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Esta represa hidroeléctrica Caruachi, en el estado de Bolívar, Venezuela,
puede
generar muchos kilovatios de electricidad.
I. Introducción:
A. Agradecemos la invitación de presentar el mensaje para este insigne evento, la graduación de estos siervos del Señor de esta Escuela de Adiestramiento para Obreros Espirituales.
B. Felicitamos…
1. A los fundadores de esta escuela por su visión y el cumplimiento de 2 Timoteo 2:2, donde dice el Espíritu Santo: “Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros”.
2. Entre estos hombres “idóneos” se encuentran los Maestros de esta escuela, los que han impartido a sus alumnos enseñanzas divinas necesarias para su preparación. Les felicitamos muy sinceramente, reconociendo su labor de amor.
3. Entre los “hombres fieles” que han recibido la enseñanza impartida se encuentran estos nobles y elegantes “Graduandos”. Les felicitamos por haber llevado a feliz término sus estudios, llegando a este glorioso momento en su carrera espiritual.
a) ¿Cuántos sacrificios de tiempo, energías y aun de dinero han hecho ustedes, tanto maestros como graduandos, para alcanzar este triunfo notable? ¿Cuántos han hecho sus seres queridos más allegados?
b) Nuestro Padre celestial habrá tomado nota de cada sacrificio y sabrá recompensarles generosamente.
(1) Lo hará con tal que guarden hasta el fin “el buen depósito por el Espíritu que mora en nosotros” (2 Timoteo 1:14).
(2) “Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre” (Hebreos 6:10).
(a) Durante los años futuros de sus ministerios, quizás haya tiempos cuando ni siquiera los buenos miembros de la iglesia reconozcan o alaben su “obra y el trabajo de amor” que realicen en el Reino. No tengan cuidado. Los seres humanos solemos ser olvidadizos e injustos, ¡aun envidiosos y mezquinos con nuestras palabras de elogio y estímulo! Pero, al justo Dios, siempre veraz y verdadero, ¡no se le olvidará ninguna obra buena que hagan en su nombre!
(b) Exhorto a que memoricen las palabras de Hebreos 6:10, que las escriban en su frente con tinta indeleble, que las desplieguen en un cuadro en su oficina o lugar de meditación, para poder recordarlas pronto en cualquier momento de crisis espiritual. Son como suave aliciente para el espíritu del siervo cansado y abatido, consuelo y fortaleza para el obrero extenuado o aun menospreciado.
c) Les felicitamos por haberse preparado para la “profesión” más noble y, a la vez, más exigente del mundo, a saber: la de “buen ministro de Jesucristo”.
(1) Admiramos a los médicos por entender el muy complicado cuerpo humano, y cuando nos enfermamos nos recetan medicinas que nos curen, ¡aunque no siempre! Más complicado aún es el espíritu del ser humano, y ustedes, amados graduandos, se han preparado para curar sus llagas y enfermedades. ¿No es más noble y más importante su profesión de “médico espiritual”? También es más delicada y más exigente. Su encomienda solemne es de no envenenar o matar a los pacientes sino ¡salvarlos! Cristo, el Médico por excelencia, dijo: “El Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas” (Lucas 9:56).
(2) El mundo, siempre corto de vista, enaltece a los grandes empresarios y ejecutivos que manejan hábilmente negocios, fábricas y empresas, amasando fortunas. Por ejemplo, el Sr. Bill Gates, de Microsoft, o el Sr. Lee Ioccoca, del fabricante de automóviles Chryrsler. ¿Por qué? ¿Por qué adularlos, envidiarlos o intentar imitarlos? Todas sus riquezas perecerán; su fama y gloria se esfumarán. Dignos de más reconocimiento y honra son los buenos administradores “de la multiforme gracia de Dios” (1 Pedro 4:10). El gran tesoro de las riquezas divinas perdura para siempre. Los que lo administran honradamente se enriquecen eternamente. También enseñan a las demás personas cómo participar de este tesoro. Esta es la noble profesión que han escogido ustedes, respetados graduandos, la de administrar “la multiforme gracia de Dios”. Les deseamos muchísimo éxito en la ejecución de ella, y que alcancen gloria y honra en sus ministerios.
