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La paz de Dios guarde su corazón. Su servidor en el Señor, Homero Shappley de Álamo

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Editorial La Paz

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La Cena del Señor. Texto para el maestro. Comer la carne y beber la sangre de Cristo.

 

 

 

La cena del Señor

Lección 1

Texto para el maestro

 

 

Una mujer del Cercano Oriente hace pan. 
 

Análisis de Juan 6:48-69  

“Yo soy el pan de vida.”

Jesucristo anticipa no solo su crucifixión sino
también la institución de “la cena del Señor”. 

 

Respuestas a las preguntas de la 

Guía para clases

 

Juan 6:48-69

(48) “Yo soy el pan de vida. (49) Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron. (50) Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él come, no muera. (51) Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo. (52) Entonces los judíos contendían entre sí, diciendo: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne? (53) Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. (54) El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. (55) Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.(56) El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él. (57) Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí. (58) Este es el pan que descendió del cielo; no como vuestros padres comieron el maná, y murieron; el que come de este pan, vivirá eternamente. (59) Estas cosas dijo en la sinagoga, enseñando en Capernaum. (60) Al oírlas, muchos de sus discípulos dijeron: Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír? (61) Sabiendo Jesús en sí mismo que sus discípulos murmuraban de esto, les dijo: ¿Esto os ofende? (62) ¿Pues qué, si viereis al Hijo del Hombre subir adonde estaba primero? (63) El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida. (64) Pero hay algunos de vosotros que no creen. Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién le había de entregar. (65) Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre. (66) Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él. (67) Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros? (68) Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. (69)Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.”

 

 

Capernaum. Restos de una antigua sinagoga. 

Esta sinagoga se construyó sobre los fundamentos de una sinagoga antigua
que posiblemente fuera la misma en la que el Señor Jesús pronunció
su mensaje “Yo soy el pan de vida”

 

Dónde y cuándo Jesucristo hizo sus

proclamaciones en torno a 

“Yo soy el pan de vida”.

 

1. Según Juan 6:59, ¿en qué ciudad, y en qué edificio de aquella ciudad, pronunció el Señor su mensaje sobre “el pan de vida”?

En Capernaum, en la sinagoga de aquella ciudad.

Capernaum (en hebreo, pueblo de Nahum). Ciudad importante en el ministerio de Jesús, ubicada en la costa noroeste del mar de Galilea. El Antiguo Testamento no menciona a Capernaum y cuanto podemos saber de esta ciudad depende de los Evangelios. Tal parece que en tiempo de Jesús, Capernaum fue un centro de gran importancia; luego decayó y desapareció de la historia. Jesús, rechazado en Nazaret, hizo de Capernaum la sede de sus actividades (Mateo 4.13; Juan 2.12). La ciudad fue famosa por su sinagoga (Marcos 1.21; Lucas 7.5), y es el único lugar del que se afirma que Jesús tenía allí su casa (Marcos 2.1; 9.33) o que era «su ciudad» (Mateo 9.1). Se acepta que el hogar de Pedro y Andrés estaba allí (Mateo 8.14; Marcos 1.29; Lucas 4.38).” (Diccionario bíblico illustrado, del programa iLumina , de www.caribe-betania.com)

2. ¿Cuándo hizo Jesucristo estas proclamaciones?

El apóstol Juan no relata en el “evangelio” que escribió, la institución de “la cena del Señor”. Sin embargo, describe, en el capítulo 13:1-20, una escena que tuvo lugar aquella misma noche cuando fue instituida “la cena”, a saber, la de Jesús lavando los pies a los apóstoles.

En Juan 13:1, Juan menciona “la fiesta de la pascua”, siendo esta la misma durante la que Cristo instituye “la cena”.

Remontándonos en su evangelio hasta Juan 7:1-2, encontramos otros parámetros temporales que nos ayudan a determinar cuándo Jesucristo hizo su aseveración, sumamente ofensiva para “muchos de sus discípulos”, de ser él mismo “el pan de vida”

“Después de estas cosas”, o sea, después del mensaje sobre “Yo soy el pan de vida”“andaba Jesús en Galilea…” “Estaba cerca la fiesta de los judíos, la de los tabernáculos” (Juan 7:1-2). 

