Imagen titular para el Comentario sobre Apocalipsis: su relevancia para el siglo XXI y su cumplimiento continuo confirmado, compuesta de un trasfondo abstracto de eventos celestiales ocurridos contra cielos de azules oscuros variantes.

Capítulo Uno de este Comentario

Consideraciones iniciales parael estudio del libro de Apocalipsis

 Una representación artística de un reloj de sol, un pergamino y una gran esfera en los cielos negros rojos sobre el horizonte de un mar ilustran el tema ¿Cuándo fue escrito el libro de Apocalipsis?

 Parte 5  

 

 ¿Cuándo fue escrito Apocalipsis?

Tema quizás no tan seco, aburrido o irrelevante para los seres humanos del siglo XXI como a primera vista aparente ser.

¿Fue escrito Apocalipsis antes de la destrucción de Jerusalén en 70 de la Era Común (Edad cristiana para los cristianos) o fue escrito en el 95 EC? Sus profecías y visiones, ¿fueron cumplidas todas o casi todas durante la década de los 60 del siglo I, especialmente en 70 EC? No faltan comentaristas que responden en lo positivo, efectivamente, rindiendo prácticamente irrelevante gran parte de Apocalipsis para los cristianos del 70 en adelante.

Algunos comentaristas plantean que, para el año 95 EC, el apóstol Juan hubiese sido demasiado viejo y débil para recibir las visiones y profecías complicadas de Apocalipsis. Mas, sin embargo, Jesús dijo a Pedro, refiriéndose a Juan: “Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti? Sígueme tú.” Tanto Ireneo como Clemente de Alejandría testifican que, después de la muerte del emperador romano Domiciano en 96 EC, Juan salió de Patmos y se ubicó en Éfeso, donde siguió activo en la iglesia por varios años.

Simeón, hijo de Cleofás, fue martirizado a los 120 años de edad. Policarpo, a los 86.

El testimonio de Ireneo respalda 95 EC como la fecha para cuando Apocalipsis fue escrito.

 

Se sigue el formato de las Partes 1 al 4.

C. ¿Cuándo fue escrito Apocalipsis? Mi respuesta después de mucho estudio: en el año 95 EC (Era Común. Edad cristiana, para los cristianos), o quizás en el 96.

1. La razón principal que nos lleva a concluir que Apocalipsis fuese escrito en el año 95, o el 96 EC, descansa en el testimonio de Ireneo, cristiano erudito, autor y apologista que vivió en el siglo II. Ireneo escribió, en su obra Contra herejías

A statue of a person  Description automatically generated with medium confidence"La revelación fue vista no hace mucho tiempo sino casi durante el tiempo de nuestra generación hacia el fin del reinado de Domiciano".

a) El emperador romano Domiciano reinó desde el año 81 EC hasta el año 96 EC.

Tito Flavio Domiciano (51- 96 EC), emperador romano (81-96). Era el segundo de los hijos del emperador Vespasiano, y hermano del emperador Tito, a quien sucedió. A pesar de ser popular entre el ejército, los senadores le odiaron por sus intentos de dominarlos y en especial por su adopción del título de dominus et deus (‘señor y dios’).

Busto del emperador romano Domiciano.

“En el 85, se nombró censor perpetuo, lo que le dio el derecho vitalicio de supervisar el comportamiento del Senado.

“Después de la sublevación de Saturnino, y en particular durante los tres últimos años de su reinado, aterrorizó a la aristocracia, ejecutó a muchos de sus miembros por supuestos actos de traición y confiscó sus posesiones para hacer frente a sus crecientes gastos.

“Expulsó de Roma a los filósofos y matemáticos, y persiguió a los cristianos.

“El 16 de septiembre del 96, fue asesinado en una conjuración de los oficiales de la corte y de su esposa, la emperatriz Domicia.” Microsoft ® Encarta ®

b) Ireneo, nacido entre el 120 y el 140 EC, era contemporáneo de Policarpo, asegurando haber escuchado a este predicar.