d) [Nota para el lector: la siguiente ilustración puede aplicarse a cualquier año o tiempo de cuatro años. Sustituir, pues, la fecha actual para usted por el año 1995 cuando fue presentado originalmente este mensaje.] Ahora se enfilan hacia el futuro desconocido. Pronto llegarán al año 2000. ¡Ahí se acaban sus ministerios porque Cristo viene en el año 2000! ¡El fin del mundo está pautado para septiembre del año 2000! Lo saben, ¿no? Así que, solo disponen de cuatro años para desarrollar sus obras entre las muchedumbres descarriadas de este planeta destinado a la destrucción repentina. ¿Qué harán? ¿Qué pueden hacer en tan solo cuatro añitos?
(1) ¿No aceptan ustedes como bíblicas estas profecías sobre el año 2000? ¿No las comparten? Pues, ¡tampoco este servidor!
(2) Pero, supongamos que en realidad nos queden tan solo cuatro añitos. ¡Solo cuatro años! Al cabo de los cuatro años, es decir, en agosto del año 2000, Cristo aparecerá en las nubes. Entonces, este lugar [pueblo, ciudad], en el estado de [el estado o provincia que sea], como también todo el planeta Tierra y todo el universo material, serán consumidos en fuego y toda alma, incluso nosotros los siervos del Señor, subirá para dar cuenta a Dios de todos sus hechos.
(a) ¿Qué podemos lograr en tan solo cuatro años? En realidad, muchísimo, si trabajamos apresuradamente, con verdadera convicción, afán y visión.
(b) ¿No les parece que debiéramos trabajar así siempre? Apresurada e incansablemente, predicando y enseñando “a tiempo y fuera de tiempo”, es decir, cuando las circunstancias sean propicias, pero ¡también cuando no lo sean! ¡Como si la muerte nos sorprendiera en cualquier momento! ¡Como si el mundo se acabara mañana! ¡Como si Cristo viniera dentro de poco tiempo! ¡Con visión, convicción y afán!
(c) En el espacio de solo cuatro años, ¡podemos alcanzar a todo ser humano con el evangelio!
(d) Disponiendo de solo cuatro años, ¿qué haríamos?
(i) Pienso que, impulsados por el sentido de urgencia, enseguida formularíamos planes para la evangelización de las masas, implementándolos sin dilatar. ¿No les parece que debiéramos trabajar así siempre?
(ii) Disponiendo de solo cuatro añitos, seguramente no perderíamos tiempo en cosas materiales tales como templos y fiestas, o en controversias estériles sobre palabras, opiniones de hombres u otros detalles insignificantes. ¿No les parece que así mismo debiéramos trabajar siempre? ¡Aprovechando al máximo todo momento y toda oportunidad!
(e) Amados, bien pudiera ser que dispusiéramos de menos de cuatro años. A la verdad, “el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no penséis” (Mateo 24:44). Por lo tanto, no seamos como el siervo insensato que piensa dentro de sí: “Voy a tomarlo suave. ¿Por qué agitarme tanto? Cristo tardará en venir y dispongo de muchos años para hacer su obra”.
El cerebro del ser humano típico es, esencialmente, más potente que cualquier computadora, sistema de comunicación o red de dínamos dedicada a la producción de electricidad. Sobre todo, el cerebro del siervo de Dios llena de conocimientos espirituales, "inteligencia espiritual" (Colosenses 1:9) y visión alumbrada por la sabiduría celestial.
II. Para cumplir debidamente con su misión divina en la tierra, a todo siervo del Señor le hace falta visión. He aquí el tema principal de esta conferencia: Una visión clara y poderosa es una dínamo de enorme energía que produce mucha actividad espiritual y abundantes frutos.
Turbinas en una instalación hidroeléctrica. Cada una es capaz de generar gran cantidad de energía. Cada predicador, evangelista, obispo, maestro, movido por el poder de Dios, incluso por una visión clara y bien definida, es capaz de generar muchísima energía espiritual, la cual se traduce en actividades que producen cuantiosos frutos del espíritu.