Al verificar usted en qué tiempo del año judío se celebraba esta fiesta, podrá contestar, con bastante certeza, la pregunta: ¿Cuándo hizo Jesucristo sus proclamaciones sobre “el pan de vida”?

Jesús pronunció su discurso sobre “Yo soy el pan de vida” cerca del tiempo para la fiesta de los tabernáculos“Esta fiesta de siete días comenzaba el día quince de Tisrí (el séptimo mes, cinco días después del día de la expiación. Levítico 23:36; Deuteronomio 16:13).” (Diccionario bíblico conciso Colman, Página 263. Broadman and Holman Publishers, Nashville, Tennessee. 2001)

“La Pascua se celebraba a la puesta del sol el día 14 del mes de abib o nisán (Éx 13.4; 34.18; Est 3.7), el cual corresponde más o menos a abril. Este era el primer mes del calendario sagrado judío y el día 14 coincidía con la noche de luna llena.” (Diccionarios del programa iLumina , de www.caribe-betania.com)

Según estos datos, cuatro meses, y quizás una porción de un mes adicional, transcurrieron entre la “fiesta de los tabernáculos” “la fiesta de la pascua”. Por lo tanto, se deduce que Jesucristo hizo sus proclamaciones sobre “el pan de vida” un poco más de cuatro meses antes de la institución de “la cena del Señor”

El texto analizado

3. ¿Quiénes son los “padres”, en la expresión “Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron” (versículo 49)?

Los antepasados de los israelitas en Capernaum a quienes dirigía el Señor sus palabras. Específicamente, los israelitas que fueron liberados por Dios de la esclavitud en Egipto, y que recibieron la ley divina promulgada en el monte de Sinaí. Con más precisión, los que tenían “veinte años arriba” cuando salieron de Egipto. “En este desierto caerán vuestros cuerpos; todo el número de los que fueron contados de entre vosotros, de veinte años arriba, los cuales han murmurado contra mí” (Números 14:29).

4. Cierto o Falso. __________ Los israelitas del tiempo de Moisés murieron en el desierto a consecuencia de comer el maná.

Falso.

Murieron por su crasa y furiosa incredulidad (Números 14:1-5, 10-11), por tentar (Números 14:22) e irritar (Números 14:11, 23) a Jehová, por murmurar contra él (Números 14:29).

5. Describir el “maná” que Dios hizo “llover… del cielo” para los israelitas en el desierto, consultando Éxodo 16:13-15.

“Cosa menuda, redonda, menuda como una escarcha sobre la tierra.”

El “maná” también se describe en Números 11:5-9. “Y era el maná como semilla de culantro, y su color como color de bedelio.” “Su sabor era sabor de aceite nuevo.” ¿Qué sabor tiene el “aceite nuevo”?

6. Cierto o Falso. __________ El “cielo” del que cayó el maná (Éxodo 16:4), y el “cielo” del que descendió Jesucristo, es el mismo cielo. Dar razones o explicaciones que apoyen su respuesta.

“Por la mañana descendió rocío en derredor del campamento. Y cuando el rocío cesó de descender, he aquí sobre la faz del desierto una cosa menuda, redonda, menuda como una escarcha sobre la tierra” (Éxodo 16:13-14). “Y cuando descendía el rocío sobre el campamento de noche, el maná descendía sobre él” (Números 11:9).

Incuestionablemente, se trata de milagros de Dios hechos en la esfera del cielo material –rocío que caía de noche, y “el maná descendía sobre él”. Milagros en gran escala, pues aquel pueblo era grande. Seiscientos tres mil quinientos cincuenta” varones “que podían salir a la guerra” (Números 1:45-46). Sumamos a ellos los demás varones, las mujeres, los niños y los adolescentes, y el número llega fácil a millón y medio.

¡Maná para un millón y medio de seres humanos! ¡Todos los días, por cuarenta años! “Así comieron los hijos de Israel maná cuarenta años, hasta que llegaron a tierra habitada; maná comieron hasta que llegaron a los límites de la tierra de Canaán” (Éxodo 16:35). Y codornices por la tarde (Éxodo 16:13).

