¿Es bíblico orar por la conversión de pecadores?

Elementos psicológicos o carnales introducidos para mejorar el culto a Dios y las actividades de la iglesia.

"Orar tomados de las manos"

Estas personas están orando cogidas de las manos. ¿Aumenta esta posición, este contacto humano, la efectivdad y el poder de la oración?
Tomadas de las manos, estas personas están orando. ¿Aumenta la efectividad y el poder de la oración este contacto humano? ¿Se encuentra en la Biblia precedente para semejante forma de oración?

I.   Comenzamos con la siguiente afirmación: Al escudriñar los ejemplos de personas en el Nuevo Testamento que oraban y estudiar instrucciones bíblicos sobre cómo orar, no se encuentra evidencia alguna para la práctica de orar tomados de las manos los orantes.

A.   A continuación, algunos ejemplos bíblicos de creyentes que oraron juntos.

            1.   Los aproximadamente ciento veinte que “perseveraban unánimes en oración” (Hechos 1:14) “en el templo” (Lucas 24:52-53) durante los diez días entre la ascensión de Cristo y Pentecostés.

            2.   La congregación en Jerusalén (Hechos 4:23-31). “Alzaron unánimes la voz a Dios, y dijeron: Soberano Señor...”

            3.   Los que oraban en la casa de María (Hechos 12:12). Pedro “llegó a la casa de María la madre de Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos, donde muchos estaban reunidos orando.”

            4.   La congregación de Antioquía de Siria (Hechos 13:1-3). “Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron.”

            5.   Pablo y los ancianos de Éfeso (Hechos 20:36-37). “Cuando hubo dicho estas cosas, se puso de rodillas, y oró con todos ellos. Entonces hubo gran llanto de todos; y echándose al cuello de Pablo, le besaban.”

            6.   La congregación en Tiro (Hechos 21:5). “Cumplidos aquellos días, salimos, acompañándonos todos, con sus mujeres e hijos, hasta fuera de la ciudad; y puestos de rodillas en la playa, oramos. Y abrazándonos los unos a los otros, subimos al barco, y ellos se volvieron a sus casas.”

B.    Una sola posición física se describe en estos ejemplos, a saber: orar “puestos de rodillas”, según los ejemplos cinco y seis.

            1.    Ya que se relata este detalle, pero nada se dice sobre tomarse de las manos, se deduce que no se tomaran de las manos durante la oración, pues de haberlo hecho, sería lógico pensar que tal detalle también se hubiese notado en el relato.

            2.   Cotejando estos ejemplos, observamos que cualquier contacto físico que hubiese entre las personas que oraban juntas en aquel tiempo de la iglesia primitiva se daba después de la oración y no durante el acto de orar.

a)   Pablo y los ancianos de Éfeso (Hechos 20:36-37). Después de orar, “hubo gran llanto de todos; y echándose al cuello de Pablo, le besaban.” Se echan al cuello de Pablo y le besan después de la oración. El contacto físico se da después de la oración. Reiteramos para énfasis: esta intensa manifestación emotiva de los hermanos en Cristo se da después de la oración.

b)   La congregación en Tiro (Hechos 21:5).  Se abrazan después de la oración y no durante el acto de orar.

C.   Conclusión. ¿Por qué no hubo contacto físico entre los creyentes del Siglo I cuando oraban juntos? ¿Por qué no se cogían de las manos? Considere:

1. Orar es un acto sumamente espiritual en el cual, lógicamente, lo carnal o lo material no debiera tener parte, pues la carne y las cosas materiales tienden a restar de lo espiritual, diluyéndolo y debilitándolo.

2.   El que ora, habla con Dios. El creyente bien espiritual no permite que nada carnal o material interfiera con esta comunicación espiritual. No permite que lo carnal o lo material le distraiga. El contacto físico tiende a distraer a la mente, y, por ende, al espíritu.

3.   Apoyan estas observaciones no solo las instrucciones del Señor sobre cómo orar, sino también su propio ejemplo,.

a)   “Cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto” (Mateo 6:6). Es decir, orar sin distracciones.

b)   “Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba” (Marcos 1:35).

c)   “Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte ; y cuando llegó la noche, estaba allí solo” (Mateo 14:23).

d)   “Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró” (Lucas 22:41). Es notable que ni siquiera en el huerto de Getsemaní, cuando el Señor contemplaba con agonía el cruel sufrimiento de morir crucificado, convidaba él a los apóstoles a formar un círculo con él y orar tomados todos de las manos. En aquella misma ocasión les manda: “Orad que no entréis en tentación” (Lucas 22:40), pero no los invita a orar con él sino que “se apartó de ellos... y puesto de rodillas oró.”