A. Consideraciones preliminares.
1. Al contemplar el futuro, ¿tiene usted una visión clara, poderosa, luminosa y bien definida de la obra espiritual que puede y debe realizar en la iglesia y en el mundo? Si la tiene y también tiene la “voluntad dispuesta” para su realización una voluntad recia, agresiva, irresistible e invencible- entonces ¡usted será un obrero bien enérgico y productivo! Sus múltiples obras resultarán en la salvación de centenares, y, tal vez, aun de millares de almas.
a) Usted mismo será una dínamo inapagable de acción, de predicación y enseñanza constante. ¿Así se proyecta usted a sí mismo en la ejecución de su profesión espiritual?
b) Usted mismo inspirará a otras personas sinceras, las que, a su vez, harán suya la misma visión. ¿Así se proyecta usted, como inspirando a otros?
c) Entonces, todos unidos, motivados e impulsados por la misma visión, se constituirían un fuerte movimiento espiritual a favor del rescate de las almas y de la glorificación del único Dios verdadero y su hijo Jesucristo.
2. ¿Aún no tiene tal visión? ¡Ay de usted! Al contemplar el futuro, ¿lo ve borroso o vació? ¿Sin ninguna visión bien definida o llamativa? O, peor aún, ¿ve un futuro lleno de imágenes de cosas materiales codiciadas? ¿Lleno de preocupaciones carnales: que cuánto sueldo le diere la iglesia, que cuántos beneficios adicionales le ofrecieren (seguros, vacaciones, plan de retiro, etcétera? De ser así, ¡ay de usted!
a) En tal caso, se le puede vaticinar fracaso en las empresas de Dios. Pocas almas rescatará; pocas obras hará. Porque al no tener una visión clara y poderosa de lo que debería hacer, le faltará la dínamo espiritual que lo impulse a su ejecución. Entonces, se volvería como...
(1) ¡Un carro sin motor!
(2) ¡Una máquina no conectada a la fuente de corriente!
(3) ¡Un pintor, poeta o músico sin inspiración!
b) En lugar de inspirar y motivar a las demás personas, pensamos que más bien las desanime, aun espantándolas y alejándolas, cosa que hacen, en la actualidad, algunos siervos que dicen servir a Dios y su iglesia.
c) De faltarle a usted la vital VISIÓN, dondequiera que ministre, difícilmente prosperaría la obra de Dios. Así, amado, porque donde no hay visión y verdadera convicción, se recrean los malvados espíritus llamados: Confusión, Ambivalencia, Dejadez, Indiferencia y Vagancia Espiritual.
d) ¡Ay de las congregaciones cuyos líderes espirituales carezcan de una visión clara, poderosa y bíblica para el pueblo de Dios! Poca cosa serían para Dios y el mundo, porque poco lograrían.
(1) Precisamente, este es el mal, a mi humilde parecer, que aqueja a algunas congregaciones, como también a nuestra nación, en términos generales: ¡líderes morales-espirituales sin visión, o con una visión corta, raquítica, egoísta, corrupta!
(2) Pese a mi poco conocimiento de "política", me parece estar en lo correcto al decir que los partidos políticos que no tengan una visión clara, poderosa y bien definida, o que, teniéndola, no sepan transmitírsela al pueblo, ¡están más o menos destinados a perder en las urnas!
(a) El año 1996 es un año eleccionario. La semana pasada, los republicanos celebraron su convención en San Diego. Los demócratas están celebrando la suya en Chicago. Entre los temas más discutidos es el de una “visión” para el futuro de este país.
(b) En la primera plana del periódico The Nashville Banner, de agosto 14, aparece el titular “Toma forma la visión de los republicanos”. No sin razón resaltan los políticos el asunto de "visión", pues esta es crucial para ganar elecciones. Por consiguiente, el partido, o el candidato a la presidencia, que tenga la mejor “visión”, y que logre transmitírsela con gran entusiasmo y esmero al pueblo sus posibilidades de triunfar aumentan notablemente.
(3) Queridos, el factor de “visión” no es menos importante en las iglesias.
