“Ocúpate en la lectura.” El apóstol Pablo aconseja al evangelista Timoteo: “Entre tanto que voy ocúpate en la lectura, en la exhortación y en la enseñanza”. 1 Timoteo 4:13. ¿La fecha de este consejo? Más o menos en el 62 d. C., durante el primer encarcelamiento de Pablo en Roma.
Pablo, ¿por qué ocuparme en la lectura, ya que hace largos años tengo el don sobrenatural que me diste?
Pues, Timoteo, para que seas un obrero aprobado por Dios, sabiendo usar bien su Palabra.
“Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que traza rectamente la palabra de verdad.” 2 Timoteo 2:15 RVA 2015
Pablo, ¿qué voy a leer?
Pues, Timoteo, ¿has leído y releído mis muchas cartas inspiradas por Dios dirigidas a numerosas congregaciones y obreros? ¿Y los escritos de otros apóstoles y hermanos inspirados?
Y tú sabes que las antiguas Escrituras del “primer pacto”, pese a la abrogación en la cruz de sus ordenanzas y ritos, como bien entiendes (Hebreos 8:8-13; 9:1-12), todavía tienen mucho valor como historia, por sus ejemplos, sus profecías sobre Cristo y su Reino, y, además, por el caudal de sus proverbios y salmos.
Ni te es prohibido leer tratados filosóficos, históricos, etcétera, de escritores no cristianos, examinándolo todo y reteniendo lo bueno (1 Tesalonicenses 5:20-21). En el areópago de Atenas, yo mismo pude traer a colación lo que habían escrito algunos poetas griegos, y esto hace mella, seguramente, en los intelectuales no convertidos a nuestro Señor (Hechos 17:22-28).
Fíjate: mi conocimiento de lo que había dicho un profeta no cristiano de los cretenses me vino bien cuando traté en mi carta a Tito, evangelista como tú, los 
deberes de los varones constituidos ancianos para nuestras congregaciones (Tito 1:10-14). Dijo uno llamado Epiménides, del siglo VI a. C.:
“Los cretenses son siempre mentirosos, malas bestias, glotones perezosos”, y yo, conociéndolos, añadí: “Este testimonio es cierto”.
Sin duda, te acuerdas de lo que escribió Salomón acerca de todo esto.
Dijo: “El hacer muchos libros es algo sin fin, y el mucho estudio fatiga el cuerpo” (Eclesiastés 12:12).
Eso, escrito unos setecientos años antes de Cristo, ¡es la pura realidad, Timoteo, hasta el sol de hoy! (siglo I). Así que, sinceramente, no te falta materia para leer, incluso, mucho material buenísimo. Y aunque, como dice Salomón, “el mucho ESTUDIO” siga siendo “FATIGA del CUERPO”, no te es justificación válida para no seguir ocupándote en la lectura.
Y ten presente que ni Facebook ni Zoom ni pueden ni deberían sustituir totalmente a la LECTURA de libros y artículos de sólido contenido redactados conforme a los reglamentos establecidos para la gramática y ortografía correctas. Sobre todo, a la lectura de las Escrituras sagradas.
Y ten presente que leer tan solo unas palabras al principio de un rollo o pergamino, o de artículos como este, para luego ir brincando de parte en parte, mirando por encimita unos trocitos o los subtítulos, o las gráficas, nada más, ¡no es leer para APRENDER y PROFUNDIZAR!
Y ten cuidado de no estar leyendo libros y pergaminos que te entretengan con filosofías huecas (Colosenses 2:8), supersticiones nocivas o creencias paganas.
Acuérdate de lo que pasó en Éfeso: que “un buen número de los que habían practicado la magia trajeron sus libros y los quemaron delante de todos” (Hechos 19:18-20). “Sus libros.” ¡Tenían muchos sobre la magia!
Tú eres un evangelista joven, pero ya no tan joven, pues, hace más de veinte años que has evangelizado juntamente conmigo, como hijo espiritual con su padre espiritual, y bien que lo has hecho, sacrificando mucho.
Mas, sin embargo, me preocupa que últimamente hayas descuidado el don sobrenatural que recibiste por la imposición de mis manos (2 Timoteo 1:6).