Rocío descomunal. Maná y codornices por cantidades grandísimas. Llovían milagrosamente “del cielo” material, pero el poder que los suplió era el de Jehová Dios, emanando del “cielo de Dios”.

En cuanto a Jesucristo, antes de encarnarse, estaba con su Padre Dios allá en el “cielo de Dios”, lugar que tomará de nuevo “cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia”, entregando “el reino al Dios y Padre” (1 Corintios 15:22-28) “Descendió” de aquel “cielo” a la tierra.

Considerados estos hechos, nuestra respuesta es: Falso.

7. El que comía el maná en el desierto, moría. ¿No muere de la misma manera el que come el “pan” que es Jesucristo mismo? Explicar cómo “vivirá para siempre” el que come “el pan vivo que descendió del cielo” en la persona de Jesucristo.

Todos aquellos israelitas que comieron el maná en los desiertos de Sinaí, Zin, Parán, etcétera, murieron físicamente.

Igualmente, mueren físicamente todos los que comen el “pan” que es Jesucristo mismo, con la excepción de los que serán transformados en el día de la Segunda Venida del Señor (1 Corintios 15:51-52; 1 Tesalonicenses 4:13-18).

Aquel “maná”, pese a ser el producto de un milagro estupendo, no podía jamás hacer revivir a los que murieron físicamente. En cambio, Jesucristo, “el pan vivo que descendió del cielo”, sí tiene poder para revivir, o sea, resucitar a los que comen su carne y beben su sangre (Juan 6:54), dándoles él un nuevo “cuerpo espiritual”, glorioso y poderoso (1 Corintios 15:42-44). 

“Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente” (Juan 11:25-26).

8. Cierto o Falso. __________ Al decir Jesucristo, en la sinagoga de Capernaum, “Yo soy el pan de vida”, se refería a su doctrina, a sus enseñanzas, a sus palabras, pues estas son el verdadero “pan” que él trajo para la humanidad.

La respuesta correcta es: Falso. Cristo decía, insistente y repetidamente, a los israelitas en la sinagoga de Capernaum, que era necesario comer su carne y beber su sangre para tener “vida eterna”. No hay indicación alguna en su lenguaje al efecto de que tuviera en mente sus propias enseñanzas, sus palabras, su mensaje.

Aquellos que lo escuchaban comprendían que no se aludía metafóricamente al evangelio. De haber entendido que él, al decir “mi carne”, se refiriere metafóricamente a su evangelio, seguramente NO hubiesen dicho “Dura es esta palabra: ¿quién la puede oír?”

El pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo” (Juan 6:51). El “pan” que Jesús da “por la vida del mundo” no es su evangelio sino su propio cuerpo inmolado en la cruz.

El evangelio es las “buenas noticias” de este sacrificio expiatorio, abarcando también las tremendas noticias de su resurrección, ascensión y reinado durante la Era Cristiana.

9. ¿Qué significa “la vida del mundo” en el Juan 6:51?

La salvación del mundo. El rescate del mundo. La misma “vida eterna” que alcanza todo aquel que obedece al evangelio. Este “obedecer” requiere necesariamente comer su cuerpo y beber su sangre. Solo los que obedecen al evangelio reciben esta “vida” hecha posible por la propia carne de Jesús dada como “pan vivo” –pan milagroso que imparte vida, pan que aviva eternamente, pan que evita el morir eternamente.

10. Según el Juan 6:53, ¿cuáles son las dos condiciones para tener “vida” los seres humanos?

a) Comer “la carne del Hijo del Hombre”.

b) Beber “su sangre”.

11. Cierto o Falso. __________ Jesucristo enseña, efectivamente, que el que come su carne y bebe su sangre, aunque sea una sola vez, “tiene vida eterna”, y que no la puede perder jamás, pues también añade “y yo le resucitaré en el día postrero”. Esta gloriosa enseñanza se encuentra en el Juan 6:54, donde el Señor dice: “El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero”. 

