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Capítulo Cinco de este Comentario

Pintura que representa a la mujer vestida del sol en su huida al desierto.La “mujer vestida del sol”

   Parte 4

Huye “al desierto.

El lugar preparado por Diospara ella.

"Se le dieron a la mujer las dos alas
de la gran águila.”

Sustentada “por mil doscientos
sesenta días
"
.

 El gran dragón arroja “tras la mujer,
agua como un río, para que
fuese arrastrada por el río”.

B. La "mujer vestida del sol" huye al desierto

"Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar preparado por Dios, para que allí la sustenten por mil doscientos sesenta días". Apocalipsis 12:6. "Y se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila, para que volase de delante de la serpiente al desierto, a su lugar, donde es sustentada por un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo". Apocalipsis 12:14.

Según esta profecía, llegaría el día durante la Era Común (Edad cristiana) cuando los judíos huirían de la presencia de su feroz perseguidor persistente, el “gran dragón escarlata”, en su manifestación mediante el Imperio Romano, encontrando un refugio preparado providencialmente por el propio Dios Padre. La historia del pueblo judío durante la Era Común demuestra ampliamente el cumplimiento de esta profecía. 

1. Repetimos la observación acertadísima del renombrado historiador Will Durant sobre lo que hicieron los judíos después de la derrota aplastante sufrida en 135 después de Cristo: "El judaísmo se escondió atemorizado en obscuridad, en tanto que su cría el cristianismo salió a conquistar al mundo".

Se desconoce si el Sr. Durant tuviera conocimiento de la profecía del libro de Apocalipsis sobre los judíos. Comoquiera que sea, lo cierto es que su testimonio destaca el pleno y asombroso cumplimiento de la profecía. ¡Israel sí que huyó! Después de la derrota horrífica de 135 EC, los judíos sobrevivientes se retiraron del escenario público hasta la medida que pudieran, escondiéndose del poderío romano. ¡Ya no buscaban confrontaciones abiertas con el "gran dragón escarlata" en sus manifestaciones mediante el poderoso Imperio Romano!

En cambio, la iglesia de Cristo, leal a su Rey, no huyó al desierto del anonimato, el temor y la vergüenza sino que "salió a conquistar al mundo".

2. “Y la mujer huyó al desierto...” Quizás represente el "desierto" de la profecía los lugares inhóspitos, de pocos habitantes o de poca importancia política donde el "gran dragón escarlata", con sus “siete cabezas y diez cuernos”, es decir, reinos bajo su dominio, no continuara persiguiendo con tanta tenacidad a "la mujer".

Por "desierto" entendemos: los lugares aislados o en la periferia de la influencia romana, los pueblos chiquitos, las barriadas del vulgo, las naciones que no estaban bajo el dominio de Roma. Comoquiera que interpretemos “desierto”, la historia enseña que los judíos fueron esparcidos entre las naciones de aquellos tiempos, donde lograron, diríase, casi milagrosamente, conservar su raza, lengua, cultura y, sobre todo, su religión.

3. "…donde tiene lugar preparado por Dios…" 

a) Por "lugar" entendemos que cualquier lugar y todos los lugares donde los judíos lograran preservar su raza.

Mapa de Comunidades judías en el Imperio Romano Oriental durante la Edad Media temprana. Mapa por la Universidad Cambridge.b) "…preparado por Dios…" El propio Todopoderoso Dios interviene providencialmente para preservar a los judíos como pueblo, preparándoles “lugar” donde refugiarse.

Comunidades judías en el Imperio Romano Oriental durante la Edad Media temprana. Mapa por la Universidad Cambridge.

¿Qué medidas tomaría Dios en la preparación de un “lugar” de refugio para Israel? No se nos revelan detalles al respecto en la visión de Apocalipsis. Especulamos que quizás ablandase los corazones de las personas que habitaban los lugares adonde huyeron los judíos, influyendo en ellas de tal manera que recibieran y protegieran a los judíos tan duramente acosados. O que guiara providencialmente a los judíos mismos a lugares seguros donde pudieran esconderse del “gran dragón escarlata” y recuperarse poco a poco de las tragedias catastróficas que habían traído sobre sus propias cabezas. 

