivo el  Soberano Arquitecto y Constructor de todo lo visto y no visto por nosotros los humanos, al hacer al hombre y la mujer a su “imagen y semejanza”, no es de extrañarse que los diseñara para ¡también trabajar!

A.  Adán y Eva debían comenzar a trabajar enseguida, antes de caer en pecado, cuidando del huerto del Edén. Génesis 2:15. “Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén para que lo labrara y lo guardase.”

B.  Por cierto, el cuerpo físico del humano está diseñado para trabajar.

1.  Manos, brazos, piernas; huesos, músculos, articulaciones entre los huesos -¡estupendo conjunto de piezas vivas capaces de infinidad de operaciones!

2.  Y para dirigir todo movimiento, todo trabajo, toda obra, pues, ¡el fabuloso cerebro! Capaz de muchísimas transacciones en cuestión de segundos. ¡Aun de realizar múltiples transacciones simultáneas!

C.  De manera que trabajar y ser productivo en lo bueno es cumplir nosotros, inteligentemente, el designio del Dios que nos diseñó, dándonos vida.

1.  Noble, pues, es aquel que trabaja, produciendo lo que es bueno.

2.  Más saludable será aquel que trabaja en lo sano, pues el cuerpo y la mente que se ejercitan se fortalecen. En cambio, tienden a deteriorarse prontamente el cuerpo y la mente que no trabajan, atrofiándose y muriendo prematuramente.

D.  Pero, “trabajar y producir” han llegado a ser como malas palabras para tanta gente del presente, especialmente de las generaciones nuevas que atestan escenarios del planeta Tierra.

1.  Alarmante señal de decadencia humana. Alejamiento de lo ideal, de lo saludable –física, mental, emocional, social y espiritualmente saludable.

2.  La “ética de trabajar”, de valerse por sí mismo, de sostenerse a sí mismo; el concepto del trabajo como un elemento no solo necesario sino noble de la vida –estas ideas, inculcadas por el mismo Creador, son rechazadas por multitudes.

3.  Estas multitudes que ni quieren trabajar integran la categoría, ya muy inflada, de “Los tomadores”. Que toman, sin trabajar, pudiendo trabajar. Que buscan afanosamente, y reciben, dinero y bienes que no merecen, por no haberlos ganado, sin razones legítimas que justifiquen su proceder. “Dame, dame, dame. No quiero trabajar. Puedo trabajar, pero no quiero. ¿Por qué trabajar, pudiendo conseguir tanto del gobierno, o de organizaciones caritativas.” Para colmo, la táctica de muchos “tomadores” es prevaricar descaradamente sobre sus situaciones económicas,  estados de salud física-emocional o circunstancias sociales (convivencia, maritales), con tal de echar mano a los beneficios materiales que codician, pero a los que no son acreedores legítimamente.

a)  Estos viven felizmente del “mantengo”, de la “manutención pública”. Mantenidos por programas gubernamentales cuyos fondos provienen de la categoría en descenso, a saber, la de “Los productores”, es decir, de los que trabajan, pagando contribuciones, seguro social (en algunos países), etcétera.

b)  Se trata de mentes que resisten la mera idea de “trabajar”. Que prefieren el ocio, la vagancia, la inactividad. Que no conocen lo que significan disciplina intelectual, responsabilidad personal y social; que carecen de orgullo, dignidad y honradez.

c)  Pero, no suelen estar completamente vacías o inactivas sino suelen divagar por pastizales, pantanos y junglas plagados de chismes, mentiras, dimes y diretes, pura sensualidad, craso materialismo, violencia digital, violencia real. Algunas de estas mentes maquinan maldades y crímenes de los más escalofriantes.

d)  ¿Me permiten enseñarles un adagio común del mundo de habla inglesa. “An idle mind is the Devil’s workshop.” Traducción: “Una mente ociosa el Diablo la ocupa como taller”.

-Demás es decir que tales “talleres” –“talleres del Diablo”- abundan en este país. En cada esquina se hallan, aun en una mayoría de las casas.

-¿Qué tal su mente, respetado oyente? ¿Trabaja el Diablo en ella? ¿En algún rincón tiene su “tallercito”? ¿O trabaja Dios en ella?