Le incumbe al que responde “Falso”, explicar por qué no está de acuerdo con lo que se afirma.

a) Respondemos que todo lo que se afirma es “Falso”.

b) Ni la cláusula ni la idea de comer la carne del Señor “una sola vez” se encuentra, ni por implicación, en el mensaje de Cristo. Los cristianos en Jerusalén “perseveraban… en el partimiento del pan”, es decir, en la participación de “la cena del Señor” (Hechos 2:42). “Perseverar” quiere decir “continuar”. Implica “repetición constante o frecuente”. Los cristianos continuaban en la práctica de participar de “la cena del Señor”. La celebraban a menudo. Cuán a menudo aprenderemos al analizar Hechos 2:42-47; 20:7 y 1 Corintios 16:1-2.

c) Todas las promesas de Dios, Jesucristo y el Espíritu Santo son condicionadas. Sin excepción. “Tiene vida eterna”, sí, de acuerdo, “con tal que” retenga “firme hasta el fin” su “confianza del principio” (Hebreos 3:14). Textos de esta categoría abundan en el Nuevo Testamento. “Yo le resucitaré en el día postrero.” Claro, a todos aquellos “que no retroceden para perdición, sino… tienen fe para preservación del alma” (Hebreos 10:35-39).

d) Los cristianos pueden perder sí la salvación de sus almas, y, por ende, la “vida eterna”“De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído” (Gálatas 5:4). Pueden apartarse de Cristo hasta el extremo de cometer el “pecado de muerte” (Hebreos 6:4-6; 1 Juan 5:16).

12. “El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él, asegura Cristo (Juan 6:56). Cierto o Falso. __________ El sentido correcto de sus palabras es que el cristiano no puede jamás perder la salvación, pues al comer la carne del Señor y beber su sangre, el propio Jesucristo entra en él y permanece en él. “…y yo en él” quiere decir, parafraseando, “Yo también permanezco en él”. “Permanece”, es decir, no se va de él.

Quien discrepa, contestando “Falso”, está en el deber de explicar por qué.

a) Discrepamos, contestando que las conclusiones expresadas son “Falsas”.

b) Respondiendo a la Número 11, citamos textos del Nuevo Testamento mediante los que se enseña claramente que el cristiano puede perder la salvación.

c) Cristo mismo enseña que el discípulo puede dejar de permanecer en él. “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. El que en mí no permaneceserá echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden” (Juan 15:5-6).

La expresión “el que permanece en mí, y yo en él” en este texto se compone de las mismas palabras de Juan 6:56 – “en mí permanece, y yo en él”.

Para ser “pámpano” en Cristo, es preciso ser injertado en la vid, y esto ocurre cuando el alma arrepentida se bautiza “para perdón de los pecados” (Hechos 2:38; Marcos 16:15-16).

Una vez injertado, es necesario “permanecer injertado”, y producir fruto, pues de otro modo, el pámpano injertado es “echado fuera”. Huelga decir que Cristo no permanece en el pámpano “echado fuera”.

13. ¿Quiénes comían las carnes “reservadas del fuego” del altar de los holocaustos, según los estatutos de la ley de Dios dada en el monte Sinaí? Consultar Números 18:6-15.

Solo los sacerdotes levíticos. Los capítulos del 1 al 7 de Levítico contienen muchas directrices sobre los distintos sacrificios y ofrendas que los israelitas debían presentar, y las porciones que correspondían a los sacerdotes.

14. Refiriéndose a los que tenían derecho de comer aquellos sacrificios y ofrendas, Jehová dice: “Todo lo que abre matriz, de toda carne que ofrecerán a Jehová, así de hombres como de animales, será tuyo”. Pero, Jehová eximió a los seres humanos de esta ley, no permitiendo que se consumiera carne humana. ¿Qué medidas implantó él al respecto? Consultar Números 18:15.

a) Estableció la ley de la redención del “primogénito del hombre”.

b) “Todo lo que abre matriz, de toda carne que ofrecerán a Jehová, así de hombres como de animales, será tuyo; pero harás que se redima el primogénito del hombre; también harás redimir el primogénito de animal inmundo” (Números 18:15).

15. Según el Juan 6:53, Jesucristo dice: “Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros”. Una y otra vez, hace hincapié en la necesidad de “comer su carne”.

a) ¿Qué es el término aplicado a personas que comen carne humana?

