El título de esta serie de tres mensajes es… 

Cristo: sus puestos y oficios.

Esta gráfica la interpretamos como la glorificación de Jesucristo como Fundador, Cabeza y Salvador de la Iglesia, ilustración para el sermón sobre el mismo tema, en editoriallapaz.

 

Mensaje 3

Jesucristo: fundador, fundamento, cabeza 
y
Salvador de la iglesia.

 

I. Introducción.

A. Salutación.

B. Temas anteriores de esta serie: (1) Cristo, el Cordero de Dios y (2) Cristo y el Espíritu Santo.

C. Tercer tema: Cristo: fundador, fundamento, cabeza y Salvador de la Iglesia.

D. Cristo, fundador, fundamento, cabeza, Salvador, Iglesia. Nombres claves para el entendimiento correcto de los propósitos y acciones de Dios en su plan de efectuar el rescate de su creación más importante, la raza humana.

1. Cristo. El personaje central del plan divino de redención.

2. Iglesia. La institución más importante en la tierra y además el medio seleccionado para implementar el Plan Divino.

3. Fundador. El que establece una institución, determinando de antemano su naturaleza, propósito, organización, etcétera. Esto mismo hizo Cristo al establecer su iglesia.

4. Fundamento. El componente estructural que da seguridad y permanencia al edificio.

5. Cabeza. La posición de autoridad más importante. En este contexto, la posición más importante en la iglesia.

6. “Salvador” es quien cuenta con la potestad y los medios para poner a salvo al que está en peligro.

E. Por lo tanto, al desarrollar este mensaje, abordamos temas de trascendental importancia. De cierto, mucho más importantes que política, economía, salud física, dietas, farándula, diversiones o deportes; aún más que filosofías populares, sociología, el bienestar público material o educación secular.

F. En realidad, referente a la Iglesia, Cristo tiene no solo la función de "cabeza" sino cuatro funciones adicionales, las que realzamos mediante este estudio. 

II. Cristo es fundador de la Iglesia.

A. Mateo 16:18. Él mismo se declara el fundador.

B. A través de los tiempos, infinidad de hombres y mujeres han fundado gran número de iglesias y movimientos religiosos. Mencionamos solo unos pocos: Martín Lutero, Juan Calvino, Charles Wesley, Charles Russell, José Smith, Elena White, Mary Baker Eddy, William Seymour, Amy McPherson, Herbert Armstrong, Rodolfo Font, y la lista se pone kilométrica.

C. Cristo fundó la suya en Jerusalén, en el día de Pentecostés del año 30 de esta Era Cristiana. He­chos. 2:1-47.

D. Toda iglesia establecida en cualquier otro lugar o cualquier otro tiempo por iniciativa humana, no reúne ni siquiera los atributos mínimos para cualificarse de “Iglesia de Cristo”. 

III. Cristo es "la piedra principal del ángulo" en el fundamento de la Iglesia.

A. Mateo 16:18. La "roca" sólida e inconmovible que sirve de fundamento para la iglesia concebida por Dios mismo es Cristo, su Hijo Unigénito.

B. Efesios 2:20"Siendo la principal piedra del ángulo Jesucris­to mismo." Esta enseñanza inspirada es la verdad divina sobre el asunto de quién ocupa el lugar principal en el fundamento de la iglesia verdadera. Esa persona no es el apóstol Pedro, ni tampoco ningún “Papa”, sino el propio Señor Jesucristo.

C. 1 Pedro 2:4-6. Cristo es la "piedra viva… la piedra principal… escogida y preciosa".

D. En definitiva, la roca no es Pedro. El nombre Pedro es del griego "Petros", el cual significa "piedra pequeña". El varón Pedro flaqueó en varias ocasiones, no solo durante su tiempo con Cristo en persona, sino también después de Pentecostés, en su rol de “apóstol” (Gálatas 2:11-18). No así Cristo, pues este siempre permanece tan firma e indestructible, como un enorme peñasco de piedra maciza.   