“San Ireneo (c. 140-202), prelado cristiano y padre de la Iglesia. Nació en Asia Menor y de niño escuchó predicar a San Policarpo, obispo de Esmirna, discípulo de San Juan Evangelista. En el 177 fue nombrado obispo de Lyon, cargo en el que logró muchas conversiones entre los galos.” Microsoft ® Encarta ®

c) Policarpo, quien murió en el año 155 EC, era, a su vez, contemporáneo del apóstol Juan por más de veintinueve años.

d) Conclusión importante. Ireneo tuvo amplias oportunidades personales para obtener directamente de Policarpo información fidedigna acerca del apóstol Juan, sus obras en el Reino de Dios y sus escritos.

e) Objeción a la conclusión. Se alega que el lenguaje de Ireneo en el idioma original es ambiguo, dando lugar a una interpretación diferente, a saber: que el pergamino de Apocalipsis, supuestamente ya existente desde antes del año 67 EC, fuera visto en el año 95 ó 96 EC, o que el propio Juan, como persona viva en la tierra, fuera visto.

f) Evaluación de la objeción. El contexto de la afirmación de Ireneo claramente indica que se trata de las visiones de Apocalipsis, y no del pergamino en el que las visiones fueran escritas. 

“La Revelación fue vista”, escribe Ireneo. “Fue vista” armoniza perfectamente con el medio utilizado por Dios para transmitir las profecías, a saber: escenarios que el apóstol Juan vio transcurrir delante de sus propios “ojos” de mente, corazón y espíritu, a la manera de videos con audio.

Consideremos: el verbo "Vi" aparece por lo menos treinta y siete veces en Apocalipsis, y el verbo "Miré", al menos doce veces. Ciertamente, "la Revelación fue vista", tal y como dice Ireneo. En Apocalipsis 1:19, Jesucristo instruye al apóstol Juan: Escribe las cosas que has visto, y las que son, y las que han de ser después de estas”. Empleando las misma terminología, Ireneo escribe: "La Revelación fue vista no hace mucho tiempo" Seguramente, estos hechos prueban conclusivamente que Ireneo se refirió a las visiones y profecías de Apocalipsis, y no meramente al pergamino en e que fueron escritos, ni al propio apóstol Pablo en su calidad de ser humano vivo.

g) Personalmente, considero la expresión "no hace mucho tiempo sino casi durante el tiempo de nuestra generación" evidencia inexpugnable de que Apocalipsis data desde el año 95 EC y no desde la década de los sesenta del siglo I.

Razonemos objetivamente. Ireneo nació cerca del año 140 EC, datando sus obras literarias principales desde más o menos el año 180 EC. La enciclopedia británica, Tomo XII, Página 633, 1964

Diciendo Ireneo “nuestra generación”, se dirige a la generación existente en el momento cuando compuso su escrito, o sea, la generación viva para los años del 130 a más o menos el 188.

Tomemos nota: para aquella generación de Ireneo, la sexta década del siglo I no era, en definitiva, “casi durante” su tiempo, habiendo transcurrida entre sesenta y cien años, o más, antes de su generación.

En cambio, el año 95 EC es más cerca, por más o menos treinta años, a la generación de Ireneo, que los años sesenta del siglo I. “…casi durante” durante el tiempo de Ireneo. Siendo relativo el adverbio “casi”, determinando contextos particulares su sentido.

h) Además, me parece del todo relevante observar que la cláusula “la revelación fue vista…” no parece apropiada para identificar al pergamino en el que fue escrito el libro de Apocalipsis. De Ireneo tener en mente el pergamino y no la revelación propia, ¿por qué expresar con diáfana claridad al respecto? Diciendo algo como: “No hace mucho tiempo, casi en nuestra generación, el pergamino que contiene la Revelación de Juan fue visto”. Mas, sin embargo, ¿por qué habría Ireneo de emitir semejante declaración? ¿Con qué propósito lo haría? La implicación sería: “Yo no tengo una copia de la Revelación de Juan, mas un ejemplar fue visto no hace mucho tiempo, un poco antes del tiempo de nuestra generación”. No obstante, obviamente, Ireneo tenía sí un ejemplar del libro, pues el mismo escribe comentarios sobre porciones de Apocalipsis.

 

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Ireneo escribe sobre Apocalipsis. 

 

Algunos datos pertinentes. Una pintura realista de la primera bestia de Apocalipsis con sus siete cabezas y diez cuernos que irrumpe con fuerza violenta como de un lienzo blanco, anaranjado y amarillo.

Ireneo nació entre el año 120 EC y el 140 EC. Murió en el año 202 EC.

Su obra Contra herejías fue escrita entre los años 182 EC y 188 EC.

