“¿Cuál es la
IGLESIA VERDADERA?”
Pregunta que, en pleno siglo XXI, se hace toda alma preocupada sinceramente por estar, con seguridad, en la iglesia que fundó el Señor Jesucristo conforme a su proclamación: “…edificaré mi iglesia” (Mateo 16:18). De la cual él es única Cabeza, Mediador y Salvador, amándola tanto que “se entregó a sí mismo por ella… a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha” (Efesios 1:22-23; 5:23-27; 1 Timoteo 2:5).
Se hace la pregunta porque está rodeada de miles de iglesias distintas. Se la hace porque el sentido común le indica que nacer física, social, cultural o políticamente en una iglesia o religión no es razón válida para tenerla necesariamente como “verdadera”.
Si no estás abierta, abierto, a la pregunta, ¡cuidado que tradiciones, intolerancias, orgullos o la amorfa tolerancia universal de actualidad no te priven de conocer y pertenecer a la verdadera “iglesia gloriosa” de Cristo!
La iglesia verdadera edificada por Cristo
NO PROHÍBE CASARSE
Porque sabe que PROHIBIR CASARSE es una doctrina de demonios y segura señal de apostasía, conforme a la declaración inspirada del Espíritu Santo, la cual ningún prelado o concilio religioso Dios no le ha autorizado jamás a rescindir o alterar.
“Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia, PROHIBIRÁN CASARSE…” (1 Timoteo 4:1-3).
Muy lejos de imponer el CELIBATO a los obispos y demás ministros de Dios, el Espíritu Santo ordena que el obispo sea casado con una sola mujer, que tenga a hijos creyentes y que sepa gobernar su propia casa (1 Timoteo 3:1-7; Tito 1:3-10). También los diáconos han de ser varones casados (1 Timoteo 3:8-13). Además, Dios autoriza a los demás ministros, incluso a los apóstoles, no exceptuándose a Pedro, a tener esposa (1 Corintios 9:5), sentenciando que “el matrimonio” es “honroso… en todos… y el lecho sin mancilla” (Hebreos 13:4).
Lo de ser el maldito CELIBATO OBLIGATORIO puramente doctrina “de DEMONIOS”, obra de “espíritus engañadores” y evidencia indisputable de apostasía, lo demuestra a saciedad la plaga de SACERDOTES DEPREDADORES, desde monjes hasta cardenales, que han abusado sexualmente a decenas de miles de mujeres y niños alrededor del mundo durante largos siglos. Que son homosexuales, o adúlteros, con una cría multitudinaria de hijos ilegítimos. Conducta vergonzosa y criminal arrastrada desde el siglo III, cuando prelados apóstatas instituyeron el celibato obligatorio. Siendo el último ejemplo sacado a la luz el de cientos del clero católico romano del estado de Pensilvania, USA, denunciados oficialmente como pedófilos (Agosto, 2018).
¿Puede una iglesia que imponga el celibato obligatorio ser la iglesia verdadera del Señor Jesús? “¡JAMÁS!” Resuena un coro inmenso de mujeres y niños víctimas. “Salid de ella, pueblo mío”, exhorta Dios (Apocalipsis 18:4), desistiendo de sostenerla con su presencia y aportaciones; de contaminarse con sus inmundicias.
Por otro lado, la iglesia cuya doctrina es que los obispos y diáconos han de ser hombres casados, y que los evangelistas y maestros también tienen derecho al matrimonio, manifiesta tener, al menos en estos aspectos, rasgos de “iglesia verdadera”.
En la iglesia verdadera NO oran ni hablan dos, o más,
hasta veintenas, aun cientos, A LA VEZ.
Porque tanto sus evangelistas, pastores y maestros como toda la feligresía saben y siguen las directrices del Espíritu Santo, en 1 Corintios 14, sobre: hablar “por turno” y orar uno a la vez en voz alta, ocupando los demás presentes lugar de “simple oyente”.
Que hay que hacerlo “todo para edificación”, “decentemente y con orden”, “pues Dios no es Dios de confusión”.
Que toda palabra dicha en la congregación ha de ser “bien comprensible”, no ignorándose “el VALOR de las palabras”, enseñanzas del Espíritu que eliminan lenguas jerigonzas, más cualquier lengua no entendida por no haber intérprete.
Ninguna iglesia que haga caso omiso a estas leyes divinas, más bien abanicando alabanzas alborotosas y sumergiéndose en el éxtasis del sentimentalismo religioso, cualificaría como “verdadera”. Los “verdaderos adoradores” adoran “al Padre en espíritu y en verdad”, pues a los tales busca él (Juan 4:23-24). “…en verdad” significa: conforme al “culto racional” de “la ley de Cristo” (Romanos 12:1; 1 Corintios 9:21). O sea, de su “nuevo pacto”.
La iglesia verdadera edificada por Cristo
NO JUDAÍZA. Se somete al Nuevo Testamento.
“JUDAIZAR” quiere decir: subyugar a los cristianos a las ordenanzas dadas por Dios solo a los israelitas, por Moisés, en el monte de Sinaí, quince siglos antes de Cristo. Clavadas en la cruz, en su totalidad (Colosenses 2:14-17; 2 Corintios 3:6-17), desde Pentecostés del año 30 en adelante no están en vigor. Judaízan quienes enseñan lo contrario, mezclando lo viejo de Moisés con lo nuevo de Cristo, acto osado que la Deidad condena vigorosamente.
“De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído” (Gálatas 5:4). Así pues, ¡desligados de Cristo y caídos de la gracia! los judaizantes del pasado sí, ¡y también los del presente! Pese a creerse salvos.
Judaíza cualquier iglesia que exija el diezmo, guarde el séptimo día, tenga un sacerdocio estilo levítico, mande a abstenerse de alimentos que Dios hizo limpios, rinda culto tipo templo judío, enseñe la vigencia del “antiguo pacto”, cuyos ministros usen vestimentas parecidas a las de los sacerdotes levíticos, etcétera. ¿Cuál de ellas cualificaría para ser tenida como “verdadera”?
En cambio, la iglesia que se someta a “la perfecta ley, la de la libertad” (Santiago 1:25), la cual es el “nuevo pacto” de Cristo, merecería ser tomada muy en cuenta como “verdadera”.
Hoy día, existen muchos miles de congregaciones alrededor del globo que poseen los rasgos de “iglesia verdadera” resaltados en este breve mensaje. Autónoma cada una, componen la hermandad de “Iglesias de Cristo”. Buscando, quizás se encuentre una cerca.
PDF de ¿Cuál es la iglesia verdadera? Para imprimirlo como folleto. Dos ejemplares en una hoja tamaño carta. Versión de 09 13 2018..
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