IV. Cristo es "cabeza de la Iglesia".

A. Efesios 1:22-23. La Iglesia se compara al cuerpo físico del ser humano.

1. De la manera que el cuerpo humano tiene una sola cabeza, asimismo la iglesia cuenta con una sola cabeza, a saber, Jesucristo. Y de la manera que la cabeza del ser humano normal gobierna un solo cuerpo, asimismo Cristo gobierna una sola iglesia, la suya. Mateo 16:18

2. La Iglesia no es una creación monstruosa.

a) La iglesia concebida por Dios y hecha realidad en la tierra no es un cuerpo con dos o más cabezas, por ejemplo, con una en el cielo y otra en la tierra.

 (1) De hecho, e incontrovertiblemente, según el modelo divino no existe alguna cabeza terrenal para la Iglesia verdadera del Señor. El Papa de Roma se proclama “cabeza terrenal de toda la Iglesia”, y centenares de millones dicen “Amén”, pero Dios, quien tiene la última palabra, no lo reconoce como tal. Lo afirmamos confiadamente, pues las Sagradas Escrituras no mencionan “Papa” en texto inspirado alguno, ni se encuentran en ellas provisiones para semejante puesto, como tampoco para la susodicha “sucesión apostólica”, alguna “santa sede” o el “Colegio de Cardinales”.

 (2) No hace falta una cabeza eclesiástica en la tierra, ya que Cristo es cabeza de "todas las cosas". ¿Se da cuenta, usted? De “todas las cosas”, y no tan solo de algunas.

Este dominio absoluto de Cristo sobre su propia iglesia no deja espacio en absoluto para el Vaticano, con sus pretensiones de legislar para todos los creyentes en toda la tierra. Como para reforzar esta enseñanza, “todas las cosas” ocurre dos veces en Efesios 1:22.

Cristo ejerce esta potestad universal, y no compartida, mediante su Pa­labra inspirada, la Biblia, particularmente el Nuevo Testamento sellado con su sangre, Palabra que vive y permanece para siempre.

La temible “bestia” de Apocalipsis tiene siete cabezas, pero la iglesia verdadera de Dios tiene una sola.

b) El organismo de la Iglesia concebida por Dios y hecha realidad en la tierra tampoco es el de una cabeza con muchos cuerpos. ¿Una cabeza con varios o muchos cuerpos? ¡Qué monstruosidad! ¡Qué criatura más anormal!

(1) Todos y cada uno de los grupos (sectas, movimientos, confesiones) “cristianos” aclaman, y reclaman, a Cristo como cabeza. Pero, ¿no son ellas, efectivamente, muchos cuerpos espirituales distintos? ¿Cómo negarlo? ¿Cómo pintarlo de otra forma? ¡Lo son! Y si no lo son, entonces ¿por qué no se unen en un solo cuerpo espiritual? ¿Por qué no formar todas ellas una sola iglesia?

Gran parte del organismo de confesiones cristianas distintas en doctrina y práctica pretende proyectarse, ante otras religiones (el budismo, el hinduismo, los musulmanes) al igual que ante ateos y seculares, como una conglomeración de cuerpos religiosos diferentes, todos bajo el mando de una sola cabeza, Jesucristo. Su concepto hace a Cristo, efectivamente, el autor de evangelios diferentes, doctrinas conflictivas, dogmas que él nunca enseñó durante su ministerio terrenal, credos que sus apóstoles auténticos jamás desarrollaron, gobiernos eclesiásticos nunca concebidos por él, etcétera. En fin, el autor de un embrollo horrendo global de contradicciones y divisiones vergonzosas y contra productivas. ¿Cristo, responsable por semejante creación? ¡Imposible! El que oró que sus discípulos fuesen “perfectos en unidad” (Juan 17:21-23) no crearía jamás los pulpos religiosos -grandes, medianos y pequeños- que abogan por “la unidad en diversidad de credos y prácticas” que, hoy por hoy, se hace pasar por “cristianismo”.

 (2) Así pues, reiteramos: Jesucristo tiene un solo cuerpo, a saber, su propia Iglesia, la que él fundó, la que lleva su nombre, la que es fiel a su voluntad, la que acata sus mandamientos y directrices, la que se viste de “virgen pura”..