Los datos sobre su vida y sus comentarios sobre Apocalipsis se encuentran en Los padres eclesiásticos de la época antes del Concilio de Nicea, Tomo I, Páginas 309-567. Publicado en inglés por Wm. B. Eerdmans Publishing Company, Grand Rapids, Michigan, USA. Edición de junio de 1975

Ireneo escribió una refutación extensa de las herejías de su tiempo en la obra Contra herejías, presentando él en este libro interpretaciones sobre algunas profecías de Apocalipsis. Las citamos, no con el propósito de analizarlas detenidamente, sino para poner en claro que, para Ireneo, las profecías y visiones de Apocalipsis recibidas por el apóstol Juan NO FUERON CUMPLIDAS antes del año 70 EC.

Comentarios de Ireneo sobre Apocalipsis

Ireneo afirma que los “diez cuernos”, que “son diez reyes, de Apocalipsis 17:12, aún no habían venido (Tomo I de Los padres eclesiásticos, 559), que el Imperio Romano (el reino que estaba en poder cuando vivía Ireneo) sería dividido entre ellos, que los “diez cuernos-diez reyes” serían los “últimos” y que el “hombre de perdición” vendría sentado sobre ellos. Dice que los “diez reyes” son los diez dedos de la imagen que vio Nabucodonosor y que Cristo es la piedra pequeña que desmenuzó la estatua vista en la visión de Nabucodonosor, según revelada e interpretada en Daniel 2. Tomo I de Los padres eclesiásticos, 553-555

Pintura en abstracto de una cara humana entre neblinas de humo, obra artística que representa al anticristo.Opinó que el Anticristo se sentaría en un templo en Jerusalén y que su “tiranía” duraría tres años y medio, durante los cuales los santos serían perseguidos y vencidos. Tomo I de Los padres eclesiásticos, 553-554. Lo identifica como la Primera Bestia de Apocalipsis 13.

Con claridad inconfundible, Ireneo indica que, para él, las profecías de Apocalipsis no se habían cumplido, pues escribe: “Cuando venga el Anticristo... (Tomo I de Los padres eclesiásticos, 557), y referente a la Primera Bestia de Apocalipsis dice: “Cuando venga... Tomo I de Los padres eclesiásticos, 558

Refiriéndose a los “diez cuernos”, que “son diez reyes, explica que sería necesario esperar su apariciónTomo I de Los padres eclesiásticos, 559

Se deduce, por lo tanto, que Ireneo proyectaba la aparición de estos seres para un tiempo futuro a los años del 182 al 188 EC, tiempo en el que escribió los textos citados. Definitivamente, no fijó el cumplimiento de las profecías para la década de los sesenta del siglo I.

Para Ireneo, se concentran en las bestias de Apocalipsis,  que no habían venido cuando él iba escribiendo sus comentarios pero que vendrían sí en un tiempo futuro más adelante, “toda suerte de iniquidad y de engaño... todo poder apóstata”. Tomo I de Los padres eclesiásticos, 558

El número 666 en estilo gótico, de color blanco contra el trasfondo negro, es el número del nombre de la Segunda Bestia de Apocalipsis.Comentando sobre “el nombre de la bestia o el número de su nombre, Ireneo escribe: “También Lateinos tiene el número seiscientos sesenta y seis; y es una solución muy probable, siendo este el nombre del último reino de los cuatro vistos por Daniel. Pues, quienes gobiernan en el presente son latinos.” Se refiere a los romanos.

Sugiere como “meritorio” el nombre “Titán”, el cual se deletrea en griego “Teitan”, dando sus letras el valor numérico de 666.

Añade: “Hay una probabilidad muy fuerte de que se llame Titán el (Anticristo) que ha de venir. Sin embargo, no tomaremos el riesgo de pronunciar positivamente al respecto”. Tomo I de Los padres eclesiásticos, 559

 

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2. A pesar del testimonio de Ireneo, algunos comentaristas insisten en que Apocalipsis fuese escrito antes del año 70 EC, presentando los siguientes argumentos.

a) Argumento 1. Para el año 95 EC, el apóstol Juan hubiese tenido noventa años de edad, o quizás más. Se deduce que hubiese sido demasiado viejo, y, por ende, demasiado débil físicamente, para recibir las extensas y complicadas revelaciones de Apocalipsis.

