Capítulo Dos del Análisis
Siete grandes profecías sobre
¡Últimos eventos a transcurrirse
en el universo material!
Análisis de cada evento o manifestación en particular
El pintor Duncan Long, valiéndose de imágenes, figuras y colores del mundo material,
nos ofrece la visualización suya de la visión de la tierra segada. Apocalipsis 14:14-20.
Derechos reservados. www.duncanlong.com
Parte 4
La súbita transformación
de los
últimos cristianos fieles
vivos en el planeta Tierra
Esta transformación es presentada en Apocalipsis 14:14-16
como la Primera Siega de la tierra.
Habiendo sido transformados, los cristianos fieles no experimentan
en carne propia las grandes catástrofes que, luego de la Primera Siega,
sobrevienen enseguida a los enemigos de Dios.
Cristo enseña que los cristianos fieles pueden
“escapar de todas estas cosas que vendrán”.
¿CÓMO ESCAPARLAS?
La fantástica armonía entre enseñanzas bíblicas,
por Jesucristo, el apóstol Pablo y el apóstol Juan,
sobre este gran tema.
[Se sigue el formato y la secuencia de la anterior Parte 3.]
II. El segundo evento trascendental que apunta hacia el fin del universo y del tiempo es, a saber: la súbita transformación de los últimos cristianos fieles vivos en la tierra.
A. Esta transformación es enseñada explícitamente en 1 Corintios 15:51-52.
“He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitadosincorruptibles, y nosotros seremos transformados.”
B. También en 1 Tesalonicenses 4:16-17.
“Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.”
Este “arrebatamiento” es sinónimo de la cláusula “nosotros seremos transformados” en 1 Corintios 15:52, pero no del “rapto” tal y como enseñado por pentecostales, muchos evangélicos y otros religiosos, tema puesto bajo la lupa de intenso análisis en el Capítulo Diez de esta obra.
www.editoriallapaz.org/apocalipsis_Capitulo10_contenido.htm
C. Esta misma transformación figura en la visión de los “dos testigos”. “Pero después de tres días y medio entró en ellos [los “dos testigos” que habían sido vencidos] el espíritu de vida enviado por Dios, y se levantaron sobre sus pies, y cayó gran temor sobre los que los vieron. Y oyeron una gran voz del cielo que les decía: Subid acá. Y subieron al cielo en una nube; y sus enemigos los vieron” (Apocalipsis 11:11-12).
Para el estudio sobre los “dos testigos”, ver la Sección B, Parte 6, las Escenas del 5 al 11, del Capítulo Cuatro de este Análisis.
http://www.editoriallapaz.org/apocalipsis_trompeta_6_Escena5.html
D. Además, esta transformación es presentada en Apocalipsis 14:14-16 como la Primera Siega de la tierra.
"Miré, y he aquí una nube blanca; y sobre la nube uno sentado semejante al Hijo del Hombre, que tenía en la cabeza una corona de oro, y en la mano una hoz aguda. Y del templo salió otro ángel, clamando a gran voz al que estaba sentado sobre la nube: Mete tu hoz y siega; porque la hora de segar ha llegado, pues la mies de la tierra está madura. Y el que estaba sentado sobre la nube metió su hoz en la tierra, y la tierra fue segada."
1. Efectivamente, se presentan dos siegas de la tierra en la visión de Apocalipsis 14:14-20. La primera se describe en los versículos del 14 al 16; la segunda, en los versículos del 17 al 20. A continuación, anotamos algunas diferencias entre las dos.
a) El Ser que efectúa la primera siega viene sobre una “nube blanca”, teniendo “en la cabeza una corona de oro” (Apocalipsis 14:14). Este es el Cristo glorificado [Ver la Partida 2 abajo]. Por el contrario, el que ejecuta la segunda siega es un ángel que sale “del templo que está en el cielo”. Apocalipsis 14:17
b) El “Hijo del Hombre” mete su hoz y siega “la mies de la tierra”. Apocalipsis 14:15
“La mies” se compone de cereales maduros. “Mies. (Del lat. messis). f. Cereal de cuya semilla se hace el pan. 2. Tiempo de la siega y cosecha de granos. 3. Muchedumbre de gentes convertidas a la fe cristiana, o prontas a su conversión. 4. Cantb. Conjunto de sembrados de un valle. U. m. en pl. 5. Sembrados.”