(a) Observamos que las congregaciones que no tengan una visión clara, poderosa y bien definida, mayormente por carecer de ella sus propios líderes, tienden a perder feligreses, fracasando además en el campo evangelístico.
(b) En cambio, las congregaciones que han forjado una visión bien formada y poderosa, ¡ganan! Triunfan en las batallas espirituales. Ganan muchas almas para salvación. Ganan para sí gloria eterna.
B. Para que apreciemos el poder de una visión clara, poderosa y bien definida, consideremos las visiones de algunos personajes renombrados. [Nota: esta conferencia fue pronunciada por primera vez en Los Ángeles, California, Estados Unidos de América, donde se supone que sean familiares los primeros dos ejemplos dados a continuación. Al desarrollarse semejante ilustración en algún otro país, el orador podría citar ejemplos de personajes que sus oyentes conocieran. O bien pudiera obviar esta sección de la conferencia. De hecho, este mensaje resulta demasiado largo para la ocasión de graduandos.]
1. Abraham Lincoln. Este famosísimo presidente de Estados Unidos de América tuvo una visión clara sobre "libertad” para todas las personas esclavas que había en su época. Al estallarse la guerra civil entre los estados a favor de la esclavitud y los en contra, el presidente Lincoln proyectó hábilmente la visión clara de todos los estados unidos bajo un solo gobierno “del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”. Sus poderosas visiones, expresadas con admirable sencillez elocuente, prevalecieron, haciéndose realidad, pese a las sangrientas batallas de aquella guerra civil y su propia muerte a manos de un asesino.
2. Martín Luther King. Bien que fueran liberados los esclavos legalmente en 1865, seguía enredándolos y trabándolos infinidad de prejuicios raciales y sociales. Entonces, unos ciento y treinta años después de Abraham Lincoln, se levantó el Sr. Martín Luther King, con una visión clara de una nación sin barreras raciales, en la que hubiera verdadera igualdad para todos, no importando su raza, nacionalidad, sexo, etc. En sus ponencias, exclamada una y otra vez: “Tengo un sueño! ¡Tengo un sueño!” Su "sueño", quizás traducido aun más acertadamente como "visión", conmovió a enormes multitudes, dando por fruto cambios sociales de gran envergadura, los que siguen arrojando beneficios para muchos segmentos de la población.
3. Enfocando ahora al ámbito religioso, mencionamos a Tomás Campbell, su hijo Alexander Campbell y el evangelista Barton Stone. Estos tres predicadores desarrollaron, durante las primeras décadas del Siglo XIX, la visión grandiosa de un solo cuerpo espiritual, sin barreras sectarias, todos sus miembros unidos bajo el único estandarte de Cristo, proclamando y siguiendo el único evangelio revelado por el Espíritu Santo, la "sana doctrina" del Nuevo Testamento.
a) Pues bien, su visión provenía, como sabrán ustedes, queridos graduandos, de la Biblia misma. Por lo tanto, no solo era válida sino también de vital importancia para el cumplimiento del plan de Dios en la tierra. Prontamente, millones de creyentes la captaron, gozosamente, haciéndola suya, y se concretó un fuertísimo movimiento encaminado hacia la realización de aquella visión netamente bíblica.
b) Pero, lastimosamente, aconteció a la brillante y bíblica visión de aquellos varones pioneros lo que acostumbra pasar al tratarse de todo tipo de visión importante. Al tiempo, muchos creyentes, incluso muchos líderes espirituales, la alteraron, empañándola con opiniones y doctrinas propias. No pocos la perdieron de vista por completo.
c) En la actualidad, es del común saber que algunos líderes y miembros de nuestra hermandad están empeñados en convertir a la iglesia del Señor en una secta más. A pesar de sus acusaciones y maquinaciones, la visión de un solo cuerpo espiritual, con una sola doctrina pura, sin barreras sectarias, sigue siendo válida, por ser incuestionablemente bíblica. Su importancia no ha menguado ni un pisco, porque el plan de Dios para la iglesia y la humanidad perdida no ha cambiado en nada. Debemos, pues, hacer nuestra esta visión, llevándola a la realidad en nuestros ministerios, no, por cierto, con el propósito de promover un movimiento llamado “Restauración” sino con el de presentar al mundo la iglesia verdadera fundada por Cristo, fortaleciéndola.