Respondemos:

(1) Quien sostenga tal argumento pondría en tela de juicio el poder de Dios de conservar al apóstol Juan fuerte en cuerpo, mente y espíritu por el tiempo que él quisiera, de acuerdo con sus propósitos para él respecto a los ministerios del Reino de los cielos.

Por cierto, este tema surgió cuando Cristo, ya resucitado y apareciendo a sus discípulos por tercera vez, iba caminando con ellos por la playa del mar de Tiberius (Galilea). Dialogando él con Pedro, a este le dio “a entender con qué muerte había de glorificar a Dios”. “Volviéndose Pedro, vio que les seguía el discípulo a quien amaba Jesús”, es decir, a Juan. “Cuando Pedro le vio, dijo a Jesús: Señor, ¿y qué de este? Jesús le dijo: Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti? Sígueme tú.” Juan 21:1-23.

¿Conservar a Juan vivo hasta la Segunda Venida de Cristo? ¡No imposible para Dios el Creador y Sostenedor de toda vida! Desde luego, el sentido verdadero de la hipérbole de Jesús sería, parafraseando: “Si yo quiero mantener vivo a Juan por muchos, muchos años, aun a una edad muy avanzada, cuento con la autoridad y el poder para hacerlo”. La siguiente información evidencia que él hiciera justamente eso mismo.

(2) El historiador cristiano Eusebio de Cesarea (269 – 339 EC) anota, en su obra Historia eclesiástica, varias evidencias según las que el apóstol Juan, una vez fallecido el emperador perseguidor Domiciano en 96 EC, salió de Patmos, yendo a vivir en Éfeso, donde permaneció unos años más ocupado en obras del Señor. 

Sección XX, de la Historia eclesiástica, por Eusebio. Así pues, entonces, según una antigua tradición nuestra, el apóstol Juan, viniendo del destierro en la isla, pasó a vivir a Éfeso.” 

Sección XXIII de Historia eclesiástica

“1. Por entonces [desde 96 hasta el reinado de Trajano: 98 – 117 EC    93], el apóstol evangelista Juan, aquel a quien Jesús amaba, todavía estaba se veía en Asia y continuaba allí cuidando de la iglesia tras volver del destierro de la isla, una vez que hubo muerto Domiciano.

2. Bastarán los testigos para garantizar que entonces Juan todavía vivía, pues ambos son fidedignos y reconocidos en la ortodoxia de la iglesia. Se trata de Ireneo y de Clemente de Alejandría.

3. El primero, en algún punto del libro II de Contra herejías [2.33]escribe lo siguiente: ‘Y todos los ancianos de Asia que mantienen contactos con Juan, el discípulo del Señor, dan testimonio de que lo transmitió Juan, pues permaneció con ellos hasta los tiempos de Trajano’.

4. También el Libro III de la misma obra expone así: ‘Pero incluso la iglesia de Éfeso, puesto que la fundó Pablo y que Juan permaneció en ella hasta los tiempos de Trajano, es un testimonio verdadero de la tradición de los apóstoles’. [3.3]

5. Por otro lado, Clemente indica el mismo tiempo, y añadió un relato, indispensable para aquellos que gustan de oír cosas hermosas y de algún provecho, a la obra que tituló ¿Quién es el rico que se salva? Así pues, tómala y lee lo que allí se halla escrito.” 

(3) En el contexto de años de vida y largo servicio en la iglesia de Cristo, Simeón, hijo de Cleofás (Lucas 24:18), hasta iguala o supera al apóstol Juan, pues ¡Simeón fue martirizado a los ciento veinte años de edad! Eusebio de Cesarea relata lo siguiente acerca de Simeón.Pintura del anciano apóstol Juan sentado a un escritorio en su vivienda en la isla de Patmos y frente a él pergaminos que contienen el texto del libro de Apocalipsis. 

Sección XXXII de Historia eclesiástica

“1. Una tradición sostiene que, en el tiempo del emperador cuya época estamos estudiando [la de Trajano: 98 – 117 EC], después de Nerón y Domiciano, resurgió en ciertas partes y en las ciudades una nueva persecución contra nosotros por causa de las revueltas del pueblo. En ésta, Simeón, el hijo de Cleofás [Cleofás –Lucas 24:28], el cual ya indicamos que fue el segundo en ser instituido obispo de la iglesia de Jerusalén, nos hemos enterado que murió martirizado.