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En cambio, el ángel “vendimia los racimos de la tierra, porque sus uvas están maduras”. Apocalipsis 14:18
“Los racimos de… uvas… maduras” hacen contraste con “la mies de la tierra”, o sea, los cereales maduros.
c) Mientras no se informe el destino de los seres humanos segados por Cristo, simbolizados por “la mies”, se nos revela, en los versículos 19 y 20, el fin trágico de aquellos representados por “las uvas”, a saber: serán pisadas en “el gran lagar de la ira de Dios”.
2. Análisis de la Primera Siega de la tierra.
a) Los atributos del Ser que realiza la primera siega lo identifican como el Cristo glorificado. Consideremos.
(1) "He aquí una nube blanca; y sobre la nube uno sentado semejante al Hijo del Hombre." El ser "semejante al Hijo del Hombre" es, sin duda, el propio Cristo Rey, pues él es quien viene en las nubes. Apocalipsis 1:7; 1 Tesalonicenses 4:17; Mateo 24:30; Hechos 1:9-11.
“Semejante”, ya que se trata de una visión que vio el apóstol Juan, y no del hecho mismo de la primera siega de la tierra a efectuarse hacia finales del futuro “poco de tiempo”.
(2) "Que tenía en la cabeza una corona de oro."
Cristo es rey del Reino espiritual de Dios (1 Corintios 15:25-28), teniendo “toda potestad… en el cielo y en la tierra” (Mateo 28:18) durante la Era Cristiana. “Rey” supone “corona”.
En su rol de “Rey de reyes”, Cristo tiene “en su cabeza muchas diademas” (Apocalipsis 19:12), o sea, coronas.
Según la revelación del Primer Sello, a Cristo “…le fue dada una corona, y salió venciendo, y para vencer”. Apocalipsis 6:2
Al analizar cuidadosamente el Primer Sello, en el Capítulo Tres de esta obra, comprobaremos que el jinete del “caballo blanco” es Jesucristo.
b) Cristo tiene "en la mano una hoz aguda".
“Hoz. (Del lat. falx, falcis). f. Instrumento que sirve para segar mies y hierbas, compuesto de una hoja acerada, curva, con dientes muy agudos y cortantes o con filo por la parte cóncava, afianzada en un mango de madera.”
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En el contexto de esta profecía, la “hoz” simboliza la cosecha de las almas justas vivas en la tierra al ir llegando a su culminación el “poco de tiempo”, acción sinónima de la transformación de los cristianos leales a Cristo en esa hora sumamente difícil.
c) "Y del templo salió otro ángel, clamando a gran voz al que estaba sentado sobre la nube: Mete tu hoz y siega; porque la hora de segar ha llegado. Y el que estaba sentado sobre la nube metió su hoz en la tierra, y la tierra fue segada."
(1) “…la hora de segar ha llegado.” Es decir, ha llegado la hora para transformar a los últimos cristianos fieles vivos en la tierra, duramente acosados por Satanás y sus naciones engañadas, las que están en el acto de rodear “el campamento de los santos y la ciudad amada”. Apocalipsis 20:7-9
(2) Un “ángel” lleva a Cristo el siguiente mensaje: “Mete tu hoz y siega; porque la hora de segar ha llegado”.
¿Por qué sale el ángel “del templo” de Dios en el cielo con este mensaje para el Cristo sentado sobre la nube?
Razonamos que por la razón de que Cristo mismo no tenía conocimiento de “la hora” exacta programada por su Padre para estas acciones.
“Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre” (Marcos 13:32).
Así que, el Padre, habiendo fijado la hora, pero no divulgándosela a ser alguno, envía al ángel donde el Cristo sentado sobre “la nube” con esta información desconocida hasta aquel momento.
