Capítulo Nueve del Análisis
“Las siete copas de oro, llenas
de la ira de Dios” contienen
“Las siete plagas postreras”
Los Capítulos 15 y 16 de Apocalipsis
Acto 5
La Tercera Copa-Tercera Plaga
Los ríos y las fuentes de las aguas
convertidos en sangre
C. La Tercera Copa-Plaga de ira (la Tercera Plaga):
“El tercer ángel derramó su copa sobre los ríos, y sobre las fuentes de las aguas, y se convirtieron en sangre. Y oí al ángel de las aguas, que decía: Justo eres tú, oh Señor, el que eres y que eras, el Santo, porque has juzgado estas cosas. Por cuanto derramaron la sangre de los santos y de los profetas, también tú les has dado a beber sangre; pues lo merecen. También oí a otro, que desde el altar decía: Ciertamente, Señor Dios Todopoderoso, tus juicios son verdaderos y justos.” Apocalipsis 16:4-7.
1. No habiendo persuadido al arrepentimiento la plaga de convertir en sangre a las aguas de los mares, después de un Interludio de gracia divina, Dios procede a convertir las aguas dulces en sangre.
Los seres humanos blancos de esta Tercera Plaga son los sangrientos y desalmados enemigos de Dios y su pueblo fiel en la tierra que “derramaron la sangre de los santos y de los profetas”.
¿Quiénes son estos santos y profetas?
Pues, no se trata de los mártires de Jesús que hubiese desde el siglo I hasta el inicio de los “mil años” de libertad religiosa, sino de los mártires que habría después del cumplimiento de los “mil años”. Apocalipsis 20:7-8
Es decir, se trata de algunos de los verdaderos cristianos vivos durante el “poco de tiempo” y de algunos de los representantes de los “dos testigos”, o sea, de los evangelistas, obispos (ancianos), maestros y diáconos de las congregaciones fieles.
Recordemos que, según la visión profética del Quinto Sello, el número de los mártires sería completado durante el “poco de tiempo”. Apocalipsis 6:11
http://www.editoriallapaz.org/apocalipsis_sello_5.htm
Efectivamente, la visión de la Tercera Plaga ratifica el cumplimiento del Quinto Sello para “el poco de tiempo”, pues, los rebeldes contra Dios sobre los que ha de ser vaciada la Tercera Plaga ¡serán ellos mismos los culpables de derramar la sangre de santos y profetas de la iglesia fiel a Cristo!
Ver Apocalipsis 11:3-14. Y la exposición sobre los “dos testigos” en las Escenas de la 5 a la 11, de la Sexta Trompeta, comenzando en: http://www.editoriallapaz.org/apocalipsis_trompeta_6_Escena5.html
2. “…pues lo merecen.” Los culpables del atroz crimen de matar a cristianos que son leales ciudadanos del Reino de Dios durante el “poco de tiempo”, juntamente con algunos de sus líderes espirituales que representan en la tierra a los “dos testigos”, ¡merecen el castigo severo de la Tercera Plaga. Y más severo aún si no se arrepienten.
Dos ángeles salen a la defensa de Dios, el que “tiene poder sobre estas plagas”. Apocalipsis 16:9
Primero, el “ángel de las aguas”, quien dice:
“Justo eres tú, oh Señor… porque has juzgado estas cosas. Por cuanto derramaron la sangre de los santos y de los profetas, también tú les has dado a beber sangre; pues lo merecen.”
Segundo, “…otro” ángel que dice “desde el altar” [en el cielo]: “Ciertamente, Señor Dios Todopoderoso, tus juicios son verdaderos y justos.”
¿Por qué “justo” el Señor? ¿Por qué “verdaderos y justos” sus “juicios” contra los seres humanos vivos en la tierra para finales del “poco de tiempo”? ¡Tan terribles esas malditas plagas! Más bien, cruel e injusto sobremanera el Dios que las desata sobre los indefensos humanos.
¡ERROR mayúsculo y gran calumnia contra Dios!, replican indignados los dos ángeles, argumentando vigorosamente que los blancos de las plagas merecen tal castigo porque derramaron la sangre de santos y profetas de la verdadera iglesia de Dios.