“2. De esto es testigo aquel Hegesipo que ya hemos citado en diversas ocasiones. Añade que, claramente en ese mismo tiempo, Simeón sufrió una acusación y que fue atormentado por muchos días, y de muchos modos diferentes, hasta que, dejando consternado al mismo juez y a los suyos, alcanzó una muerte parecida a la Pasión del Señor.

[Hegesipo de Jerusalén: c. 110 – c. 180 EC. Convertido a Cristo, Hegesipo escribió una historia de la iglesia primitiva, de la cual solo se conservan ocho porciones citadas por Eusebio de Cesarea en su Historia eclesiástica. https://es.wikipedia.org/wiki/Hegesipo_de_Jerusal%C3%A9n]

“3. Pero no hay nada como escuchar al propio autor, que refiere textualmente lo que sigue: ‘Por esto, claramente algunos herejes acusan Simón, hijo de Cleofása causa de ser descendiente de David y cristiano, y de este modo sufre el martirio a los ciento veinte años de edad, en tiempos del emperador Trajano y del gobernador Ático’.

[El emperador Domiciano fue asesinado el 18 de septiembre de 96 CE. Le siguió Nerva como emperador, muriendo este de causas naturales el 27 de enero de 98. Trajano le siguió, reinando hasta el 117 CE. https://en.wikipedia.org/wiki/Nerva. https://en.wikipedia.org/wiki/Trajan]

“4. Hegesipo dice que sucedió que sus acusadores , cuando se investigaba acerca de la tribu verdadero de los judíos, fueron apresados porque ellos también pertenecían a ella.

Calculando un poco, se puede decir que Simón vio y oyó en persona al Señor, tomando como prueba su larga edad y la referencia, en los Evangelios, a Cleofás, el cual, como ya demostramos, era su padre.

“5. Este mismo escritor dice que otros descendientes de uno de los que llaman hermanos del Señor, de nombre Judas, también vivieron hasta este reinado tras dar testimonio de la fe en Cristo en época de Domiciano, como ya relatamos anteriormente, y escribe como sigue:

“6. Así pues, llegan y se ponen a la cabeza de toda iglesia por ser mártires y de la familia del Señor. Y una vez que hubo una profunda paz en la Iglesia, permanecen aun hasta el emperador Trajano, hasta que el hijo del tío del Señor, al que antes llamamos Simón, hijo de Cleofás, fue del mismo modo denunciado y acusado por las sectas. También él, por la misma causa, bajo el gobernador Ático, por muchos días dio testimonio mientras lo torturaban, de manera que todos se maravillaban en extremo, incluso el gobernador, de cómo lo aguantaba, siendo ya de ciento veinte años de edad. Finalmente, ordenaron que fuera crucificado’.

[Citas de Historia eclesiástica copiadas electrónicamente de www. escrituras_tripod.com  Traductor no identificado. Ennegrecimiento de ciertas palabras y frases por HDS]

(4) Policarpo, uno de los obispos de la iglesia en Esmirna, estuvo activo en la iglesia hasta ya entrado en años. Nacido en el año 69, o 70 EC, fue muerto en el año 155 EC, sufriendo martirio al rehusar negar a Cristo. Tenía ochenta y seis años de edad. Martirio de Policarpo

(5) En los siglos XX y XXI, no faltan cristianos de edad avanzada cuyas aportaciones a la obra del Señor siguen siendo sustanciales. Entre ellos figuran quienes redactan libros y artículos valiosos basados en sus largos años de estudio, oración, meditación, observación y experiencia.

b) Argumento 2 en contra de la fecha 95 EC para Apocalipsis.

Se observa que no hay alusión alguna en el libro de Apocalipsis a la destrucción de Jerusalén en el año 70 EC, "el evento más importante, en términos religiosos, en dos mil años", a opinión del comentarista Burton Coffman. In English, Commentary on Revelation by Burton Coffman, Introduction, Page 5. Se concluye que el libro de Apocalipsis fue escrito antes de referido evento.

Analizamos este argumento.

(1) En primer lugar, ciertamente han transcurrido durante la Era Cristiana eventos más importantes para nosotros los cristianos que la destrucción de Jerusalén.