Sucede, pues, que esta visión recibida por el apóstol Juan en la isla de Patmos, en 95 d. C., armoniza perfectamente con la declaración hecha por Jesucristo en Jerusalén, en el año 30.
Efectivamente, Cristo no sabía “la hora” de iniciar las intervenciones relacionadas con su Segunda Venida hasta no recibir el mensaje enviado por el Dios Padre mediante el ángel que dice: “…la hora de segar ha llegado”.
¡Maravillosa consonancia de enseñanzas y acciones por distintos autores, en distintos lugares y tiempos!
Confirmación excelente de la legitimidad y valor de Apocalipsis. Para la edificación y consuelo de cristianos a través de la Era Cristiana.
(3) “…y la tierra fue segada.” Es decir, “la mies de la tierra” fue segada.
Qué conste: no todos los habitantes de la “tierra en todo el mundo” sino solo los moradores de la tierra representados específicamente por “la mies”.
Por las diferencias, ya traídas a luz en la Partida D, 1 arriba, entre la Primera Siega y la Segunda, concluimos que las dos siegas no constituyen un paralelismo.
Se desprende de esta conclusión todavía otra, a saber, que “…la tierra fue segada” se refiere, retóricamente, a la transformación de los cristianos genuinos vivos en la tierra al llegar “la hora” para segar.
Estos serán “transformados”.
“No todos dormiremos; pero todos seremos transformados” (1 Corintios 15:51), aclara el apóstol Pablo.
Transformados, sin experimentar muerte física: tal es la bendición que recibirán las personas justas que aún se encuentren vivas en "el campamento de los santos y la ciudad amada", es decir, en la iglesia verdadera de Cristo dondequiera que exista en la tierra, cuando llegue el día del fin.
(a) Qué quede absolutamente claro: estos cristianos NO levantan armas carnales para resistir a las naciones engañadas. No cuentan con recursos militares carnales. Su única esperanza descansa en el Señor, no tardando este en librarlos del enemigo, transformándolos y llevándoselos.
(b) De nuevo, se nos enseña que las naciones engañadas no logran acabar totalmente con la iglesia durante el "poco de tiempo".
Aunque trabada y fuertemente acosada, la iglesia sigue en la tierra durante referida época.
Mas, el peligro para la iglesia se incrementa de forma alarmante durante los últimos días del período, desembocándose en la muerte violenta de algunos fieles y la cesación de la obra evangelística de la iglesia. Mueren los dos testigos de Dios, pero, “después de tres días y medio” ¡son resucitados! Apocalipsis 11:7-11.
Repentinamente, viene la liberación milagrosa para ellos cuando todos los justos vivos en aquella hora son transformados "en un momento, en un abrir y cerrar de ojos" (1 Corintios 15:51-52), siendo "arrebatados... en las nubes para recibir al Señor en el aire" (1 Tesalonicenses 4:17).
Entonces, “gran temor” cae sobre los enemigos de Dios, los que presencian personalmente este suceso tremendamente asombroso. Apocalipsis 11:12. Pero, ya es demasiado tarde para ellos, pues se habrá acabado el tiempo de la gracia divina, no habiendo ya remedio para ellos.
3. Se estudia la Segunda Siega en la Partida V, B, 4, b, 3 abajo.
“…otro ángel, que tenía poder sobre el fuego” arroja su hoz en la tierra “y vendimia los racimos de la tierra, porque sus uvas están maduras”, echando “las uvas en el gran lagar de la ira de Dios”. Apocalipsis 14:18-20.
Tratándose, obviamente, la Segunda Siega de los seres humanos pecadores obstinados y desobedientes hasta el fin, la Primera Siega sería, lógicamente, la de las personas justas vivas en la tierra al aparecer Cristo, con sus “ejércitos celestiales”, en el cielo.
E. Habiendo sido transformados, los cristianos fieles no experimentan en carne propia las grandes catástrofes que, luego de la Primera Siega, sobrevienen enseguida a los enemigos de Dios.
1. Hasta dónde llegue nuestro conocimiento, ningún texto bíblico enseña que cristianos fieles tengan que permanecer en la tierra durante las últimas horas agónicas de la destrucción final del universo material.