4. Volvemos a señalar que si fuéramos a aplicar estas profecías en torno a la “mujer vestida del sol” a la iglesia de Jesucristo en vez de al pueblo terrenal de Israel, no habría concordancia entre ellas y las profecías pronunciadas específicamente para la iglesia, ni tampoco con la Gran Comisión dada a la iglesia o con el desenvolvimiento de la iglesia verdadera del Señor a través de los siglos de la Era Común, hasta el presente. 

a) Por ejemplo, la iglesia de Cristo no huyó, escondiéndose, cuando tanto judíos incrédulos como romanos levantaron persecuciones duras contra ella. Desde poco después de su fundación, ella fue perseguida una y otra vez, pero se reponía, siguiendo en pie de lucha. Ahora bien, qué quede claro: a diferencia de los judíos que no se convirtieron a Cristo, la iglesia leal a su Salvador jamás se enfrascaba en batalla física-material con sus enemigos

“Pues, aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo”. 2 Corintios 10:3-5

b) En definitiva, la iglesia no se escondió en "el desierto". Sucede justamente lo contrario: llevaba el evangelio a los lugares más poblados e importantes, aun a palacios y cortes de gEl apóstol Pablo predica el evangelio ante el rey Agripa con tanto poder que este exclama: “Por poco me persuades a ser cristiano”, ilustración para el tema La mujer vestida del sol huye al desierto.obernadores, procónsules, príncipes, reyes y del mismo emperador romano. También a lugares remotos.

El apóstol Pablo predica el evangelio ante el rey Agripa con tanto poder que este exclama: “Por poco me persuades a ser cristiano”. Hechos 26:28

El "lugar" para la iglesia es "todo el mundo", según la Gran Comisión: "Id por todo el mundo, y predicad el evangelio a toda criatura". Marcos 16:15. Aun en tiempos de persecución, la iglesia ha de seguir proclamando el evangelio. Esta verdad el apóstol Pablo la resalta al escribir al evangelista Timoteo: 

“Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo… que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo…" 2 Timoteo 4:1-2.

Así pues, jamás deberían la iglesia de Cristo, sus predicadores y maestros esconderse en "el desierto". Pero, la “mujer” de la visión de Apocalipsis 12 huye sí al desierto, y se calla.

c) Conforme a ciertas profecías reveladas específicamente para la iglesia, el gran peligro para ella no lo sería la oposición de gobernantes o ejércitos de las naciones terrenales, ni siquiera el martirio por la causa del Señor, sino el mortífero cáncer de la apostasía2 Tesalonicenses 2.

He aquí otra consideración que nos lleva a afirmar que la mujer que huye al desierto, al lugar preparado por Dios, no es la iglesia fundada por Jesucristo. La iglesia verdadera no se amedrenta ante los poderosos seculares o religiosos que la amenazaran materialmente. En cambio, la “mujer” que hace el rol principal en el drama de Apocalipsis 12, huye sí del “gran dragón escarlata”, símbolo espantoso de reinos seculares, idolátricos y perseguidores. 

5. Dando por establecido que la "mujer" que huye al desierto es la nación terrenal descreída de Israel, cabe preguntar por qué a Dios le interesaría preservar como raza o nación a los millones de judíos que no reciben a su Hijo como el Mesías prometido. ¿No repudió la gran mayoría de los judíos a Jesucristo como el Mesías prometido? ¿No consintieron las masas judías incrédulas a la crucifixión del Señor? Asimismo sucedió.

Mas, sin embargo, las mismas multitudes de judíos culpables de tan enormes pecados seguían, no obstante su rechazo a Cristo, creyendo firmemente, aun fanáticamente, en el "único Dios verdadero", en Jehová el Creador. Seguían confesando su nombre, adorándolo conforme a las directrices de la ley mosaica. Y siguen haciéndolo hasta el sol de hoy, aunque cohibidos en gran medida por no contar con un templo en Jerusalén, con muebles y utensilios sagrados necesarios para los ritos ordenados en el pacto de Sinaí, etcétera.