Por ejemplo: las persecuciones que sufrió la iglesia verdadera a manos de los romanos antes de la conversión de Constantino el Grande. Las horribles persecuciones y matanzas desatadas por aquel emperador “cristiano” contra centenares de miles de cristianos que rehusaron aceptar los dictámenes del Concilio de Nicea convocado y dominado por el propio Constantino. El nacimiento y desarrollo de la Segunda Bestia que tenía dos cuernos, de Apocalipsis 13, presentada en 2 Tesalonicenses 2 como "la apostasía" encabezada por “el hombre de pecado, el hijo de perdición”. Las fieras persecuciones, guerras religiosas, cruzadas, torturas y matanzas efectuadas por la "madre iglesia latina apóstata”, representada en Apocalipsis como “Babilonia la grande, la madre de las rameras y de las abominaciones de la tierra”, contra los cristianos verdaderos. La aparición y las obras de los "diez cuernos-diez reyes." La iniciación y el desarrollo del Milenio. Etcétera.

Pues bien, en términos de su impacto directo sobre la iglesia a través de los siglos de la Era Común, todos estos eventos serían, incuestionablemente, más importantes que la caída de Jerusalén.

Desde luego, el sentido común dicta que la destrucción de Jerusalén en 70 CE, y de nuevo en 132-135 CE, tuvo muchísimo más importancia para los judíos que no recibieron a Cristo como el Mesías que para la iglesia leal al Señor.

(2) Adicionalmente, y de importancia básica, es lo siguiente: si, en verdad, Apocalipsis fue escrito antes de la destrucción de Jerusalén en el año 70, sería del todo lógico que profecías plenamente detalladas sobre el pronto acercamiento de semejante evento catastrófico fueran reveladas en el libro, y que fueran fácilmente identificables e interpretadas acertadamente sin dificultad por el lector u oyente aun de poca preparación académica. Ya que no hay tales profecías sencillas cuyas interpretaciones y aplicaciones fueran fáciles de entender, razón habría para deducir que, indubitablemente, las visiones y profecías de Apocalipsis fueron recibidas DESPUES de aquel evento.

De hecho, no hay tales profecías en Apocalipsis.

Un reloj de arena, un pergamino enrollado y un texto en griego componen esta gráfica que ilustra el tema ¿Cuando fue escrito el libro de Apocalipsis, en editoriallapaz.Hay por lo menos un comentarista que discrepa de esta afirmación, escribiendo él un tomo grande en el que se esfuerza para probar que la mayor parte de las profecías de Apocalipsis fueran cumplidas durante los años de la sexta década del siglo I previos al derrocamiento de Jerusalén en 70 EC. Procedemos a presentar y refutar su tesis en el siguiente Argumento 3.

c) Argumento 3. En su comentario El libro de Revelación (The Book of Revelation. Noble Patterson Publisher-Distributor, PO. Box 7410, Ft. Worth, TX 76111, 1966), Foy E. Wallace, hijo, (fallecido) afirmó que Apocalipsis fue escrito "temprano en el reinado de Nerón y antes de la destrucción de Jerusalén". Página 29

Foy Wallace sostuvo que se trata de profecías sobre "el derrocamiento de la Jerusalén apóstata, la obliteración de la teocracia judaica con la demolición del templo, la caída calamitosa del judaísmo y el fin catastrófico del estado de Israel".

Propuso que el triunfo de la iglesia sobre los poderes perseguidores "se simboliza mediante las escenas triunfantes de una resurrección y una entronización, ambas figurativas; y que... las visiones del Libro de Revelación fueron cumplidas en las experiencias de las iglesias de aquel periodo, no alcanzando el Apocalipsis el tiempo más allá de la era de las persecuciones romanas contra la iglesia". Página 27

(1) No obstante la aseveración del comentarista Wallace al efecto de que cualquier otra interpretación sería forzada, haciendo violencia al lenguaje del libro (Página 30), encontramos la suya verdaderamente conflictiva con realidades históricas, como, además, limitada en extremo la aplicación que él hace de las profecías y visiones apocalípticas, pues comprime el cumplimiento de la mayoría dentro de unos pocos años de la sexta década del siglo I, limitando todas al tiempo del Imperio Romano previo a la conversión del emperador Constantino.

