Nota del administrador de editoriallapaz.org. Por las estadísticas divulgadas en el siguiente artículo, como también por el descubrimiento, conciso y preciso, de muchos males que están alejando a pentecostales y evangélicos cada vez más lejos de Cristo y su “sana doctrina”, decidimos incluirlo entre los recursos de nuestra Web. Recomendamos leerlo detenidamente, particularmente, que lo lean los “pastores” y “predicadores”, pues estos son quienes conducen a multitudes de ovejas por caminos tenebrosos de apostasía. Homero S. de Álamo. 

“Pastores en Cristo (o en Crisis)” 

De cada diez pastores, solo uno termina su carrera en victoria.

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Por Hno. Rafael Navarro SSJ

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Ciudad Huaraz, México
 

Preámbulo 

“Hace unos días, el Canal 38 de Televisión de El Paso, Texas, transmitió el programa Respuestas, que en el mes de octubre ha abordado un tema sumamente importante, como es la visión de la iglesia evangélica en los tiempos modernos y la necesidad de continuar la Reforma iniciada por Calvino y Lutero. Me permití hacer una síntesis de dos de los programas por lo impactante que se me hizo el tema, ya que habla de los Pastores cristianos en Estados Unidos, aunque estoy seguro que el documento tiene una vigencia universal. No es ninguna alusión a ningún personaje o pastor. Creo que todos somos aludidos en ese análisis descriptivo de lo que están viviendo las iglesias. Si no tiene inconveniente, le pido que lo difunda. Creo que servirá para que algunos siervos de Dios enciendan sus luces amarillas. Un saludo en Cristo… Hno. Rafael Navarro.” 

 

Síntesis hecha por el Sr. Rafael Navarro de información transmitida por el Canal 38 de Televisión, El Paso, Texas, en octubre del 2010.

 

“Las cifras son aterradoras: uno de cada ocho pastores en Estados Unidos ha caído en adulterio; ciento cuarenta y seis pastores cayeron (en pecados graves, mal manejo económico o abandonaron del ministerio) en veinticuatro meses.

En síntesis, tres pastores, diariamente, abandonan los púlpitos, según un estudio referido en un influyente libro que circula en Estados Unidos. El libro y estos datos fueron comentados por el Pastor Miguel Núñez, conductor del Programa televisivo Respuestas.

De los tres grandes evangelistas de Estados Unidos, el único que terminó ‘bien’ su ministerio fue Billy Graham (tiene 40 años como pastor y ya está retirado). Los otros dos abandonaron sus ministerios: uno se retiró y dijo que “ya no era cristiano”; y el otro se volvió alcohólico.

Cada mes, en los Estados Unidos, ciento cincuenta pastores son corridos de sus iglesias por incurrir en desfalcos económicos o cometer actos sexuales que ofenden a Dios y a su Iglesia.

De los que inician su carrera de pastor, pocos terminan bien. De cada diez que inician un ministerio como pastores, uno termina su carrera en victoria.

Las piedras de tropiezo son visibles. La primera es el orgullo, pues esa conducta nefasta y anticristiana nos lleva a una dirección que no tiene objetivo ni final feliz. El orgullo es descrito como un camino sin retorno; el ego no permite el regreso y cuando lo queremos hacer, ya es demasiado tarde.

No escuchamos a Dios y empezamos a cometer otros errores y pecados que se convierten en abominación para el evangelio.

El problema sexual es otro problema grave dentro de la iglesia, y otro igual de delicado es la mala doctrina, que nos lleva al sótano de la fe, a lo infructuoso de la vida cristiana, a la confusión.

Los pastores orgullosos no saben y no quieren compartir el ministerio; nadie los complace. Por eso, caminan solos como pastores y como individuos. No son prestos a cuestionamientos; son personas incuestionables, según su visión.

Son personas que creen saberlo todo, que tienen todo el control. Se visten de inseguridad todos los días y tienen miedo a perder el control, su posición. Tienen miedo de los que están más preparados que ellos. Son prófugos del consejo.

El orgullo hace que la iglesia gire alrededor de uno mismo. El pastor orgulloso necesita del espejo de la adulación y el aplauso para vivir.

Contrario a lo que establece la Escritura, es difícil que una oveja se acerque a un pastor orgulloso.

El cuerpo de gobierno de la Iglesia es incapaz de enfrentar a un pastor orgulloso, porque siempre está a la defensiva. Es conflictivo (a), y siempre tiene una manera de defender su posición y su punto de vista.

Se vuelve idólatra de sí mismo y se convierte en vulnerable al tropiezo. Se cree autosuficiente. Trabaja solo y cree tener todas las soluciones.

El orgullo afecta la relación con Dios. Es la piedra número uno de tropiezo de la caída del hombre.


Reformar la Iglesia

 

“Y aún y con lo que acontece, nos preguntamos: ¿es el tiempo de reformar la iglesia? Veamos los siguientes puntos.

La predicación se ha modificado radicalmente. Las Buenas Nuevas en los púlpitos no tienen efecto sobre las almas, mucho menos en la visión del pastor.

El propósito de ‘Salvar a los perdidos’ es una ordenanza de Dios y solo se salvan cuando los individuos “no viven en pecado, porque se han arrepentido de su vida pasada”.

