Lista de ceremonias de boda en esta Web. Temas especiales. Bodas de oro.

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Ceremonia nupcial

Temas complementarios combinados

“Bendiciones divinas para el matrimonio”

“Buscando, acumulando y guardando tesoros en el gran cofre del matrimonio”

Esta gráfica de un gran cofre del cual emana de caja, reflejándose en el interior de la tapa, una luz dorada, ilustra la ceremonia de boda El gran tesoro de la vida matrimonial, en editoriallapaz.org.

 

Queridos hermanos y hermanas, damas y caballeros, nos hemos dado cita en (fecha) __________________________________y en (lugar) _____________________________________________, con el sublime propósito de unir en santo matrimonio a la Srta. _____________________________
y al Sr. _________________________________________

¿Quién entrega la novia?

 

Querido _______________, desde tu niñez esta congregación te conoce, teniendo para ti, como además para tu familia, un afecto fraternal muy especial. Estimada ______________, radiante en tu elegante traje de boda, habiéndote conocido hace poco tiempo, nuestro sincero deseo es que te sientas a gusto en medio nuestro, como en tu casa, pues albergamos la esperanza de poder brindarte la misma amistad y el mismo amor cristiano, puro y benigno, que sentimos para ______________.

Así pues, ¿realmente desean los dos casarse el uno con el otro?

El día que (varón)________________me pidió que celebrara esta ceremonia, me dijo que deseaban bendiciones divinas para su matrimonio. Les felicitamos tan encomiable, noble y sabio anhelo. De cierto, el Todopoderoso Dios de los cielos y de la tierra, no solo creó al varón y a la mujer sino que también concibió e instauró la relación conyugal para ellos. Esta relación única fue diseñada para la saludable procreación de nuestra raza. Además, para llenar sanamente imperantes necesidades fisiológicas, sociológicas, emocionales y aun espirituales que él mismo programó en el ser humano. Siendo, pues, el matrimonio creación de Dios, inferimos que él está dispuesto a bendecirlo, siempre y cuando efectuado conforme a sus designios. ¿De acuerdo?

Les ruego toleren mi osadía, al hacerle ciertas preguntas relacionadas con “bendiciones divinas para su matrimonio”.

1.  ¿Por cuánto tiempo quieren recibirlas? ¿Un mes, un año, diez años, hasta su “boda de plata”, hasta su “boda de oro”, o hasta la muerte?

2.  ¿Conocen los rasgos inconfundibles de “auténticas bendiciones divinas para el matrimonio”?

3.  ¿Ya saben dónde encontrar estas bendiciones?

4.  ¿Saben cómo hacerlas suyas?

5.  ¿Saben cómo se pierden?

6.  ¿Saben cómo recuperar lo perdido?

Dichosos son si ya tienen todo este conocimiento, habiendo determinado resueltamente conducir su matrimonio hasta el fin conforme a las directrices celestiales.

Verdaderamente, esta ceremonia en presencia de Dios es solo el inicio, bueno e inteligente, por cierto, de colocarse en posición para disfrutar sus favores incomparables durante toda la vida conyugal.

Buscando, acumulando y guardando tesoros en el gran cofre del matrimonio

¿Cómo les cae la idea de buscar tesoros, acumularlos y guardarlos para su nuevo hogar Pues, ¡hoy comienza su gran aventura!, la que contemplan, pienso, con profundo gozo, grandes ilusiones y quizá algo de trepidación por lo improvisto y la incertidumbre del futuro, pero con fe incondicional el uno en el otro –ojalá- coraje y valentía de mente y espíritu. Más que mera “aventura”, se trata de una empresa que ha de ocuparles casi constantemente.

Sigo con mis pequeñas preguntas, es decir, si me permiten. (Dama) ______________, al escuchar el vocablo “tesoros”, ¿en qué tipo de “tesoro” piensas?     ¿Y (varón) __________________?  Hallar, acumular y guardar “tesoros” para su nuevo hogar. ¿Acaso estarían pensando en mucho dinero, joyas de gran valor, un cómodo apartamento o casa con muebles caros, incluso un HDTV de 80 pulgadas? ¿También en automóviles de lujo, vacaciones en Europa, estadías en hoteles de cinco estrellas, etcétera? “¡Esa es la vida!”, a opinión de las masas, “y esos son los tesoros que hacen feliz al matrimonio”, aseguran, pero el astuto valuador de la vida y del matrimonio sabe que los tesoros materiales, bien sean pocos o muchos, han de catalogarse como meras ayudas de trasfondo y no como el foco céntrico del hogar.