“Huye, pues, de las pasiones juveniles”, (2 Timoteo 2:22), no metiéndote en bibliotecas, como aquella muy grande y famosa de Pérgamo, en busca de dramas y cuentos griegos o romanos llenos de sensualidad de la más depravada y seductora.
Y ten cuidado de meterte en el Internet en busca de semejante material. Tú que eres mitad gentil mitad judío, tal vez tengas alguna debilidad oculta en esa área de tu vida mental-emocional. Hechos 16:1-3. Por eso, te animo una y otra vez: “Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina” para que “nadie tenga en poco tu juventud” (1 Timoteo 4:12-15).
Los rollos y pergaminos del apóstol Pablo. Años 64-65. Segundo encarcelamiento de Pablo. El apóstol pide al evangelista Timoteo:
“Procura venir pronto a verme… Trae, cuando vengas, el manto que dejé en Troas en casa de Carpo, y los rollos; especialmente los pergaminos.” 2 Timoteo 4:13
Pablo, “instruido a los pies de Gamaliel” (Hechos 22:3), siendo este “maestro de la ley, honrado por todo el pueblo” (Hechos 5:34), seguía valorizando sus rollos y pergaminos (libros), cargándolos hasta Troas y deseando disponer de ellos en la celda de la prisión en Roma.
Timoteo, y los tuyos. ¿Cuántos tienes? ¿Los conservas? ¿Son un tesoro para ti? ¿Te ocupas en la lectura de ellos? ¿Los consultas? ¿Acaso estén recubiertos de polvo, deteriorándose en algún rincón olvidado?
Cartas mencionadas en el Nuevo Testamento que no figuran en el canon del Nuevo Testamento.
Una carta a la iglesia en Laodicea. “Cuando esta carta haya sido leída entre ustedes, hagan que se lea también en la iglesia de los laodicenses; y la de Laodicea léanla también ustedes.” Colosenses 4:16
Una carta a la iglesia en Corinto anterior a la 1 Corintios. “Les he escrito por carta que no se asocien con inmorales sexuales.” 1 Corintios 5:9
Una carta a la iglesia en Éfeso anterior a la que integra el Nuevo Testamento. “Sin duda han oído de la administración de la gracia de Dios que me ha sido conferida en el beneficio de ustedes. Por revelación me fue dado a conocer este misterio, como antes lo he escrito brevemente. Por tanto, leyéndolo, podrán entender cuál es mi comprensión en el misterio de Cristo.” Efesios 3:2-4
¡Muchas obras escritas en el intento de “poner en orden un relato”de la vida y las obras de Jesucristo! El testimonio del Lucas, el “médico amado”.
“Puesto que muchos han intentado poner en orden un relato acerca de las cosas que han sido ciertísimas entre nosotros, así como nos las transmitieron los que desde el principio fueron testigos oculares y ministros de la palabra, me ha parecido bien también a mí, después de haberlo investigado todo con diligencia desde el comienzo, escribírtelas en orden, oh excelentísimo Teófilo, para que conozcas bien la verdad de las cosas en las cuales has sido instruido.” Lucas 1:1-4
“Por cierto, Jesús hizo muchas otras señales en presencia de sus discípulos las cuales no están escritas en este libro. Pero estas cosas han sido escritas para que ustedes crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengan vida en su nombre.” Juan 20:30-31.
“Hay también muchas otras cosas que hizo Jesús que, si se escribieran una por una, pienso que no cabrían ni aun en el mundo los libros que se habrían de escribir.” Juan 21:25
“Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para la enseñanza, para la reprensión, para la corrección, para la instrucción en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente capacitado para toda buena obra.” 2 Timoteo 3:16-17
“Estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros, para que no seamos codiciosos de cosas malas, como ellos codiciaron. Estas cosas les acontecieron como ejemplos y están escritas para nuestra instrucción, para nosotros sobre quienes ha llegado el fin de las edades.” 1 Corintios 10:6 y 11
“Y he aquí un eunuco etíope, un alto funcionario de Candace, la reina de Etiopía, quien estaba a cargo de todos sus tesoros y que había venido a Jerusalén para adorar, regresaba sentado en su carro leyendo el profeta Isaías.” Hechos 8:27-28
Discriminaciones en iglesias de Cristo. Patrones de organización congregacional. Papeles y trato de líderes.
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