Aun estando en el "desierto", se aferran fuertemente al nombre de Jehová, considerándose el único pueblo electo de él. Sin embargo, lastimosamente, siguen rechazando a Jesús de Nazaret, denegando tenazmente que él sea el Mesías profetizado en sus Escrituras. Ya que “Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre” (1 Juan 2:23), los judíos que no siguen al Hijo Jesucristo tampoco cuentan con el sello de Dios. Pese a esta triste condición, el Padre Dios ama a los judíos, deseando su completa restauración espiritual. Material no, sino espiritual. Consideremos:

a) A pesar de su incredulidad, los judíos "en cuanto a la elección, son amados por causa de los padres. Romanos 11:28. ¿Por qué “amados”? La respuesta dice: “…por causa de los padres”, es decir, los patriarcas, o quizás, por extensión, todos los antepasados de los israelitas que hacían la voluntad de Dios. ¿Qué enseñanza quiere comunicarnos el Espíritu de Dios mediante estas expresiones? ¿Acaso impliquen que Dios pase por alto la incredulidad de los judíos que no reciben a su Hijo como el Mesías, ni siquiera inculcándoles pecado alguno? 

(1) Aparentemente, confrontemos un enigma. Tal vez la solución estriba, aunque solo en parte, en el hecho de que Jehová Dios pudo lograr mediante la nación de Israel su propósito de asegurar que no todos los hombres y mujeres en la tierra se olvidaran de su nombre.

Además, a través del pueblo terrenal de Israel el Señor omnipotente consiguió la realización de su plan de introducir a su “Primogénito en el mundo" con el propósito sublime de proporcionar a todos los seres humanos un medio eficaz de reconciliación y salvación.

Efectivamente, se valió del pueblo de Israel para magníficos fines de alcance global, principalmente la reconciliación espiritual de toda la humanidad. De muchas maneras y en muchos lugares y ocasiones, Dios mismo manifestó su existencia al mundo, usando como medio su pueblo electo Israel. Este pueblo era barro en sus manos, y él, su alfarero. Obligó al pueblo a doblegarse a su voluntad, como el jinete gobierna al caballo con el freno y las riendas. Disciplinó al pueblo, aun castigándolo duramente repetidas veces. Preservó al pueblo en medio de guerras, desastres, destierros y apostasías. Logró sus grandes y nobles propósitos en el pueblo. Amó al pueblo.

Entonces, ¿por qué abandonarlo del todo? ¿Por qué dejarlo desaparecer de la faz de la tierra? ¿Por qué no preservarlo en el "desierto"esperanzado en su eventual arrepentimiento y restauración espiritual? Seguramente, no nos corresponde emitir juicios sobre las acciones de Dios. Sin embargo, el que escribe aplaude, en mente y alma, la decisión de Dios de preservar al pueblo judío. Pienso que es otra evidencia de su gran compasión, amor y misericordia para con los débiles seres humanos, en este caso, los judíos, llenos de prejuicios y cegados por falsas doctrinas y falsas esperanzas. 

"¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!". Romanos 11:33.

Esta exclamación altamente emotiva aparece justamente en medio de la disertación del apóstol Pablo sobre la condición espiritual de los israelitas descreídos y los planes de Dios para ellos. “¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!” Nos solidarizamos con estos sentimientos conmovedores del apóstol. ¡Cuán difícil es para mi mente comprender tantas cosas ocurridas a través de los milenios pasados en las esferas de lo espiritual-moral-religioso, tanto en el planeta Tierra, como en las regiones celestiales, y no menos difícil, las que se proyectan para el futuro! Con todo, sigo tratando, sin perder fe. Aún más: juntamente con el apóstol Pablo, me quedo estupefacto ante lo que también percibo como la “profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios”.

(2) Así que, resulta ser un hecho tan obvio como innegable que el Soberano Dios logró, mediante Israel, los dos grandes propósitos señalados, cumpliéndose y haciéndose realidad los dos, a pesar de la obstinación, rebeldía e hipocresía de incontables integrantes del pueblo. Por tanto, ¿ha de considerarse cosa inconcebible que Dios siga amando al pueblo que le sirvió de instrumento para logros tan gloriosos y grandiosos? Pues, él sigue amándolo, pese a la incredulidad del pueblo judío respecto al Mesías.

Su amor se manifiesta mediante su intervención providencial para conservarlo como pueblo entre los demás pueblos de la tierra. Desde luego, esto no significa que Dios salve eternamente a los judíos que permanezcan obstinadamente en incredulidad. Solo quiere decir que ellos aún tienen, por la misericordia de él, la oportunidad de reconocer a Jesucristo como el Mesías prometido y obedecer sus mandamientos para alcanzar el perdón de pecados y la salvación de sus almas.

