Emilio plantea que si el bautismo es necesario para salvación, entonces se puede predicar
el evangelio solo donde hay agua.
”Más que un comentario una inquietud, con la condición del Bautismo, están indicando quien toma una decisión respecto a ser cristiano, es decir, según
Juan 1:12
(condición de ser hijo de Dios), entonces no tiene posibilidad de salvarse si por alguna razón muere inmediatamente de dar el paso de fe (porque cuando se predica a Cristo y se hacen decisiones no siempre se tiene el agua para inmersión) sufre un accidente y muere. Téngase presente que en los tiempos de Cristo se predicaba cerca de las aguas. Por lo cual, “inmediatamente”. ¿No les parece que el bautismo es obligatorio sí pero no como una condición de salvación?, pues si esto es requisito se tendría que estar predicando solamente junto a las aguas. Me parece que hay muchas cosas que no están al alcance de la mente humana para poder entender la mente de Dios. Es allí donde entra la fe, ¿no les parece? En el amor de nuestro Señor Jesucristo, que Dios les bendiga.”
Emilio.
¿Tiene razón? Consideremos.
1. Todo texto bíblico que trata el propósito del bautismo (inmersión), conforme al mandamiento de Cristo “bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo” ( Mateo 28:19 ), enseña que el bautismo es necesario para salvación. Por ejemplo:
a) “Bautícese… para perdón de los pecados” ( Hechos 2:38 ).
b) “Bautízate, y lava tus pecados” ( Hechos 22:16 ).
c) “El bautismo ahora nos salva” ( 1 Pedro 3:21 ).
d) “El que creyere y fuere bautizado, será salvo” ( Marcos 16:16 ).
e) “El que no naciere de agua (sumergirse en el agua) y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios” ( Juan 3:5 ). Si no puede entrar, ¡no puede ser salvo!
2. ¿Queda nulo y sin efecto para todos los seres humanos el propósito asignado por Dios al bautismo porque Don Masífico vive en medio del desierto Sahara, legito de un oasis, charco o pozo de agua? “No voy a predicar el bautismo ‘para perdón de los pecados’ ni voy a bautizar ‘para salvación’, es más, ni siquiera voy a mencionar el bautismo al hacer el llamamiento a los pecadores porque Don Seco eligió vivir en el Desierto de Atacama (Chile), no encontrándose cerca de su ranchito agua suficiente para zambullir a una persona adulta. Al parecer, Cristo no tomó en cuenta tales casos cuando incluyó el bautismo en la Gran Comisión como condición para ser salvo. Por lo tanto, es imposible que el bautismo sea para salvación.” Cualquier cristiano instruido e imparcial percibe enseguida las falacias de semejante argumentación, incluso, comprende que unos pocos casos difíciles no rinden irrelevante la ley divina. Al fin y al cabo, Dios no mandó a Don Masífico a vivir en medio del inhóspito desierto Sahara ni a Don Seco a internarse en el Atacama. Aun y con todo, de la manera que los dos se metieron en lugares desiertos, asimismo pueden tomar los pasos necesarios para llegar adonde haya suficiente agua para bautizarse, ¿no le parece a usted, estimado lector?
3. ¿Qué en los tiempos de Cristo y los apóstoles se predicara cerca de las aguas? Veamos.
a) ¿Había agua en el preciso lugar donde Ananías encontró a Saulo, exhortándole “Levántate, y bautízate, y lava tus pecados” ( Hechos 22:16 ). ¿No debían salir y buscar dónde sumergir a Saulo?
b) En la misma casa del carcelero de Filipos, ¿había agua suficiente para bautizar a él y su familia aquella noche cuando escucharon el evangelio? Negativo. Salieron de la casa, bien de madrugada, antes del alba, efectuando los bautismos fuera de la casa, pues el relato apunta que después del bautismo el carcelero los llevó “a su casa” ( Hechos 16:33-34 ).
