Ateos en el huerto del Edén

Evolución, ateísmo, escepticismo y creacionismo. Muchos estudios e intercambios en esta Web.

Mutaciones grandes y pequeñas. Saltacionismo, guadualismo y el enigma del ojo. Darwin en el estrado. Por Phillip E. Johnson. Capítulo Tres. Parte 1.

 

Darwin en el estrado

Por Phillip E. Johnson

Capítulo Dos

Selección natural

Esta collage de imágenes de piñones con distintos rasgos ilustra Darwin en el estrado, Capítulo Dos, la sección La selección natural como hipótesis científica, en editoriallapaz.

Distintas clases de piñones.

A continuación, la traducción de la sección del Capítulo Dos intitulada…

LA SELECCION NATURAL COMO UNA HIPÓTESIS CIENTÍFICA

[Palabras ennegrecidas por el traductor]

Hasta este punto, hemos estado eliminando algunas falacias simples para remover del campo distracciones, pero ahora llegamos a una categoría que merece nuestro escrutinio más respetuoso. Estoy seguro de que hoy por hoy la mayoría de los científicos de la evolución insistirían en que la selección natural darwinista es una hipótesis científica que ha sido probada y confirmada tan exhaustivamente por la evidencia que debería ser aceptada por personas razonables como, presumiblemente, una explicación adecuada para la evolución de formas complejas de vida. Para ser preciso, la hipótesis es que la selección natural (en combinación con la mutación) es un proceso innovador de la evolución capaz de producir nuevas clases de órganos y organismos. Esto nos trae a la cuestión crítica: ¿qué evidencia confirma la veracidad de esta hipótesis? Douglas Futuyma1 es el que ha hecho el mejor trabajo de juntar la evidencia acreditativa y, he aquí, los ejemplos que él provee de observaciones que confirmen la efectividad creativa de la selección natural.

Una fotografía tomada con un microscopio electrono capta la bacteria EHEC (enterohaemorrhagic Escherichia coli). www.telegraph.co

Una fotografía tomada con un microscopio electrono capta la bacteria EHEC (enterohaemorrhagic Escherichia coli). www.telegraph.co

 

1. Las bacterias2 desarrollan, naturalmente, resistencia a los antibióticos, e insectos nocivos se vuelven resistentes a insecticidas, por la supervivencia diferencial de formas mutantes que poseen la ventaja de resistencia.

2. En 1898, una tormenta severa en Massachusetts dejó en su estela cientos de aves muertas o moribundas. Alguien llevó ciento treinta y seis gorriones exhaustos a un científico llamado Bumpus. Me imagino que para que los cuidara, pero Bumpus no era tan blandengue y mató a los sobrevivientes con el propósito de medir sus esqueletos. Encontró que entre los gorriones machos los más grandes habían sobrevivido con más frecuencia que los menos grandes, pese a que el tamaño diferencial fuera relativamente poco.

Fotografía de un piñón en las islas Galápagos con una semilla en la boca.

Fotografía de un piñón en las islas Galápagos con una semilla en la boca.

3. En 1977, en las Islas Galápagos, una sequía resultó en la escasez de semillas pequeñas que los pinzones consumían. A consecuencia, estas aves debían comer semillas más grandes, las que usualmente ignoraban. Después de una generación, hubo tal mortandad entre los pinzones menos grandes, los que apenas podían comer las semillas de mayor tamaño, que el tamaño promedio de las aves (y especialmente sus picos) aumentó perceptiblemente. Futuyma comenta: “Si el medio ambiente vuelve a lo normal, muy posiblemente evolucionen regresivamente las aves a su estado previo,* pero en este ejemplo podemos apreciar lo que pasaría si las aves fueran obligadas a vivir en un ambiente continuamente seco: evolucionarían una adaptación a cualesquiera semillas que estuvieran disponibles regularmente. Esta es la selección natural en acción, y no se trata de un asunto de casualidad.

* En realidad, esto es exactamente lo que sucedió. En el artículo Selección oscilante de los piñones de Darwin [Nature, Tomo 327, Página 511, 1987], se informa que los adultos pequeños pudieron sobrevivir mejor que los grandes durante el año lluvioso 1982-83, reversando completamente la tendencia de 1977-82.