e) Durante todo su ministerio en la tierra, ¿convocó el Señor alguna vez a los apóstoles para que oraran todos juntos tomados de las manos? No hay siquiera la más mínima intimación de que semejante cosa sucediera.

f ¿Por qué se alejaba Cristo de los apóstoles y de las multitudes para orar aparte? Obviamente, porque la oración es, tal y como lo enseña Cristo mismo, un acto muy personal y espiritual, realizado mejor estando el que ora a solas. De haber estado con Cristo en aquel tiempo los que abogan en la actualidad la práctica de orar en grupos tomados de las manos, sin duda le hubieran exhortado: “Antes de proseguir con estas giras por las ciudades y las aldeas de Judea, vamos a cogernos de las manos y orar. Los incrédulos están amenazándonos de muerte. ¡Hay que orar tomados de las manos para que el Padre atienda nuestras peticiones y nos libre de la boca del león! Vamos a hacer un círculo y orar, orar, orar.”

II.   La innovación que no pocos abogan y practican: Orar tomados de las manos. La introducen no solo para reuniones en los hogares, ágapes y otras actividades semejantes, sino también para el culto de la iglesia. Exhortan: “Vamos a cogernos de las manos y orar.”

            A.   Esta innovación no se puede derivar de ningún ejemplo o instrucción bíblica. Ya hemos considerado las evidencias.

            B. ¿Cuáles son las bendiciones o las ventajas de esta innovación?

                        1. ¿Hace más eficaz, más poderosa, la oración? ¿Es más poderosa la oración de los cristianos que oran tomados de las manos que la oración de los cristianos que oran sin cogerse de las manos? ¿Impresiona más a Dios? ¿Hace que preste atención más pronto? ¿Hace que responda más positivamente? Si se responde en lo afirmativo a estas interrogantes, entonces surge una inquietud grave: ¿por qué no nos lo dijo el Espíritu Santo en el Nuevo Testamento? De ser más escuchada, más eficaz, más poderosa la oración de quienes oran tomados de las manos, le incumbía a Dios revelárnoslo a todos por igual para que todos los cristianos en todo lugar oremos así.

                                    a) ¿A Dios le importa el contacto físico entre dos o más personas que oran juntas? Si a Dios no le importa, ¿con qué razón le damos importancia nosotros?

                                    b)    Argumento ad absurdan (basado en lo absurdo): Si cogerse de las manos hace más eficaz, más poderosa, la oración, para intensificar aún más su poder, ¡debemos abrazarnos y quedarnos así abrazados durante toda la oración!

                                    c)    En cuanto al contacto físico entre seres humanos durante actos de culto, consabido es que algunos paganos de tiempos pasados adoraban a sus ídolos, entregándose aun a la fornicación en los templos de sus dioses falsos.

                        2.   Nos dicen que cogerse de las manos para orar es una señal palpable de unidad entre los que practican esta manera de orar.

                                    a Replicamos: será una señal palpable, o sea, visible, pero tal señal no garantiza que haya perfecta unidad, ni de doctrina ni de espíritu, entre los que se cogen de las manos para orar. Se cogen de las manos, pero ¿están todos “perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer” ? ¿Creen exactamente lo mismo? ¿Sienten lo mismo?

                                    b)   Añadimos: los cristianos del primer siglo “alzaron unánimes la voz a Dios” (Hechos 4:23-31), manifestándose perfectamente unidos, ¡sin tener que exteriorizar su unidad mediante la acción física de cogerse de las manos!

                        3.   Nos explican que los que oran tomados de las manos se sienten más unidos el uno al otro en la oración. Más solidaridad es lo que sienten. Corre entre ellos como una corriente electrizante que aviva a todos con el fuego del Espíritu. Preguntamos:

                                    a)   Y estos sentimientos y sensaciones, ¿hacen más eficaz la oración? ¿Son esenciales para que Dios escuche la oración? De ser así, ¿por qué no nos lo explicó él mismo en su revelación?

                                    b)   ¿No podemos experimentar entre nosotros la plenitud de la unidad de la fe y de nuestra esperanza, sin cogernos de las manos en oración?

                                    c)   ¿ Es débil o es fuerte el cristiano a quien le hace falta el contacto físico con otros cristianos para que experimente la presencia del Espíritu Santo en su vida, ore con fe o se sienta más unido a la iglesia?

                                                (1)    Es débil, y aun carnal, porque el contacto físico no debe ser jamás condición para vivir y orar “en el Espíritu” (Efesios 6:18).

