Oración por una pareja que atraviesa la etapa de la ancianidad
“Amado Dios y Creador, Dador y Sostenedor de la vida, de la manera que el apóstol Pablo solía orar por los hermanos de aquel Siglo I, dando gracias por ellos y aun mencionando a algunos por nombre, en estos momentos nosotros, los miembros de esta congregación, oramos a usted por nuestros hermanos Iris y Jorge, sus hijos y nietos.
Damos gracias por su entrega, constancia y abundantes frutos espirituales. Por los cuarenta y ocho años de matrimonio que cumplen precisamente en este mes. Por su excelentísimo ejemplo de fidelidad conyugal. Y le rogamos concederles el gozo de celebrar también su Aniversario de Oro, y todavía más aniversarios después. Sea hecha tu voluntad al respecto, como también en todos los aspectos de su vida, al igual que en el andar de todos y cada uno de nosotros sus hijos.
Humildemente y con plena reverencia, le pedimos que reparta a Iris y Jorge, durante los días que resten de su jornada terrenal, porciones grandes de…
-Ecuanimidad.
-Lucidez mental.
-Alegría espiritual inapagable.
-Positivismo inexpugnable.
-Paciencia imperturbable.
-Fe inquebrantable.
-Esperanza inspiradora.
-Sabiduría celestial, la cual es ‘pura… pacífica, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos… sin incertidumbre’.
Qué sea menos el estrés que experimenten en su caminar diario. Menos los sinsabores. Menos las tempestades de la vida, y de menor intensidad. Más los ratos sosegados de paz y tranquilidad. Más profunda la comprensión de seres queridos y compañeros de la fe. Más frecuente, sensible y sólido nuestro respaldo moral y espiritual para ellos. Más fuerte el amor entre los dos. Redoblados su mutuo compromiso, confianza y cuidado.
Qué el ser interior, tanto de Iris como de Jorge, lo fortalezca y haga madurar cada vez más, aunque el cuerpo físico de cada uno se debilite y se desgaste más, proceso natural en nosotros los seres humanos mientras habitemos este globo terráqueo.
Qué renueva usted de día en día el vigor emocional, moral y espiritual de esta muy amada pareja, para que, unidos sus corazones en amor y el propósito sublime de ser admitidos finalmente a su augusta presencia, vayan subiendo de gloria en gloria por los distintos niveles de esta existencia, hasta alcanzar la esplendorosa cumbre de una vida cristiana conducida, con dignidad y esmero, a su feliz culminación triunfante. Amén.”
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