(1) ¿Tiene usted esta visión?
(2) Exhortamos a que la contemple hasta entenderla a plenitud, haciéndola suya, porque, amado, la visión no se originó en la mente de los hermanos Campbell y Stone sino ¡en la mente de Cristo!
4. Contemplando el futuro, Cristo tuvo una visión extraordinaria: ¡qué las buenas noticias de salvación fuesen predicadas a toda alma! Su visión se resume en las palabras resonantes de la gran comisión: “Id y predicad el evangelio a toda criatura” (Marcos 16:15). "...a TODA CRIATURA." Visión que abarca todo el globo terráqueo.
a) ¿Compartimos esta visión emocionante de alcance universal? ¿La vemos con diáfana claridad?
b) Algunos cristianos nunca logran captarla. Entre ellos figuran quienes pretenden ser líderes del pueblo de Dios. Por eso, el evangelismo no es su prioridad número uno.
c) Parece que otros malentiendan la visión de Cristo, ya que les escuchamos vociferar exclamaciones tales como: “¡México para Cristo!“ ¡Puerto Rico para Cristo!”; “¡América para Cristo!”, implicando sus palabras que fuera posible convertir a toda una nación entera al Señor.
(1) Tal visión es irrealista, y por ende, contraproducente.
(2) En cambio, la visión evangelística del predicador práctico es realista, ajustada a los términos de la Gran Comisión. Se da cuenta de que Cristo no dijo: “Id y convertid a toda criatura, bautizando a toda criatura”, sino “Id y predicad el evangelio a toda criatura...”. Predicar a todos es la visión, y no "convertir a todos". Ojala "todos los seres humanos se convirtieran a Dios, pero la realidad es que la mayoría nunca lo hará. Así que, en esta ocasión, no nos conviene proyectar alguna visión irrealista para este lugar, o cualquier otro lugar donde trabajemos en la obra del Señor.
(a) “¡Los Ángeles para Cristo!” es una visión irreal e impráctica, sencillamente porque jamás se someterán a Cristo todos los habitantes de la ciudad de Los Ángeles.
(b) “¡El evangelio puro y completo llevado por la iglesia de Cristo a todo hogar y a toda persona de Los Ángeles antes del año 2000!” Esta sí es una visión práctica y alcanzable, a tono con la misma visión de Cristo. En realidad, sería la aplicación de la visión de Cristo a estos tiempos y a este lugar.
(i) Respetados graduandos, ¿qué les parece esta visión? ¿Cuántos de ustedes la captan a plenitud? ¿Cuántos la tienen ya? ¿Cuántos se sienten conmovidos y motivados por esta visión? ¿Cuántos se comprometen a hacerla realidad?
(II) ¿Es factible convertir en realidad esta visión? ¡Seguro que sí! ¿Cómo? Utilizando todos los medios legítimos a nuestro alcance -la prensa, la radio, la televisión, tocando a las puertas, dando estudios en los hogares- y utilizando todos los recursos humanos de la iglesia. Haciéndolo, salvaremos nuestra responsabilidad hacia toda alma de esta gran urbe, librándonos eternamente de su sangre.
(III) ¿Cuántas almas tiene Dios en esta ciudad? Existe una sola manera de verificarlo: ¡Llevar el evangelio puro a todo habitante, sin hacer acepción de personas!
5. Referente al pueblo de Dios, Cristo tuvo otra visión, a saber, la de una iglesia santificada, purificada y “gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha” (Efesios 5:26-27).
a) Al proyectarse usted, querido graduando, hacia el futuro, visualizando sus ministerios y obras y formulando una visión para la iglesia y el mundo, es importante que un alto grado de espiritualidad figure en el cuadro, pues de otro modo, no se ajustaría su visión a la de Cristo para su Reino, el cual “no es de este mundo” (Juan 18:36), siendo espiritual.