Los predicadores (pastores) somos representantes del contenido de la revelación. No estamos en el púlpito para dar nuestras opiniones personales, nuestra visión de la Iglesia, sino para dar, a la medida de nuestras posibilidades, lo que Dios ha revelado en nuestras vidas. No estamos para dar a conocer nuestros sueños, nuestras anécdotas, sino una revelación de Dios de una forma clara y convincente.

El problema no son los predicadores efusivos (esa es la forma que adoptan algunos). Lo que importa es el contenido de la predicación (el fondo).

La mejor predicación es la expositiva, la que nos confronta con Dios y la que expone nuestro testimonio como base de esa predicación. Nadie puede ofrecer un producto como una maravilla, si no lo ha probado.

El estilo de Jesús era contundente: él creía lo que predicaba; lo vivía. Además, cada palabra que pronunciaba tenía un poder de cambio.

En los hechos de los Apóstoles, en el primer sermón de Pedro, él habló de Jesús Crucificado y los que oyeron dijeron: "¿qué haremos?" Y Pedro dijo: “…arrepentíos y bautícese en el nombre de…”

Los predicadores actuales no predican con credibilidad y denuedo porque tienen miedo de ofender a los que los oyen. La predicación de la verdad es ofensiva; una cosa es que el predicador ofenda y otra que la palabra nos ofenda.

La predicación está centrada en el hombre. ¿Y cómo podemos evaluar si está centrada en Dios? La predicación centrada en el hombre busca bendecir al hombre, ofrecerle comodidad, hacerlo sentir bien para que regrese a los cultos.

La iglesia ha domesticado a Jesús. Han diluido el evangelio en busca de su comodidad y en busca de más almas. A mayor cantidad de miembros, mayor cantidad de recursos.

Hay llamados permanentes a “a recibir a Cristo, pero no un llamado al arrepentimiento”. Nadie va al cielo porque ha recibido a Cristo en su corazón, sino por su arrepentimiento, por pasar de muerte a vida al ser lavado por la sangre de Jesús. Lo invitamos a nuestro corazón pero no le pedimos perdón. Tenemos en nuestras iglesias muchos cristianos sin perdón y sin arrepentimiento.

En el afán por salvar al individuo estamos dejando a Dios ofendido. El evangelismo debe de estar centrado en el sacrificio de Cristo en la Cruz, no en la persona que predica. En los actos evangelísticos se anuncia la llegada o visita de grandes predicadores, pero pocas veces se anuncia la visita de Jesús.

Jesús, Juan, Pedro y Pablo hablaron del arrepentimiento. A veces, decimos a la gente que “no haga nada”, que Dios nos cambia, y eso es un error. El que se entrega a Dios y se arrepiente cambia porque es nueva criatura.

La famosa ORACIÓN DE FE no salva. No se puede entrar al Reino de los Cielos con esa oración. Si no hay arrepentimiento de los pecados, no se puede entrar al reino de los cielos.

La reforma de la iglesia, encabezada por Lutero y Calvino tiene su repercusión e impacto en la iglesia evangélica moderna. Es verdad que la iglesia del Medievo quedó muy atrás, pero se repiten conductas graves de aquellos tiempos.

La iglesia se ha olvidado de Cristo. Las predicaciones no están centradas en Dios sino en el hombre.

Hemos olvidado la cruz y la iglesia de hoy es antropomórfica: seguimos a los hombres.

Estamos predicando comodidad, prosperidad y esos temas no fueron la visión de Cristo.

Pero, se olvidan las estadísticas: en los Estados Unidos, uno de cada ocho pastores ha cometido adulterio.

Si usted se aleja del líder que lo ha defraudado, no se aleje de Dios.

Más de 146 líderes cayeron en 24 meses, lo que equivale a tres líderes por semana.

Caen por el alejamiento de la palabra, endiosamiento (se creen pequeños dioses), el orgullo, idolatría al hombre, falta de rendición de cuentas (el líder actual es incuestionable).

 

El peligro mayor del siglo XXI será religión sin Espíritu Santo, iglesia sin Cristo, gobiernos sin Dios.

El hombre es una factoría de ídolos. Caen unos y se levantan otros; siempre estamos detrás de los ídolos. La maquinaria que destruye los ídolos es una predicación centrada en Dios.

El llamado de los pastores no es para convertir a personas como se cambia de partido político, sino está enfocado a que las ovejas sean fieles al llamado de Dios. Nuestro llamado es predicar la palabra como la predicó Jesús.

Las piedras de tropiezos de los líderes son:

 

1.  Orgullo

2.  Mala actitud

3.  Avaricia

4.  Holgazanería

5.  Mala doctrina 

6.  Mal testimonio familiar 

7.  Malas costumbres 

8.  Envidia 

9.  Estancamiento espiritual 

10.  Hijos de líderes en rebeldía que desacreditan el testimonio 

11.  Adulterio y otros pecados sexuales.

Las ovejas las compró Cristo; no son nuestras. Nadie nos roba lo que es nuestro. Las ovejas no se las roban los otros pastores, sino las pierde un mal pastor que no sabe atenderlas.

Dios los bendiga.

Hno. Rafael Navarro “

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