2. Suponiendo que hubiese cristianos auténticos en la tierra durante esas penosas últimas horas agónicas, ¿sufrirían el impacto terrible del “gran temblor de tierra, un terremoto tan grande, cual no lo hubo jamás…”? ¿Y el del “enorme granizo como del peso de un talento…”? ¿También el de “relámpagos y voces y truenos” descomunales? En fin, ¿el de “las siete plagas postreras”?
¿Cómo evitarlo los tales cristianos? ¿Tomaría Dios medidas extraordinarias milagrosas que los libraren de estas catástrofes profetizadas para el día del fin?
¿Tendrían que presenciar personalmente los fulminantes castigos divinos que caerán sobre las naciones engañadas durante aquellas últimas horas?
3. A nuestro entender, los fieles del Señor serán librados de tan espantosas experiencias, siendo transformados antes de que ocurra el "gran terremoto" y los demás eventos destructivos profetizados, los que resultarán en la muerte violenta de los enemigos de Dios, como también en la subsiguiente desintegración total del planeta Tierra, al igual que la de todo el universo material.
Apoyan esta tesis:
a) La explicación, presentada anteriormente, de la Primera Siega de la tierra, según la que los cristianos son segados, o sea, transformados, antes de ser segados los pecadores.
b) También, la profecía sobre la muerte, resurrección y ascensión de los “dos testigos”, pues estos son revividos y llevados al cielo antes de la destrucción terminante de sus enemigos en la tierra.
Ver no solo los comentarios hechos al respecto anteriormente, sino también la exposición más extensa sobre los “dos testigos” presentada en las Escenas 5 al 11, de la Sexta Trompeta, del Capítulo Cuatro de este Análisis. http://www.editoriallapaz.org/apocalipsis_trompeta_6_Escena5.html
c) Además, la profecía y los comentarios del Señor Jesucristo en Lucas 21:24-36 apoyan esta tesis. Especialmente, la cláusula:
“…escapar de todas estas cosas que vendrán”. ¿CÓMO ESCAPARLAS?
Prestemos atención a la secuencia de eventos proyectados en su profecía de larga envergadura.
(1) La profecía sobre Jerusalén y los tiempos de los gentiles: “Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles se cumplen”. Lucas 21:24
A la izquierda, Jerusalén quemada por los romanos en el año 70 y los judíos sobrevivientes desterrados.
¿Fue hollada Jerusalén por los gentiles solo por unos pocos años durante la década de los sesenta del siglo I de la Era Cristiana?
Negativo. Históricamente, la ciudad fue hollada durante siglos por el Imperio Romano, luego muchos siglos más por los musulmanes. Obviamente, esta profecía del Señor abarca largos siglos, y no unos pocos años.
¿Se cumplieron “los tiempos de los gentiles” y regresó Cristo personalmente por Segunda Vez en el año 70 d. C.?
Negativo. Al contrario, en el año 70 comenzaron “los tiempos de los gentiles”, los que durarían hasta junio de 1967, cuando Jerusalén fue librada completamente del dominio de los gentiles durante la Guerra de los Seis Días.
A la derecha, los gentiles árabes conquistaron a Jerusalén en el siglo VII, gobernándola por largos siglos.
Para estudios pormenorizados al respecto: http://www.editoriallapaz.org/tiempos-de-los-gentiles.html
Las palabras proféticas de Cristo sobre “los tiempos de los gentiles” nos enseñan que, efectivamente, el Hijo de Dios contemplaba, en aquel momento, no solo la destrucción de Jerusalén y el templo judío en el siglo I sino eventos y condiciones subsiguientes, incluso algunos relacionados con el fin del mundo entero y del tiempo mismo.
Bien que Cristo “viniera”, o “se manifestara”, en el año 70 d. C., mediante los ejércitos romanos, lo cierto es que no vino personalmente, “en las nubes”, en aquel año.