A la izquierda, una célula roja de configuración normal. A la derecha, una célula falciforme.

A la izquierda, una célula roja de configuración normal. A la derecha, una célula falciforme.

4. El allele [término médico para “estado genético”] que causa la anemia de células falciformes (drepanocitosis) en las poblaciones africanas se asocia con un rasgo que confiere resistencia a la malaria. Los individuos totalmente carentes del allele de células falciformes sufren una tasa alta de mortandad por malaria, y los individuos que heredan de ambos padres allele de células falciformes tienden a morir prematuramente de anemia. Las posibilidades de sobrevivir son mayores cuando el individuo hereda el allele de células falciformes de un progenitor pero no del otro, y así ocurre que el rasgo no se elimina de la población mediante procreación. Futuyma comenta que este ejemplo demuestra que la selección natural no es solo efectiva sino también que es “un proceso mecánico sin compasión”.

5. Se ha observado en poblaciones de ratones que cuando un gene que causa esterilidad en los machos se multiplica grandemente, aunque solo temporeramente, las poblaciones afectadas dejan de reproducirse, extinguiéndose.

Fotografía de una mariposa nocturna negra y una mariposa nocturna salpicada de blanco y negro pertenecen a la misma especie, pues pueden procrear.

Fotografía de una mariposa nocturna negra y una mariposa nocturna salpicada de blanco y negro pertenecen a la misma especie, pues pueden procrear. En la Europa continental, existen tres formas: la forma blanca typica (syn. Morpha/f. betularia), la forma oscura carbonaria (syn. Doubledayaria), y una forma intermediaria medionigra. https://en.wikipedia.org/wiki/Peppered_moth

 

6. Finalmente, Futuyma resume las observaciones famosas de Kettlewell en torno a la “coloración industrial” de la mariposa nocturna salpicada (peppered moth). Al tornarse los árboles más oscuros a causa de humo industrial, las mariposas nocturnas de color oscuro se hicieron más abundantes porque los predadores tenían dificultad para discernir entre ellas y la corteza de los árboles. Retornando los árboles a un color más claro al reducirse la contaminación ambiental, las mariposas nocturnas de color más claro tenían la ventaja. Las observaciones de Kettewell demostraron con lujo de detalle cómo el color sobresaliente de las mariposas nocturnas cambió conforme al color sobresaliente de los árboles. Comentaristas subsiguientes han observado que este ejemplo demuestra estabilidad, al igual que cambio cíclico, dentro de una circunscripción, porque la capacidad de esta especia para sobrevivir en un ambiente cambiante aumenta si mantiene en todo momento una cantidad tanto de mariposas nocturnas oscuras como claras. Si la variedad clara hubiese desaparecido completamente durante los años de árboles oscuros, la especie hubiese sido amenazada de extinción al volverse los árboles más claros.

Hay unos pocos ejemplos adicionales en el capítulo por Futuyma, pero me parece que la intención de incluirlos sea mostrar cómo Darwin explique ciertas anomalías, tales como el comportamiento del auto sacrificio y el rabo tipo abanico del faisán, más bien que como ejemplos adicionales de observaciones que confirmen cambios producidos por el efecto de la selección natural. Si tomamos estos seis ejemplos como la mejor evidencia observacional disponible a favor de la selección natural, podemos formar dos conclusiones:

1. No existe razón para dudar que circunstancias peculiares puedan favorecer, en ocasiones, bacterias resistentes, o aves grandes en contra distinción a menos grandes, o mariposas nocturnas oscuras en contra distinción a las de color más claro. En tales circunstancias, las poblaciones de bacterias susceptibles a drogas, de aves pequeñas y de mariposas nocturnas de color claro posiblemente sean reducidas por determinado periodo de tiempo, o durante el tiempo que prevalezcan las circunstancias.

2. Ninguna de las “pruebas” provee razón persuasiva alguna para creer que la selección natural pueda producir nuevas especies, nuevos órganos o cambios nuevos, o siquiera cambios minores que sean permanentes. Por ejemplo, el caso de la anemia de células falciformes muestra, meramente, que en circunstancias especiales un rasgo aparentemente desventajoso puede que no sea eliminado de la población. El que tenga aves grandes una ventaja sobre los menos grandes en tiempos de vientos fuertes o sequías no tiende, de modo alguno, a probar que factores similares causaran, en primera instancia, que aves llegaran a existir. Muy probablemente, las aves menos grandes tengan la ventaja en otras circunstancias diferentes, lo cual explicaría por qué las aves no están aumentando continuamente de tamaño.

