Las feministas quieren que las mujeres

sean liberadas de hombres,

matrimonio e hijos

 

Por  Suzanne Venker | Fox News

 
Esta fotografía de dos damas feministas latinas ilustra el tema ¿Está la igualdad arruinando su matrimonio?, en editoriallapaz.org.

 

Dos damas feministas

 

El debate sobre el feminismo de actualidad

 

Permítame explicar para usted lo que feminismo significa para los que la promocionan, y tal vez así le sea posible entender por qué rehúyen usar el vocablo [feminismo].

Primero, el concepto que las feministas tienen de mujeres, y su lugar en el mundo en que se encuentran, las tiene encarceladas. Las feministas creen que son víctimas del “patriarcado” y que han de acudir al gobierno para la reparación de sus quejas. Piensan de forma muy diferente las mujeres que no se suscriben a este punto de vista, como explica Kellyanne Conway, en febrero (2017), a la Conferencia de Acción Política Conservadora. “Me concibo a mí misma como el producto de mis decisiones, y no la víctima de mis circunstancias”. Conway procedió a describir a su madre, quien “fue dejada sin pensión cuando muy joven, con solo educación secundaria y una hija que debería criar… y, pues, ella simplemente se las ingenió. No se quejaba; no se recostaba del gobierno. Confió en su propio conjunto de habilidades, su propia motivación, sus propias agallas, y se apoyó en su propia familia y su propia fe”.

Segundo, las feministas creen que el matrimonio y la maternidad son opresivos. Así que, la abolición de ambos es su meta primaria. Es por eso que las feministas son impelidas compulsivamente a lograr que el aborto y el cuidado diurno sean universalmente accesibles -además, costeados por los impuestos. Muchos americanos [europeos, latinos y otras gentes] no se dan cuenta que el feminismo es una rama del socialismo, o colectivismo, el que se alimenta de un movimiento sociopolítico que intenta crear una sociedad sin gobierno en la que se procuran decisiones políticas a favor (se supone) de los mejores intereses de la sociedad. Tal cual el comunismo, el feminismo se fundamenta en la hipótesis de una clase oprimida. “El feminismo encontró causa común con la ideología comunista. La destrucción de la familia fue central para aquella ideología, y no incidental”, escribió la periodista y autora Kathleen Parker en su libro revolucionario Salvar a los varones.

Tercero, las feministas creen que no haya diferencias entre hombres y mujeres, con la excepción de sus órganos sexuales (¡y en la actualidad, aun estos pueden ser alterados!). Todas esas diferencias físicas, cognitivas y emotivas que, según piense usted, existen, son meramente construcciones sociales, el resultado de restricciones y estereotipos impuestos a través de los siglos por una sociedad dominada por los machos. Por lo tanto, la esencia del feminismo no se centra en “derechos” iguales, ni en oportunidad igual para mujeres. Se centra en desenlaces iguales. Las que están frente al movimiento insisten que hombres y mujeres podrían ser intercambiables, y, por ende, “iguales”, con tal de simplemente criar los padres a sus hijos en medio de entornos libres de distinción de género. Rechazan de plano a la biología, deseando que todos los demás hagan otro tanto.

¿Está la igualdad arruinando su matrimonio? Por Suzanne Venker, de Fox News. Nuevas investigaciones realizadas por la Universidad de Illinois revelan que parejas que resisten roles tradicionales de género, o que tienen como meta un matrimonio de igualdad, son menos felices.

La definición mejor y más acertada del feminismo la ofreció Jessica Valenti, de Feminizando, en 2010. “El feminismo es el análisis estructural de un mundo que oprime a mujeres, una ideología fundamentada sobre la noción que existe el patriarcado y que es necesario poner fin a él”.

Bien que este concepto negativo sobre mujeres y hombres no granjee la simpatía de la mayoría, las feministas continúan promocionando su agenda personal cada vez que tengan la oportunidad. ¿De qué se trata el eslogan “lo personal es político”, según su propio pensar de usted? Las que están al frente del movimiento hasta lo confiesan: “Por poco pierdo mi autoestima tratando de mantener un matrimonio que ya no fue basado en el amor sino sobre el odio de parte en parte”, escribió Betty Friedan.1 “Para mí, fue más fácil empezar el movimiento de mujeres que cambiar mi propia vida personal.”

Millones de americanos [europeos, latinos y otras gentes] asumen que el progreso para mujeres requiere la liberación de mujeres -de hombres, de hijos, de las construcciones societales, de casi cualquier cosa que haga a las mujeres sentirse obligadas a alguien o algo que no sea a ellas mismas.

 

Durante más de cuarenta años, las feministas han creado el marco idóneo para lo que tienen como lo mejor para mujeres. A consecuencia, millones de americanos [europeos, latinos y otras gentes] asumen que el progreso para mujeres requiere la liberación de mujeres -de hombres, de hijos, de las construcciones societales, de casi cualquier cosa que haga a las mujeres sentirse obligadas a alguien o algo que no sea a ellas mismas.

Lo más triste de este punto de vista desacertado es que no ha logrado que las mujeres sean más felices. De hecho, todo lo contrario. Según un reporte del Bureau Nacional de Investigaciones Económicas, emitido en 2007, “a la medida en que las mujeres hayan ganado más libertad, más educación y más poder, su felicidad ha ido menguando”.

 

1 Betty Friedan (1921 – 2006), autora del libro La mística femenina (1963). Cofundadora de la Organización Nacional de Mujeres y fundadora de la Asociación Nacional para la Revocación de Leyes sobre el Aborto (1969). www.history.com/topics/womens-history/betty-friedan

Traducción por Homero Shappley de Álamo

 


 

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