¿Y quién osa discrepar? Pues, no se trata de meros “indefensos humanos”, sino de homicidas de la peor calaña, a saber: de los que matan a personas justas y buenas que solo hacen el bien, que aman aun a sus enemigos y que sirven al Dios espiritual en su Reino espiritual, el cual no es del mundo material. Juan 16:36
Bueno, mientras los castigados por Dios siempre le culpen, denuncien y blasfemen contra él, cualquier ser humano recto y de sano juicio bien sabe que los dos ángeles tienen toda la razón.
Por la sencilla razón fundamental de que ningún humano tiene derecho innato de matar a otro.
Certeramente, matar a los buenos y justos ha de clasificarse como el colmo de las muchas atrocidades cometidas por seres humanos que viven como animales irracionales.
Pese a esta verdad, Dios está dispuesto a perdonar y salvar del infierno eterno a tales humanos, con tal de humillarse ellos, arrepentirse de sus horrendos pecados y bautizarse “para perdón de los pecados”. Hechos 2:37-47; 1 Timoteo 1:12-17.
Los castigos terrenales a que él los somete no son arbitrarios, de modo alguno, sino que tienen el sublime propósito de sacudirlos tanto que caigan en cuenta, entendiendo por fin que dura cosa es dar coces contra el Altísimo y que la única acción sensata es reconciliarse para con él, aceptando su magnánima oferta de perdón y vida eterna en la “tierra nueva” donde imperan sempiterno la justicia y el amor puro. 2 Pedro 3:1-13
Pues bien, a la defensa que hacen los dos ángeles del Dios amoroso que sirven quisiera añadir los siguientes pensamientos.
Como los malos tiempos, en cualquier lugar del planeta y en cualquier temporada, no continúan sin parar, ¡tampoco continúan sin cesar las plagas!
De la manera que tiempos placenteros siguen las tempestades, asimismo siguen las plagas tiempos de gracia divina, dando lugar a reflexión inteligente, arrepentimiento sincero y reconciliación para salud espiritual y vida eterna en los lugares celestiales del Dios bondadoso y misericordioso.
En los planes y las ejecutorias de Dios, el arco iris sigue las tronadas, aun las más fuertes con sus relámpagos y lluvias torrenciales. Génesis 9:12-17
Asimismo, un intervalo de gracia divina sigue cada plaga, hasta que ya no haya más remedio. Solo entonces aplica el Juez Supremo Celestial la sentencia máxima de “muerte segunda”, de la cual no habrá nunca resurrección ninguna de ninguna clase. Apocalipsis 20:11-15.
Así que, el cuadro pavoroso de:
“Un Dios tirano, siempre airado, amenazante, cruel e injusto; un Dios de truenos, relámpagos, venganza, fuego, tormentos y muerte”…
…resulta ser una representación totalmente falsa del Dios verdadero y único.
Más bien, él es el Dios del arco iris (Génesis 9:12-17; Apocalipsis 4:3). El Dios de tiempos de gracia. De amor por todo el mundo (Juan 3:16). De paciencia y longanimidad. Hasta que ya no haya remedio (Romanos 2:4; 2 Crónicas 36:16).
3. En el tiempo de Moisés, Dios azotó a la tierra de Egipto con una plaga de sangre. Dijo al Faraón:
“Golpearé... el agua que está en el río, y se convertirá en sangre. Y los peces que hay en el río morirán, y hederá el río, y los egipcios tendrán asco de beber el agua del río.” Éxodo 7:14-25.
No solo el agua del gran río Nilo sino de todos los “ríos… arroyos… estanques… depósitos de aguas… así en los vasos de madera como en los de piedra”. Génesis 7:19
Sin embargo, Dios, en su misericordia, no eliminó toda opción para conseguir agua potable, pues se nos informa que:
“Y en todo Egipto hicieron pozos alrededor del río para beber, porque no podían beber de las aguas del río”. Génesis 7:24
En la parte inferior de la pintura, se capta el escenario de algunos egipcios haciendo pozos a riberas del río Nilo, convertido en sangre, para obtener agua potable.
Aquella plaga duró siete días. Génesis 7:25
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