Pierre Grasse no se sentía impresionado por esta clase de evidencia, como tampoco yo, y resumió sus conclusiones al final de su capítulo sobre evolución y la selección natural:

La ‘evolución en acción’ de Julius Huxley y otros biólogos es simplemente la observación de hechos demográficos, fluctuaciones locales de genotipos y distribuciones geológicas.  A menudo, ¡las especies bajo consideración se han mantenido prácticamente inalteradas durante cientos de siglos! La fluctuación como resultado de circunstancias, con la modificación previa de la genoma, no implica evolución, y tenemos prueba tangible de esto en muchas especies pancromáticas [es decir: fósiles vivientes que permanecen sin cambios durante millones de años]…”

Esta conclusión parece tan obviamente correcta que de ella surge otra problemática. ¿Por qué piensan otras personas, incluso, expertos cuya inteligencia e integridad intelectual respeto, que la evidencia de fluctuaciones poblacionales confirme la hipótesis según la que la selección natural tenga la capacidad de obrar maravillas de ingeniería, de construir prodigios tales como el ojo o el ala? Todo aquel que estudia la evolución sabe que el experimento con la mariposa nocturna realizado por Kettlewell es la demonstración clásica del poder de la selección natural, y que los darwinistas tuvieron que esperar casi un siglo para ver esta confirmación modesta de su doctrina central. Todo aquel que estudia el experimento también sabe que no tiene nada que ver con el origen de especie cualquiera, o siquiera de cualquiera variedad, porque tanto mariposas oscuras como claras estaban presentes durante todo el experimento. Cambió solo la proporción de una variedad la una de la otra. ¿Cómo podían ser tan ingenuas personas inteligentes hasta el extremo de imaginar que el experimento de Kettlewell pudiera respaldar de forma alguna los reclamos ambiciosos del darwinismo? Para contestar esta pregunta, nos hace falta considerar la cuarta manera en la que se puede formular la selección natural.

[Traducción por Homero Shappley de Álamo]

 

1 Douglas Joel Futuyma es un biólogo americano de la evolución. Él es un Profesor Distinguido del Departamento de Ecología y Evolución de la Universidad Stony Brook, Stony Brook, New York, y un Asociado de Investigaciones de la administración del Museo Americano de Historia Natural, New York City. Especiación y población biológicas son los enfoques de sus investigaciones. Futuyma es el autor de un libro de texto de estudios universitarios de primer ciclo sobre la evolución, usado ampliamente, y también es reconocido por su acercamiento al público, particularmente en su oposición al creacionismo. [Datos tomados del artículo en wikipedia.org sobre en torno a Douglas_J._Futuyma ]

2 Las bacterias son microorganismos de una sola célula que prosperan muy bien en distintos tipos de ambientes. El uso inapropiado de antibióticos ha contribuido a la creación de tipos de enfermedades causadas por bacterias que son resistentes al tratamiento con clases distintas de antibióticos medicinales.

Los virus son todavía más pequeños que las bacterias y requieren huéspedes vivientes –tales como personas, plantas o animales- para multiplicar. De otro modo, no pueden sobrevivir. Al entrar un virus en su cuerpo, invade algunas de sus células, tomando control de la maquinaria celular y reprogramándola para producir el virus.

 

Mutaciones grandes y pequeñas. Saltacionismo, guadualismo y el enigma del ojo. Darwin en el estrado. Por Phillip E. Johnson. Capítulo Tres. Parte 1.

Ateos en el huerto del Edén

Evolución, ateísmo, escepticismo y creacionismo. Muchos estudios e intercambios en esta Web.

 

  

¿Le gusta esta página? Por favor, ayúdenos a difundir la información por medio de compartirla automáticamente con sus amistades de Facebook, Google+, LinkedIn, y Twitter pulsando en los botones arriba colocados.

Derechos reservados. Permiso concedido para hacer una copia, o múltiples copias pero ninguna para la venta.