Capítulo Ocho de este Comentario

 “La gran ramera… gran ciudad”

Escandaloso drama convulsionado de una poderosa mujer inmoral, avara,
perseguidora, increíblemente cruel y hasta sangrienta, la que también pretende
gobernar al mundo entero y ser adorada por todos los seres humanos.
 

Los capítulos 17 y 18 de Apocalipsis

Diapositiva

“La gran ciudad" de la Roma Papal castigada en el año 1527 d. C.

A continuación, el Texto principal incluido en esta diapositiva.

“La gran ciudad” de la Roma Papal castigada en el año 1527 d. C. “En un solo día vendrán sus plagas; muerte, llanto y hambre, y será quemada con fuego. ¡Ay, ay... en una hora vino tu juicio! En una hora han sido consumidas tantas riquezas.”

Una horda de veinte mil hombres vence a los cuatro mil soldados del Papa Clemente VII. Entrando en Roma, matan a todo hombre, mujer o niño que encuentren. Masacran a los refugiados en la iglesia de San Pedro. Cientos de sacerdotes, monjes, y obispos muertos; monjas y mujeres respetables ultrajadas. Calles y casas llenas de muertos. Dos mil echados al río Tiber.

Inmensa la destrucción de libros, archivos y arte: $125.000.000.00 en pérdidas, según el Papa. Carlos V puso fin a la preeminencia de Roma como centro del Renacimiento. Durante ocho días, fueron pillados y destruidos miles de iglesias, palacios y casas.

21 mayo, 1527. Guicciardino escribió: “No le han dejado al Papa diez scuti de propiedad. Toda la plata que había llevado consigo en su huida lo tuvo que entregar a sus apresadores como rescate.”

 

A.  Muchas profecías sobre "la gran ciudad", que es, "en sentido espiritual", "Babilonia la Grande", Sodoma, Egipto y Jerusalén, ya se cumplieron, efectuándose, efectivamente, una parte de "la sentencia contra la gran ramera", sinónima esta mujer corrupta de aquella ciudad inicua. Faltan las de su destrucción definitiva y final.

B. El cumplimiento comprobado de estas profecías evidencia, indisputablemente, la inspiración divina del libro de Apocalipsis. Cumplidas, pues, estas profecías sobre "la gran ciudad" - "la gran ramera", ¿con qué justificación dudar del cumplimiento de las demás profecías de este libro, y del resto del Nuevo Testamento? Recuerde: "el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía" (Apocalipsis 19:10). No fallando sus profecías, su "testimonio" acerca de su Padre celestial, el designio de este para la humanidad y el universo material, el fin de la creación material, el fin del tiempo mismo, su Segunda Venida en gloria, triunfo y juicio, el destino tanto de los justos como de los malos y desobedientes a su Evangelio, ha de tomarse muy en serio. ¿Lo está tomando muy en serio usted?

C. "Tomar en serio" el "testimonio de Jesús" significa no solo estudiar "profecías" sino aprender y obedecer al "evangelio de nuestra salvación". Bondadosa y amorosamente, Dios ofrece salvación a todos, queriendo "que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad" (1 Timoteo 2:3-4). De hecho, según 1 Pedro 1:22, la purificación del alma se alcanza "por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu...". Desde luego, lo que infunde a la verdad el poder de librar y salvar es "la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha" (1 Pedro 1:18-20). Las condiciones para salvación establecidas en esta poderosa "verdad" se destacan en la Gran Comisión emitida por Jesucristo, a saber: "El que creyere y fuera bautizado será salvo..." (Marcos 16:15-16). De manera que el bautismo (inmersión en agua) Cristo lo declara esencial para salvación. Y esto lo confirma el Espíritu Santo mismo en el día de Pentecostés, al proclamar, por medio del apóstol Pedro y los demás apóstoles: "Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo" (Hechos 2:38). El que esto hace es añadido por Cristo mismo a la iglesia que él mismo edificó (Hechos 2:47; Mateo 16:16-18), y no a cualquier iglesia. Aclarando un poco más, es añadido a la iglesia que se rige por el Nuevo Testamento sellado con la sangre del Cordero mismo (Mateo 26:27-28). Respetuosamente, le animamos a obedecer, de no haberlo hecho ya, este evangelio puro, perseverando en él hasta el fin de sus días para que se salve eternamente. Para estudios más completos sobre el "Plan divino de salvación" y "La iglesia edificada por Cristo conforme al modelo de Dios", recomendamos los temas básicos en la Página "El evangelio de nuestra salvación". Para conocer a la iglesia de Cristo más cercana a su residencia, consultar al "Directorio de congregaciones", o contactarnos.

 


 

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