Capítulo 1 del Análisis

Consideraciones iniciales para
el estudio del libro de Apocalipsis

 Parte 1

El origen de Apocalipsis

El Dios Todopoderoso es el autor de Apocalipsis, y, por consiguiente, el libro tiene su origen en su mente, en los Cielos donde él reside. Esto se afirma en las mismitas primeras palabras de Apocalipsis.

 “La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan.” Apocalipsis 1:1

Así que, el Dios y Padre de Jesucristo (Apocalipsis 1:5-6), que da vida a todas las cosas” y que es “el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver”, (1 Timoteo 6:13-16) ¡es el SER que concibe y compone Apocalipsis, dándoselo a su Hijo Jesucristo!

¡Una aseveración tan sencilla! Pienso que su llana y pura simplicidad haya de desarmar, aunque siquiera un poquito, cualquier objeción que aflore en la mente objetiva. Siendo, quizás, la reacción inicial algo como: “¿Por qué dudarlo?” Ni siquiera una salutación al principio del libro. Tan solo una afirmación clara y franca compuesta de palabras comunes y corrientes.

¡Y tan profunda! Una “revelación” de “las cosas que deben“pudieran” no, sino “DEBEN”- “suceder” comenzando en el futuro cercano. Una “revelación” por aquel Jesús de Nazaret que fue crucificado en Jerusalén cerca de 30 d. C. ¿Cómo llegaría él a poseer esa “revelación”? ¡Su Padre Dios se lo dio! ¿Dónde? En el Cielo, pues Jesús había salido del planeta Tierra 65 años antes de que Apocalipsis fuese dado al apóstol Juan, hecho que confirmaremos al responder a la pregunta: ¿Cuándo fue escrito Apocalipsis? 

¡Y tan abarcadora! ¿Por qué fue dada la “revelación”? La respuesta dada por el propio Dios: “…para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto”. Seres en el Cielo; seres en la Tierra. Comunicación entre ellos sobre eventos futuros y situaciones de tanta importancia que ameritan una revelación sobrenatural. O sea, interacción y comunicación en muy gran escala.

 

El libro de Apocalipsis

De Dios el Padre a su Hijo Jesucristo, a un ángel, al apóstol Juan, a los siervos de Dios en la Tierra, a todos los habitantes de la Tierra mediante la iglesia que Jesús edificó.

Si esta no es la verdad, entonces, ¡habría de categorizar a Juan entre los más grandes y astutos engañadores de todos los tiempos!

“Ven acá, Juan. Tú mismo escribisteis todas esas historias que tú llamas ‘Apocalipsis”, desde el principio hasta el fin, inspirado, sin duda, por la demás literatura apocalíptica de tus tiempos. Con la diferencia de que tú eres más inteligente, expresándote de tal manera como para hacer pensar que lo que escribiste saliera de alguna fuente sobrenatural. Sí, pues, tú eres tan asombrosamente atrevido como para afirmar en las primeras palabras de tu composición que lo que escribes ¡son palabras de Dios! Mas, sin embargo, eso no es así, sino que embaucas al lector ingenuo. Sr. Juan, yo, de mi parte, declaro que Apocalipsis es tu propia creación fantasmagórica, mística y supersticiosa desarrollada en el seno de tu cristianismo tal cual se desenvolvió en los años avanzados de tu vida y conforme a tu propia teología-cosmología. Cuando ese Jesús de Nazaret te llamó a seguirle, tú no eras nada más que un simple hombre ‘sin letras y del vulgo’ (Hechos 4:13), mas, ¡caracoles!, a través de los años ¡llegasteis a ser todo un intelectual bien preparado! Aun escribiendo el griego con notable dominio y alucinante estilo, colorido, vigor, figuras retóricas. ¡No me explico! De todos modos, la mayor parte de tu ‘Apocalipsis’ no tiene sentido alguno para ninguno de nosotros que vivimos estos tiempos modernos iluminados.”

“No tiene sentido alguno”, no para todos y cada uno, sin excepción, sino, mayormente, para las personas con poca espiritualidad, poco conocimiento de la Biblia e historia, poca concienciación de dónde estén parados actualmente en la línea del tiempo por el que sigue rodando el planeta Tierra, poca o ninguna apreciación por la imaginería simbólica y lingüística, poco interés en estos temas, pese a que bien puedan determinar destinos eternos, etcétera.

 

 

Tal cual el resto del Nuevo Testamento, Apocalipsis contiene una poderosa mixtura impresionante tanto de lo positivo como de lo negativo. Mientras leerlo y estudiarlo objetivamente, con el debido respeto para su Autor, trae bendiciones, tratarlo desdeñosamente, aun burlonamente, acarrea lo contrario.

 

 

 

 

Personalmente, mi convicción fuerte es que ningún ser realmente inteligente y objetivo con amplio entendimiento de Apocalipsis jamás haría acusaciones tan crasas contra el apóstol Juan, y respaldo mi convicción con la abundantísima data registrada en este comentario. Pues, no son solo las palabras iniciales de Juan las que suenan a verdad sino una porción sustancial, para no decir el todo, ¡del libro entero!

