Intercambio entre José Quintero
y Homero S. de Álamo
“Campbellitas”, “confesión de fe”, “salvo por gracia”, “trinitario”, “iglesia de Cristo”, “pentecostalismo” y “bautismo”.
-El Sr. José Quintero pregunta:
-“¿Ustedes son campbellitas?”
-El Sr. Homero de Álamo responde:
-“¿Qué cosa es un "campbellita"? Personalmente, yo soy "cristiano", como en Hechos 11.26.”
-Contesta el Sr. Quintero:
-“Que salieron de una división dentro de la iglesia bautista causada por Campbell. Inclusive, ¿usted tiene algo que ver con la Iglesia de Cristo de Bayamón? ¿Ustedes son trinitarios? ¿Creen en la salvación por gracia? ¿En qué creen? ¿Dónde está su confesión de fe"?
-Responde el Sr. Homero:
“Estimado Sr. José Quintero:
El Nuevo Testamento de Jesucristo no menciona tal cosa como una "confesión de fe". El único credo divino que reconozco es el que compone el Nuevo Testamento, sin descartar el Antiguo Testamento como fuente divina histórica sobre los patriarcas e Israel. Hasta qué medida entienda este servidor el Nuevo Testamento, y lo practique, Dios sabe. Además, las personas que me conozcan personalmente, hasta la medida en que me conozcan.
Ciertamente, creo que la salvación es por gracia, pues jamás pudiera este servidor merecer la salvación, pero con esta salvedad: la salvación no es por "gracia sola", sin obedecer los mandamientos de Cristo, ya que el que ama a Cristo obedece sus mandamientos (Juan 14:15-24).
Yo, personalmente, no soy "trinitario" conforme al dogma de la Iglesia Católica Romana. Creo en Dios, el Padre, Jesús, el Hijo de Dios y el Espíritu Santo, pero que no se fundan en un solo Ser. Creo en la "Deidad", término bíblico, sin pretender comprender cabalmente todos sus aspectos o atributos.
Referente a la Iglesia de Cristo en Alturas de Flamboyán, Bayamón, Dios usó a este servidor para fundarla, como también a más de veinte congregaciones adicionales en este país. En la actualidad, somos seis varones que administramos la congregación en Bayamón, no tomando ninguno autoridad sobre los otros. Nunca he sido "pastor" de la congregación. La establecí en mi función de "evangelista", pues la "obra de evangelista" es precisamente esta: fundar y organizar congregaciones, no haciéndose señor y dueño de ellas, ni explotándolas materialmente.
Las congregaciones por este servidor establecidas no integran algún "movimiento de restauración" sino que pertenecen a la iglesia universal de Jesucristo. Alexander Campbell, como también su padre Thomas, juntamente con otros predicadores de su época tales como Barton Stone, John Smith, etcétera, funcionaron como evangelistas, al igual que este servidor. Hasta qué medida enseñaran correctamente el Nuevo Testamento, Dios sabe. Lo cierto es que no los sigo sino que sigo a Cristo y sus apóstoles.
Conforme a un documento que usted y su esposa enviaron a mi correo electrónico, deduzco, ruego sobrelleven mi franqueza, que los dos son hijos espirituales de William Seymour, fundador del pentecostalismo. Adjudicándose títulos pomposos y haciendo mercadería de los ingenuos son acciones típicas de la descendencia espiritual de William Seymour. Cualquier estudioso de la historia religiosa del movimiento pentecostal puede verificar que así es. Seguramente, sabrá usted que Cristo y el Espíritu Santo denuncian fuertemente a los mercaderes religiosos, como también a los que toman títulos y puestos no bíblicos o que se someten a la Antigua Ley de Moisés.
A sus órdenes, en el amor de Cristo,
Homero Shappley de Álamo”
-Replica el Sr. José Quintero:
“Ok, gracias por lo de mercaderes, se lo agradezco y le bendigo en el nombre de Jesus. Y yo no soy hijo de William Seymour, soy hijo de… (nombra a su padre terrenal)… de Nueva York, donde me crié. Una última pregunta: Si hay una mujer en un hospital, muriendo, se le predica el evangelio, y ella acepta a Cristo como su Señor y Salvador, y se muere, sin bautizarse en aguas, ¿se salva o no?”
“Estimado Sr. José Quintero:
Pláceme saludarle de nuevo, esperando que se encuentre bien de salud, juntamente con los suyos.
En mi comunicación anterior, mencioné algunas congregaciones que tuve el privilegio de iniciar, sin añadir ‘la gloria para Cristo’. Rectifico esa omisión, pues realmente, no soy nada sin la verdad de Cristo, su perdón y su dirección. Así pues, toda la gloria para él.
Referente al caso que usted presenta, Dios, y solo Dios, es el Juez. Me abstengo totalmente de emitir juicios definitivos sobre el paradero eterno de personas. A mi solo me corresponde enseñar y predicar. Si el Todopoderoso quiere tener misericordia de tales almas, pues ¡alabado su nombre!
-Ocupado el que escribe en la obra de Cristo en la islita de Aruba, tuve la oportunidad de predicar el evangelio a un varón hospitalizado, muy enfermo y muy débil, próximo a morir a causa de un cáncer incurable. Expresando él el deseo de bautizarse, consultamos a su médico, y este nos autorizó a llevar a aquel varón al bautisterio de nuestro lugar de reunión, donde le sumergimos bíblicamente. Contento y feliz por haber cumplido con el mandato de Cristo, fue llevado de nuevo al hospital, muriendo a los pocos días.
-Hace años, en Hato Rey, Puerto Rico, predicamos a un varón en su lecho de muerte, enfermo de cáncer, y con pocos días para vivir, según los médicos. Escuchando el relato de la conversión del etíope en Hechos 8, interrumpió el mensaje, pidiendo ser bautizado. Cooperando varios hermanos, realizamos el bautismo de aquel varón. En lugar de pocos días, siguió con vida por unos seis meses más, alabando a su Señor y preparado para juntarse con él. Sea Dios glorificado.
Amado varón José Quintero, el hecho de no poder bautizarse algunos, bien sea por enfermedad, impedimento físico o alguna otra circunstancia, ¿significa que las personas que están en salud tampoco tengan que sumergirse en las aguas "para perdón de los pecados" (Hechos 2:38) tan pronto escuchen con entendimiento el evangelio? "Enseguida", tal como el carcelero de Filipos y su familia (Hechos 16:26-40. El Versículo 33 lee: "Y él, tomándolos en aquella misma hora de la NOCHE, les lavó las heridas; y en seguida se bautizó él con todos los suyos". El mandato del Señor no lo anulan posibles casos difíciles. Esta es mi convicción. Hebreos 10:25 dice lo siguiente: "No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre...". Sucede que algunos cristianos no pueden congregarse por encontrarse enfermos, impedidos físicamente, muy avanzados de edad o sin los medios para llegar a un lugar de reunión. ¿Quiere decir esto que todos los demás cristianos tampoco tengan que reunirse? ¡Inconcebible!
Cordialmente, le invito a visitarnos, juntamente con su esposa, en la congregación que se reúne en Alturas de Flamboyán, Ave. Teniente Nelson Martínez, Bayamón. La reunión principal se celebra cada domingo a las 10 a. m., siempre con la cena del Señor, cánticos espirituales, oraciones, la predicación del evangelio por distintos siervos de la congregación, ofrendas voluntarias y clases bíblicas para las distintas edades.
Le ruego perdone cualquier expresión indebida de mi parte.
Para servirle en el amor de Cristo,
Homero Shappley de Álamo ”
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