(3) Escrutemos la enseñanza y el contexto de Romanos 11:29, texto relevante. Dice:

"Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios." 

Precisamente, el contexto es el del destino de los judíos y de su posible restauración espiritual. Esto se evidencia si leemos los versículos del 29 al 36. No se trata de los dones sobrenaturales dados a la iglesia del siglo I, ni del llamamiento hecho por medio de la iglesia, sino de los dones dados a Israel y del llamamiento que Dios hizo al pueblo de Israel. 

(a) Dios escogió al pueblo de Israel dotándolo de "dones" y llamándolo al cumplimiento de sus designios divinos. 

(i) Entre los dones figuran "la adopción, la gloria, el pacto, la promulgación de la ley, el culto y las promesas". Romanos 9:4. Todos estos dones importantes y excelentes atañían específicamente a la nación terrenal de Israel.

(ii) Ahora bien, se nos enseña que estos dones y el llamamiento son "irrevocables". Esto quiere decir que no le serían quitados a Israel; no le serían anulados. Los "dones" eran válidos durante el tiempo determinado por Jehová, a saber, desde Abraham hasta la muerte de Cristo en la cruz. Por otra parte, el llamamiento a formar parte de los elegidos del Señor sigue en pie hasta el presente, tanto para Israel como para los gentiles, y estará vigente hasta que acabe el tiempo de gracia para toda la humanidad. 

(b) Por cierto, Dios sigue llamando a Israel, no a que sea una nación terrenal con derechos exclusivos, sino que lo llama a arrepentirse de sus pecados y a recibir a Cristo como el verdadero Mesías y Salvador del mundo. Él quiere tener misericordia de Israel. 

(i) Pregunta el apóstol Pablo: "¿Ha desechado Dios a su pueblo?" Responde él mismo enfáticamente: "En ninguna manera." Romanos 11:1

(ii) Refiriéndose a los judíos, Pablo explica que "aun en este tiempo ha quedado un remanente escogido por gracia". Romanos 11:5. El "remanente" de judíos que se salvaba en el tiempo de Pablo, se salvaba no por la ley mosaica, ni por ser israelitas "según la carne", sino que se salvaba "por gracia". Y esto quiere decir que se salvaba por medio de obedecer al evangelio, creyendo en Cristo, arrepintiéndose y bautizándose “para perdón de los pecados”. Hechos 2:38; 22:16

(iii) En el tiempo presente (primera mitad del siglo XXI), la persistente incredulidad de los judíos, gran número de los cuales aún sigue en el "desierto", se puede atribuir, por lo menos en parte, al rol que Israel debía desempeñar hace dos mil años a fin de que pudiera efectuarse el sacrificio de Cristo como Cordero de Dios para quitar el pecado del mundo.

Una mayoría de los israelitas tenía que repudiar a Cristo, paso necesario que desembocó en el sacrificio expiatorio del Cordero en la cruz. Al pueblo le aconteció "endurecimiento en parte" (Romanos 11:25), condición, o circunstancia, crítica para la realización del plan de Dios en Cristo.

A pesar de presenciar muchas señales milagrosas indubitables hechas por Cristo y los apóstoles, al igual que oír la predicación del evangelio por hombres inspirados, la mayoría de los israelitas del siglo I no venció su incredulidad. No ablandaron sus corazones al oír el evangelio. Lo mismo le sucede a la gran mayoría de sus descendientes hasta el día de hoy. Dado el hecho de que una parte de Israel tenía que endurecerse para que se cumpliesen los designios de Dios en Cristo, ¿es de extrañarse que Dios quisiera preservar al pueblo, esperanzado en que tal vez muchos se arrepintieran de su incredulidad, deseoso él de tenerles misericordia y salvarles? 

(c) Dios aún desea la salvación de todo Israel. "Ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; y luego todo Israel será salvo". Romanos 11:25 

(i) Mediante la expresión “…y luego todo Israel será salvo se profetiza, efectivamente, que antes del fin del mundo muchos judíos aceptarán a Cristo como el Mesías, salvándose de la ira venidera. Armoniza perfectamente con esta profecía la escena Apocalipsis donde se sellan ciento cuarenta y cuatro mil “de todas las tribus de los hijos de Israel” (Apocalipsis 7:1-8), evento ya analizado en estos estudios.