“Caníbal. (De caríbal). adj. antropófago. 2. Se dice de los salvajes de las Antillas, que eran tenidos por antropófagos. 3. Dicho de un hombre: Cruel y feroz. 4. Zool. Dicho de un animal: Que come carne de otros de su misma especie.”

“Antropófago, ga. (Del lat. anthropophăgus, y este del gr.  νθρωποφ ά γος ). adj. Dicho de una persona: Que come carne humana. Caníbal.” (Amabas definiciones del Diccionario de la Real Academia Española, de Microsoft® Encarta® 2007. © 1993-2006 Microsoft Corporation)

b) ¿Acaso comieran los israelitas carne humana en ocasiones, con la aprobación de Dios? Contestar, consultando dos o tres de los siguientes textos:

Comen a sus hijos. Deuteronomio 28.53; 2 Reyes 6.28–29; Isaías 9.20; Jeremías 19.9; Lamentaciones 2.20; 4.10.

Comen su propia carne. Isaías 49.26.

Madres que comen a sus hijos. Lamentaciones 4.10. Padres e hijos se comen unos a otros. Ezequiel 5.10.

Lo hacían en ocasiones, pero jamás con la aprobación de Dios.

c) Esta expresión “Si no coméis la carne del Hijo del Hombre…”, ¿ofendió a los judíos que escuchaban a Cristo en la sinagoga de Capernaum? Evidencias.

De cierto, se ofendieron grandemente. “Entonces los judíos contendían entre sí, diciendo: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?” (Juan 6:52). “Estas cosas dijo en la sinagoga, enseñando en Capernaum. Al oírlas, muchos de su discípulos dijeron: Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír?” (Juan 6:59-60). “Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él” (Juan 6:66).

d) Cierto o Falso. __________ Al expresarse Cristo de esta manera, se dirigía solo y exclusivamente a los sacerdotes levíticos del pueblo de Israel, y no al pueblo en general, pues solo los sacerdotes levíticos tenían derecho de comer lo sacrificado, y por consiguiente, solo ellos tendrían derecho de “comer la carne de Cristo”.

(1) Falso.

(2) Cristo no se dirigía solo a los sacerdotes levíticos presentes en la sinagoga de Capernaum. La prueba está en sus movimientos y las gentes que le seguían hasta la hora cuando comenzó su mensaje sobre “Yo soy el pan de vida”. Leyendo desde el principio del capítulo 6, encontramos la siguiente información.

(a) “Después de esto, Jesús fue al otro lado del mar de Galilea, el de Tiberias. Y le seguía gran multitud …” (Juan 6:1-2). Según el relato de Marcos, “…muchos los vieron ir, y le reconocieron; y muchos fueron allá a pie desde las ciudades, y llegaron antes que ellos, y se juntaron a él” (Marcos 6:33). Al llegar la noche, no había comida para tanta gente. Jesús alimenta a aquella multitud con cinco panes y dos pececillos. “Y los que comieron eran cinco mil hombres” (Marcos 6:41-44; Juan 6:8-15).

(b) “Al anochecer, descendieron sus discípulos al mar, y entrando en una barca, iban cruzando el mar hacia Capernaum. Estaba ya oscuro, y Jesús no había venido con ellos.” Jesús viene andando “sobre el mar”, se acerca a ellos y se monta “en la barca, la cual llegó en seguida a la tierra adonde iban” (Juan 6:16-21).

(c) “El día siguiente, la gente que estaba al otro lado del mar… entraron en las barcas y fueron a Capernaum, buscando a Jesús” (Juan 6.22-24).

(d) “Y hallándole al otro lado del mar, le dijeron: Rabí, ¿cuándo llegaste acá?” (Juan 6:25). Entonces comienza el diálogo sobre “la comida que a vida eterna permanece” (Juan 6:27). ¿Con quiénes? No, de cierto, exclusivamente con sacerdotes levíticos, sino con “la gente” que seguía a Jesús. ¡Multitud de gente! Ni siquiera se mencionan “sacerdotes”. Se desconoce cuántas personas de esta multitud cupieran en “la sinagoga” de Capernaum (Juan 6:59), pero lo cierto es que esta enseñanza de Cristo sobre “comer su carne y beber su sangre” era para toda “la gente”, y eso es así hasta el día de hoy.

e) Cierto o Falso. __________ El sacerdocio levítico era figura (sombra o tipo) del sacerdocio que Dios establecería en la iglesia. Por lo tanto, en la iglesia debe haber una clase sacerdotal especial, es decir, apartada del resto de la feligresía, y lógicamente, solo los integrantes de esta clase sacerdotal tienen derecho de “comer la carne de Cristo”.