¿Qué “tesoros” estarán buscando y acumulando? Respetuosamente, quisiera sugerirles otra categoría, a saber, la de tesoros vivos, y no inertes. Tesoros de índole sentimental: amor abundante que “todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”, sincera fidelidad al matrimonio y a la familia, actitudes positivas, risas en cantidad, la satisfacción del ameno cumplimiento del deber, las alegrías de inocentes diversiones, el gozo de experiencias sanas compartidas mutuamente, recuerdos placenteros de buenos tiempos, memorias sobrias de pruebas sobrellevadas con paciencia, y lo más importante, una vida en armonía con el plan maestro del Creador, para alabanza de él y la salvación eterna de quienes le honran, obedeciéndole.

-Acumulando y guardando celosamente este tipo de tesoro, al perdurar su matrimonio a través de los años, ¡cuán grande y valioso llegará a ser durante los últimos años de su jornada a través de las multifacéticas dimensiones de esta vida terrenal y temporal!

-Llegando a viejos, ya con nietos y biznietos, podrán abrir su enorme cofre, examinado con contentamiento su precioso contenido de incalculables riquezas para sus corazones.

-(Varón) ____________, ¿te comprometes a depositar regularmente en este “cofre” de tu nuevo hogar buenos valores de índole sentimental?

-(Dama) ______________, ¿te comprometes a hacer otro tanto?

________________________________________________________

 

Procedamos a los votos matrimoniales.  

Los votos matrimoniales

El Espíritu Santo instruye: “Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la  mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo” (Efesios 5:22-24). Srta. ________________________________, ¿acepta usted esta enseñanza divina, estando dispuesta a ponerla por obra en su matrimonio? ______

El apóstol Pablo añade: “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por Ella” (Efesios 5:25). Y dice en Colosenses 3:19: “Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas”. Sr. ________________________________________, ¿acepta usted estas directrices asentadas por Dios, estando dispuesto a seguirlas en su matrimonio? _______

Srta. ____________________________ y Sr.________________________, favor de tomarse de ambas manos y de mirarse a los ojos, concentrando los poderes de su mente y espíritu en los términos de gran peso y compromiso expresados en la siguiente promesa que se harán mutuamente:

¿Tienen los dos el firme propósito de vivir maritalmente conforme al mandamiento de Dios, y solemnemente prometen amarse el uno al otro y apoyarse mutuamente, tanto en lo moral como en lo material, cuando estén enfermos o con salud, ya sea que estén pobres o ricos por los bienes materiales, y prometen dedicar sus afectos conyugales el uno al otro, exclusivamente, todo el tiempo que Dios les conceda la vida para vivir como esposo y esposa respectivamente? (Dama) _____________, ¿así se lo promete a (varón) ____________________?  ____________ (Varón) ___________________, ¿es esta la promesa que hace usted a  (Dama)  _____________ ?

Intercambio de anillos

Con los anillos, se sellan las promesas y el pacto del matrimonio. El oro es bello, duradero y de mucho valor. El amor matrimonial puro es mucho más bello que el oro, también es perdurable, siendo, además, de muchísimo más valor. El círculo del anillo no tiene fin. Tampoco el verdadero amor entre esposo y esposa.

Sr. ________________________________, favor de entregar a (dama) _______________ el anillo matrimonial que ha seleccionado usted para ella, mirándola y repitiendo:

“Querida (dama) ______________________ , al entregarte este anillo, yo te doy testimonio de mi amor sincero, y contraigo matrimonio contigo. Te hago partícipe de todos mis bienes materiales y me comprometo a serte leal y fiel, y a amarte hasta la muerte.”

Srta. ___________________________________, favor de entregar a (varón) _____________________el anillo matrimonial que tiene usted para él, mirándolo y repitiendo:

“Amado ________________, al entregarte este anillo, yo te doy testimonio de mi amor sincero, y contraigo matrimonio contigo. Te hago partícipe de todos mis bienes materiales y me comprometo a serte leal y fiel, y a amarte hasta la muerte.”

Sr. ____________________________________________________________
y Srta. _____________________________________, al haber los dos declarado que se aman con gran amor y que tienen fe el uno en el otro, habiendo hecho mutuas promesas de ser esposo y esposa respectivamente, en mi capacidad de ministro del evangelio del Señor, los declaro esposo y esposa en la presencia de Dios y de las personas presentes, quienes son representantes de la sociedad en que vivimos y testigos de este solemne y trascendental acto, y cordialmente anhelo que Dios los haga felices.

“A los que Dios ha unido, ningún hombre los separe.”

 

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