(ii) La profecía implícita de Romanos 11:25 nada tiene que ver con la restauración de Israel a su antiguo terruño en el Cercano Oriente. Tampoco proclama esta profecía la futura restauración o reedificación del templo en Jerusalén.

(iii) Solo se trata, volvemos a recalcar, de la salvación espiritual de cuantos israelitas acepten a Cristo como el Mesías prometido, obedeciendo al evangelio puro para salvación de sus almas. 

6. "Se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila, para que volase de delante de la serpiente al desierto a su lugar." 

Mapa en el que negros indican donde había concentraciones sustanciales de judíos en Europa, el Cercano Oriente y el norte de África a principios del siglo X.a) "…las alas de la gran águila…" simbolizan el poder de Dios para actuar con gran agilidad y fuerza irresistible.

Principios del siglo X. Los puntos negros indican donde había concentraciones sustanciales de judíos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Mapa con puntos negros que indican donde había comunidades judías importantes establecidas durante mucho tiempo en los siglos XVII y XVIII.b) ¿Quién da a la mujer "…las alas de la gran águila"? Se sobreentiende que Dios mismo es quien se las da. Él es quien prepara para ella lugar en el “desierto”, y lógicamente, es quien le da las “alas de la gran águila”. Así que, Dios mismo interviene para que Israel no sea destruido del todo por el “gran dragón escarlata”. Contando con la intervención providencial de Dios, Israel podía alejarse rápido de la presencia de los gobernantes y de las legiones romanas utilizadas por Satanás en su empeño obstinado de hacer que los judíos desaparecieran para siempre de la faz de la tierra.

Los siglos XVII y XVIII. Los puntos negros indican donde había comunidades importantes establecidas durante mucho tiempo.

c) No pocos historiadores y eruditos de esta Era Cristiana se maravillan por la preservación del pueblo de Israel a lo largo de los siglos, pese a severas represiones e intentos al genocidio. Disciernen en esta insólita sobrevivencia de un pueblo pequeño perseguido a la muerte, la mano providencial de un Poder superior que vela por la permanencia de los judíos en la tierra. Dada la fuerte intolerancia manifestada de mil maneras por infinidad de pueblos contra los judíos, sobrada razón hay para pensar que si Dios no hubiese intervenido, el pueblo terrenal de Israel hubiese quedado como Sodoma y Gomorra: es decir, ¡sin descendencia! Romanos 9:29. 

7. "Para que allí la sustenten por mil doscientos sesenta días", lo cual es equivalente a "un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo". 

Mapa que muestra los distintos países europeos con la población de judíos en cada uno en el año 1939 al principio de la Segunda Guerra Mundial: aproximadamente 17 millones. 1939. La población de judíos en distintos países europeos al principio de la Segunda Guerra Mundial. Aproximadamente 17 millones.

 a) "…la sustenten…", es decir, que mantengan a los judíos con vida como pueblo. 

(1) ¿Quiénes la sustentarían? Quizás algunos de los ángeles que Dios ocupa para la realización de sus planes. En tal caso, los ángeles actuarían providencialmente, mediante las personas entre quienes vivieran los judíos, para la preservación de la raza judía. O tal vez se refiera directamente a personas, aun gobernantes, que simpatizaran con los judíos, que se solidarizaran con ellos, que tuvieran compasión de ellos, que les dieran albergue y protección.

 

 

Mapa que muestra la población judía en los países de Europa después de la Segunda Guerra Mundial en 1950. 1950. La población judía en los países de Europa después de la Segunda Guerra Mundial.

(2) Sustentados los israelitas en el  “desierto” de su vivencia. Esto no significa, necesariamente, que todo el pueblo judío gozaría perennemente de abundantes bendiciones materiales y de la protección incondicional de Dios. Solo significa, a nuestro entender, que Dios mantendría con vida al pueblo. De hecho, Israel ha sufrido indeciblemente durante gran parte de la Era Cristiana, siendo perseguido ferozmente en distintos lugares y en varias etapas de su historia. Aun así, sobrevive, se repone, y en no pocos casos, prospera, aun excepcionalmente. 

b) "…mil doscientos sesenta días." 

(1) Es decir, por el tiempo determinado por Dios, siendo simbólico el número “mil doscientos sesenta días”, y no literal.