E.  La “ética de trabajar”, de “producir lo bueno”, la honra el buen cristiano. Al respecto, le gobiernan ciertas normas divinas. Por ejemplo:

1.  “…nosotros no anduvimos desordenadamente entre vosotros,  ni comimos de balde el pan de nadie, sino que trabajamos con afán y fatiga día y noche, para no ser gravosos a ninguno de vosotros Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma.  Porque oímos que algunos de entre vosotros andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino entremetiéndose en lo ajeno.  A los tales mandamos y exhortamos por nuestro Señor Jesucristo, que trabajando sosegadamente, coman su propio pan(2 Tesalonicenses 3:7-12).

2.   “El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad” (Efesios 4:18).

3.  “Porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo” (1 Timoteo 5:8).

IV.  Iglesia trabajadora y productiva. Trabajador y productivo el Creador de todo lo visto y no visto, al establecer su iglesia en la tierra, fija para ella tareas sublimes en grado sumo, de trascendental importancia, encargándola a trabajar diligentemente

A.  Esta congregación fue formada para trabajar –sembrar, cultivar, construir, crecer, expandir las obras de Dios entre los humanos. Existe para trabajar, y si no  trabaja ¡puede que mengue hasta dejar de existir! Que pierda su lugar privilegiado y único en las empresas de Dios.

1.  Tarea para esta tarde: Sumar las obras de esta congregación realizadas durante el año 2012. Hacer un listado completo. ¿Las conoce? ¿Se preocupa para conocerlas? ¿Inquiere a los líderes acerca de ellas? ¿Ellos se las informan? ¿Cuán informado es usted?

2.  ¿Cuán trabajadora y productiva será esta congregación durante el nuevo año 2013?

B.  Las congregaciones tienden a seguir el patrón señalado por Cristo en la iglesia de Éfeso. Al principio, y por equis años, aquella iglesia era dinámica, muy trabajadora y productiva. Mas al andar el tiempo, se iba apagando su fuego. Luego, un buen día, unos cuarenta años después de su fundación, recibe una carta del propio Jesucristo, con una advertencia alarmante: “Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor. Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primera obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido” (Apocalipsis 2:4-5).

C.  Interesantemente, hace unos cuarenta y tres años que permanece nuestra congregación. ¡Tengamos, pues, mucho cuidado de no pisar los talones de la iglesia en Éfeso! Que perdamos visión, motivación, ánimo, deseo. Que se adueñen de nosotros el conformismo y letargo espirituales. Que nos envejezcamos como si fuéramos un cuerpo de carne y sangre, debiendo ser cuerpo espiritual que se renueve de día en día. Que se endurezcan en nosotros patrones de poca o ninguna productividad.

V.  Enfoquemos de nuevo al individuo –a mi vida personal, a la suya. ¿Qué tan productiva es mi vida? ¿Y la suya? En términos de buenas obras que permanezcan, anotándolas el Contable de contables en sus libros celestiales de contabilidad espiritual.

A.  Llamo atención a Efesios 2:10. “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.” Recalco: “…creados…”, ¿para qué? “…para buenas obras…”

1.  ¿Cuántas “buenas obras” figuran en mi cuenta celestial? ¿En la suya?

2.  Uno de los índices más importantes del valor real de mi vida es el de la suma total de mis “buenas obras”. No el de mi dinero, propiedades, bienes o placeres, aunque sanos, sino de mis “buenas obras”.

B.  He aquí un cartapacio que contiene 365 páginas en blanco (menos las primeras cinco, por los cinco días ya transcurridos del año 2013) –una página por cada día del año 2013. Este es el “Cartapacio de las buenas obras”.

1.  Supongamos que cada miembro de esta congregación, y cada visitante presente, haya recibido un cartapacio igual a este, y que logre anotar en cada página siquiera una sola buena obra. ¿Cuántas buenas obras habrá acumulado cada uno de nosotros para el último día del 2013? ¡365! Y qué conste: ¡las mismas también quedarían registradas en “los libros” celestiales de contabilidad espiritual!

2.  Entonces, postulando que los cien miembros de esta iglesia logren, todos y cada uno lo mismo, ¿cuántas buenas obras habrá hecho esta congregación durante el 2013? ¡Nada más y nada menos que 36,500 buenas obras!