b) En la visión de su cabeza, de su espíritu, para el futuro, ¿cómo se proyecta usted a sí mismo? ¿Acaso como siervo altamente espiritual, cuyas palabras y acciones den ejemplo de verdadera espiritualidad? ¿O como siervo que proclame un mensaje de alto contenido espiritual y presente una iglesia decididamente espiritual? Así lo quiera Dios.
c) Esta ciudad de Los Ángeles, esta nación, nuestra preciosa hermandad y nuestras preciosas congregaciones necesitan urgentemente de esta visión. ¿Por qué lo afirmo, sintiéndome no poco alarmado y asustado? ¡Porque el índice de espiritualidad de esta nación está bajando vertiginosamente! ¡Y porque el bajón de espiritualidad palpable en toda la nación está impactando también a nuestras iglesias, con sus líderes, llevando a no pocos a abrazar el secularismo y el humanismo! ¡Ay de nuestra nación y de nuestras iglesias si no logramos detener la erosión alarmante de los valores morales y la pérdida de espiritualidad!
(1) Hace poco, se publicó en esta ciudad un libro que presenta un estudio profundo sobre el índice espiritual de la nación.
(a) Entre los hallazgos de las encuestas realizadas se encuentran los siguientes:
(i) Cada vez menos personas frecuentan las iglesias.
(ii) Los ciudadanos que se identifican como cristianos leen cada vez menos la Biblia. Por increíble que parezca, prefieren, según las encuestas, ¡el horóscopo a la Biblia! Y ustedes, preciosos siervos del Altísimo, ¿acaso piensen consultar sus respectivos horóscopos para saber cómo proceder en sus ministerios? Seguramente, una pregunta retórica, y hasta absurda, en el caso de ustedes.
(iii) Para un porcentaje muy alto de los entrevistados “Ya nada es sagrado, ¡ni lo sagrado mismo!”
(b) Conclusión. Muchas evidencias enseñan que esta nación está perdiendo a pasos agigantados sus rasgos morales-espirituales. Lo mismo parece estar sucediendo en el resto del mundo.
(c) Más preocupante aún es la secularización de las iglesias, las cuales se vuelven cada vez más materialistas, mundanas y moralmente ambivalentes en su esfuerzo desesperado de retener a los miembros poco espirituales y atraer a la gente mundana, particularmente a la juventud y a la generación nacida entre 1946 y 1960 (en inglés, los “baby boomers”). Lamentablemente, no pocos líderes y congregaciones de nuestra amada hermandad participan en este proceso materialista de la secularización de las iglesias. Muchas evidencias saltan a la vista. Por ejemplo:
(i) Se preocupan más por los planteles físicos -por comodidades y lujos, por títulos, posiciones, sueldos y beneficios- que por el verdadero fortalecimiento espiritual profunda de toda la feligresía y la evangelización de las masas.
(ii) Se interesan más por causas sociales que por causas netamente espirituales.
(iii) Planifican actividades mundanas para ocupar y entretener a los miembros, descuidando, casi del todo, las actividades espirituales necesarias para adquirir el conocimiento bíblico y fortalecer lo moral.
(iv) Parece importarles poco cómo vistan, hablen y se entretengan los miembros, pues se observa que no pocos miembros visten, hablan y se entretienen exactamente como la gente no convertida a Cristo. No faltan congregaciones que reciban en su comunión a fornicarios, adúlteros, homosexuales, afeminados, sensuales y otros mundanos no arrepentidos de sus pecados. Para colmo, ¡algunas congregaciones hasta permiten a los tales ejercer ministerios!
(d) ¿Qué es el fruto de este proceso de secularización? ¡Iglesias seculares, materialistas, mundanas, moralmente corruptas!
(e) ¿Puede una iglesia esencialmente mundana abogar efectivamente por la renovación espiritual? ¡Negativo! Primero, tendría que limpiarse de toda inmundicia.
(2) ¿Qué será el desenlace de esta gran pérdida de espiritualidad que está afectando a nuestra nación y a tantas iglesias? Se prevén solo dos posibilidades:
(a) Que grandes segmentos de la población, asustados y hondamente preocupados por el aumento de crimen, vicios y maltrato, volvieren a la visión de una nación gobernada por normas morales y modales cívicas, montando un gran movimiento encaminado a la restauración de la espiritualidad en toda la nación.