(2) Sustentados en el “desierto” quizás hasta por lo menos el tiempo cuando "haya entrado la plenitud de los gentiles" y, esperanzadamente, comience a convertirse a Cristo un número no pequeño de los judíos.

(3) Conforme a la interpretación que estamos desarrollando, el período de los "mil doscientos sesenta días" para los judíos comenzaría en el siglo II de la Era Cristiana, continuando aun en el presente (primera mitad del siglo XXI), ya que los judíos, al menos la gran mayoría de ellos, todavía resisten reconocer a Jesucristo como el Mesías. De haber acertado en esta interpretación, se deduce que los “mil doscientos sesenta días” para los judíos (Apocalipsis 12) no serían concurrentes con los “mil doscientos sesenta días” cuando profetizan los dos testigos "vestidos de cilicio" (Apocalipsis 11), es decir, no cubren el mismo período de tiempo. 

(a) Los “mil doscientos sesenta días” durante los cuales son sustentados los judíos comienzan en el siglo II.

(b) Los “mil doscientos sesenta días” cuando los dos testigos profetizan "vestidos de cilicio" comienzan después del Milenio y terminan con la Segunda Venida de Cristo.

(c) De hecho, los temas del Capítulo 11 de Apocalipsis, por un lado, y por el otro, los del Capítulo 12, son totalmente diferentes. Por lo tanto, no es cosa extraña que los dos periodos de “mil doscientos sesenta días”, cada uno, no cubran el mismo tiempo, o época, de la Era Cristiana. Datos importantes que corroboran esta conclusión se encuentran en el Capítulo Siete de este Comentario, Sección II, C, en el estudio sobre el "tiempo, y tiempos, y medio tiempo" de Daniel 7:25 cuando el "cuerno pequeño" persigue a la iglesia verdadera. 

Pintura del gran dragón escarlata de Apocalipsis 12 en postura y actitud de amenazante contra la mujer vestida del sol, o sea, contra la raza judía terrenal durante la Era Común.C. El "gran dragón escarlata" persiste en su empeño infernal de destruir a la "mujer" que huye al desierto. "Y la serpiente arrojó de su boca, tras la mujer, agua como un río, para que fuese arrastrada por el río. Pero la tierra ayudó a la mujer, pues la tierra abrió su boca y tragó el río que el dragón había echado de su boca". Apocalipsis 12:15-16 

1. "…agua como un río…" Quizás se trate metafóricamente de las medidas severas que tomó el Imperio Romano después de las guerras contra Israel para privar a los judíos de todo vestigio de su nacionalidad y hacer que se mezclaran con las demás razas, perdiendo su propia identidad como raza particular, y, por ende, su orgullo como pueblo. El "gran dragón" quería "arrastrar" a los judíos hasta "ahogar" en el "río" de las persecuciones y represalias el nacionalismo fiero de aquel pueblo rebelde. Enfurecido por los golpes duros asestados por los judíos, ardía con vengarse, decidido a exterminar a Israel como pueblo.

Pintura del gran dragón escarlata en el acto de echar agua como un río tras la mujer vestida del sol, o sea, la raza judía terrenal, con el intento de ahogarla.2. Pero el "gran dragón escarlata" no logró destruir del todo a los judíos, pues "…la tierra abrió su boca y tragó el río". 

a) La "tierra" misma, o sea, el planeta Tierra, es ancha y grande, proporcionando, especialmente en aquel tiempo antiguo, muchos escondites y refugios más allá del alcance del "gran dragón escarlata". Desde luego, el “dragón” de aquel entonces no contaba con redes de comunicación electrónica rapidísima o satélites que le facilitaran rastrear los movimientos de los israelitas.

b) Además, aun en la vasta "tierra" bajo el dominio del Imperio Romano, había, se supone, muchos súbditos, aparte de los judíos, que no simpatizaran con aquel Imperio. Resentidos y reaccionarios, estaban predispuestos –así pensamos- a dar albergue a los judíos perseguidos. Las amenazas del “gran dragón escarlata” no los asustaban demasiado. Al contrario, entre ellos sus amenazas se volvían como "agua que traga la tierra". 