3.  Pues, ¡manos a la obra! Y los resultados serán: un Puerto Rico un tanto mejor, una sociedad un tanto más humana, muchas vidas enriquecidas, una iglesia más productiva, muchos miles de obras que honren al Creador, las que él tomará en cuenta al emitir juicios. Sí, amados, porque “los libros” de contabilidad celestial serán “abiertos”, y los humanos serán “juzgados… por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras” (Apocalipsis 20:12).

C.  “¿Qué obra hago?”, pregunta usted, querido joven, adulto joven, maduro anciano.

1.  Pues, algo tan sencillo, pero importantísimo, como llamar a la hermana Ruperta Santel, twittear a un joven desanimado o desorientado brindándole un consejo positivo, enviar un correo electrónico a un familiar o conocido invitándole a un estudio bíblico o a congregarse.

2.  O, algo más comprometedor, como, por ejemplo, respaldar, desde hoy, con palabras y hechos, las actividades especiales programadas para el domingo 27 de este mes. “Llamado a familias jóvenes al sano compartir espiritual y material.”

3.  O, una obra que se clasifica como “pura religión”: abrirse hacia millones de huérfanos en la India. Tomar un sobre de los disponibles en el estante en el vestíbulo, identificarlo como “Para un huérfano en la India” y colocar dentro un donativo de $40, que con tan solo $40 se cubre el mantenimiento –alimento, ropa, techo, cuido, escuela- para un huérfano por un mes. [Fondo Huérfanos India, Iglesia de Cristo, P. O. Box 1126, Clinton, Tennessee, USA 37717]

4.  O, atreverse a hacer una obra en grande: ¡dar $1,000 para hacer posible que cincuenta candidatos a ministerios espirituales en la India se capaciten en clases especiales por todo un año, haciendo también obras evangelísticas! [Fondo Escuelas Espada del Espíritu India, Iglesia de Cristo, P. O. Box 1126, Clinton, Tennessee, USA 37717]

D.  Tales obras, sus obras, hechas con amor desinteresado, serán las hermosas y elegantes vestimentas “de lino fino, limpio y resplandeciente” que le cualificarán para ser invitado a “las bodas del Cordero”, “…porque el lino fino es las acciones justas de los santos” (Apocalipsis 19:7-8).

VI.  Invitación.

A.  Querido hermano, hermana, en el día de ser llamado a cuentas, si usted acude no ataviado de las prendas de “buenas obras”, de “acciones justas”, su suerte bien pudiera ser la del “hombre que no estaba vestido de boda” en la parábola de Jesucristo sobre “la fiesta de bodas”. “Y entró el rey para ver a los convidados, y vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda.  Y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste aquí, sin estar vestido de boda? Mas él enmudeció.  Entonces el rey dijo a los que servían: Atadle de pies y manos, y echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes” (Mateo 22:11-13). Así que, más le vale, como a todos nosotros, ser productivo, haciendo muchas “buenas obras”, pues para ello hemos sido “creados en Cristo Jesús”.

-Además, “…queda un reposo para el pueblo de Dios. Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas. Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia” (Hebreos 4:9-11). Se trata del “reposo” reservado en los cielos para todo trabajador espiritual fiel. ¿Acaso ha caído usted en vagancia y desobediencia? ¿Quiere arrepentirse, y que oremos por usted? No titubee en pasar al frente, dando a conocer su decisión de volver a producir buenas obras en el Reino de Dios.

B.  Amado amigo, amiga, si usted hace buenas obras, pero no ha sido purificada su alma “por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu” (1 Pedro 1:22), sepa que aun lo bueno que ha hecho le pudiera ser quitado, perdiendo usted todo, incluso, su preciosísima alma, pues “la obediencia a la verdad”, es decir, creer en Dios, confesar fe en Cristo, arrepentirse y bautizarse “para perdón de los pecados” (Hechos 2:38), es necesario para validar las buenas obras hechas. También a usted le animamos, con mucho amor en Cristo, a pasar al frente, tomando los pasos bíblicos necesarios para validar buenas obras ya hechas y dedicándose a realizar aún más desde hoy en adelante.

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