                                                (2)   El cristiano maduro y fuerte en el Señor es capaz de mantenerse en pie, trabajar y orar eficazmente, aun cuando no cuente con la presencia de otros cristianos. El contacto físico con ellos no es esencial para que sobreviva y triunfe en su lucha espiritual. Estará lleno del Espíritu y orará “en todo tiempo con toda oración y súplica” (Efesios 6:18), aunque nunca haya ningún otro cristiano que lo acompañe. Mejor es ser acompañado, pero no caerá aun cuando se encuentra a solas.

            4.   Cogerse de las manos en oración, ¿cae en la misma categoría de otras manifestaciones físicas tales como los abrazos de Hechos 21:6 y los besos de Hechos 20:37?

                        a) En Tiro, los abrazos entre Pablo, sus compañeros de viaje y los miembros de la congregación local, no constituían un acto de culto. Tampoco los besos de los hermanos de Éfeso quienes se despedían de Pablo echándose a su cuello y besándose. En cambio, cogerse de las manos en oración se constituye un acto religioso introducido e implementado para aumentar la eficacia de la oración.

                        b) El abrazo o el beso entre hermanos de la fe suele durarse un instante, nada más. En cambio, el contacto físico mediante el acto de orar tomados de las manos suele durar el tiempo que dura la oración. Si la oración dura tres minutos, el contacto dura tres minutos; si dura cinco, diez o quince minutos, el contacto físico dura cinco, diez o quince minutos. El prolongado contacto físico de esta índole entre cristianos no es natural, ni conviene, como veremos a continuación.

C.   Desventajas y peligros que detectamos en la innovación de orar tomados de las manos.

            1.   El contacto carnal siempre tiende a distraer a la mente de lo espiritual.

            2.   El prolongado contacto carnal mediante quedarse tomados de las manos los varones o las damas, o los varones y las damas, por tres, cinco, diez o quince minutos no es una relación natural. Puede hacer divagar la mente, y, por ende, al espíritu.

            3.   Es preciso analizar las distintas circunstancias que pueden presentarse:

                        a)   Dos, tres o más varones tomados de las manos. Considerar las implicaciones sexuales del contacto físico prolongado entre personas del mismo sexo. ¿Despierta tal contacto pensamientos acerca del homo sexualismo rampante del tiempo presente? Quizás nunca despierte en ningún varón cristiano ninguna tentación relacionada con el homosexualismo. Quizás. Pero, ¿no es cierto que aun en la iglesia de Cristo no ha faltado quienes defendieran o justificaran el homo sexualismo?

                        b)   Dos, tres o más damas cogidas de las manos. Aplican las mismas consideraciones hechas en la partida “a” arriba.

                        c)   Jóvenes y señoritas tomados de las manos. ¿Son los integrantes de este grupo tan espirituales que ni sienten el contacto físico? Si son tan espirituales, ¿por qué hace falta el contacto físico? ¿Qué pensamientos cruzan la mente de los jóvenes que se cogen de las manos para orar? ¿Son todos sus pensamientos netamente espirituales? ¿Aumentan la espiritualidad y el poder de sus oraciones porque están tomados de las manos? O, ¿aumenta el elemento carnal?

                        d)   Un varón casado entre dos mujeres, no siendo ni la una ni la otra su esposa. ¿Es tan y tan espiritual tal varón que ni entra en su mente el factor del contacto físico? Si es tan espiritual, ¿por qué hace falta el contacto físico?

                        e)   Una dama casada entre dos varones, no siendo ni el uno ni el otro su marido. ¿Es tan y tan espiritual tal dama que ni entra en su mente el factor del contacto físico? Si es tan espiritual, ¿por qué hace falta el contacto físico?

                        f)   Solteros y solteras que se cogen de las manos. ¿Son tan espirituales que ni sienten el contacto físico? Si son tan espirituales, ¿por qué hace falta el contacto físico?

                        g La presencia de hermanos o hermanas carnales (impíos, sensuales, inmorales) en el círculo de oración. ¿Crecen espiritualmente los creyentes de esta categoría mediante el contacto físico con cristianos más maduros y estables?

4.   Es difícil cogerse de las manos por tres, cinco o diez minutos sin mover los dedos o las manos. Cualquier movimiento se nota, y puede distraer de lo espiritual, aun interpretándose dentro del contexto carnal.  

            a.   Apretar la mano demasiado fuerte.

            b.   Apretar la mano muy flojo.

            c.   Soltar la mano. Cogerla de nuevo.

            d.   Mover los dedos.

            e.   Sudarse las manos.

5.   Todas estas consideraciones nos llevan a la conclusión de que la innovación de orar tomados de las manos es una nueva práctica nociva para cualquier grupo de cristianos o cualquier congregación.

 

  

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