(a) Por ejemplo, referente a la profecía de Apocalipsis 13:7, el comentarista Wallace dice que Satanás obró por medio de los emperadores romanos, en particular, por Nerón, para vencer a los santos mediante "la destrucción de Jerusalén, la ciudad sagrada y el templo santo". Páginas 292-293

Cabe preguntar: ¿venció Nerón a los cristianos de la década de los sesenta del siglo I? ¡De modo alguno! Mató sí a algunos, mas, sin embargo, solo un número pequeño en la propia Roma, comparado con los cientos y cientos de miles tanto de judíos como de gentiles que se habían convertido a Cristo para aquel tiempo a través del vasto Imperio Romano. La iglesia global, lejos de ser vencida por el desquiciado emperador Nerón, ¡siguió creciendo a pasos agigantados!

Quienes quedaron vencidos en 70 EC eran los judíos incrédulos, y NO, de modo alguno, por ningún conjunto de conjeturas infundadas, los cristianos, la iglesia verdadera a través del mundo del siglo I.

(b) El comentarista Foy Wallace dijo que la "tierra" (Apocalipsis 13:1) es "la gente de Palestina" (Página 295), y que la Segunda Bestia es "los perseguidores gobernantes de Palestina" (Página 296), ofreciendo una pequeña explicación enigmática sobre la "imagen" de la bestia, la que no armoniza con la descripción dada en el capítulo 13 de Apocalipsis.

Preguntamos: en la sexta década del siglo I

¿Ordenaron los gobernantes de Palestina a los judíos a fabricar una imagen al emperador?

¿Mandaron a los judíos a matar a los cristianos que no adorasen al emperador?

¿Intervinieron para controlar absolutamente el comercio en Palestina, poniendo una marca tanto en los judíos como en los cristianos que no rindieran culto al emperador?

¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Cuáles son las evidencias?

(c) Disertando sobre la "madre de las rameras", el comentarista Wallace aseveró que la Jerusalén terrenal es la única ciudad que responde a las descripciones simbólicas del capítulo 17 de Apocalipsis, añadiendo que aquella ciudad era "Babilonia la grande, la madre de las rameras y de las abominaciones de la tierra", y que la "tierra" de la profecía encierra tan solo a Judea y Palestina, nada más. Páginas 364-365

Estimado lector, estimada, traeremos, con el favor de Dios, una interpretación más acorde con los hechos históricos, demostrando ampliamente que la Roma "espiritual", corrupta en doctrina y vida, hace mucho mejor el rol de "madre de las rameras" que la Jerusalén terrenal del siglo I.

(2) Ahora bien, he aquí un hecho poderoso de gran peso a tener presente en el análisis expuesta por el comentarista Foy Wallace, a saber: las profecías detalladas en la Biblia sobre la destrucción de Jerusalén las encontramos en Mateo 24, Marcos 13, Lucas 17:20-37 y Lucas 21; no en Apocalipsis. Justamente en estos textos de los evangelios, por ejemplo, específicamente en Mateo 24:15-23, donde los cristianos del siglo I que residían en la ciudad de Jerusalén y en las provincias romanas de Galilea, Samaria y Judea, podía halla profecías and advertencias divinas acerca de la devastación que Dios traería, mediante las fuerzas militaras romanas, sobre el pueblo rebelde de Israel. Disponiendo de tal información, podrían escapar, trasladándose hacia el oriente más allá del río Jordán.

“Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea, huyan a los montes.”

“Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados.” Mateo 24: 15-16, 22

d) Argumento 4. Amparándose en los capítulos 2 y 3 de Apocalipsis, se sostiene que, conforme a las siete cartas dirigidas a las siete iglesias de Asia, los judíos incrédulos seguían persiguiendo a los cristianos para el tiempo cuando el libro de Apocalipsis fue revelado, y se afirma que esta clase de persecución no fue efectuada después de la caída de Jerusalén en 70 del siglo I. Se deduce que Apocalipsis fuese escrito antes de la caída de Jerusalén en referida fecha.

Escrutamos este argumento.

(1) Leemos atentamente las siete cartas, preguntado: ¿Qué son las evidencias en ellas de una alegada persecución judía contra las iglesias?

¿Acaso lo que diga Apocalipsis 2:9? “Yo conozco tus obras, y tu tribulación, y tu pobreza (pero tú eres rico), y la blasfemia de los que se dicen ser judíos, y no lo son, sino sinagoga de Satanás.” 

¿O Apocalipsis 3:9? “He aquí, yo entrego de la sinagoga de Satanás a los que se dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten.” 

Observamos que en ambos textos se aclara que los que decían ser judíos “NO LO ERAN, sino que mienten”. Más bien, “son… sinagoga de Satanás”. Añadiéndose: “…he aquí, yo haré que vengan y se postren a tus pies, y reconozcan que yo te he amado”.