Desde luego, se requiere mucho estudio de algunas escenas y proyecciones, al igual que de la historia no alterada, para apreciar la verdad y la lógica de ellas. Definitivamente, Apocalipsis no es para los intelectos holgazanes ni para “los indoctos e inconstantes” que “tuercen” lo que hallen “difícil de entender” o apreciar en la Biblia. 2 Peter 3:16. El sentido común los instruiría a cohibirse de emitir públicamente opiniones, interpretaciones, o aplicaciones sobre los textos difíciles de Apocalipsis hasta no haber crecido grandemente en estatura intelectual-espiritual. El libro es para aquel “que usa bien la palabra de verdad”, de la que Apocalipsis es una parte importantísima. 2 Timoteo 2:15; 1 Timoteo 4:12-16

De acuerdo, algunas de estas afirmaciones y observaciones atañen a la categoría de lo subjetivo, mas, sin embargo, pienso que no carezcan enteramente de peso.

Así que, todos aquellos escenarios espectaculares y poderosos dramas de Apocalipsis fueron formados en la mente de Dios el Padre antes de ser entregados a su Hijo Jesucristo. Bien que los grabara en un chip de altísima velocidad, dándoselo a Jesús, o que usara algún medio celestial mucho más sofisticado para comunicárselos, pues no me atrevo a especular, y, de todos modos, no viene al caso. El CASO es: si todo lo que hay en Apocalipsis tuvo su origen en la MENTE de DIOS, ¡HA DE SER DE SUPREMA IMPORTANCIA! No podía ser una mera mezcolanza de misticismo y mitología religiosos sin sentido, de disparates proféticos indescifrables.

 

DIOS, que habita en luz inaccesible”, es EL SER que originó el LIBRO de APOCALIPSIS.

 

Digo, tal es el CASO si tú crees, como creo yo, apoyándome en una montaña de evidencia, que el Dios de la creación y de la Biblia es cuerdo, honesto, veraz, supremamente inteligente, y todo menos un elaborador arrogante de fantasías religiosas. Entonces, seguramente él no daría “a sus siervos”(Apocalipsis 1:1) un documento tan raro, denso, enrevesado, oscuro, profundo, y mitológico que una porción mayor de él carecería de valor alguno. ¿Estás de acuerdo?

Conforme a esa afirmación tan llana y clara de Apocalipsis 1:1, cuatro seres desempeñaron roles distintos en el procedimiento de dar a conocer a la iglesia, y por medio de la iglesia, a toda la humanidad (Efesios 3:10-11), el libro de Apocalipsis, circunstancia que de por sí añade importancia a la obra. Tres seres celestiales y un ser humano. Los cuatro son:

Dios el Padre es quien concibió el libro y compuso su mensaje.

Jesucristo recibió de su Padre el contenido del libro.

Un ángel recibió de Jesucristo “la revelación”.

El apóstol Juan recibió del ángel “la revelación”.

Aquí, en la Tierra, ¿quién escribió el libro de Apocalipsis?

Lo hizo el apóstol Juan. Él mismo afirma haber recibido Apocalipsis, juntamente con la orden de Dios el Padre y de Jesucristo de escribirlo “en un libro”.

Apocalipsis 1:1. Dios “la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan, que ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que ha visto”.

Apocalipsis 1:4. "Juan, a las siete iglesias que están en Asia…"

Apocalipsis 1:9. "Yo Juan… estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo. Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta, que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia: a Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea.”

Apocalipsis 22:8. "Yo Juan soy el que oyó y vio estas cosas …”

Los siguientes escritores del siglo II y la primera parte del siglo III de la Era Cristiana testifican que el apóstol Juan recibió y escribió el libro de Apocalipsis:

Justino Mártir (c. 100 – c. 165 d. C.), Ireneo (130 – c. 202 d. C.), Clemente de Alejandría (150 – 215 d. C.), Origen de Alejandría (185 – 254 d. C.), Tertuliano (Quintus Septimius Florens Tertullianus. Cerca de 155 d. C. hasta 200 d. C.), e Hipólito de Roma (170 – c. 235 d. C.).

¿Dónde fue recibido y escrito Apocalipsis? 

See the source image“…en la isla llamada Patmos.” Apocalipsis 1:9

La ubicación de Patmos, su tamaño, y topografía.

Patmos​ (en griego Πάτμος, Pátmos) es una pequeña isla griega del archipiélago del Dodecaneso, en el mar Egeo. ​www.wikipedia.org/Patmos

“La isla tiene 10 millas de largo y más o menos 6 de ancho en el área de la costa norteña. Rocosa casi toda la isla. El Monte Elías es el punto más alto, con 240 metros de alto (800 cientos pies). Tal cual Grecia y el área adyacente de Asia Menor, no hay árboles. En los tiempos romanos, Patmos era uno de muchos lugares donde el Imperio Romano desterraba a los que exiliaba. En 95 d. C., según la tradición de Ireneo, Eusebio, Jerónimo y otros, Juan fue exiliado en la isla, en el año décimo cuatro del reinado de Domiciano, de donde regresó a Éfeso durante el reinado de Nerva (96 a. C.).

The International Standard Bible Encyclopedia.

https://www.studylight.org/encyclopedias/eng/isb/p/patmos.html

Vista aérea de la isla de Patmos donde el apóstol Juan fue desterrado y donde recibió las profecías y visiones recopiladas en el libro de Apocalipsis.

 

La isla de Patmos. El apóstol Juan se encontraba exiliado en la isla de Patmos cuando recibió el contenido audiovisual de Apocalipsis.

La razón por la que Juan se hallaba en Patmos:

Había sido desterrado a la isla por causa de la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo. Apocalipsis 1:9

 

 

 

 

 

 

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Próximo tema. Parte 2. El significado de la palabra griega traducida “Apocalipsis”. ἀποκάλυψις

 


 

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