(1) Falso.

(2) Aarón, el primer sumo sacerdote, de la tribu sacerdotal de Leví, la cual tuvo autoridad para oficiar durante la Era Mosaica (Números 3; 18; Levítico 8:5-26), no era figura de Jesucristo, sino que lo era Melquisedec“sacerdote del Dios Altísimo” durante el tiempo de Abraham (Hebreos 7:1-16). 

Jesucristo “fue declarado por Dios sumo sacerdote según el orden de Melquisedec” (Hebreos 5:1-0). Este nuevo “gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios” (Hebreos 4:14-16), declara a todos sus seguidores fieles “sacerdocio santo para ofrecer sacrificios espirituales… real sacerdocio (1 Pedro 2:4-9), haciéndoles “reyes y sacerdotes para Dios, su Padre” (Apocalipsis 1:6).

(3) De manera que los sacerdotes levíticos no son, en definitiva, figura, sombra o tipo de los cristianos, pues los cristianos son constituidos “sacerdotes” “según el orden de Melquisedec”.

El “gran sumo sacerdote” Jesucristo NO constituye en su iglesia “una clase sacerdotal especial… apartada del resto de la feligresía”, sino que confiere a todos los cristianos fieles por igual el privilegio de ser sus sacerdotes. Por consiguiente, todos los fieles también tienen derecho de “comer la carne de Cristo”. Derecho, y deber.

16. En su mensaje a los judíos en la sinagoga de Capernaum, Jesucristo no solo manda a comer su carne, sino que también exige, con repeticiones insistentes, que se beba “su sangre”.

a) ¿Comían o bebían los sacerdotes levíticos la sangre de los animales sacrificados?  Consultar a Levítico 3:16-17 y 19:26.

“Estatuto perpetuo será por vuestras edades, dondequiera que habitéis, que ninguna grosura ni ninguna sangre comeréis” (Levítico 3:17).

“No comeréis cosa alguna con sangre…” (Levítico 19:26).

b) Los sacerdotes de dioses falsos, ¿bebían la sangre de animales sacrificados a sus dioses? ¿Acaso bebieran algunos hasta la sangre de víctimas humanas sacrificadas a sus dioses? Al respecto, ¿qué práctica espeluznante presenciaron los españoles cuando invadieron el reino de los aztecas?

Investigando en algunas enciclopedias, por ejemplo, en la Enciclopedia Británica, la Wikipedia y la Encarta de Microsoft, no encontramos, hasta el momento, evidencias o ejemplos concretos de sacerdotes de dioses falsos que bebieran la sangre de animales o de seres humanos sacrificados a sus dioses. A través de los tiempos, los sacerdotes de muchos pueblos han practicado el sacrificio humano, incluso los aztecas. A continuación, información al respecto.

“Existe evidencia de que el sacrifico humano fue practicado por diferentes culturas del Antiguo Medio Oriente y Norte de África. Durante algunas épocas del Antiguo Egipto, se sacrificaron sirvientes y oficiales para que fueran sepultados junto con el faraón recién fallecido, de modo que pudieran servirle en el más allá. Por otro lado, la Biblia, además de diversas fuentes grecorromanas se refieren a los sacrificios de infantes realizados por ciertos pueblos, como tribus de cananeos, fenicios y algunos israelitas. Estos sacrificios habrían sido realizados mediante fuego, quemando a las víctimas para obtener el favor y la protección de los dioses. El mismo tipo de sacrificio ha sido adjudicado a los cartagineses, quienes eran descendientes de los fenicios. El Corán también menciona que el sacrifico humano habría sido practicado por algunos pueblos semitas preislámicos de la Antigüedad.” www.wikipedia.org  