3. No conviene presentar al mundo perdido unos monstruos religiosos creados por hombres cortos de entendimiento sino el "solo y nuevo hombre" espiritual que es el "cuerpo" glorioso de Cristo, la Iglesia (Efesios 2:15-16). Esto, para que el mundo crea (Juan 17:21-23), pues, de otro modo, se burla, alejándose todavía más de Dios.

B. Efesios 5:21-33. La Iglesia comparada al matrimonio.

1. "La iglesia está sujeta a Cristo" (Efesios 5:24).

a) La Iglesia verdadera hace sí la voluntad de su Señor en todo. Ama y honra a Cristo. Como esposa respetuosa, casta y fiel, obedece en todo.

b) Con pena observamos que la mayoría de las iglesias de actualidad no ameritan ser alabadas como “esposa espiritual fiel y sumisa”. Más bien, se portan como lo hacen no pocas “mujeres liberadas" de esta época.

(1) La “mujer liberada” suele hacer lo que quisiera, pues se considera “liberada” de compromisos, deberes, normas sociales, voluntades ajenas y aun de leyes vigentes. Se declara “independiente”. No acostumbra sujetarse a las leyes divinas establecidas para el matrimo­nio y el hogar. En no pocas circunstancias o ámbitos, se manifiesta rebelde, hostil, agresiva, aun des­carada y corrupta, vociferando o mandando como si fuera la única persona en el universo. Su “yo” es su “dios”.

(2) Existe un paralelo obvio entre tales mujeres y las “confesiones cristianas distintas” que profesan tener a Cristo de “esposo espiritual”. De labios lo dicen, pero hacen caso omiso de sus instrucciones, efectivamente anulando su autoridad y violando su voluntad. A continuación, algunos ejemplos:

Se atreven a cambiar sus ordenanzas para el culto. Sustituyen el emocionalismo por la Verdad, la gritería confusión por el buen orden, la salsa y mariachi "cristiana" por himnos solemnes y cánticos espirituales que edifican. Tal cual unas mujeres fatuas, van tras “alabanzas” que deleitan la mente y la carne humana.

Alteran o anulan las reglas ordenadas por la Cabeza para pertenecer a su familia espiritual. Parafraseando: Cristo, la Cabeza, dice: "Vamos a adoptar a muchos hijos. Todo aquel que creyere, se arrepintiere y se bautizare, podrá ser nuestro hijo". Pero, la que es “esposa cristiana sectaria” discrepa, replicando: "Negativo. Todo eso es demasiado trabajoso. Qué baste con solo creer y hacer profesión de fe. Y más divertido será que hable lenguas angelicales, salte, baile y alabe a todo pulmón". “Sectaria”, en este contexto, abarca no solo las “sectas” en la periferia del cristianismo sino todas las confesiones cristianas que arrastran, en una que otra medida, dogmas y prácticas de la Iglesia Católica Romana, por ejemplo, el bautismo por aspersión.

2. Cristo ama tanto a su Iglesia que se entregó a sí mismo por ella. La iglesia verdadera reciproca tal amor sublime y abnegado, respetando la voluntad de su Señor, honrándole como cabeza, sometiéndose sin refunfuñar y guardando su dignidad como esposa fiel y pura.  

V. Cristo es el "buen pastor". Juan 10:1-21. (Tema muy abarcador reservado para otros estudios sobre cómo Cristo cuida y alimenta la grey.)

VI. Cristo es el Salvador de la Iglesia. Efesios 5:23-27

A. La purifica mediante "el lavamiento del agua" (el bautismo).

B. En el día fijado por su Padre, Cristo volverá para llevar a su esposa, es decir, a su iglesia, a las moradas celestiales preparadas para ella.

C. ¿Ha sido añadido usted a la iglesia que Cristo salvará eternamente? El Señor añade cada día a la iglesia a los que han de ser salvos. Hechos 2:47. Estos son los que creen en él, se arrepienten de sus pecados y se bautizan “para perdón de los pecados”. Hechos 2:38-42

 


 

Cristo, el Cordero de Dios. Parte I de la serie Jesucristo: sus puestos y oficios.

Cristo y el Espíritu Santo. Parte II de la serie Jesucristo: sus puestos y oficios.

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