En su Segunda Venida, vendrá personalmente, “en las nubes”. ¿Cuándo? Después de concluidos “los tiempos de los gentiles”, y más específicamente, a finales del “poco de tiempo”, cuando “el misterio de Dios” esté para consumarse. Apocalipsis 10:5-7
(2) Profecías de Jesucristo para el “poco de tiempo”. Lucas 21:25-27
“Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas; desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas.”
El cuadro espantoso que describe el Señor es muy parecido al escenario que el Espíritu Santo describe en Apocalipsis para el temible “poco de tiempo”. Apocalipsis 6:12-17; 16:12-21; 20:1-10. Opinamos que él estuviera contemplando referido “tiempo” al pronunciar las profecías citadas.
(3) Más adelante en su discurso, el Señor aborda la posibilidad de “escapar de todas estas cosas que vendrán”.
“Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.” Lucas 21:367
(a) En el siglo I, muchos cristianos en Jerusalén y Judea, debidamente advertidos por las profecías de Cristo en Mateo 24:15-22, lograron huir de la gran tribulación que sobrevino a los judíos de aquel tiempo cuando los ejércitos romanos comenzaron a devastar a Galilea, Samaria y Judea, aumentando enormemente aquella tribulación las acciones criminales contra su propio pueblo ejecutadas por decenas de miles de zelotes judíos, idumeos y seguidores del rebelde Simón, según el historiador judío Flavio Josefo.
“Flavio Josefo (n. 37-38 – Roma, 101) fue un historiador judío fariseo, descendiente de familia de sacerdotes. Su nombre originario era Yosef bar Mattityahu.”
Artículo Flavio Josefo. www.wikipedia.org
(b) Asimismo, cuando llegue el tiempo de las últimas horas agónicas para la tierra, los cristianos podrán “escapar de todas estas cosas que vendrán”. ¿CÓMO ESCAPAR?
Pues, ¡por medio de ser transformados y arrebatados, encontrando al Señor en los aires!
En perfecta armonía con la enseñanza de la Primera Siega, la transformación de los “dos testigos”, la enseñanza de 1 Corintios 15:51-53 y la de 1 Tesalonicenses 4:13-18.
¿No es realmente espléndida esta armonía de enseñanzas impartidas por Jesucristo, el apóstol Pablo y el apóstol Juan en distintos tiempos y lugares de sus ministerios? ¡Maravillosa de verdad!
Jesucristo, en Jerusalén, en el año 30.
Pablo, en Éfeso, entre 53 y 55 d. C.
Juan, en la isla de Patmos, en 95 d. C.
(c) Volviendo a la comparación de Lucas 21:25-36 con Mateo 24:15-22, bien que la similitud entre los dos eventos sea significante, también se disciernen algunas diferencias.
Por ejemplo, en Mateo 24:15-22, se enfoca una sola ciudad terrenal, a saber, la Jerusalén del siglo I. En cambio, en Lucas 21:25-36, se contempla, pensamos, el futuro periodo del “poco de tiempo”, y todo el planeta Tierra.
“Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra.” Lucas 21:35
Algunos comentaristas aplican esta proclamación de Cristo solo a Galilea, Judea y acaso Samaria, del siglo I. Sin embargo, no perdamos de vista la visión mucho más amplia del Señor Jesucristo dada a conocer al hablar él de “los tiempos de los gentiles”.
“Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles se cumplen.” Lucas 21:24
Los gentiles habitan, efectivamente, “la faz de toda la tierra”, y dondequiera que habiten ellos, sus “tiempos” se están cumpliendo, hasta que se cumplan completamente conforme al designio de Dios. Lucas 21:24. Este hecho nos lleva a pensar que la expresión “la faz de toda la tierra” sea sinónima de otras expresiones parecidas, por ejemplo, “la tierra en todo el mundo”. Apocalipsis 16:14
Próxima entrada. Capítulo Dos. Escena 5. Un terremoto tan grande. Las ciudades de las naciones caen a resultado del terremoto tan grande. Relámpagos, truenos y enorme granizo. El sol se pone negro y la luna como sangre.
Diapositivas para la Parte 4 del Capítulo Dos
Doce diapositivas en un solo archivo para el Capítulo Dos
Índice de todo el Capítulo Dos
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