“Los griegos, romanos, celtas, cretenses, vikingos y otros pueblos bárbaros europeos, realizaron sacrificios humanos. Es célebre el caso de Agamenón, personaje de Esquilo, que, al partir para la guerra, para obtener vientos propicios de los dioses, decide sacrificar a su hija, Ifigenia, de belleza excepcional. Como en el relato bíblico del sacrificio de Isaac, Ifigenia es salvada en el último momento. Roma prohibió los sacrificios humanos en el año 97 a. C. e intentó imponer la prohibición en toda Europa con éxito diverso. Sin embargo, las prácticas romanas de sangrientas muertes circenses, constituyen una derivación de los sacrificios humanos que pasaron de manera diversa. También en el Imperio Romano la extendida práctica de matar a los hijos (filicidio) se relacionaba con la patria potestas que autorizaba a los pater familias «vender, matar, ofrecer a los dioses, subordinar a cualquier ocupación y devorar a los hijos».  www.wikipedia.org

“Los sacrificios, humanos y de animales, eran parte integrante de la religión azteca. Para los guerreros el honor máximo consistía en caer en la batalla u ofrecerse como voluntarios para el sacrificio en las ceremonias importantes. Las mujeres que morían en el parto compartían el honor de los guerreros. También se realizaban las llamadas guerras floridas con el fin de hacer prisioneros para el sacrificio. El sentido de la ofrenda de sangre humana (y en menor medida de animales) era alimentar a las deidades solares para asegurarse la continuidad de su aparición cada día y con ella la permanencia de la vida humana, animal y vegetal sobre la Tierra.” Microsoft ® Encarta ® 2007. © 1993-2006 Microsoft Corporation)

c) Estas palabras de Jesucristo “mi sangre es verdadera bebida” “El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él” (Juan 6:55 y 56), ¿escandalizaron a los judíos, incluso a los discípulos del Señor? Evidencias.

Los israelitas no comían sangre, ni cosa alguna “con sangre”.

Quizás con muy raras excepciones, ni siquiera los sacerdotes de las religiones idolátricas de aquel tiempo bebieran la sangre de los animales que sacrificaban. 

“Roma prohibió los sacrificios humanos en el año 97 a. C. e intentó imponer la prohibición en toda Europa con éxito diverso”, dice el artículo de Encarta que citamos.

Así que, “beber sangre humana” hubiese sido escandaloso en extremo, tanto para gentiles como para judíos.

Sin embargo, Jesucristo se atreve a decir “mi sangre es verdadera bebida”. Vuelve una y otra vez sobre el mismo asunto, insistiendo: “El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él”. ¿Decir esto a judíos que se abstenían de comer sangre? ¿Mandarlos a beber sangre humana? ¡Inaudito en extremo! ¡Inconcebible¡ ¡Alarmante sobremanera! Sin duda, ¡repugnante! 

“Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y yo no andaban con él” (Juan 6:66).

17. Al escuchar este insólito mensaje de Jesucristo, “los judíos contendían entre sí, diciendo: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?” (Juan 6:52). Oyendo sus reafirmaciones, “muchos de sus discípulos dijeron: Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír? Sabiendo Jesús en sí mismo que sus discípulos murmuraban de esto, les dijo: ¿Esto os ofende? ¿Pues qué, si viereis al Hijo del Hombre subir adonde estaba primero? … Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él. Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros?” (Juan 6:60-62, 66-67).

a) A la pregunta de los judíos “¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?”, ¿respondió Jesucristo con una explicación detallada sobre “la cena del Señor”? ¿Por qué?

(1) Respondiendo a ellos, Jesús no aborda ni someramente “la cena del Señor”. Más bien, sigue  afirmando categóricamente: “Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros” (Juan 6:53), sin explicación alguna respecto a cómo realizar los discípulos semejante acción.

(2) ¿Por qué no aprovechó la ocasión y la pregunta para introducir el tema de “la cena” que iba a instituir dentro de cinco meses, o menos?