(2) En realidad, los judíos incrédulos no desaparecieron de la faz de la tierra después de la destrucción de Jerusalén en el año 70 EC.

Todo lo contrario, entre ellos hubo tal resurgimiento después de aquella derrota aplastante que para el año 131 EC, lograron organizar una fuerza militar de cientos de miles y atacaron el ejército romano con tanta ferocidad y efectividad que los generales romanos se vieron en la necesidad de traer legiones de otras partes del Imperio a Palestina para evitar quedarse derrotados por los judíos fanáticos.

Dadas estas circunstancias, es de suponerse que algunos de los judíos incrédulos del tiempo entre el año 70 y el año 135 siguieran oponiéndose dondequiera que pudieran no solo a Roma sino también a los cristianos, pues no se hubiesen convertido de pronto en amigos y defensores de los cristianos a consecuencia de su derrota en 70 EC.

 

Una fotografía de un mapa de las siete ciudades de la provincia romana de Asia donde sus siete iglesias recibieron las siete cartas dictadas por Jesucristo, una carta para cada iglesia.

 

3. A todo lo anterior añadimos las siguientes consideraciones.

a) Suponiendo que el apóstol Juan escribiera Apocalipsis antes de la destrucción de Jerusalén en 70 EC y que Jerusalén fuese “Babilonia la grande, la madre de todas las rameras”, ¿por qué enviaría Cristo siete cartas a las siete iglesias de Asia, y no una carta a la muy grande congregación de Jerusalén, más otras a las muchas iglesias de Judea, Samaria y Galilea?

b) Suponiendo que el apóstol Juan escribiera el libro de Apocalipsis en la isla de Patmos durante los sesenta del siglo I, ¿cuánto tiempo se hubiera tomado para hacer copias, laboriosamente, a mano, en pergaminos, haciéndolas llegar a Jerusalén y todo el territorio, desde Galilea en el norte, Samaria en el medio, y hasta el extremo sur de Judea, para que todas las muchas iglesias de todos aquellos entornos estudiaran el libro y lo interpretaran correctamente, tomando medidas a tiempo para no caer víctimas de los ejércitos romanos devastaron las tres provincias durante unos siete años? Sin embargo, no hubo necesidad de realizar semejante hazaña, pues, como ya apuntado, los cristianos en referidas provincias ya habían sido advertidos previamente, mediante las profecías proclamadas por Jesucristo durante su ministerio terrenal, acerca del castigo fuertísimo que Jerusalén iba a sufrir a manos de los romanos.

c) He aquí aún otra consideración de no poca importancia: en las epístolas del apóstol Pablo escritas durante la primera mitad de la década de los sesenta del siglo I, no aflora evidencia alguna al efecto de que aquel apóstol tuviera conocimiento de la existencia del libro de Apocalipsis. Ni tampoco Pedro, en las dos epístolas escritas por él, incluidas en el Nuevo Testamento. Pedro se refiere a los escritos de Pablo, notando que había en ellos algunas cosas “difíciles de entender” (2 Pedro 3:14-16), pero no se refiere a ningún documento escrito por el apóstol Juan. Ambos apóstoles fueron martirizados durante el reinado de Nerón, más o menos entre los años del 64 al 67.

Bien que este particular no constituya evidencia conclusiva al efecto de que Apocalipsis no fuera escrito durante los 60 del siglo I antes de que el general Vespasiano y su ejército sitiaran a Jerusalén en 67 EC, no sería de extrañarse que el estudioso objetivo y dedicado de estos temas se preguntara por qué Pablo y Pedro no hicieran referencia a tal poderoso documento portentoso si existía antes de su martirio. Según las tradiciones antiguas del cristianismo, tanto Pablo como Pedro fueron encarcelados y martirizados en Roma durante el reinado de Nerón. Mientras no hubiera Internet ni WhatsApp en aquellos tiempos que hicieran factible la transmisión casi instantánea a toda la hermandad de un documento tal como Apocalipsis, no es menos cierto que el envío de tales documentos a recipientes en ciudades claves se podía realizar en cuestión de unos pocos días, aun a las lejanas en dos o tres semanas, facilitándolo las famosas vías pavimentadas que los romanos iban construyendo dondequiera que añadían territorios a su gran Imperio.

 

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