3. La ira del gran dragón escarlata contra la "mujer" no mengua"Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo". Apocalipsis 12:17

 a) Ya estaba airado al punto de querer ahogar a la "mujer", es decir, a la raza judía no creyente en el Mesías Jesucristo, acabando con ella terminantemente. Su ira se inflama aún más cuando se ve frustrado en su propósito de hacerla desaparecer de una vez para siempre de sobre la faz del planeta Tierra. Entonces, ¿qué hace?

Pues, da rienda suelta a su frustración, lanzándose en guerra contra el resto de la descendenciade la mujer. “Descendencia” clara e inequívocamente identificada como los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo". Apocalipsis 12:17. O sea, contra los cristianos. Identidad incuestionable que ya hemos confirmado en esta exposición. Acción brutal del gran dragón tan plenamente testimoniada históricamente a través de largos siglos como su guerra sin cuartel contra la propia “mujer” que personifica, metafóricamente, a la raza judía terrenal-carnal.

b) ¿Por qué provocan los judíos tan feroz ira en Satanás? Al fin y al cabo, ellos ya no eran, desde Pentecostés en adelante, el pueblo electo de Dios. 

Mas, sin embargo, seguían siendo el pueblo por medio del cual se introdujo el Mesías Jesucristo en el mundo (Hebreos 1:6), siendo este el Hijo de Dios que “despojó a los principados y las potestades”, exhibiéndolos “públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz”. Colosenses 2:15. Efectivamente, el mismo Ser poderoso que derrotó a Satanás en la cruz, no cediendo nunca ante sus tentaciones y durísimas pruebas. Muerto físicamente, mas no como ser espiritual, resucitó a los tres días, llevándose las llaves de la muerte misma y del Hades. Hebreos 2:14-28; Apocalipsis 1:17-18.  Triunfando espectacularmente el Mesías sobre Satanás, este, vencido, fue arrojado, “y sus ángeles con él”, del cielo. Apocalipsis 12:7-9

No es, pues, difícil de comprender por qué el odio que sentía Satanás para aquel pueblo israelita, del que nació el Mesías triunfante, se pusiera al rojo vivo, convirtiéndose en rencor terrible, en ira candente y consumidora, tanto que lo impulsara a seguir persiguiendo a todos los judíos, procurando su exterminación de una vez para siempre.

Además, aquellos judíos seguían creyendo obstinadamente en Jehová Dios como "el único Dios verdadero", pese a todas las desastrosas derrotas y horríficas persecuciones que han sufrido una y otra vez a través de la Era Común, lo cual ha sido para Satanás, como lo es hasta el sol de hoy, como "ascuas de fuego" sobre su orgullosa cabeza aún llena de tinieblas densas, pensamientos e intenciones de las más perversas y sádicas.

D. La raza judía se repone de nuevo después del Holocausto y de los pogromos realizados por la Unión Soviética.

Gráfica de veinte países con el número de judíos en cada uno en 2021, para el tema La mujer vestida del sol huye al desierto.“Hasta 2021, la población mundial de los judíos que se identifican como de cepa pura, fue calculada en 15.2 millones, lo cual representa el 0.19% de los 7.89 billones de la población total del mundo.

“En 1939, la población judía de cepa pura alcanzó su punto histórico más alto de 17 millones. A consecuencia del Holocausto, este número fue reducido a 11 millones en 1945. Ya para los 1970 la población había crecido hasta aproximadamente 13 millones, luego no se registró casi ningún crecimiento hasta 2005. De 2005 a 2018, ha habido un crecimiento del 0.63% en la población mundial de judíos.” https://en.wikipedia.org/wiki/Jewish_population_by_country

Para 2021, el número de judíos en veinte países. Hay judíos en por lo menos 99 países.

En 1939, había 240,000 judíos en Alemania. Hoy día, hay 116,000. En el mismo año, había 3,020,000 judíos en la Unión Soviética. Hoy día, hay 165,000 en la Federación Rusa. En 1939, había 3,250,000 en Polonia. Hoy día, solo 4,500.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


 

Próximo. La "gran batalla en el cielo".

La señal del "gran dragón escarlata". Su apariencia y acciones. Sus contrincantes. El lugar donde se libra. En qué tiempo ocurre. Las consecuencias.

 

Contenido completo del Capítulo Cinco

Apocalipsis: análisis de las profecías y visiones. Solo el TEXTO del comentario.

El contenido completo del comentario. Textos y diapositivas.

 

 

  

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