Solo podemos especular. Quizás para no divulgar prematuramente el plan divino de ser ofrecido Cristo durante “la fiesta de la pascua” como el Cordero que quita el pecado del mundo. O para despertar en los discípulos deseos todavía más fervientes de estudiar más a fondo para comprender quién era, de veras, este Jesús de Nazaret. O sencillamente para probarlos. En tal caso, “muchos” no pasaron la prueba, pues “desde entonces muchos… volvieron atrás”.

b) Cierto o Falso. __________ Cuando los judíos en Capernaum preguntaron “¿Cómo puede… darnos a comer su carne?”, Jesús comenzó a explicarles, con paciencia y lujo de detalle, que lo haría mediante el pan sin levadura y el fruto de la vida de la fiesta solemne espiritual que él iba a establecer para su nuevo pueblo, la iglesia.

Totalmente “Falso”.

c) Al escuchar su exposición en la sinagoga de Capernaum, “muchos de sus discípulos dijeron: Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír?” ¿Por qué la encontraban tan “dura”?

Por las razones ya explicadas en las respuestas a las preguntas de “a), b) y c)” del Número 16. Comer sangre, o comer carne con su sangre, de animales, era tabú para ellos. Tajantemente prohibido. Y mucho más beber la sangre de un ser humano. “Dura” enseñanza la de Cristo en la sinagoga de Capernaum. Insoportable. ¡Durísima! ¿Quién era capaz de siquiera oírla? ¿De siquiera pensar hacer lo que él pedía? ¡Beber sangre humana! ¡Imposible!

d) Al retirarse muchos de los discípulos por esta palabra tan “dura”“Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros?” Los apóstoles deciden continuar con el Señor. ¿Cuándo y dónde recibieron, por fin, estos apóstoles una explicación de parte de Cristo sobre cómo él haría posible que comieran de su carne y bebieran su sangre?

Cuatro meses, tal vez cinco, más tarde. En Jerusalén. Cuando Jesús instituyó “la cena del Señor”.

18. Cierto o Falso. __________ En su mensaje en la sinagoga de Capernaum, según relatado en Juan 6:48-69, Jesucristo anticipa la institución de “la cena del Señor” unos meses después en Jerusalén, durante “la fiesta de la pascua”.

Cierto.

19. Cierto o Falso. __________ En cuanto a nosotros los cristianos fieles del presente, es muchísimo más fácil entender y apreciar el mensaje de Cristo en aquella sinagoga que para los israelitas presentes en aquella ocasión, incluso los apóstoles.

Cierto. Tenemos, en el Nuevo Testamento, la historia de la institución de “la cena del Señor”. En adición, textos que exponen el significado de “la cena” y cómo celebrarla correctamente.

Además, muchas enseñanzas sobre el papel de Cristo como “el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29). Nada de esto tenían aquellos oyentes en Capernaum.

20. Cierto o Falso. __________ Al estudiar nosotros los cristianos fieles del presente los textos del Nuevo Testamento que cuentan la institución de “la cena del Señor”, y los textos que exponen la naturaleza de esta “cena”, comprendemos, sin dificultad alguna, que Cristo se expresaba metafóricamente cuando dijo que era necesario comer su “carne” y beber su “sangre”.

Cierto. Por lo menos, deberíamos comprender “sin dificultad alguna, que Cristo se expresaba metafóricamente”.

21. Cierto o Falso. __________ Al participar nosotros del cuerpo y la sangre de Cristo mediante “la cena del Señor”, no practicamos ningún tipo de “canibalismo”, pues el pan sin levadura y el fruto de la vida representan el cuerpo y la sangre de Cristo, no siendo, en ningún momento, transustanciados (transformados, convertidos) en carne literal o sangre literal.

Cierto. ¡Muy cierto! Cristo no pide que sus discípulos sean “caníbales”, o “antropófagos”. Que comamos su carne literal. Que bebamos su sangre literal. Pretender algunos teólogos que lo hagamos es ir ellos en contra de todo lo que es racional, decente y correcto.

 


 

Lección 1. GUÍA para CLASES

Lección 2 Jesucristo instituye "la cena del Señor". TEXTO para el MAESTRO

LISTA, con enlaces, del Contenido completo del curso La cena del Señor

La Adoración según directrices del Nuevo Testamento. Adoración contemporánea.