c) Al Felipe acercarse al eunuco, tesorero de Etiopía, que iba en su carro desde Jerusalén a su país, no había agua a lo largo del camino sino que “yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado? … Y mandó parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó.” ( Hechos 8:29-40 ). Supongamos que algún predicador, evangelista o pastor típico de actualidad pudiera haber tomado el lugar de Felipe. Al llegar a “cierta agua” , ¡la hubiesen pasado sin pararse!, pues los mensajeros típicos del presente no anuncian el bautismo como requisito para salvación. “¡Qué fastidioso! ¡Qué incomodidad! Mojarse para bautizar a una sola persona. Mojarse usted, Sr. Etíope, completamente, para luego seguir su viaje. No tiene sentido. El bautismo no salva. Es necesario, pero no es esencial para perdón. Cuando llegue a Etiopía, bautícese allá a su conveniencia. Basta con hacerlo así.” Así, invalidan el mandamiento de Dios mediante sus razonamientos humanos.
4. A propósito, ¿cuántos seres humanos no viven cerca, o al menos bastante cerca, de fuentes de agua donde pudieran bautizarse? La naturaleza de nuestro cuerpo físico nos obliga a vivir donde hay agua potable. Además, podemos bautizarnos en casi cualquier cuerpo de agua, incluso estanques, pozos, charcos, ríos, lagos, bahías, aun en una bañera o barril grande. La persona que escucha proclamadas bíblicamente las condiciones de la Gran Comisión, entre las cuales figura el bautismo para perdón, no descansa hasta encontrar agua suficiente para sumergirse en ella de acuerdo con el propósito divino. ¿No estar dispuesto a pasar ningún trabajo para obedecer la voluntad de Dios? ¿Ni siquiera andar o viajar determinada distancia para bautizarse? Hay razón para cuestionar la fe y el compromiso de tal persona. ¿Y qué tal si sufre un accidente mortal antes de llegar al lugar adonde se dirige para bautizarse? En tal caso, ¿quién duda de la misericordia de Dios? Con todo, es evidente que Dios no ofrece salvación a los que, capaces de acatar su voluntad, rehúsan hacerlo, apoyándose en posibles excepciones hipotéticas. “No voy a predicar el bautismo como esencial para salvación porque cabe la posibilidad de que alguien sufra un accidente mortal camino a bautizarse.” Sin embargo, Dios, Cristo y el Espíritu Santo siguen enseñando el bautismo “para perdón de los pecados” , y lo enseña exactamente así todo fiel ministro del Nuevo Testamento. Quienes no lo enseñan darán cuenta por su perversión de la sana doctrina.
5. Juan 1:12 no anula Juan 3:1-7 . Creer no rinde innecesario para salvación el nacer del agua. La verdadera fe impulsa al alma instruida bíblicamente a las aguas bautismales. De manera que los que creyeron la Palabra predicada en el Siglo I se bautizaron enseguida para perdón. Debe suceder asimismo en el día de hoy. Pero, trastornan el plan y el propósito de Dios los predicadores que se interponen con su evangelio incompleto de “salvo solo por fe”. He aquí la doctrina humana que ofusca y tuerce la doctrina inspirada del bautismo. La persona que oye el evangelio puro en su totalidad, cree y se arrepiente de sus obras malas, no suele resistir el bautismo. Al contrario, al escuchar la doctrina bíblica al respecto, pide gozosamente el bautismo. Quienes complican el tema del bautismo, levantan barreras a su ejecución bíblica, lo aplazan, restan de su importancia y lo objetan para salvación son los predicadores y maestros de la escuela teológica calvinista de “salvo solo por fe”. Más sabio será hacerle caso a Cristo y los apóstoles, ya que “el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe” ( Santiago 2:24 ). Claro está que el acto de obedecer la verdad lo valida la sangre derramada en la cruz. “Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro” ( 1 Pedro 1:22 ). ¡Amén!
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