(b) Que de no lograrse tal renovación espiritual, la nación cayere pronto en la más crasa anarquía moral, lo cual bien pudiere significar la pronta desintegración de nuestra sociedad, y por ende, el grave debilitamiento, o posible caída completa, de nuestra nación. Desde luego, donde reina la anarquía moral, cada persona dice y hace impunemente lo que le venga en gana.
(c) ¿Cuál de estos dos desenlaces prefiere usted? Si prefiere el primero, ¿qué piensa hacer para incrementar el “índice de espiritualidad” de la iglesia y de la nación? ¿Qué podemos hacer? ¿Qué es lo indicado para ustedes, como también para este servidor? Me atrevo a plantear lo siguiente:
(i) Qué tengamos para el futuro una visión de la iglesia y de la vida centrada mucho más en lo espiritual que en lo material.
(ii) Qué nuestros ministerios se concentren más en lo espiritual; menos en lo material.
(iii) Qué nuestra conducta personal sea mucho más espiritual, o sea, santa, pura, intachable, irreprochable.
(iv) Qué transmitamos a las congregaciones esta visión de una iglesia más espiritual, con un culto más espiritual, muchas obras espirituales, y un mensaje espiritual. La visión de una iglesia menos orientada hacia lo mundano y materialista; más orientada hacia lo espiritual.
(v) Qué vayamos con gran denuedo donde las masas perdidas llamándolas al arrepentimiento y a la vida espiritual en Cristo.
(vi) Qué no desistamos hasta no haber llevado este mensaje de renovación moral y espiritual a toda alma.
6. Amados, tanto ustedes como este servidor y todo obrero del Señor confrontamos un dilema verdaderamente retador. En medio de la prosperidad más grandiosa jamás lograda por pueblo alguno, se levantan dos poderosos enemigos que amenazan con provocar el caos y la destrucción. Se llaman: el Sr. Perfecto Materialismo y la Sra. Dulce Mundanalidad. Sus hijos se identifican como "Hermosa Sensualidad", "Alegría Fatula" y "Placer Carnal".
a) Ya se hicieron muy fuertes estos cinco.
(1) Pisotean impunemente los valores morales y espirituales más sagrados, los que son esenciales para la preservación de la libertad... el alma... la sociedad... la familia... y la nación.
(2) A diestra y a siniestra, matan las preciosas almas de innumerables jóvenes y adultos.
(3) Las masas ignorantes los adulan y ensalzan, alimentándolos y fortaleciéndolos.
(4) Sutilmente, se introducen en las iglesias denominacionales. También en las iglesias de Cristo, convirtiendo las que puedan influenciar en iglesias mundanas.
b) ¿Dónde se encuentran los recios líderes espirituales, honestos, rectos, insobornables, que los confronten con gran coraje? Descubriéndolos. Quitándoles su disfraz de humanismo engañoso. Denunciándolos públicamente. Echándolos de las congregaciones. Peleando contra ellos en las plazas y en las calles.
c) Ciertamente, nosotros los ministros de Dios que militamos en la verdadera iglesia fundada por Cristo deberíamos estar en la vanguardia de los líderes espirituales ilustres que confrontan a los feroces enemigos de Dios y de todo ser humano.
III. Ustedes, respetados graduandos de esta escuela ..., se han preparado debidamente. Ahora pues, les corresponde tomar su lugar como caudillos valientes e incorruptibles a la cabeza de las filas de los fieles del Señor. Dios conceda a todos y cada uno de ustedes abundantes bendiciones para el cabal cumplimiento de la noble tarea que han emprendido y la plena realización de la visión celestial que tiene el Creador mismo para su iglesia, y en particular, para los siervos idóneos que la guíen y sostengan. Qué sean verdaderas dínamos poderosas, generando muchísima luz que alumbre hasta muy lejos, repelando las tinieblas, y trayendo salvación a muchedumbres. Su servidor está muy agradecido por el privilegio y honor de compartir con ustedes estos humildes pensamientos.
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